Cronología Conyugal

Antonio de Trueba


Teatro



Jornada cómica

(Este cuento popular si bien algo picarillo es, tiene también su enseñanza, que no conviene echar en saco roto, y por eso lo recogí y versifiqué cuando aún me dominaban resabios de la mocedad.)

Personas

Cazador 1.°—Cazador 2.°—Péru.—Un chico de ocho-años.—Una caserío de Baracaldo, en Vizcaya. En la portalada un emparrado con tina mesa y bancos. Sobre la puerta de la casa un ramo fresco. A la derecha de la portalada un cerezo. Anda por allí jugando un chico, que viste pantalón de algodón azul, llamado «mal año para ello».

Escena primera

Dos cazadores bilbaínos, con escopetas y burjacas, que por la izquierda de la casa aparecen, fatigados de calor.

CAZADOR 1.°
¡Esto es asarse vivo!

CAZ. 2.°
¡Yo sudo caldo!

CAZ. 1.°
¿Dónde estarán las fuentes
de Baracaldo.
que no hay ni rastro de ellas
en el camino?

CAZ. 2.°
Aquí escasea el agua
y abunda el vino.

CAZ. 1.°
Yo bebería ahora
todo un estanque.

CAZ. 2.°
Yo también.

CAZ. 1.°
Calla, ¡en casa
de Péru hay abranque!

CAZ. 2.°
Pues vamos á sentarnos
bajo la parra. (Se sientan).

CAZ. 1.°
Vamos.

CAZ. 2.°
(Llamando.) ¿Péru?

Escena II

Cazadores y Péru.

PÉRU (saliendo de la casa.)
¿Qué quieren?

CAZADOR 1.º
Saca una jarra.

PÉRU
¡Je! ¡Tengo una pipilla
que tiene un zumo!

CAZ. 1.°
¿Sí? Pues esa es la pipa
de que yo fumo.
¡Anda! (Entrase Péru.)

Escena III

Los cazadores.

CAZ. 1.°
Refrescaremos
manita á mano
á la apacible sombra
de este «antuzano».
y así..como quien dice
de sobremesa.
te contaré una historia
baracaldesa.
Que en Baracaldo abundan
historias lindas.
sonrosadas y dulces.
como las guindas.
sin que por eso dejen
de abundar cuentos.
que tienen el picante
de los pimientos.
y así como aquí hay hombres
«espirituales»
como lo de las viñas
y los parrales.
hay también algunos
¡voto á bríos Baco!
que es lástima no pazcan
hacia Buzaco.

Escena IV

Los cazadores.—Péru.—El chico.

CAZADOR 2.° (viendo aparecer á Péru con una jarra grande y dos vasos.)
Venga, Péru.

PÉRU
Aquí tienen
media por barba
del que hoy he taponado.

CAZ. 1.°
¡No es mala parva!

PÉRU
Ya verán cómo alegra
la pajarilla.

(Beben los cazadores el vino que Pera ha escanciado.)

CAZ. 1.°
¡Bueno es! ¿Y dónde tienes á tu costilla.
que hoy por aquí no vemos su lindo rostro?

PÉRU
Está á ver al indiano
de Somorrostro.

CAZ. 1.°
¿Qué, son amigos?

PÉRU (con orgullo).
Mucho;
casi de toda
la vida, es decir, de antes
de nuestra boda.

CAZ. 1°
¿Y ese chico?

PÉRU
El primero
que parió aquella.
(El chico sube al cerezo.)

CAZ. 1.°
¿Será listo?

PÉRU
Más listo
que una centella.
¡Mírenle! El mejor día
se descalabra.
Baja de ese cerezo
hijo de cabra,
que te mato si rompes
el calzón majo
de «mal año para ello».

CHICO
¡Padre! ya bajo.
¡Ay!

(El chico, al bajar del cerezo, rompe por una nalga el pantalón y se le sale la camisa.)

PÉRU
¡Lo ves hijo de una!...
¡Si he dé matarte!
Miren qué rasgón se ha hecho
¡salva la parte!
Ya van dos pantalones
este verano.
¡Rompe, rompe, que tienes
el padre indiano!

(Entrase el chico.)

Escena V

Los cazadores solos.

CAZ. 2°
Ea, venga la historia
baracaldesa.

CAZ. 1.°
Es la historia de Péru.

CAZ. 2.°
Pues no me pesa.
porque según la calma
de ese tozudo...

