Descargar PDF «El Lazarillo de Manzanares», de Juan Cortés de Tolosa

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118 págs. / 3 horas, 27 minutos / 183 KB.
9 de septiembre de 2016.


Fragmento de El Lazarillo de Manzanares

Ansí fue; diéronme el hueco de debajo de un escalera, un cofre con mi llave y la del aposentillo. Luego escribí a mis padres la buena fortuna que me había corrido y ellos me respondieron muy contentos, en particular mi madre, prometiéndome cumplir lo prometido.

Yo empecé mi obra acudiendo a lo concertado. Teníalos locos de contento porque les leía en un libro, y todas las coplas nuevas que salían. Regalábanme, queríanme y dábanme muchas cosas, y después de bien ganada la voluntad me dijo si la quería escribir un papel para un su primo, familiar de cierto colegio. Dije que sí, y en el discurso dél conocí que era primo carnal. Y es el caso que mi ama quería bien al familiar y mi amo a una hermana suya. Llevésele y fui en él muy encomendado, y tanto que, leído, me llevó a su aposento donde me hizo mil regalos, dándome confites y dineros y ofreciéndome encomendarme al preceptor de la gramática para que tuviese particular cuidado conmigo. Y a todo esto no cesaba yo de mirarle, y era ocasionado para ello, porque no he visto yo hombre más alto ni más cerrado de barba, más negra ni tan apretada; tanto, que parecía de las escobillas con que nos limpiamos la cabeza. Era tan negro como mis culpas, y como los dientes fuesen muy blancos y los labios colorados y lo demás tan negro, parecía, riéndose, Ganasa. Era carirredondo todo lo que vuesa merced mandare, y las narices tan romas que parecía tenerlas derramadas por la cara. Tenía una gran vara de medir de espalda y otra de pecho y dos de cintura. ¡Dejaba de comer por mirarle!


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