Educación holista más allá de la calidad educativa

Fundación Ramón Gallegos


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El propósito de este ensayo es dar a conocer de manera sencilla y breve como surge la educación holísta, su enfoque, los principios por los que se rige, el papel del educador holísta, todo ello basado en la obra del Dr. Ramón Gallegos, así como una reflexión personal acerca de mi visión particular de la educación,  mi experiencia como docente,  el surgimiento de mi interés por la educación holísta  así como la experiencia que la Maestría de Educación Holista a aportado a mi visión actual de la misma.

La educación ha sido considerada desde la antigüedad, como una herramienta para preservar la estructura social imperante, es decir para perpetuar los valores, dogmas y tradiciones;   en una palabra la cultura misma,  que era impuesta generalmente por comunidades religiosas quienes decidían que era lo moral (bueno/malo), que conocimientos eran válidos y generalmente no eran cuestionados, pero también se trasmitían conocimientos tales como matemáticas, astronomía ejemplo de ello eran las escuelas egipcias, griegas y persas. Así mismo estos conocimientos eran reservados para las clases gobernantes y la casta sacerdotal.

La educación holísta es dar un salto cuántico, transformador, que requiere de dejar de ver con los ojos de la ciencia o la razón y aprender a utilizar otros medios o fuentes de conocimiento, de considerar al hombre como algo limitado y finito, para verlo en todo su esplendor y con todo su potencialidad.

Para poder cumplir con esta misión la educación holísta debe abandonar los viejos moldes, en los cuales los únicos canales de conocimiento son los sentidos y la razón. Concebir nuevas relaciones epistemologicas o niveles de conocimiento de acuerdo a los estratos de la realidad existentes.

La educación holísta, finca sus cimientos en doce principios básicos  que sustentan una pedagogía del amor universal.

En México y en todo el mundo, enfrentamos extraordinarios retos como humanidad, más que en ninguna otra época precedente, los cuales tienen que ver con nuestra manera de estar en el mundo, de nuestra concepción del ser y una falta de sentido de la trascendencia.

Si observamos con detenimiento a nuestro alrededor, veremos que el sufrimiento esta por doquier,  lo experimentamos nosotros, lo vemos en las  personas más allegadas, en nuestros vecinos y así sucesivamente hasta llegar al mundo entero. El peligro se cierne sobre nuestra existencia en el planeta, por la depredación de la que ha sido objeto en los dos últimos siglos.

Esta condición de sufrimiento no es que sea algo inherente al ser humano, tiene que ver,  como observaremos en este  ensayo,  con una visión errónea de nuestra naturaleza y de la realidad, esa es la causa del sufrimiento.  La Educación Holísta nos ofrece un faro y un camino para trascender estas visiones erróneas, abrir nuestros corazones y despertar a nuestra naturaleza espiritual.

A diferencia de otras propuestas educativas, las cuales se centran en reforzar las ideas que han llevado a la humanidad a esta crisis de valores y trascendencia, en donde la racionalidad instrumental es valorada pese a que, se ha demostrado que su uso exclusivo en nuestro estar en el mundo a generado gran sufrimiento.

Ante este panorama la educación holísta  no es una opción pedagógica de moda o con la novedad con la que se disfrazan viejos esquemas, es la integración de la sabiduría de los grandes maestros que a lo largo de los siglos, ha develado esta verdad perenne: somos seres espirituales viviendo una experiencia humana.

Estamos ante el surgimiento de un paradigma que se centra en los valores, el amor, la compasión, el honrar a la vida en todas sus manifestaciones, en buscar el equilibrio del hombre tanto interno como externo.

Lograr esto solo será posible desde la inteligencia espiritual, que es la capacidad de ser feliz, de sentirse conectado a todos los seres, de orden interno, de discernimiento, de conducta ética, de vivir en armonía con su entorno.

La inteligencia espiritual se sustenta en la filosofía perenne, que contiene la sabiduría, las practicas espirituales y los caminos que han sido recorridos por los iluminados.

¿Cómo se concibe la inteligencia espiritual?

Se considera inteligencia aquellas capacidades del ser humano que cumplan con dos requisitos: que tengan un sustento biológico y que sea una capacidad universal.

