No Hay Burlas con el Amor

Pedro Calderón de la Barca


Teatro, Comedia



Personas

D. Alonso de Luna.
D. Juan de Mendoza.
D. Luis Osorio.
D. Diego.
Moscatel, gracioso.
D. Pedro Enriquez, viejo.
Doña Beatriz, dama.
Doña Leonor, dama.
Inés, criada.

La accion pasa en Madrid.

Jornada primera

Escena I

Sala en casa de Don Alonso.

DON ALONSO; MOSCATEL, muy triste.

D. Alon:
¡Válgate el diablo! ¿qué tienes,
Que andas todos estos dias
Con mil necias fantasías?
Ni á tiempo á servirme vienes,
Ni á propósito respondes;
Y por errarlo dos veces,
Si no te llamo, pareces,
Y si te llamo, te escondes.
¿Qué es esto? Dílo.

Moscat:
¡Ay de mí!
Suspiros que el alma debe.

D. Alon:
¿Pues un pícaro se atreve
A suspirar hoy así?

Moscat:
Los pícaros ¿no tenemos
Alma?

D. Alon:
Sí, para sentir,
Y con rudeza decir
De su pena los extremos;
Mas no para suspirar;
Que suspirar es accion
Digna de noble pasion.

Moscat:
¿Y quién me puede quitar
La noble pasion á mí?

D. Alon:
¡Qué locuras!

Moscat:
¿Hay, señor
Más noble pasion que amor?

D. Alon:
Pudiera decir que sí;
Mas para ahorrar la cuestion,
Que no, digo.

Moscat:
¿Que no? Luego
Si yo á tener amor llego,
Noble será mi pasion.

D. Alon:
¿Tú amor?

Moscat:
Yo amor.

D. Alon:
Bien podia,
Si aquí tu locura empieza,
Reirme hoy de tu tristeza
Más que ayer de tu alegría.

Moscat:
Como tú nunca has sabido
Qué es estar enamorado;
Como siempre has estimado
La libertad que has tenido
Tanto, que á los dulces nombres
De amor, fueron tus placeres
Burlarte de las mujeres
Y reirte de los hombres,
De mí te ries, que estoy
De véras enamorado.

D. Alon:
Pues yo no quiero criado
Tan afectüoso. Hoy
De casa te has de ir.

Moscat:
Advierte...

D. Alon:
No hay ahora que advertir.

Moscat:
Mira...

D. Alon:
¿Qué querrás decir?

Moscat:
Que se ha trocado la suerte
Al paso, pues siempre dió
El teatro, enamorado
Al amo, y libre al criado.
No tengo la culpa yo
Desta mudanza; y así,
Deja que hoy el mundo vea
Esta novedad, y sea
Yo el galan, tú el libre.

D. Alon:
Aquí
Hoy no has de quedar.

Moscat:
¿Tan presto,
Que áun de buscar, no me das,
Otro amo, tiempo?

D. Alon:
No hay más
De irte al instante.

Escena II

DON JUAN. — DON ALONSO, MOSCATEL.

D. Juan:
¿Qué es esto?

D. Alon:
Es un pícaro, que ha hecho
La mayor bellaquería,
Bajeza y alevosía
Que cupo en humano pecho,
La más enorme traicion,
Que haber pudo imaginado.

D. Juan:
¿Qué ha sido?

D. Alon:
Hase enamorado.
Mirad si tengo razon
De darle tan bajo nombre;
Pues no hace alevosía,
Traicion ni bellaquería
Como enamorarse, un hombre.

D. Juan:
Amor es quien da valor
Y hace al hombre liberal,
Cuerdo y galan.

D. Alon:
¡Pese á tal!
De Los milagros de amor
La comedia me habeis hecho,
Que fué un engaño culpable;
Pues nadie hizo miserable,
De avaro y cobarde pecho
Al hombre, sino el amor.

D. Juan:
¿Qué es lo que decís?

D. Alon:
Oid,
Y este discurso advertid:
Vereis cuál prueba mejor.
El hombre que enamorado
Está, todo cuanto adquiere,
Para su dama lo quiere,
Sin que á amigo ni criado
Acuda, por acudir
A su gusto: luego es
Miserable amando, pues
No es ni se puede decir
Virtud, la que no es igual:
Y miserable no ha habido
Mayor, que el que solo ha sido
Con su gusto liberal.

