Última novela de Columbine
Publicado el año anterior a la muerte de la autora, en su época más radical. La novela la dedica a Gregorio Marañón, llamándola «un homenaje al gran doctor Marañón, quien de la manera más competente y noble, ha iluminado el estudio de la intersexualidad con su piedad y ciencia».
Asimismo, en el prólogo de la novela, Marañón elogia a Burgos por su clara comprensión de sus teorías y la incorporación de su concepto de intersexualidad en el desarrollo de los personajes. En esta novela se traza, con fina intuición, la trayectoria del alma de una mujer, desde su fase de feminidad intacta, hasta que esta feminidad es resquebrajada, por el crecimiento oculto de sordas raíces de virilidad.