El Dinero en la Literatura

Émile Zola


Ensayo



A menudo, oigo a mi alrededor esta queja: «El espíritu literario se va, las letras están desbordadas por el mercantilismo, el dinero mata el espíritu». Éstas son otras tantas llorosas acusaciones contra nuestra democracia que invade salones y academias, que trastorna el bello lenguaje, que hace del escritor un comerciante como cualquier otro, que coloca o no sus mercancías, según la marca de fábrica, que amasa una fortuna o muere en la miseria.

Pues bien, me irritan estas quejas y acusaciones. Cierto es, en principio, que el espíritu literario, tal como se entendía en el siglo XVII o en el XVIII, no es, en absoluto, el espíritu literario del siglo XIX. Un movimiento intelectual y social ha conducido poco a poco a una evolución que en la actualidad está ya completa. Ante todo, veamos cuál es esta transformación. Acto seguido, me será fácil determinar el papel del dinero en nuestra literatura moderna.

I

Últimamente, he releído los estudios críticos de Sainte-Beuve, aquella serie interminable de volúmenes a lo largo de los cuales el escritor se confesaba. Y fue en el transcurso de estas lecturas cuando me sorprendieron las modificaciones profundas que se han producido en nuestro espíritu literario. Sainte-Beuve, hombre de una inteligencia ágil y extensa, capaz de gustar las obras modernas, tenía también una tierna preferencia por las obras del pasado; practicaba religiosamente los antiguos y los clásicos. En él había como una especie de lamento, como una nostalgia por los tiempos pasados, una nostalgia del siglo XVII sobre todo, que se escapa en una página, en una frase, a propósito de no importa qué tema. Admitía la época actual, se vanagloriaba de conocer y comprender todas las producciones; pero su temperamento lo arrastraba, volvía al pasado y vivía más a gusto, con alegrías melancólicas, en sus recuerdos de erudito y de ilustrado. Había nacido doscientos años demas

Fin del extracto del texto

Publicado el 23 de marzo de 2017 por Edu Robsy.
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