Un conmovedor relato
Domínguez solo tiene a su viejo caballo moribundo, pero el hambre aprieta y la pensión no llega.
Un conmovedor relato
Domínguez solo tiene a su viejo caballo moribundo, pero el hambre aprieta y la pensión no llega.
Sí. No deseaba ir. Pero dos días sin comer ablandan el cogote... Tal vez podía pedir fiado en el boliche nuevo. Pero a lo mejor el bolichero nuevo estaba avisado por los bolicheros viejos ... a los que Domínguez tenía "marcados y contramarcados". Y no es que fuera mal pagador. Lo que pasaba es que la pensión era muy chica. Y que cuando él cobraba se olvidaba que debía y se iba a comprar al centro con la plata en la mano.
Además por tres o cuatro días le gustaba ver vino, queso y dulce en la mesa.
Fue entonces que oyó el tambor y el clarín del circo. Un payaso jinete en un elefante andaba por las calles anunciando la función de la noche. Recordó enseguida que el hijo menor de Umpiérrez había pasado por allí, arrastrando una bolsa de gatos —una gata parida con seis gatitos— camino del circo.
—¿Qué herejías le andás haciendo a esos bichos? —le preguntó.
—Los llevo al circo... Compran gatos, perros y caballos, para darle de comer a las fieras...
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Publicado el 20 de abril de 2025 por Edu Robsy.
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