D. Juan:
A vuestra sofistería
Nada quiero responder,
Don Alonso, por no hacer
Agravio á la pena mia,
Que es de amor; y si en su historia
Discurro, temo quedar
Vencido, y no quiero dar
Yo contra mí la victoria.
A buscaros he venido
Para consultar con vos
Un pesar; mas viendo (¡ay Dios!)
Que de mi amor ha nacido,
Le callaré, porque quien
Da á un criado tal castigo,
Mal escuchará á un amigo.

D. Alon:
No escuchará sino bien;
Que no es todo uno, Don Juan,
Ser vos el enamorado,
O el bergante de un criado;
Que vos sois noble, galan,
Rico, discreto, y en fin,
Vuestro es amar y querer;
Mas ¿por qué ha de encarecer
El amor la gente ruin?
Y porque sepais de mí
Que trato de un mismo modo
Burlas y véras, á todo
Me teneis, Don Juan, aquí.—
Salte allá fuera.

D. Juan:
Dejad
Que me oiga Moscatel;
Que á vos os busco y á él.

D. Alon:
Pues proseguid.

D. Juan:
Escuchad.
Ya, Don Alonso, sabeis
Cuán rendido prisionero
De la coyunda de amor,
El carro tiré de Vénus:
Tan fácil victoria suya,
Que no sé cuál fué primero,
Querer vencer ó vencerme;
Que un tiempo sobró á otro tiempo.
Ya sabeis que la disculpa
De tan noble rendimiento
Fué la beldad soberana,
Fué el soberano sujeto
De Doña Leonor Enriquez,
Hija del noble Don Pedro
Enriquez, de quien mi padre
Amigo fué muy estrecho.
Este, pues, milagro hermoso,
Este, pues, prodigio bello,
Es la dicha que conquisto,
Es la gloria que deseo.
No os digo que venturoso
Amante (¡ay de mí!) merezco
Favores suyos; que fuera
Descortés atrevimiento
Que los merezco decir:
Que aunque es verdad que los tengo,
Tenerlos es una cosa,
Y otra cosa merecerlos:
Y así, que los tengo, digo,
Que los merezco, no puedo;
Que es conseguir lo imposible,
Dicha, y no merecimiento.
Con este engaño, llevado
En las alas del deseo,
Lisonjeado de la noche,
Aplaudido del silencio,
Festejado de las sombras,
A quien más favores debo
Que al sol, que á la luz, que al dia,
Vivo de saber que muero,
Hasta que más declarado
Pueda á rostro descubierto
Pedirla á su noble padre,
De quien no dudo, ni temo
Que me la dé, porque iguales
Haciendas y nacimientos,
No hay que esperar, donde amor
Tiene hechos los conciertos.
La causa de no pedirla
Y casarme desde luego
Con ella, es (aquí entra ahora
La pension deste contento,
El subsidio desta dicha
Y el azar de aqueste encuentro)
Tener Leonor una hermana
Mayor; y como no es cuerdo
Discurso querer que case
A la segunda primero,
No me declaro con él:
Porque si á pedirle llego
Alguna de sus dos hijas
(Que claro está que no tengo
De decir á la que adoro),
Por ser la mayor, es cierto
Que me ha de dar á Beatriz;
Y si digo que no quiero
Sino á Leonor, es hacer
Sospechoso mi deseo,
Despertando la malicia
Que hoy yace en profundo sueño,
Y quizá perder la entrada
Que ahora en su casa tengo...
Si no es ya que está perdida
Con el más triste suceso
De amor, que me pasó anoche;
Pues la pena con que vengo
Buscándôs... Oidme, que aquí
Os he menester atento.
Beatriz, de Leonor hermana,
Es el más raro sujeto
Que vió Madrid, porque en él,
Siendo bellísima y siendo
Entendida, están echados
A perder, por los extremos
De una extraña condicion,
Belleza y entendimiento.
Es Doña Beatriz tan vana
De su persona, que creo
Que jamás á ningun hombre
Miró á la cara, teniendo
Por cierto que allí no hay más
De verle ella y caerse muerto.
De su ingenio es tan amante,
Que por galantear su ingenio,
Estudió latinidad
Y hizo castellanos versos.
Tan afectada en vestirse,
Que en todos los usos nuevos
Entra, y de ninguno sale.
Cada dia por lo ménos
Se riza dos ó tres veces,
Y ninguna á su contento.
Los melindres de Belisa,
Que fingió con tanto acierto
Lope de Vega, con ella
Son melindres muy pequeños;
Y con ser tan enfadosa
En estas cosas, no es esto
Lo peor, sino el hablar
Con tan estudiado afecto,
Que, crítica impertinente,
Varios poetas leyendo,
No habla palabra jamás
Sin frases y sin rodeos,
Tanto, que ninguno puede
Entenderla sin comento.
La lisonja y el aplauso
Que la dan algunos necios,
Tan soberbia, tan ufana
La tienen, que con desprecio
De la deidad del Amor,
Comunera es de su imperio.
Esta tema á todas horas,
Este enfado á todos tiempos,
Aborrecible la hacen
Tanto, que no hay dos opuestos
Tan contrarios, como son
Las dos hermanas, haciendo
Por instantes el estrado
La campaña de su duelo.
Ha dado pues (yo no sé
Si es necia envidia ó si celo)
En asistir á Leonor
De suerte, que no hay momento
Que no ande en alcance suyo
Sus acciones inquiriendo,
Tanto que al sol de sus ojos
Es la sombra de su cuerpo.
Anoche pues, en su calle
Entré embozado y secreto;
Y haciendo al balcon la seña,
Donde hablar con Leonor suelo,
La ventana abrió Leonor,
Y yo á la ocasion atento,
Llegué á hablarla; pero apénas
La voz explicó el concepto
Que estudiado y no sabido
No me cabia en el pecho,
Cuando tras ella Beatriz
Salió, y con notable estruendo
La quitó de la ventana,
Dos mil locuras diciendo,
Que si yo entendí el estilo
Con que las dijo, sospecho
Que fueron que ella á su padre
Diria el atrevimiento.
No sé si me conoció;
Y así, cuidadoso, temo
El saber ó no saber
En qué ha parado el suceso,
Por cuya causa no voy
A visitarla, temiendo
Su enojo; pero tampoco
A dejar de ir me resuelvo,
Porque si acaso ha llegado
A su noticia mi intento,
La vida del dueño mio
No dudo que corra riesgo.
Y así, porque en ir ó estarme
Hay peligro, elijo un medio,
Que es enviar este papel
Disimulado y secreto,
Que áun no va de letra mia:
Para cuyo efecto quiero
A Moscatel, que le lleve,
Valiéndose de su ingenio,
Y se le dé á Inés, criada
De Leonor; porque no siendo
Conocido por criado
Mio, no hay que tener miedo.
Y así, que le deis licencia,
Don Alonso, es lo que os ruego,
Y que conmigo en la calle
Os halleis; porque si llego
A saber que está Leonor
En peligro, estoy resuelto
A sacarla de su casa,
Aunque todo el mundo entero
Lo estorbe; y para esta accion
He elegido el valor vuestro.
Mi amigo sois, Don Alonso,
Y bien conocido tengo
Que las burlas del buen gusto
Son las véras del acero.