La inteligencia espiritual cumple con esos dos requisitos.  En las diferentes culturas y a través del tiempo, se encuentran las huellas del sendero espiritual que el hombre a trazado, hay un anhelo de espiritualidad tan fuerte como el de las necesidades biológicas. Aun separadas geográficamente y de manera asincrónica, hay una constante: El hombre es espiritual por naturaleza.

En cuanto al sustento biológico, los estudios que hoy en día se realizan, han dado cuenta de que el cerebro humano, a diferencia de los demás animales tiene la capacidad de la conciencia, es decir darse cuenta de su existencia  y de la necesidad de transcender. Hay una constante interrogación acerca del sentido de la existencia y la trascendencia, las preguntas perennes han acompañado al hombre a lo largo de su viaje por esta tierra, por lo que se aprecia esta capacidad universal del ser humano:  vivir la espiritualidad.

En las civilizaciones antiguas como la Griega, Egipcia, China, Indú, Persa, Romana, surgieron movimientos que pretendían ocuparse de  establecer códigos o instrucciones  para que el hombre pudiera vivir de manera espiritual, esto es en armonía consigo mismo y todo lo que le rodea, muchas de esas instrucciones o caminos espirituales nos han llegado en la actualidad, y de manera maravillosa coinciden todos ellos, conformando de esta manera la filosofía perenne, que es el corazón de la educación holísta.

Esto no significa un retroceso o un apego patológico al pasado, la filosofía perenne amalgama la sabiduría de todos los guías espirituales y maestros, a lo largo del tiempo, incluido el presente. Todas las tradiciones espirituales beben de la misma fuente, es por eso que la inteligencia espiritual es transcultural.

En la actualidad, gracias a las aportaciones de Gardner, se reconoce la existencia de inteligencias múltiples, desplazando la teoría de la inteligencia lógica-matemática o racionalidad instrumental, como única herramienta que posee el ser humano para interactuar con el medio y los que le rodean, reconociendo la inteligencia corporal, la inteligencia lógico-matemática, la inteligencia espacial, la inteligencia musical, inteligencia intrapersonal e inteligencia interpersonal y la inteligencia lingüística.

La educación holísta integra a este conjunto de inteligencias,  más aún, las trasciende. El modelo holísta incluye la inteligencia espiritual, que es la capacidad de ser feliz, honrar a la vida en todas sus manifestaciones, el reconocimiento del amor como la energía que sustenta la realidad última.

Así mismos jerarquiza estas inteligencias, a diferencia del modelo de Gardner en el cual todas las inteligencias tienen el mismo valor y todas están en el mismo nivel, la educación holista hace una revisión de las mismas y les da profundidad es decir, las integra en un modelo holárquico, de manera que la inteligencia espiritual es la capacidad de más valía.

 En educación holísta, la inteligencia espiritual es integrada a un modelo holárquico, en conjunto con las otras inteligencias mencionadas, agregando con ella un componente ético. Además es una inteligencia (espiritual) exclusivamente humana ya que engloba el sentido de trascendencia, la ética, el amor, la sabiduría, compasión, la gratitud  todos ellos elementos de la inteligencia espiritual.

El propósito central de la educación holista es la evolución de la conciencia a un nivel transpersonal. Esto se logra a través del desarrollo de la inteligencia espiritual.

La inteligencia espiritual, más puntualmente la espiritualidad no debe confundirse con la religiosidad, un culto, rituales, ofrendas y sacrificios, en donde se le rinde tributo a un dios en específico.

El Dr. Ramón Gallegos,  nos ofrece las siguientes definición de espiritualidad:

“La espiritualidad es entendida como la dimensión y el nivel incondicionado del ser humano, es experimentada como orden interno total, como ausencia de conflicto. La espiritualidad también es experimentada como amor universal y libertad incondicional” (Gallegos, 2000).

“La espiritualidad es entendida como una experiencia directa, inmediata, interna, de expansión de la conciencia y vivencia de la totalidad, donde reconocemos nuestra verdadera naturaleza y trae como resultado un sentido de paz, certidumbre, claridad, sabiduría, compasión y amor universal”(Gallegos, 2000).

La inteligencia espiritual, proporciona los atributos que las demás inteligencias carecen y que por sí solas no logran mejorar la educación, ya que es laica, trasnacional, integral.

En educación holísta, estas concepciones de las inteligencias y de la misma educación, están ligadas al grado de desarrollo de conciencia que se haya alcanzado la sociedad o en su conjunto la humanidad.

