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Edición física «Las Paradojas de Mr. Pond»
—Oh —dijo Mr. Pond, y se mesó pensativo la barba.
—Joan Varney —observó gravemente el abogado— declaró muy resuelta, antes de saber que había alguna anomalía o tragedia en este caso, que el capitán Gahagan se marchó de su casa diciéndole: «Me voy de visita a la casa de los Feversham.»
—Y usted pretende que esto se contradice con sus palabras a las otras dos —apostilló Mr. Pond.
—Categóricamente —aseveró Luke—. La otra hermana, célebre en el mundo teatral bajo su desnudo nombre de Violet Varney, paró al capitán cuando éste se disponía a salir e intercambió con él algunas frases convencionales. Pero, cuando ya salía, lo oyó decir claramente: «No voy a ir de visita a la casa de los Feversham; aún siguen en Brighton», o algo muy parecido.
—Y ahora pasemos —sonrió Mr. Pond— a mi joven amiga procedente de Pentápolis. ¿Qué pinta aquí, si puede saberse?
—El capitán se topó con ella al pie de las escaleras tras salir por la puerta principal —contestó Mr. Luke, sonriendo también—. Pletórica de entusiasmo, acudía a entrevistar a Violet Varney en calidad de «actriz y ciudadana». Ni ella ni Gahagan son personas que pasen inadvertidas... o que no se adviertan entre sí. Conque Gahagan también conversó con ella unos momentos; al cabo de los cuales se marchó, tocándose atentamente el gris sombrero de copa, diciendo que se iba sin más tardanza a su club.
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Publicado el 4 de febrero de 2017 por Edu Robsy.
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