La Dama de Verona

Anatole France


Cuento


Este relato fue hallado por el R.P. Adone Doni en los archivos del convento de Santa Croce, de Verona:

«La señora Eletta de Verona era tan maravillosamente bella y bien formada que los eruditos de la ciudad que tenían conocimientos de historia y mitología llamaban a su señora madre con los nombres de Leto, Leda o Sémele, dando a entender así que la hija había sido engendrada en ella por algún Zeus antes que por cualquier hombre mortal como eran el marido y los amantes de la citada señora. Pero los más sabios, sobre todo fray Battista, que fue antes que yo guardián del convento de la Santa Croce, consideraban que semejante belleza corporal tenía algo que ver con el diablo que es un artista en el sentido en el que lo interpretaba Nerón, emperador de los romanos, que decía al morir: «¡Qué artista perece!». Y no hay duda de que Satanás, el enemigo de Dios, que es muy hábil con los metales, es también excelente trabajando la carne humana. Yo que les estoy hablando, que tengo un amplio conocimiento del mundo, he visto en múltiples ocasiones campanas e imágenes de hombres fabricadas por el enemigo del género humano. Sus artimañas son increíbles. Tuve igualmente conocimiento de hijos que algunas mujeres concibieron por obra del diablo, pero sobre esta cuestión mis labios están sellados por el secreto de confesión. Me limitaré pues a decir que corrían extrañas teorías acerca del nacimiento de la señora Eletta.

Vi a esta dama por primera vez en la plaza de Verona, el Viernes Santo del año 1320, cuando ella acababa de cumplir los catorce años. Y la seguí viendo a partir de entonces en los paseos y en las iglesias que frecuentaban las damas. Era como una pintura realizada por un magnífico artista. Tenía el cabello rubio ensortijado, la frente blanca, los ojos de un color que sólo se encuentra en una piedra preciosa denominada aguamarina, las mejillas rosadas, la nariz recta y fina. Su boca imitaba al arco de Cupido y

Fin del extracto del texto

Publicado el 14 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
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