El Hombre que Corrompió a Hadleyburg

Mark Twain


Novela



I

Ocurrió hace muchos años. Hadleyburg era la ciudad más honesta y austera de todas las regiones circundantes. Había mantenido inmaculada esa reputación durante el curso de tres generaciones, y estaba más orgullosa de ella que de cualquier otra de sus posesiones. Tan orgullosa estaba de ella, y tan ansiosa por asegurar su perpetuación, que comenzaba a enseñar los principios de la conducta honesta desde la misma cuna, y de enseñanzas semejantes construía los pilares de su cultura, a partir de aquel momento hasta todos los años futuros consagrados a la educación de esos niños. Del mismo modo, a través de todos esos años de formación, las tentaciones eran apartadas fuera del camino de la gente joven, de modo que su honestidad tuviera todas las oportunidades de acorazarse y solidificarse, y llegara a integrar los mismos huesos de esos jóvenes. Las ciudades vecinas estaban celosas de esta honorable supremacía y simulaban burlarse del orgullo de Hadleyburg, y lo calificaban de vanidad. Pero de todos modos se veían obligadas a aceptar que verdaderamente Hadleyburg constituía una ciudad incorruptible. Y si se los presionara, también hubieran reconocido que el mero hecho de que un joven proviniera de Hadleyburg era toda la recomendación que necesitaba en el momento de salir de su ciudad natal en busca de un empleo importante.

Pero llegó un momento, con el curso del tiempo, en el que Hadleyburg tuvo la mala fortuna de agraviar a un extranjero que estaba de paso por allí… Posiblemente sin saberlo, por cierto sin quererlo, ya que Hadleyburg se bastaba sola, y no tomaba en cuenta para nada ni a los extranjeros ni a sus opiniones. Sin embargo, hubiera hecho bien en hacer una excepción con este único caso, porque se trataba de un hombre amargo y vengativo. A través de todos sus vagabundeos en el curso de un año entero, él guardó el recuerdo de aquella injuria y dedicó todos sus momentos libres a tratar de inve

Fin del extracto del texto

Publicado el 11 de marzo de 2018 por Edu Robsy.
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