D. Alon:
Moscatel, ese papel
Toma; en casa de Don Pedro
Enriquez, con la invencion
Que te ofreciere tu ingenio,
Entra, y dale á esa criada
Que dice Don Juan.

D. Juan:
¿Tan presto
Lo disponeis?

D. Alon:
Si ha de ser,
¿Cuánto es mejor que sea luego?—
Toma el papel, con nosotros
Ven.

Moscat:
(Ap.) Aunque temer no puedo
El peligro, pues Inés,
Que es de mis sentidos dueño,
Es la que voy á buscar,
Amor me dé atrevimiento.

D. Alon:
Guiad ahora hácia la calle.

D. Juan:
¡Qué amigo tan verdadero!

D. Alon:
¡Qué amores tan enfadosos!
Si me oyeron, no me oyeron...
¡Bien haya yo, que en mi vida
He enamorado con riesgo
Sino dama á todo trance,
Sino moza á todo ruedo,
Que á la primera visita
Llamo recio y hablo recio!
Y el haber en mí ó no haber,
Ó temor ó atrevimiento,
No consiste en otra cosa
Que haber ó no haber dinero.

(Vanse.)

Escena III

Calle.

DON ALONSO, DON JUAN, MOSCATEL; y despues, DON LUIS y DON DIEGO.

D. Juan:
Esta es la calle. Porque
No nos vean, estaremos
En algun portal metidos.

D. Alon:
Decís bien.

(Salen Don Luis y Don Diego, y cruzan la calle, quitándose los sombreros.)

Mas ¿quién son éstos
Que parece que á la casa
De Leonor miran atentos?

