El Vientre de París

Émile Zola


Novela



Uno

En medio de un gran silencio, y en la avenida desierta, los carros de los hortelanos subían hacia París, entre el traqueteo cadencioso de las ruedas, cuyos ecos golpeaban las fachadas de las casas, dormidas a los dos bordes, tras las líneas confusas de los olmos. Un volquete de coles y un volquete de guisantes se habían unido, en el puente de Neuilly, a los ocho carros de nabos y zanahorias que bajaban de Nanterre; y los caballos marchaban por sí solos, la cabeza gacha, con su paso continuo y perezoso que la subida hacía aún más lento. En lo alto, sobre el cargamento de verduras, tumbados boca abajo, cubiertos con sus tabardos de rayitas negras y grises, los carreteros dormitaban, con las riendas en la mano. Un reverbero de gas, al salir de una franja de sombra, iluminaba los clavos de un zapato, la manga azul de una blusa, un trozo de gorra, entrevistos en aquella floración enorme de los ramilletes rojos de las zanahorias, los ramilletes blancos de los nabos, el deslumbrante verdor de guisantes y coles. Y por la carretera, por los caminos vecinos, por delante y por detrás, lejanos ronquidos de acarreos anunciaban convoyes similares, toda una afluencia de mercancías que atravesaban las tinieblas y el pesado sueño de las dos de la madrugada, acunando a la ciudad negra con el ruido de los alimentos que pasaban.

Baltasar, el caballo de la señora François, un animal demasiado gordo, encabezaba la fila. Caminaba, medio dormido, balanceando las orejas, cuando, a la altura de la calle de Longchamps, un respingo de miedo lo clavó en seco sobre sus cuatro patas. Los otros animales fueron a darse de cabeza contra la trasera de los carros, y la fila se detuvo, entre sacudidas de chatarra, en medio de los juramentos de los carreteros que se habían despertado. La señora François, adosada a una tablilla contra sus verduras, miraba, no veía nada, al débil resplandor proyectado a la izquierda por el farolito cua

Fin del extracto del texto

Publicado el 24 de marzo de 2017 por Edu Robsy.
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