Cantar de los Nibelungos

Anónimo


Poema épico


Canto I. El sueño de Crimilda
Canto II. Sigfrido
Canto III. De cómo Sigfrido llegó hasta Worms
Canto IV. De cómo Sigfrido combatió a los Sahsen
Canto V. De cómo Sigfrido vio a Crimilda por primera vez
Canto VI. De cómo Gunter fue a Islandia para ver a Brunequilda
Canto VII. De cómo Gunter obtuvo a Brunequilda
Canto VIII. De cómo Sigfrido se dirigió en busca de los Nibelungos
Canto IX. De cómo Sigfrido fiie enviado a Worms
Canto X. De cómo Brunequilda fue recibida en Worms
Canto XI. De cómo Sigfrido volvió a su país en compañía de su esposa
Canto XII. De cómo Gunter convidó a Sigfrido a su Corte
Canto XIII. De cómo fueron a la fiesta de la Corte
Canto XIV. Cómo surgió la cuestión entre las dos reinas
Canto XV. De cómo hicieron traición a Sigfrido
Canto XVI. De cómo Sigfrido fue asesinado
Canto XVII. De cómo Sigfrido fue llorado y enterrado
Canto XVIII. De cómo Sigemundo volvió a su país
Canto XIX. Cómo el tesoro de los Nibelungos fue llevado hasta Worms
Canto XX. De cómo el rey Etzel buscó a Crimilda
Canto XXI. De cómo Crimilda fue al Huneland
Canto XXII. De cómo Crimilda fue recibida por los Hunos
Canto XXIII. De cómo Crimilda pensó en vengar sus ofensas
Canto XXIV. De cómo Werbel y Schwemmel llevaron a cabo su mensaje
Canto XXV. De cómo los reyes fueron al país de los Hunos
Canto XXVI. De cómo Dankwart mató a Gelfrat
Canto XXVII. De cómo fueron recibidos en Bechlaren
Canto XXVIII. De cómo Crimilda recibió a Hagen
Canto XXIX. De cómo ni Hagen ni Volker se pusieron de pie ante Crimilda
CANTO XXX De cómo Hagen y Volker estuvieron de centinela
Canto XXXI. De cómo los señores fueron a la iglesia
Canto XXXII. De cómo Blodel luchó con Dankwart en el alojamiento
Canto XXXIII. De cómo los Borgoñones se batieron contra los Hunos
Canto XXXIV. De cómo sacaron los muertos de la sala
Canto XXXV. De cómo murió Iring
Canto XXXVI. De cómo la reina mando incendiar la sala
Canto XXXVII. De cómo fue muerto Rudiguero
Canto XXXVIII. De cómo murieron los guerreros de Dietrich
Canto XXXIX. De cómo murieron Gunter, Hagen y Crimilda

Canto I. El sueño de Crimilda

Las tradiciones de los antiguos tiempos nos refieren maravillas, nos hablan de héroes dignos de alabanza, de audaces empresas, de fiestas alegres, de lágrimas y de gemidos. Ahora podréis escuchar de nuevo la maravillosa historia de aquellos guerreros valerosos.

Vivía en Borgoña una joven tan bella, que en ningún país podría encontrarse otra que la aventajara en hermosura. Se llamaba Crimilda y era una hermosa mujer: por su causa muchos héroes debían perder la vida.

Muchos valientes guerreros se atrevían a pretenderla en mente, como se debe hacer con una virgen digna de amor; nadie la odiaba. Su noble cuerpo era notablemente bello, y las cualidades de aquella joven hubieran sido ornamento de cualquier mujer

La guardaban tres poderosos reyes, nobles y ricos; Gunter y Gernot, guerreros ilustres, y él joven Geiselher, un guerrero distinguido. La joven era hermana de ellos y sus mayores tenían que cuidarla.

Estos príncipes eran buenos y descendían de muy ilustre linaje: héroes probados, eran sumamente fuertes y de una audacia extraordinaria. El país a que pertenecían se llamaba Borgoña y habían realizado prodigios de valor en el reino de Etzel.

En el tiempo de su poder, habitaban en Worms, sobre el Rhin: muchos nobles y valientes caballeros les sirvieron con honor hasta su muerte, mas perecieron tristemente a causa de los celos de dos notables mujeres.

Uta, se llamaba su madre, reina poderosa; y el padre Dankrat, que al morir les dejara una cuantiosa herencia, estaba dotado de grandísima fuerza; también en su juventud había conquistado inmarcesible gloria.

Como he dicho ya, los tres reyes eran valerosos, por lo que tenían a su servicio los mejores guerreros de que se había oído hablar, todos muy vigorosos y sumamente intrépidos en el combate.

Se llamaban Hagen de Troneja y su hermano, el muy hábil Dankwart; Ortewein de M

Fin del extracto del texto

Publicado el 26 de febrero de 2018 por Edu Robsy.
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