Antes el Bozal que la Cruz

Francisco A. Baldarena


cuento


En una dimensión paralela.  




Jerusalén, año 33. 

La nave interdimensional se materializa en el desierto. Recién se ha puesto el sol. Secondtime Brudford, único tripulante, vestido de acuerdo a la época, sale de la nave, acciona el dispositivo de invisibilidad, a fin de ocultar la nave, lo guarda debajo de la túnica, que viste para no llamar la atención, y se encamina a Jerusalén. 

 Hay en la ciudad un hombre místico llamado Jesús, al que le ha sido impuesto el uso casi ininterrumpido de un bozal, impidiéndole así el habla; solamente tiene autorización (del gobierno) a cuatro intervalos diarios para sacarse el bozal y alimentarse. Jesús, además de místico, es también carpintero; pero resulta que desde hace veinte años Ikea tiene instalada una fábrica en Jerusalén, noventa por ciento robotizada; por lo tanto, los muebles en el mercado cuestan bien más barato que los hecho a mano —como los fabricados por Jesús—, y el resultado es que, por falta de dinero, el carpintero come una o dos veces al día, y la carpintería, que heredó de su padre, no va ni para adelante ni para atrás. 



Secondtime Brudford llega a Jerusalén, haciéndose pasar por viajero de un país distante, con la misión de convencer a Jesús a acompañarlo a su dimensión. Mientras recorre la ciudad fingiendo ser turista, Secondtime va preguntando a uno y a otro por el místico, hasta que da con un mercader de especias que le da su dirección y, además, detalles de su situación actual (que comparada con lo que había pasado en su dimensión, era el paraíso; información esta que Secondtime omitirá mencionar cuando se encuentre con Jesús). 

 Según el mercader, el místico carpintero, después de andar vagando por el desierto durante un período incierto, empezó a aparecer por los paseos y mercados públicos de Jerusalén hablando, para quien quisiera escuchar sus palabras, de promesas después de la muerte por parte de un supuesto padre superpoderoso llamado Dios, que había creado el universo, la tierra, los seres humanos, los animales y las plantas, y todo lo demás que se puede ver, tocar y oír. 

 —Y ocurrió que a algunos pocos poderosos —continuó el mercader—, a los que no les convenían los discursos subversivos de Jesús; y como dueños de la ciudad y la ley que son, decidieron, antes de cortarle la lengua y quebrarles los brazos para anular por completo la divulgación de lo que andaba proclamando, taparle la boca con un bozal de cuero. Jesús, que ya se veía mudo y casi paralítico, y tirado en una vereda polvorienta y sucia, esperando que algún piadoso le tire un mendrugo de pan, acató la orden; y a pesar de la competencia desleal por parte de la multinacional sueca, fabricante de muebles del tipo «compre-use-tire-y-vuelva-a-comprar», se dedicó de lleno a la carpintería. Al fin y al cabo, humilde como siempre fue, con poco se las arregla bastante bien. 



 «¿Cómo hacer para convencerlo a que me acompañe?» Secondtime piensa en eso y concluye que el bozal puede ser por dónde entrarle al fracasado carpintero. 

 A la hora del almuerzo, Secondtime aparece en la carpintería; por las dudas ha comprado pan y frutas en el mercado para ofrecerle a Jesús, presumiendo que este siempre debería andar hambriento. Jesús, el místico carpintero, escucha con suma atención lo que Secondtime tiene para decirle: su vida en la otra dimensión, desde su nacimiento hasta la veneración de casi medio mundo, dos mil años después; y, además, el boom que causaría su aparición y el consecuente convencimiento total hasta de los escépticos más recalcitrantes. En definitiva, le mostra el camino del comando global de la Tierra, y sin bozal alguno. 

 Cuando Secondtime para de hablar, Jesús toma la palabra y dice: 

 —Una sola cosa tengo para decir: antes el bozal que la cruz, aunque la Ikea me cague la vida y tenga que comer un día más o menos y otro, mal. 

 —Pero, Jesús, piensa en las ventajas —insiste Secondtime, y para convencer al otro apela a su estómago e intenta seducirlo por ese lado—; a comenzar por la comida, toda la que desees y cuando la quieras. ¡Los más ricos manjares, Jesús! Y, por otro lado... 

 Jesús levanta una mano, interrumpiendo a Secondtime, y le dice: 

 —Eso que dices no excluye la posibilidad de cosas peores que puedan pasarme, por lo tanto… A continuación Jesús le cuenta a Secondtime las cosas terribles que pueden ocurrirle a partir de su aparición. 

 —Y lo más siniestro y más macabro de todo —concluye Jesús—: por obra y arte de los que viven a costilla de mi palabra. 

 En ese instante Secondtime se da cuenta de dos cosas: que Jesús la tiene reclara y que si en su dimensión por tres veces el diablo quiso convencerlo a pasarse a su lado y por tres veces Jesús le había dicho que no, qué otra cosa le queda a un simple mortal como él, que el fracaso total. 

 —Por consiguiente —dice Jesús, guiñándole un ojo—: soy más valioso muerto, que vivo, y C´est fini. Después Jesús no dice nada más, sino que vuelve a sujetarse el bozal y, dándole la espalda al viajero interdimendional, se pone a lijar una silla, dando así por concluida la entrevista. 




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Publicado el 21 de enero de 2023 por Francisco A. Baldarena .
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