Miedos, inseguridad, la sensación de ahogarme sin estar en en el agua, el verte y empezar a llorar, el saber que no vas a volver pero a un así lo intento una y otra vez, tonto de mi, tu ya me abandonastes.
Esa sensación que tenía contigo de que podía ser vulnerable no la he vuelto a tener con nadie más, tus últimas palabras llenas de odio, de lágrimas, de angustia de no saber que iba ser de nosotros dos, ya que tú sin mi eres como una caja sin su contenido vacía y yo sin ti directamente no soy nada, mis últimas palabras hacia ti llenas de lágrimas de saber que no te volveré a ver con los mismos ojos, con la cabeza llena de tonterías que ni borracho haría pero que en ese momento las podría haber hecho y haber terminado con esto juego que llamamos vida. Todavía me acuerdo aquel día en el cual nos prometimos que estaríamos siempre juntos pasara lo que pasara, fuéramos o no novios, que seríamos amigos para cuidarnos, pero quién nos iba a decir a nosotros que en nuestro corazón albergamos tanto odio, que nuestra boca podía soltar tanta basura, que como dos personas se podían hacer tanto daño, de cómo dos personas que eran tan felices podían convertirse en personas que ya no podían albergar la palabra: amor hacia el otro, a día de hoy me acuerdo de una frase que me dijo mi amigo: “Chaval la felicidad como tal no existe”, en su día yo le conteste “que claro que existía”, si no lo que yo sentía en ese momento ¿que era?. A día de hoy yo le diría, que tiene más razón que un santo y no porque ya no estés tú en mi vida, si no por todo lo que te llevastes todo contigo e incluso esa palabra.
Al fin de cuentas yo estaba dispuesto a perderlo todo por algo, que se podía romper tal fácil, tan frágil, pero yo no lo supe, yo solo quise ver la fachada, yo solo quise ver la punta del iceberg, al final todo tiene más profundidad de lo que parece y la casa tiene algo más que el techo, pero a mi nadie me dijo que fueras como un huracán, que lo ibas a arrasar con todo, que le ibas a dar a mi vida una vuelta a 360 grados, por desgracia este huracán duro más de lo que me espere y como claro está, dejo más destrozo del que se esperaba, te diría lo típico, que después de la lluvia siempre sale el arcoiris, que siempre se arreglan las cosas,pero ese positivismo, esa alegría, esas ganas de ver la perspectiva desde un lado positivo, te la llevastes contigo, como todo lo bueno que tenía.
No te echo la culpa, yo también fui para ti como una tormenta, una persona como decias tu: “egoísta, que solo sabe mirar para su ombligo, que todo lo que tiene lo rompe, un veneno que la mataba poco a poco, una persona que parecía un buenazo pero que era el primero que jugaba con ella psicológicamente”, yo me lleve de ti esa sonrisa y esos ojos llenos de vida, yo no me quito la culpa de que te quite esos ojos llenos de vida que se fueron consumiendo poco a poco, con cada regañina, con cada calada de cigarrillo, con cada ida a avenida, con cada te dejo, con cada ya no te soporto, con cada lo nuestro ya no funcionó y con cada volvemos. Al final pasara el tiempo y contaremos lo nuestro con una sonrisa con un ojalá no hubiera pasado nada de esto, con un ojalá este feliz con otra persona, riéndote con tus amigas de la situación, con un ojalá construyas algo que no se destruya con tanta facilidad como lo nuestro.
Y como bien decías tú lo nuestro era imposible eso lo veía hasta un ciego pero no lo quería ver, yo lo único que quería ver es lo que veía todas mañanas y era tu rostro con una sonrisa que al final se convirtió en tristeza, en no dormir, en sólo discutir y en sobre todo acabar de dormir cada uno en un sitio diferente. Ya te lo dije en su día que yo no sentía remordimiento ninguno, que tarde o temprano tenía que pasar, que era imposible que fuéramos felices juntos, que yo ya estaba bien, que yo ya era feliz con otra persona, todo esto para que no te preocuparas, pero era evidente que no estaba bien, tenía ansiedad, tenía muchas cosas pero sobre todo tenía apego de ti, porque al final yo siempre pensé que a pesar de todo, que a pesar de los te odio, que todo eso tenía arreglo, y es que lo habíamos solucionado tantas veces que está era una más, que con que pasara el tiempo se iba a soluciona, que con hablar las cosas tranquilamente se iban a arreglar, pero tenía tanto miedo a volver a hacerte daño, tenía tanto miedo a volverme a sentirme un mierdas, tenía tanto miedo de que mis amigos se volvieran a reír de mí por volver contigo, tenía tanto miedo de que las amenazas de tu padre, que si volvía contigo me mataba, tenía tanto miedo de que la amenaza de mi madre de que si volvía contigo me echaba de casa, todos estos miedos y sobre todo el miedo de afrontar mis problemas, algo que ambos sabemos siempre se me ha dado mal, todo esto hizo que no te pidera perdón, que el día que me dijistes de hablar las cosas no me presentará, que el día que tu me dijstes de quedar lo atrasara hasta que fuera inevitable con la excusa de que estaba estudiando fuera, cuando yo todos los fines de semana pasaba por tu casa con la esperanza de que no abrieras la puerta y vieras en la persona que me había convertido,como dijo mi padre: “En vez de convertirte en un hombre, te has convertido en una persona sin vida en los ojos”.