D. Juan:
Este es un Don Luis Osorio,
A quien muy continuo veo
En la calle aquestos dias,
Y ha dado, viven los cielos,
En cansarme.

D. Alon:
Pues ¿hay más
De que tambien le cansemos
Nosotros á él?

D. Juan:
Dejadlo,
Que no es destas cosas tiempo.
Pasemos de largo, y no
Demos qué decir.

D. Alon:
Pasemos,
Aunque con tantas figuras,
Pueda ser hombre.

D. Juan:
(A Moscatel.)Tú luego
Darás la vuelta, y darás
El papel á Inés.

Moscat:
Me temo...

D. Juan:
No hay que temer. Aquí estamos
A la vista: éntrate presto.

(Vanse.)

Escena IV

DON LUIS, DON DIEGO.

D. Luis:
Esta es la capaz esfera,
Este el abreviado cielo
De la más bella deidad
Y del planeta más bello
Que vió el sol desde que nace
En jóven golfo de fuego,
Hasta que abrasado muere
En canas ondas de hielo;
Y con ser tal su hermosura
En ella ha sido lo ménos,
Porque pudiera ser fea,
En fe de su entendimiento.

D. Diego:
Y en fin, ¿mujer tan discreta
Servís para casamiento?

D. Luis:
Por conveniencia y amor
La sirvo y la galanteo,
Para cuyo efecto, ya
Han de tratarlo mis deudos.

D. Diego:
Pues no sé si lo acertais.

D. Luis:
¿Por qué no, si en ella veo
Virtud, nobleza y hacienda,
Gran beldad y grande ingenio?

D. Diego:
Porque el ingenio la sobra;
Que yo no quisiera, es cierto,
Que supiera mi mujer
Más que yo, sino ántes ménos.

D. Luis:
Pues ¿cuándo el saber es malo?

D. Diego:
Cuando fué el saber sin tiempo.
Sepa una mujer hilar,
Coser y echar un remiendo;
Que no ha menester saber
Gramática ni hacer versos.

D. Luis:
No es ejercicio culpable,
Donde es tan noble el exceso,
Que no tiene inconveniente.

D. Diego:
Ni yo que le tenga creo;
Pues ántes sé lo contrario
Del rigor y del desprecio
Con que os trata.

D. Luis:
Ese desden
Adoro. La vuelta demos
A la calle: no otra vez
Pasen estos caballeros,
Que ya miro con cuidado.

D. Diego:
Vamos, pues.

D. Luis:
¡Hermoso centro
De la ingratitud que adoro,
Presto á tus umbrales vuelvo!

(Vanse.)

Escena V

Sala en casa de Don Pedro.

DOÑA LEONOR, INÉS.

D.ª Leon:
¿Está mi hermana vestida?

Inés:
Tocándose ahora quedó;
Y por no pudrirme yo
De ver cuán desvanecida
Pide uno y otro consejo
A su espejo, la dejé.

D.ª Leon:
Tan necio es como ella fué
A todas horas, su espejo.

Inés:
¿Cómo necio?

D.ª Leon:
¿No lo es
Quien á gusto, en un pesar,
No sabe un consejo dar
A quien se le pide, Inés?
Pues si á Beatriz la he pedido
Mil consejos cada dia,
Y á tan continua porfía
Nunca á gusto ha respondido,
Muy necia es.

Inés:
Ahora reparo
La causa.

D.ª Leon:
¿Cuál puede ser?

Inés:
Que no os debeis de entender;
Que ella habla culto, tú claro,
Y así os estais todo el dia
Porfiando las dos.

D.ª Leon:
¡Quién fuera
Tan feliz que no tuviera
Más cuidado! ¡Ay, Inés mia!
¡Con cuánto temor estoy
De que aquesta melindrosa,
Esta crítica enfadosa,
A mi padre cuente hoy
Lo que anoche me escuchó
Al balcon hablar!

Inés:
Supuesto
Que haber salido tan presto
Mi señor de casa, dió
Lugar para prevenir
El lance, y que no ha tenido
Tiempo de haberlo sabido,
Procuremos desmentir
Su malicia con alguna
Invencion.

D.ª Leon:
Ya he imaginado,
Y digo que no he hallado
A propósito ninguna;
Porque ¿cómo la he de hallar,
Si ella misma quien vió, fué,
A Don Juan?