¿Porqué la inteligencia espiritual se considera de mayor importancia su desarrollo?

La inteligencia espiritual tiene características que son un imperativo en nuestra sociedad, que no sabe como resolver los problemas a los que se enfrenta y que le ha asignado a la educación nada más y nada menos que la misión transformadora de los seres humanos y la sociedad, pero en cada propuesta que hace y lleva a práctica ha fracasado, porque ha dejado de lado incluir esta inteligencia, que tiene las siguientes características y beneficios, que no ofrece ningún otro paradigma educativo.

La inteligencia espiritual sana el corazón y el alma, en esta realidad en donde el corazón esta confundido y la desesperanza se apodera de los hombres, porque no encuentran sentido en lo que hacen, les da la oportunidad de darse cuenta de que su naturaleza es la felicidad, actuar con sabiduría, ecuanimidad.

La inteligencia espiritual a través de la educación holísta, propone un modelo en donde los inteligencias están ordenadas en tres niveles, de acuerdo a las necesidades del ser humano que responda y en donde la inteligencia esta en la cúspide de la pirámide.

En la base se encuentra la inteligencia emocional, que esta relacionado con el mundo sensible, las emociones, el cuerpo.

En el siguiente nivel esta la inteligencia intelectual, que tiene que ver con el pensar, el desarrollo de las capacidades cognitivas.

La inteligencia espiritual no separa, integra a su vez la inteligencia emocional y la intelectual en un todo armónico, en donde cada una de estas inteligencias es utilizada de acuerdo al sustrato de la realidad en la que se actúa.

En primer termino educar no se refiere únicamente estar dentro de una escuela, dentro de aulas, con un horario determinado, con programas preestablecidos, el acto de educar se da en la vida cotidiana, aprender es vivir, vivir es aprender, entonces el ser humano siempre esta aprendiendo, esta en contacto constante con el conocer, con el convivir, con el hacer y con el ser. Así lo considera la UNESCO en los pilares de la educación.

En la visión holista,  el educador tiene un papel fundamental en esta concepción de la educación. “Nadie puede dar lo que no tiene”, es una frase de sabiduría popular que ilustra, que la educación holísta requiere de que el docente tenga una clara visión de la inteligencia espiritual, no de manera académica, que conozca los fundamentos filosóficos, epistemológicos, pedagógicos, etc. Si no que viva en congruencia con la práctica de la misma.

Es por eso que el educador holísta, apuesta por la evolución de la conciencia a través de una práctica espiritual, porque sabe que su crecimiento espiritual no es individual, con ello aporta a la humanidad entera.

La educación holísta promueve que dentro de las comunidades de aprendizaje una actitud ganar-ganar. La competencia no existe, no hay mejores y peores estudiantes, solo diferentes aprendizajes, que contribuyen al enriquecimiento de todos en conjunto.

La educación holísta distingue tres caminos para la práctica espiritual; el camino del amor, el camino de la compasión y el camino de la sabiduría.

El camino del amor o la devoción, es el camino del amor universal, se ve a dios en todos los seres, la felicidad viene de la ecuanimidad, de ser uno con dios.  Se ama porque esta en nuestra naturaleza el amor. No hay imágenes ni concepciones de dios como tal, si no como una expresión propia del amor que siente. No se necesita de iglesias, símbolos. El amor es un instrumento y un fin al mismo tiempo.

Esta vía es la más natural, pero encierra también un peligro, volverse dogma o fanatismo desmedido y que en nombre del amor a dios, se lleven actos contrarios a la naturaleza divina. 

El camino de la sabiduría, es el camino de la autoindagación. La experiencia de la divinidad tiene que ver con el descubrimiento de la propia naturaleza. Aquí no hay buscador porque no se puede buscar lo que ya se tiene, así que la búsqueda de la iluminación es imposible, el despertar es darse cuenta de que “eso eres tú”, la conciencia de que sé es un ser iluminado en sí mismo.

Este camino trasciende el ego, las concepciones e imágenes de dios, porque sé es de la misma sustancia que el padre. La meditación y la atención plena son los caminos que llevan al practicante al darse cuenta, es el camino del discernimiento.

Las ataduras son mentales, al darnos cuenta de ello actuaremos en consecuencia, con libertad. Las ataduras a lo material, a nuestra imagen, a las creencias, a nuestros pensamientos y costumbres. Este camino es el observar cuales con las pensamientos que nos atan, de esta manera al darnos cuenta que son ficticias las cadenas.

