La Sopa de Queso

Alphonse Daudet


Cuento


Es una pequeña habitación en la quinta planta, una de esas buhardillas en las que la lluvia cae directa sobre los cristales de la ventana y que, cuando llega la noche como ahora, parecen perderse con los tejados en medio de la oscuridad y el viento. Sin embargo, la habitación es buena, confortable, y al entrar en ella se siente no sé qué sensación de bienestar que aumentan el ruido del viento y los torrentes de lluvia que corren por los canalones, y podría pensarse que se entra en un nido cálido, situado en la cima de un gran árbol.

Por el momento, el nido está vacío. El dueño de la vivienda no está; pero se nota que va a volver pronto y todo allí parece estar esperándolo. Sobre un buen fuego cubierto, una pequeña olla hierve tranquilamente con un murmullo de satisfacción. Es un poco tarde para una olla; por lo que, aunque ésta parece estar acostumbrada a su oficio a juzgar por los laterales chamuscados, quemados, de vez en cuando se impacienta y su tapadera se levanta agitada por el vapor. Entonces una bocanada de calor apetitosa sube y se extiende por toda la habitación. ¡Oh! ¡Qué bien huele la sopa de queso!

A veces también el fuego cubierto se descubre un poco. Un deslizamiento de cenizas se produce entre los troncos, y una pequeña llamarada corre por el parquet, iluminando la vivienda por abajo como para hacer una inspección, como para asegurarse de que todo está en orden. ¡Oh, sí! todo está en orden, y el propietario puede llegar cuando guste. Las cortinas de argelina están corridas ante las ventanas y confortablemente colgadas alrededor de la cama. He ahí el gran sillón junto a la chimenea; la mesa, en un rincón, está preparada, con la lámpara dispuesta para ser encendida, el cubierto para una sola persona y, al lado del cubierto, el libro, compañero de las comidas en soledad… Y lo mismo que la olla está algo quemada, las flores de la vajilla han palidecido en el fregadero, y el libro está estrope

Fin del extracto del texto

Publicado el 14 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
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