Inés:
Lo que se ve,
Es lo que se ha de negar
Con brío y con desenfado,
Procurando deshacello;
Lo que no llegan á vello,
Señora, se está negado.

D.ª Leon:
El medio (¡ay de mí!) mejor
Que me ofrece el pensamiento,
Es, Inés, con rendimiento
Dueño hacerla de mi amor,
De mi empleo y mi esperanza;
Pues es hacer en efeto
Puerta de hierro á un secreto
El hacer dél confianza.
¿Qué puedo hacer (¡ay de mí!),
Inés, si esta industria sola
Es la que me queda?

Escena VI

DOÑA BEATRIZ. — DOÑA LEONOR, INÉS.

D.ª Beat:
(Dentro.)¡Hola!
¿No hay una fámula aquí?

(Sale con un espejo en la mano, mirándose en él.)

Inés:
¿Qué es lo que mandas?

D.ª Beat:
Que abstraigas
De mi diestra liberal
Este hechizo de cristal,
Y las quirotecas traigas.

Inés:
¿Qué son quirotecas?

D.ª Beat:
¿Qué?
Los guantes. ¡Que haya de hablar
Por fuerza en frase vulgar!

Inés:
Para otra vez lo sabré.
Ya están aquí.

D.ª Beat:
¡Cuánto lidio
Con la ignorancia que hay!
Hola, Inés.

Inés:
Señora.

D.ª Beat:
Tray
De mi biblioteca á Ovidio:
No el Metamorfosis, no,
Ni el Arte Amandi pedí;
El Remedio Amoris, sí,
Que es el que investigo yo.

Inés:
Pues ¿cómo he de conocer
Libro (si es que eso has pedido),
Si áun el cartel no he sabido
De una comedia leer?

D.ª Beat:
Oscura, idïota y lega,
¿No te medra cada dia
La concomitancia mia?

D.ª Leon:
(Ap.) (Ahora mi papel llega.)
Hermana...

D.ª Beat:
¿Quién me habla así?

D.ª Leon:
Quien á tus piés obediente
Viene á arrojarse.

D.ª Beat:
Detente:
No te apropincues á mí;
Que empañarás el candor
De mi castísimo bulto,
Y profanarás el culto
De las aras de mi honor.
Porque mujer que fió
Del caos de la sombra fria,
Y en descrédito del dia
Nocturno amor aceptó,
No mirar consiga atento
Mi semblante á voz profana,
Pues víbora será humana,
Que con su, inficione, aliento.

D.ª Leon:
Beatriz discreta y hermosa,
Mi hermana eres.

D.ª Beat:
Eso no;
Que tener no puedo yo
Hermana libidinosa.

D.ª Leon:
¿Qué es libidinosa, hermana?

D.ª Beat:
Una hermana, que al farol
Trémulo, virey del sol,
Osa abrir una ventana,
Y susurrando por ella
A voz media y labio entero,
Da que decir á un lucero,
Da que callar á una estrella.
Pero yo minoraré
El escándalo que has hecho,
Diciendo al paterno pecho
Sacrilegios de tu fe.
Un devoto anoche ví...

D.ª Leon:
¿Y conocístele?

D.ª Beat:
No,
Ni pudo ser, porque yo
¿Qué másculo conocí?

D.ª Leon:
Pues yo te quiero decir
Quién era, y con el intento
Que me habló.

D.ª Beat:
¡Qué atrevimiento!
¿Tal insulto habia de oir?

D.ª Leon:
Pues aunque oirlo no quieras,
Lo has de oir; porque tambien
No está á mi decoro bien
Que tú con locas quimeras
Te persuadas á que ha sido
Liviandad lo que honor fué.

D.ª Beat:
¿Honor?

D.ª Leon:
Oye.

D.ª Beat:
No daré
Directo á tu voz mi oido.

D.ª Leon:
Pues directo ó no dirêto,
Todo has de escucharlo ya.

D.ª Beat:
Oido por fuerza, será
Clandestino tu secreto,
Y no puedo error tan mucho
Cometer.

D.ª Leon:
Si hablando estoy...

D.ª Beat:
Aspid al conjuro soy:
No lo escucho, no lo escucho.

(Vase.)

D.ª Leon:
Oye. Mas ¿quién ahí ha entrado?

Inés:
A mi señor buscará.

D.ª Leon:
Mira quién es, miéntras va
Mi desdicha y mi cuidado
Siguiendo una fiera.

(Vase.)

