Libro gratis: El Lago de Ginebra
de Stendhal


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Cuento


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El Lago de Ginebra

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Edición física


Fragmento de «El Lago de Ginebra»

El lago de Ginebra. ¡Qué palabras para un corazón de dieciocho años! ¡Las rocas de Meillerie, J.-J. Rousseau, Vevey, La nueva Héloïse!

La pedantería no había mancillado las aguas del lago de Ginebra.

Divisé por fin aquel lago inmenso desde lo alto de las colinas de Changy; tiene en verdad apariencia de mar; se avista el lago, a lo largo, con una extensión de doce leguas por lo menos. El aire era tan limpio que veía cómo el humo de las chimeneas de Lausana, a siete leguas, subía en columnas ondulantes y verticales.

—¿Tienes diez céntimos para el postillón?

Thélinge repetía esas palabras, de mal humor, por tercera o cuarta vez; le di dos monedas de seis ochavos, es decir, quince céntimos.

—En bonita situación me has puesto —repitió cuando se alejó el postillón—. ¿Pretendes que le pida a un niño que me devuelva cinco céntimos? Además, ya se sabe lo que van a contestar, que no llevan suelto.

La acritud de Thélinge era tremenda. No dejó de reñirme. Me llevaba dieciocho meses, era el hermano más joven de la famosa casa Félix Thélinge & Cía, la primera de mi país. Siguió hablando mucho rato. Yo estaba encantado de ver mi lago y muy fastidiado por estar con él. Él, por su parte, creía que aquel contento tan grande que tenía yo era puro teatro, o intentaba creerlo. Porque Thélinge tenía mucho más mundo que yo. Nunca he sabido disimular la dicha o el fastidio; a los dieciocho años debía de resultar transparente, sobre todo para un alma de procurador como la de Thélinge. Hoy tiene una fortuna de un millón cuatrocientos mil francos y la Legión de Honor; yo tengo una media paga de mil cuatrocientos cincuenta francos, he hecho catorce campañas y no me han condecorado. Da igual, no pienso cambiar. Dicen que Thélinge es tristón y adusto. No da con nadie que sea digno de casarse con su hija única. Yo sigo siendo el mismo y me arroba ver un lago hermoso o un baile bonito. ¡Y qué voy a decir de la música!


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Publicado el 16 de abril de 2018 por Edu Robsy.


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