Libro gratis: Fanny
de Horacio Quiroga


    Sin votos


Cuento


0


Fanny


Leer en línea

Descargar PDF

Descargar ePub

Descargar Kindle

Edición dislexia

Enviar a Kindle

Enviar a Pocketbook

Regalar ebook

Edición física

Denunciar libro


Fragmento de «Fanny»

Así llegó a los quince años, y como hasta ese momento sus cariños habían sido pueriles en lo posible, bien que no escasos, su madre creyó era entonces forzoso hablarle seriamente, como lo hizo.

—Ya estás en la edad de comprender —concluyó la madre—, que lo que has hecho hasta ahora es vergonzoso para una mujer. Eres libre de enamorarte; pero te ruego tengas un poco más de dignidad, no encaprichándote a cada rato como una sirvienta. Puedes irte.

A pesar de todo, pocas noches después, saliendo inesperadamente al balcón en que ya estaba su hija, vio a un joven cruzar en ese instante la vereda en ángulo recto. Esta vez la indignación de la señora no tuvo límites.

—¡Muy lindo!… ¡Pero no tienes vergüenza! ¿Qué le hablas a ese otro? ¡Hipócrita! Con tus ojos —¡maldito sea el día en que te dijeron que eran lindos!— no haces más que llenarte de vergüenza. ¡Ah! ¡Pero te juro, mi hija, que vas a quedar curada, te lo juro!

No obstante, la indignada madre no tomó ninguna determinación curativa, por lo menos visible. El primer domingo fueron a pasar la tarde en casa de su otra hija. Leandro, un joven amigo del marido, estuvo bastante rendido con Fanny. Pocos días después la visita fue inversa, y Leandro cortejó decididamente a la chica. El joven, tonto y bien puesto, se distinguía por sus pretensiones de conquistador irresistible, y no se había dignado hasta ese entonces poner los ojos en Fanny, por creer su conquista sobrado modesta e insignificante. Ahora cambiaba. Fanny, que conocía la presunción de Leandro, resistió un tiempo; pero al fin cercada, asediada, su dulce corazón crédulo abriose, y el río insaciable de su ternura corrió de nuevo. Si antes sus amores contenidos le rendían muda en una silla soñadora, pudo entonces comprender qué ahogada era su felicidad de otro tiempo. Leandro iba a la casa todas las noches. Su madre favorecía claramente el tierno idilio. Libre de querer, en esos susurrantes dúos diarios, Fanny llegó a sentir que su corazón tenía ganas de llorar de tanta dicha.


2 págs. / 5 minutos.
454 visitas.
Publicado el 25 de octubre de 2020 por Edu Robsy.


Valoraciones


Este texto no ha recibido aún ninguna valoración.


Para valorar «Fanny» es necesario identificarse en textos.info.


Libros más populares de Horacio Quiroga

178 libros publicados.


Ver todos los libros