Escena VII

MOSCATEL. — INÉS.

Moscat:
(Ap.) Amor,
¡Qué cobarde eres conmigo,
Pues áun no valen contigo
Las leyes de embajador!

Inés:
¿Es posible que has tenido,
Moscatel, atrevimiento
De entrar hasta este aposento?

Moscat:
Sin saber qué me ha movido
A haber entrado hasta aquí,
Rigor es anticipado...

Inés:
Pues ¿no basta haber entrado?

Moscat:
Sí y no.

Inés:
Pues ¿cómo no y sí?

Moscat:
No, pues no sabes á qué;
Sí, pues enojada estás;
No, pues presto lo sabrás;
Sí, pues tarde lo diré.
Y aunque pude haber venido
De tu hermosura llamado,
Traido de mi cuidado
Y del tuyo distraido;
A darte aqueste papel
Vengo, que Don Juan envía,
Que de mi cuidado fía
Lo que á Leonor dice en él.
Que por no ser conocido
Por criado suyo yo,
Con el papel me envió;
Si ya la causa no ha sido
Conocer de mi dolor,
Saber de mi mal severo,
Que de amor no es buen tercero
El que no sabe de amor.

Inés:
Pues dí que el papel me diste,
Y que á Leonor le daré:
Y véte presto, porque
Temerosa (¡ay de mí triste!)
De que Beatriz...

Moscat:
Yo me iré;
Que aunque adoro tu presencia,
Las leyes de tu obediencia
Tan constante observaré,
Que á precio de tu rigor
Compraré el desprecio mio,
Y á costa de tu desvío
Mereceré tu favor.

Inés:
Bien pudiera responderte
Que tan ingrata no he sido
Como te habré parecido;
Pero tiéneme de suerte
El temor de verte aquí,
Que dejo para despues
La respuesta. Véte, pues;
Que tiempo... Mas ¡ay de mí!
Mi señor por la escalera
Sube. Aquí no me ha de hallar,
Viéndote contigo hablar.

(Vase.)

Moscat:
Oye, aguarda, escucha, espera.

Escena VIII

DON PEDRO. — MOSCATEL.

D. Ped:
¿Quién ha de esperar y oir?
¿Quién aguardar y escuchar?

Moscat:
Quien me tuviere que hablar,
O yo tenga que decir.

D. Ped:
¿Qué haceis aquí?

Moscat:
¿Qué he de hacer?
¿Ya vos no lo estais mirando?

D. Ped:
¿No hablais?

Moscat:
Estaba pensando
Lo que os he de responder.

D. Ped:
¿Qué buscais?

Moscat:
(Ap.) (¿Que aquesto pase?)
A quien sea mi homicida.

D. Ped:
¿Por qué?

Moscat:
Porque yo en mi vida
Hallé cosa que buscase.

D. Ped:
¿Quién sois?

Moscat:
Habeis preguntado
En propios términos. Soy
Un criado honrado, si hoy
Hay un honrado criado.

D. Ped:
¿A quién servís?

Moscat:
No serví,
Aunque criado me llamo.

D. Ped:
¿Cómo no?

Moscat:
Como mi amo
Es el que me sirve á mí.

D. Ped:
Ya es mucha bellaquería
Hablarme desa manera,
Y ya más plazo no espera
La justa cólera mia.

Moscat:
(Ap.) ¡Malo va esto, vive Dios!
Si me da con algo aquí,
¡Miren qué se me da á mí
Que en la calle estén los dos!

D. Ped:
Quién sois me habeis de decir,
Qué quereis y qué buscais,
Y á qué en esta casa entrais,
O en ella habeis de morir
A mis manos.

Moscat:
Si firmado
Habeis la sentencia ciego
Con «ejecútese luégo»,
Yo soy Moscatel, criado
De un Don Alonso de Luna...

Escena IX

DON JUAN, DON ALONSO. — DON PEDRO, MOSCATEL.

D. Juan:
(Ap. á Don Alonso á la puerta.)
Pues está aquí Moscatel,
Y vimos entrar tras de él
A Don Pedro, mi fortuna
No espera más.

D. Alon:
Yo dispuesto
A cuanto suceda estoy.
A tomar la puerta voy.

(Vase.)

D. Ped:
(A Moscatel.)
Proseguid.

(Llega Don Juan.)

D. Juan:
Señor, ¿qué es esto?

Moscat:
(Ap.) Eso sí.

