Libro gratis: Amnesia
de Francisco A. Baldarena

(...) anterior; y como la otra mujer, esta otra, después de escuchar mi historia, me dijo que podía quedarme, ya que el marido era panadero y esa noche, justamente, ella se sentía muy sola y terriblemente carente de cariño. El único inconveniente fue que tuve que abandonar la casa antes de las cinco de la mañana, para no tener que darle explicaciones al marido, que seguramente no iba a entender sobre mi amnesia ni los argumentos de su esposa. El miércoles estuve todo el día sentado en una caja, pelando papas en un restaurante, trabajando como un negro; y a la noche terminé en una casa diferente a la de la noche anterior. Esta vez me tocó la mujer de un taxista, que casualmente se llamaba Ricardo y trabajaba regularmente desde las diez de la noche hasta las ocho de la mañana en el centro. Bien, resulta que Ricardo, quizás por poco movimiento, a eso de las tres de la madrugada, se apareció por la casa. «Qué carajo le voy a decir», pensé, pero no fue necesario explicarle nada, porque el tipo aprovechó (...)