Libro gratis: El Niño de Cera
de Emilia Pardo Bazán


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El Niño de Cera

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Fragmento de «El Niño de Cera»

No se le ocurría solución alguna para el momento en que fuese forzoso enterar a la niña de que iba a tener nuevamente «papá…»; pero aquella misma mañana, víspera de Navidad, en un paseo a pie por las calles más solitarias del Retiro, a la hora en que el sol enrubia la arena con toques de esplendor, había quedado convenido que Nora entraría en el convento, en el propio convento de la Ascensión, al amparo de su tía doña Leonor Arlanza, para quedarse allí hasta una edad «presentable». «Si le dará la vida… Lo que tiene es puro mimo». Tal era la opinión del «papá» futuro, y la señora, entre preocupada y convencida, había acabado por acceder. Al menos, cuando Nora estuviese en la Ascensión, no vería su palidez, de cirio, sus dilatadas pupilas, la expresión precozmente grave de aquella cara que cada día, facción por facción y rasgo por rasgo, traía más a la memoria la faz del muerto.

Cosa resuelta. Mientras la niña se entretenía con las monjas, que sacaban regalillos al través de la reja y se deshacían en fiestas y arrumacos, la mamá cuchicheaba con la abadesa acerca del asunto. Sí, cuestión de hacer un viaje indispensable… El viaje duraría, ¿quién es capaz de saber?, quizás un año; más aún, probablemente… Norita no había de andar rodando por las fondas… En el convento estaría al primor. Y la abadesa aprobó con la cabeza; ¿dónde mejor? Allí, con su tía, con las madres, en aquel sosiego, lejos de peligros mundanos, preparándose a la primera comunión… Que la trajese cuando gustase, sin reparo; que la trajese y vería maravillas. ¡La madre Leonor iba a ponerse poco contenta! Tener allí a la sobrinita… Y la señora, al escuchar a la anciana monja, desdentada, babosa como una abuela, perdió los escrúpulos y se decidió a soltar de lleno el peso de la maternidad. ¡Se la cuidarían! Podía apartarla de sí, correr hacia la felicidad, como el barco que libre de lastre vuela al empuje de las olas…


4 págs. / 7 minutos.
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Publicado el 27 de febrero de 2021 por Edu Robsy.


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