CAZ. 1.°
Suprime el consonante
que es muy agudo.
—Péru, el de Baracaldo.
cuando vió el rostro
de cierta morenilla
de Somorrostro.
enamoróse de ella
como un borrico,
porque era la muchacha
bocado rico.
y después que bailaron
juntos un corro,
no sé si en San Lorenzo
ó en el Socorro,
y saborearon juntos
lo del sarmiento.
hubo palabra mutua
de casamiento.
Y á pesar de que un viejo,
sabio y astuto.
le dijo á Péru: Péru.
no seas bruto;
antes que á espaldas eches
gente de faldas.
ve si esa gente es digna
de tus espaldas,
que después que te cases
no hay «yo me aburro».
sino tener la santa
«calma del burro»;
previas ocho ó diez onzas.
que como dote
dió á la somorrostrana
cierto indianote.
se casaron en Múrquez
una mañana,
Péru y la morenilla
somorrostrana.
Meses después que el cura
le echó la soga.
que unos llaman «me aprieta»
y otros «me ahoga».
Péru salió de casa
con ceño adusto
y echando cada taco
que daba susto;
y como tropezara
con aquel viejo
que cuando lo de marras
le dió un consejo.
y el viejo, al escucharle
tal letanía.
le preguntase qué era
lo que tenía.
—«Lo que yo tengo, dijo
Péru al abuelo.
chorreándole bilis
que era un consuelo.
es que la morenilla
somorrostrana.
se me ha hecho dos pedazos
esta mañana.
y estoy hecho una fiera
con el consorcio,
y á pedir voy ahora
mismo el divorcio;
porque yo no esperaba
tales reveses,
hasta que se cumplieran
los nueve meses.»
Santiguándose el viejo,
sabio y astuto.
dijo: «No creí, Péru,
que eras tan bruto,
ni creí que tu chola
fuera tan flaca,
que sacase las cuentas
como las saca.
Ya que hay buenas gallinas
en Baracaldo.
dale á tu mujer buenas
tazas de caldo.
que en ese alumbramiento
no veo traza
de que haya habido fraude ni calabaza.
—¿Que no? Tiene que haberle,
no hay más remedio,
pues me casé hace cuatro
meses y medio.
—En todos los dominios
baracaldeses.
cuatro meses y medio
son nueve meses.
—No me venga con broma
ni tontería,
que yo los he contado
día por día.
y cuatro y medio justos
son los que salen.
—Pues tus cuentas, son cuentas
que nada valen.
—¿Cómo que no?
—Hombre, escucha
y no seas bolo.
Tú metes en la cuenta
los días sólo,
y no metes las noches.
—Justo
—En materia
conyugal, son las noches
cosa muy seria.
—¡Vaya si lo son!
¿por qué demonio
has de decir que llevas
de matrimonio
cuatro meses y medio,
si llevas nueve,
añadiendo las noches
como se debe,
puesto que estás conforme
con que en materia
conyugal son las noches
cosa muy seria?
—¡Calla, pues está claro
como el sol bello!
¡Y yo, buey, que no había
caído en ello!»
Volvióse Péru á casa
tras esta escena,
pidió dos mil perdones
á su morena,
y desde entonces vive,
según discurro,
pensando, con la santa
calma del burro.
que en todos los dominios
baracaldeses,
cuatro meses y medio.
son nueve meses,
y engorda, engorda, engorda
como un tocino.

CAZ. 2.°
¡Bravo!

CAZ. 1.°
Acabó la historia.
y acabó el vino.
(Llama golpeando la mesa.)

Escena VI y última

PÉRU (saliendo y viendo que el chico ha vuelto á subir al cerezo.)
¡De juro el «motril» este
se descalabra!
¡Baja de eso cerezo,
hijo de cabra!

CAZ. 1.° (dando á Péru una moneda de plata.)
—Cobra.

PÉRU (al chico que ha bajado del cerezo, indicándole la jarra y los vasos)

CAZ. 1.° (Pasándole la mano por la cara al chico.)
¡Calla...en el rostro
se parece al indiano
de Somorrostro!

PÉRU
¡Pues no ha de parecerse!
La cosa es llana,
siendo como es su madre
somorrostrana,
y siendo cuando aquélla.
me entró en sus trotes,
el indiano y aquélla
tan amigotes.

CAZ. 1.°
Discurres Péru, amigo,
con mucho seso,
y así no es maravilla
que estés tan grueso.
Con lógica diversa
cada cual borda:
hay una que convence
y otra que engorda.
Adiós..

PÉRU (al volverse el chico llevándose los vasos y la jarra, ve que se le ha roto el pantalón por otro lado.)
Que se diviertan...
¡Jesús me valga!
¡Ya ha roto los calzones
por la otra nalga!
¡A ese romper, no dejas
un pantalón sano!
¡Rompe, rompe, que tienes
el padre indiano!

(Entrase tras él chico riñendo á éste, mientras los cazadores desaparecen por la derecha, sonriendo maliciosamente, y cae el telón.)


Publicado el 31 de octubre de 2021 por Edu Robsy.
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