El Relato de un Corsario Yanqui

Nathaniel Hawthorne


Novela



Introducción

Hojas manuscritas amarilleadas por el tiempo, con la tinta desvaída a trechos, emborronadas con manchones y lagunas que delatan la incuria o la impaciencia del escritor… siempre hay algo fascinador; de mortificante enigma en estos mudos mensajeros del pasado. El romanticismo rodea a estos quebradizos tesoros que algún afortunado buscador de antigüedades rescata de olvidados archivos gubernamentales, o que surgen de algún escondrijo de literatura perdida, o que, mejor aún y más acorde con la tradición preceptiva en estos casos, aguardan ser descubiertos en algún mohoso baúl de piel, arrumbado hace siglos en el polvoriento desván de una vetusta mansión familiar. Vale la pena rebuscar en tales baúles y desvanes, pues de no hacerlo dejarían de proporcionar un muy fértil terreno para el novelista y el más o menos crédulo historiador. La célebre arca de Chatterton fue sin duda pergeñada por la fantasía de aquel malaventurado poeta y los manuscritos que salieron de ella, despojados de su pretendida autenticidad, son apreciados hoy día por su intrínseco valor literario. Pero de tiempo en tiempo ve la luz algún manuscrito de genuina y probada antigüedad, ya sea proveniente de los archivos administrativos, ya del olvidado camaranchón familiar. Y cuando ocurre puede resultar revelador de hechos históricos o amenos en tanto que nos da cuenta de las costumbres y formas de vida de nuestros antepasados.

Uno de tales manuscritos llegó a mis manos hace ya más de siete años. Me lo dio la Reverenda Madre Dominica M. Alphonsa Lathrop (Rose Hawthorne Lathrop), hija de Nathaniel Hawthorne, tras haberlo descubierto entre otros muchos papeles familiares que guardaba desde que muchos años antes partiera de The Wayside, el solar familiar de los Hawthorne en Concord, Massachussets.

Un delicioso hallazgo a todas luces, y recuerdo vivamente la ansiedad con la que me abalancé sobre el manuscrito, con mis

Fin del extracto del texto

Publicado el 25 de mayo de 2017 por Edu Robsy.
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