Massimilla Doni

Honoré de Balzac


Novela corta



AL SEÑOR JACQUES STRUNZ

Mi querido Strunz: Pecaría de ingratitud si no ligara vuestro nombre a una de las dos obras que yo no habría podido escribir sin vuestra paciente complacencia y vuestras atenciones. Hallad, pues, aquí, un testimonio de mi agradecida amistad, por el valor con que habéis intentado, acaso sin éxito, iniciarme en las profundidades de la ciencia musical. Mas siempre me habréis enseñado lo que el genio oculta de dificultades y de trabajos en esos poemas que son para nosotros fuente de divinos placeres. Me habéis también procurado más de una vez la pequeña diversión de reír a costa de más de un pretendido experto. Algunos me tachan de ignorancia, sin sospechar, ni los consejos que debo a uno de los mejores críticos musicales, ni vuestra concienzuda asistencia. Acaso haya, sido yo el más infiel de los secretarios. De ser así, ciertamente que me consideraría un traicionero traductor sin saberlo, mas, no obstante, quiero poder preciarme siempre de ser uno de vuestros amigos.

De Balzac.

París, mayo 1839.

I. LOS DOS AMORES

Como lo saben los entendidos, la nobleza veneciana es la primera de Europa. Su Libro de Oro ha precedido a las Cruzadas, época en la que Venecia, resto de la Roma imperial y cristiana que se sumergió en las aguas para escapar de los bárbaros, ya poderosa, ya ilustre, dominaba el mundo político y comercial. Salvo algunas excepciones, esa nobleza está hoy enteramente arruinada. Entre los gondoleros que conducen a ingleses, a los que la historia muestra allí su porvenir, se hallan vástagos de antiguos dogos, cuya raza es más antigua que la de los soberanos. Sobre un puente bajo el cual pasará vuestra góndola, admiraréis a una sublime muchacha mal vestida, pobre criatura que acaso pertenezca a una de las más ilustres razas patricias. Cuando un pueblo de reyes está así, necesariamente se topan en él caracteres singulares. No re

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Publicado el 1 de abril de 2017 por Edu Robsy.
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