El Mayorazgo

E.T.A. Hoffmann


Novela corta


A orillas del Báltico se encuentra la casa solariega de la noble familia von R., conocida como mansión R. El paisaje es inhóspito y yermo; apenas brota la hierba entre las inmensas arenas movedizas, y en lugar del jardín que suele adornar las casas señoriales, se concentra junto a las desnudas murallas del lado que mira a tierra un mísero pinar cuyo eterno y sombrío luto desprecia las galas y colores de la primavera y en el que en lugar del júbilo feliz de los pajarillos que despiertan al nuevo deseo de vivir, tan sólo retumba el lúgubre graznido de los cuervos, el grito chillón de las gaviotas que anuncian las tormentas. A un cuarto de hora de aquí la naturaleza se transforma repentinamente. Como por arte de magia nos vemos transportados a un mundo de campos floridos y de tierras y prados fértiles. Divisamos el pueblo, grande y rico, con la espaciosa vivienda del inspector. Al otro extremo de un agradable bosquecillo de álamos pueden verse los cimientos de un gran palacio que uno de los antiguos propietarios tenía pensado construir. Sus sucesores, instalados en sus propiedades en Curland, abandonaron la construcción, e incluso el barón Roderich von R. si bien fijó su residencia en la casa de sus padres no quiso seguir construyendo ya que a su naturaleza huraña y sombría le convenía mejor la estancia en la vieja y solitaria mansión. Hizo reparar el edificio en ruinas de la mejor manera y se encerró en él con un mayordomo melancólico y unos pocos criados. Rara vez se le veía por el pueblo. En cambio paseaba y cabalgaba a menudo por la playa. Desde la distancia parecía que hablara a las olas y escuchara con atención los bramidos y borboteos del oleaje, como si percibiera la respuesta o la voz del espíritu del mar.

En la parte más alta de la atalaya se había hecho instalar un gabinete provisto de telescopio y toda clase de aparatos astronómicos. De día, con la mirada puesta en el mar, observaba los barcos que, semej

Fin del extracto del texto

Publicado el 5 de noviembre de 2018 por Edu Robsy.
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