No hay más información sobre el texto «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino».
No hay más información sobre el texto «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino».
Leer en línea «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino»
Descargar PDF «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino»
Descargar ePub «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino»
Descargar Kindle «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino»
Edición dislexia «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino»
Enviar a Kindle «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino»
Enviar a Pocketbook «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino»
Regalar ebook «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino»
Edición física «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino»
Denunciar libro «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino»
Di las gracias al capitán Nemo, y me acerqué a los estantes de la biblioteca. Abundaban en ella los libros de ciencia, de moral y de literatura, escritos en numerosos idiomas, pero no vi ni una sola obra de economía política, disciplina que al parecer estaba allí severamente proscrita. Detalle curioso era el hecho de que todos aquellos libros, cualquiera que fuese la lengua en que estaban escritos, se hallaran clasificados indistintamente. Tal mezcla probaba que el capitán del Nautilus debía leer corrientemente los volúmenes que su mano tomaba al azar.
Entre tantos libros, vi las obras maestras de los más grandes escritores antiguos y modernos, es decir, todo lo que la humanidad ha producido de más bello en la historia, la poesía, la novela y la ciencia, desde Homero hasta Victor Hugo desde jenofonte hasta Michelet, desde Rabelais hasta la señora Sand. Pero los principales fondos de la biblioteca estaban integrados por obras científicas; los libros de mecánica, de balística, de hidrografía, de meteorología, de geografía, de geología, etc., ocupaban en ella un lugar no menos amplio que las obras de Historia Natural, y comprendí que constituían el principal estudio del capitán. Vi allí todas las obras de Humboldt, de Arago, los trabajos de Foucault, de Henri Sainte—Claire Deville, de Chasles, de Milne—Edwards, de Quatrefages, de Tyndall, de Faraday, de Berthelot, del abate Secchi, de Petermann, del comandante Maury, de Agassiz, etc.; las memorias de la Academia de Ciencias, los boletines de diferentes sociedades de Geografía, etcétera. Y también, y en buen lugar, los dos volúmenes que me habían valido probablemente esa acogida, relativamente caritativa, del capitán Nemo. Entre las obras que allí vi de Joseph Bertrand, la titulada Los fundadores de la Astronomía me dio incluso una fecha de referencia; como yo sabía que dicha obra databa de 1865, pude inferir que la instalación del Nautilus no se remontaba a una época anterior. Así, pues, la existencia submarina del capitán Nemo no pasaba de tres años como máximo. Tal vez —me dije— hallara obras más recientes que me permitieran fijar con exactitud la época, pero tenía mucho tiempo ante mí para proceder a tal investigación, y no quise retrasar más nuestro paseo por las maravillas del Nautilus.
448 págs. / 13 horas, 5 minutos.
5.433 visitas.
Publicado el 19 de mayo de 2016 por Edu Robsy.
Un viaje fantástico
Publicado el 2 de mayo de 2021
Todas las obras de Julio Verne permiten al lector integrarse en la historia y convertirse en un protagonista.
Para valorar «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino» es necesario identificarse en textos.info.
62 libros publicados.