Enviar a Kindle «Educación holista la pedagogía del amor universal», de Fundación Ramón Gallegos

Por lo que respecta a la espiritualidad es una experiencia individual, natural y directa de lo sagrado, de lo trascendente, del fundamento último que es la esencia de todo lo que existe. La espiritualidad es transcultural y no puede ser afectada por las ideas de moda o las necesidades sociales o económicas. Su contexto cósmico es transhistórico ubicándose más allá del tiempo y del espacio.

En el libro de los Diálogos holistas Ramón Gallegos agrega que la compasión desde la espiritualidad es un gran interés por ayudar a los demás; Gallegos menciona que tener compasión es amor, interés genuino, y no lástima. Agrega que la filosofía perenne es la visión que indaga la naturaleza de la espiritualidad y es donde se encuentran las respuestas de las  grandes interrogantes de la vida. Es la fuente original de la sabiduría trascendental, es el espacio donde confluyen todas las religiones para dialogar, encontrarse y reconocer lo que tienen en común. La espiritualidad es la prioridad de la educación holista, la religión no es central, pero tampoco se descalifica. Agrega, en el diálogo sostenido con Rachale Kessler, que la espiritualidad es un rasgo distintivo de la educación holista que lo diferencia de las otras visiones educativas y le da una posición privilegiada como alternativa mundial para llevar a cabo procesos importantes para el desarrollo social y cultural de las comunidades humanas del siglo XXI. Entonces, la educación debe ser una oportunidad donde la llama de la espiritualidad pueda desplegarse en todo su potencial, para ello se necesita una mentalidad abierta donde padres, maestros y demás puedan respetar las preguntas fundamentales del estudiante: como ¿Quién soy¿, ¿Qué es la muerte¿ ¿Quién creó al mundo¿