Una versión muy diferente del rapto de Helena
Eurípides no sigue en esta obra la versión más popular del mito: la de que Helena, reina consorte de Esparta, abandona a su marido Menelao para fugarse con el frigio Paris a la ciudad de Troya, desencadenando así una guerra que involucra a muchos reinos y causa muchas muertes.
En cambio, refiere que no es Helena quien es raptada por Paris o se fuga con él, sino un espectro hecho de polvo de nube con la forma de Helena. La auténtica Helena es recogida por el dios Hermes y llevada a Egipto, donde reina Proteo. Allí es requerida en matrimonio por el hijo del rey Teoclímeno, episodio este que es introducido por Eurípides.
Esta versión, por tanto, pretende eximir a Helena de toda responsabilidad en la guerra de Troya.