Textos por orden alfabético de Wilkie Collins publicados el 6 de febrero de 2017

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autor: Wilkie Collins fecha: 06-02-2017


Dos Destinos

Wilkie Collins


Novela


Preludio. El invitado escribe relatando la cena

Han transcurrido muchos años desde que mi esposa y yo dejamos Estados Unidos para visitar Inglaterra por primera vez.

Viajábamos, por supuesto, con cartas de presentación. Una de ellas la había escrito el hermano de mi esposa y nos encomendaba a un caballero inglés que ocupaba un lugar destacado en su lista de viejos y apreciados amigos.

Al despedirnos, mi cuñado nos dijo:

—Conoceréis al señor George Germaine en una etapa muy interesante de su vida. Según las últimas noticias, se acaba de casar. No sé nada de su esposa ni tampoco de las circunstancias en que mi amigo la conoció. Pero de algo tengo la certeza: por la amistad que nos une, casado o soltero, George Germaine os dispensará, a ti y a tu esposa, un agradable recibimiento en Inglaterra.

El día después de nuestra llegada a Londres dejamos la carta de presentación en casa del señor Germaine.

A la mañana siguiente fuimos a ver en la metrópoli inglesa un monumento de gran interés para los americanos: la torre de Londres. A los ciudadanos de Estados Unidos les resulta de suma utilidad esta reliquia de tiempos pasados, pues exalta su estima patriótica por las instituciones republicanas. De regreso al hotel, la tarjeta de los señores Germaine nos indicó que ya nos habían devuelto la visita. Esa misma tarde, recibimos una invitación para cenar con la pareja recién casada. Iba adjunta a una pequeña nota de la señora Germaine dirigida a mi esposa, en la que nos advertía que no esperáramos unirnos a un gran grupo. «Es la primera cena que ofrecemos tras regresar de nuestro viaje de bodas», escribía, «y sólo conocerán a unos pocos viejos amigos de mi marido.»


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264 págs. / 7 horas, 43 minutos / 140 visitas.

Publicado el 6 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

El Dinero de Milady

Wilkie Collins


Novela


Personajes de la historia

MUJERES

Lady Lydiard (viuda de Lord Lydiard)
Isabel Miller (su hija adoptiva)
La señorita Pink (de South Morden)
La Honorable señora Drumblade (hermana del Honorable Alfred Hardyman)

HOMBRES

El Honorable Alfred Hardyman (del criadero de caballos)
El señor Felix Sweetsir (sobrino de Lady Lydiard)
Robert Moody (factótum de Lady Lydiard)
El señor Troy (abogado de Lady Lydiard)
El Viejo Sharon (en un apartado de la Bohemia legal)

ANIMALES

Tommie (el perro de Lady Lydiard)

Primera parte. La desaparición

Capítulo I

La anciana Lady Lydiard estaba sentada, meditando, al lado de la chimenea, con tres cartas en el regazo.

El tiempo había descolorido el papel y desteñido la tinta hasta darles un tono ocre. Todas las cartas iban dirigidas a la misma persona: Al Honorable Lord Lydiard; y todas ellas firmadas de la misma forma: Tu afectísimo primo James Tollmidge. A juzgar por estos ejemplos de correspondencia, el señor Tollmidge debía de haber tenido un gran mérito como escritor de cartas: el mérito de la brevedad. Si se le hubiera dejado hablar, no hubiera alterado la paciencia de nadie. Permitámosle, pues, en su propia y exagerada forma, hablar por sí solo.


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Publicado el 6 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

El Hombre de Negro

Wilkie Collins


Novela


ANTES DE LA HISTORIA

Primera escena. Boulogne-sur Mer: El duelo

I

Los médicos no podían hacer nada más por lady Berrick. Cuando los médicos de una dama que ha alcanzado los setenta años de edad recomiendan el suave clima del sur de Francia, lo que quieren dar a entender, a la pata la llana, es que han agotado todos sus recursos. La viuda decidió concederle su oportunidad al suave clima francés, y a continuación decidió (según sus propias palabras) «morir en casa». El viaje de regreso fue lento, y la última vez que oí hablar de ella había llegado a París. Fue a principios de noviembre. Una semana después me encontré en el club con su sobrino, Lewis Romayne.

—¿Qué te trae a Londres en esta época del año: —pregunté.

—La fatalidad me persigue —respondió con gesto grave—. Soy uno de los hombres más desdichados de la tierra.

Tenía treinta años; no estaba casado; era el envidiable poseedor de una antigua y hermosa finca, Vange Abbey; no tenía parientes pobres; era uno de los hombres más apuestos de Inglaterra. Si a eso añadimos que yo soy un oficial retirado del ejército, que mi renta es paupérrima, mi esposa desagradable y mis cuatro hijos feos, y que llevo a mis espaldas una carga de cincuenta años, a nadie le sorprenderá que mis palabras de respuesta a Romayne, llenas de amarga sinceridad, fueran las siguientes:

—¡Pues que el Cielo me conceda poder intercambiar nuestros lugares!

—¡Que el Cielo te lo conceda! —profirió con igual sinceridad—. Lee esto.


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Publicado el 6 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

La Hija de Jezabel

Wilkie Collins


Novela


PRIMERA PARTE

El señor David Glenney evoca
sus recuerdos y da inicio
a la historia

CAPÍTULO I

En lo que toca a la hija de Jezabel, mis remembranzas se inician con la muerte de dos caballeros extranjeros, en dos países distintos, el mismo día del mismo año.

Ambos eran hombres de cierta importancia en sus respectivas esferas, y eran desconocidos el uno para el otro.

El señor Ephraim Wagner, comerciante (originalmente de Frankfurt del Main), falleció en Londres el 3 de septiembre de 1828.

El doctor Fontaine —famoso en su tiempo por los descubrimientos que realizó en el campo de la química experimental— murió en Wurtzburgo el 3 de septiembre de 1828.

Al comerciante y al doctor los sobrevivieron sendas viudas. La viuda del comerciante (una inglesa) no tenía hijos. La viuda del doctor (descendiente de una familia del sur de Alemania) tenía una hija en la cual encontrar consuelo.

En esa lejana época —escribo estas líneas en el año de 1878, a medio siglo de distancia de los hechos— yo era un joven empleado en la oficina del señor Wagner. Como era sobrino de su esposa, me había recibido con toda amabilidad como un miembro más de su hogar. Lo que relataré a continuación, lo vi con mis propios ojos y lo escuché con mis propios oídos. Mi memoria es confiable. Como otros ancianos, recuerdo los sucesos que tuvieron lugar en los inicios de mi vida con mucha más claridad que los que ocurrieron hace sólo dos o tres años.


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324 págs. / 9 horas, 28 minutos / 68 visitas.

Publicado el 6 de febrero de 2017 por Edu Robsy.