La Muñeca Sangrienta

Gastón Leroux


Novela



1. TRAS LAS CORTINAS

Benito Masson tenía su establecimiento en uno de los parajes más retirados, más apacibles y también más vetustos de la Ile-Saint-Louis. Benito Masson era encuadernador artístico, lo cual no le impedía vender tarjetas postales y dedicarse a un pequeño negocio de papelería en aquel barrio pasado de moda, especie de cuña provinciana en la capital, y que parece defendido, por su cinturón de agua, de la eterna bacanal que se ha convenido en llamar vida parisiense.

En aquella calle, cuyo nombre ha sido cambiado posteriormente, y que se llamaba aún no hace mucho tiempo calle del Santísimo Sacramento en la Isla, a la sombra de las viejas casonas que un par de siglos atrás fueron lugar de reunión de todo ingenio y elegancia, se han abierto o mejor dicho entreabierto una media docena de establecimientos, varias tiendas y una modesta relojería con la exorbitante pretensión de mantener apariencias de vida… Pues bien: de aquel callejón donde vivía nuestro encuadernador; de aquel barrio que parecía no existir más que gracias a sus recuerdos, ha salido una de las más prodigiosas aventuras, y hasta, si se nos apura, la más sublime, de la época actual. La aventura de Benito Masson fue, desde luego, sublime, porque constituyó una Fecha (con mayúscula, sí) en la historia de la Humanidad; pero, al mismo tiempo que sublime, fue espantosa… Y París, que conoció principalmente la parte de espanto, aún se estremece.

Para juzgarla debidamente, hay que tomarla desde sus principios. Atravesemos el puente Marte y miremos a nuestro alrededor. Admitiendo que la vida no se traduce exclusivamente por el movimiento, podemos considerar la verdad de que en la Ile-Saint-Louis, más que en cualquiera otra parte, hay siempre una vida intensa; pero en el dominio intelectual. Sin evocar las lejanas sombras de Voltaire y de madame Du Chfitelet, puede decirse que en todo tiempo pintores, poetas, escritores, han

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Publicado el 21 de marzo de 2017 por Edu Robsy.
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