Suspiro que no es desapercibido por los monos, que suspenden de inmediato lo que están haciendo y fijan su atención en Anand. Mirándose entre sí, como esperando una respuesta o indicando que no tienen ninguna, se quedan a la expectativa. Algunas miradas, sin embargo, van dirigidas a Bandor, el jefe de la manada, que, inmóvil como una piedra, ni pestañea, solamente mira hacia abajo, hacia la bandeja repleta de buñuelos. De pronto, el mayordomo irrumpe en el jardín.
3
La irrupción del mayordomo, saca a Anand del mundo de profundos suspiros y dulces sabores que le proporciona cada bocado del exquisito manjar que tanto lo deleita.
Mi señor...
¿Qué deseas, Kiran?
El señor Singh ha llegado y desea verlo. Anand frunce el ceño.
¿Singh, a esta hora? Mmm, está bien, dile que ya voy a su encuentro.
Sí, mi señor, responde el mayordomo, que tras una reverencia se aleja tan silencioso como ha venido.
Anand abandona la bandeja con pesar y va a ver qué desea el señor Singh.
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