Uno de los maestros que señalo el camino de la sabiduría, fue Budha quien dejo instrucciones para el darnos cuenta, nos dejo las cuatro nobles verdades y el óctuple sendero, para llegar a la iluminación, que significa el que esta despierto.

Otro de los caminos que señala la educación holísta, es el camino de la compasión que tiene busca la realización espiritual a través del servicio desinteresado a los demás, que tiene como objeto aliviar del sufrimiento a todos los seres.

Es a través del amor universal que nos sentimos felices, vislumbramos  la presencia de lo divino en todas las cosas que nos rodean. La autoindagación nos lleva a descubrir a través de la práctica meditativa que nuestra naturaleza es divina, “yo soy dios y dios soy yo”, una vez que hemos despertado a nuestra propia naturaleza, la compasión nos pide que nos quedemos en el mundo, para guiar a otros en a recorrer el sendero espiritual.

Al abordar estos tres senderos en nuestras aulas, es imposible que la transformación de la educación no suceda, si bien es cierto que cada persona, cada sociedad tiene un nivel de consciencia desde la cual tenemos que saber discernir y actuar entendiendo el proceso que esta pasando y guiarlo a que avance en el descubrimiento de su espiritualidad.

Este aprender a ser, este último pilar de la educación, reconocido mundialmente por la UNESCO y que ha sido dejado de lado por seguir una educación mecanicista y de meme naranja. Existen intentos por incorporar estos conceptos como las competencias en las que se enuncia que el estudiante se conoce y cuida se sí,  se pierde al momento del ¿Cómo?.

La felicidad no es un aprendizaje que se considere en el curriculum tradicional de las escuelas, incluso es preferible tener alumnos que acumulen conocimientos que seres felices.

Lo más impactante es la confusión acerca de lo que es la felicidad, es como la búsqueda del Santo Grial, todos hablan de él pero nadie lo ha visto, así la felicidad se convierte en un mito, algo inalcanzable y que se requieren grandes esfuerzos para vislumbrar una chispa de felicidad, tan deseada y tan efímera.

Se confunde el bienestar material con felicidad, el apego con amor, la pasividad con la paz, la armonía con la no acción.

Los grandes problemas de la sociedad actual radican en la confusión de la felicidad con el hedonismo y el nihilismo. Hay una gran decepción de las ideologías que alguna vez alentaron a la humanidad a evolucionar. Ya las utopías han desaparecido, los jóvenes se encuentran ante una realidad (falsa) que los asusta y no encuentran quien los guíe, entre la desesperanza y la barbarie, así muchos de nuestros jóvenes perciben su vida.

Si observamos la realidad a través de la sabiduría perenne nos daremos cuenta que la felicidad y la espiritualidad no están separadas, son lo mismo y lo uno. No hay felicidad que alcanzar, es reconocer nuestra verdadera naturaleza, el Ser que habita en nosotros.

La educación holísta busca que los alumnos puedan vislumbrar esta verdad fundamental, que va más allá del conocimiento, es decir la sabiduría del reconocimiento de su naturaleza espiritual.

Así también la meditación es una herramienta imprescindible en la educación holista, ya que solo a través de esta llegaremos al entendimiento de la realidad última y de experienciar nuestra verdadera naturaleza.

 

BIBLIOGRAFÍA:

- Gallegos Nava Ramón (2000) El espíritu de la educación. Integridad y trascendencia en educación holista. Fundación Internacional para la Educación Holista, Guadalajara.

- Gallegos Nava Ramón (2008) Educación para la Vida y la Paz, más allá de la Calidad educativa. Fundación Internacional para la Educación Holista. Guadalajara.

- Gallegos Nava Ramón (2010) El Néctar de la Felicidad, Inteligencia Espiritual III, Fundación Internacional para la Educación Holista, Guadalajara.

- Gallegos Nava Ramón (2012) La Felicidad como Realidad Educativa, Aprendiendo a Ser Feliz. Fundación Internacional para la Educación Holista, Guadalajara.

 

 

Educación Holista Más Allá De La Calidad Educativa

Irene Vazquez

Fundación Ramón Gallegos

Posgrados en Educación Holista e Inteligencia Espiritual

2018. Guadalajara, México


Publicado el 15 de mayo de 2018 por Fundación Ramón Gallegos.
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