D. Ped:
(Ap.) (Forzoso es ya
Reportarme.) Este hombre hallé
Aquí: qué busca, no sé.

D. Juan:
¿No? Pues él nos lo dirá,
O á aqueste acero rendido
Morirá. (Ap. á Moscatel.) (Miente algo aquí,
Moscatel, que importa así.)

Moscat:
(Ap.) (¡Buen socorro me ha venido!)
Un hombre busco; y no hallando
Nadie que me respondiera,
De escalera en escalera
Me fuí poco á poco entrando,
Sin ver á quién preguntar.
Hasta esta parte llegué,
Donde una doncella hallé,
(La verdad en su lugar).
Pensando que era ladron,
Huyó de mí; y á ella era
El «escucha, aguarda, espera».

D. Juan:
Bien puede tener razon.

D. Ped:
(Ap.) (Aunque no estoy satisfecho
De que me diga verdad,
Fuera necia liviandad
De mi espada y de mi pecho
Saber Don Juan que he tenido
Otra sospecha; y así
Fingir me conviene aquí
Que su disculpa he creido,
Porque ménos recatado
Le pueda despues seguir,
Saber quién es, y salir
De una vez deste cuidado.)
Pues si venís á buscar
Un hombre, ¿por qué os turbais
De verme á mí?

Moscat:
Porque dais,
Y soy fácil de turbar.

D. Juan:
Id con Dios.

Moscat:
Que á los dos guarde.

D. Juan:
(Ap. á Moscatel.) A Don Alonso le di
Se quite luego de ahí.

(Vase Moscatel.)

D. Ped:
Luégo vuelvo. Adios, que es tarde.

D. Juan:
¿Dónde vais?

D. Ped:
Vuelvo á buscar
Unas cartas que perdí.

D. Juan:
No habeis de salir de aquí,
U os tengo de acompañar.

D. Ped:
(Ap.) (Algo sin duda ha entendido
De mi enojo: fuerza es
Deslumbrarle.) Venid, pues.

D. Juan:
(Ap.) Bien hasta aquí ha sucedido,
Pues sin sospechar en mí
Asistirle á todo puedo.

(Vanse.)

Escena X

INÉS, y luego, DOÑA LEONOR.

Inés:
Confusa de mirar quedo
Lo que ha sucedido aquí.
Informarse tan severo,
Cobrarse tan recatado,
Hablar con él tan pesado,
Y seguirle tan ligero,
Muchos efectos han sido.
No sé qué ha de suceder.

(Sale Doña Leonor.)

D.ª Leon:
¡Válgate Dios por mujer,
Qué temeraria has nacido!

Inés:
Señora, ¿qué te ha pasado,
Que tan colérica vienes?

D.ª Leon:
Que no me escuchó Beatriz,
Porque ha estado impertinente,
Con más soberbia que nunca,
Tan cansada como siempre.
Dice que dirá á mi padre
El suceso.

Inés:
Cuando vienen
Los pesares, nunca (¡ay triste!)
Vienen solos; pues de suerte
Se eslabonan unos de otros,
Que enredándose crueles,
Es víspera del segundo
El primero que sucede.
Aquel hombre que dejaste
Aquí, para que supiese
Yo quién era, te buscaba
A tí, señora, con este
Papel; que Don Juan no quiso,
Por el riesgo, que viniese
Criado suyo. El papel
Me dió apénas, cuando quiere
El cielo que éntre tu padre,
Y que con el hombre encuentre.
Llegó al empeño Don Juan,
Y hizo que el hombre le diese
No sé qué necias disculpas.
Pero aunque quiso prudente
Disimular mi señor,
No pudo, y tras él se vuelve.

D.ª Leon:
¡Qué bien dicen que los males
Son, si hay uno, como el fénix,
Pues cuna es en que uno nace,
La tumba donde otro muere!
Dame el papel, porque quiero
Al instante responderle
A Don Juan, en el peligro
Que estoy.

Inés:
No le guardes, lêle;
Que quizá advertirá algo
Que en tu cuidado aproveche.

D.ª Leon:
Dices bien, abrirle quiero;
Que nada en ello se pierde.
(Lee.) ¡Qué mal podré, hermoso dueño,
Decirte ni encarecerte...!

Inés:
Tu hermana viene.

D.ª Leon:
¡Ay de mí!

Escena XI

BEATRIZ. — LEONOR, INÉS.

D.ª Beat:
¿Qué misivo idioma es ese
Que, ajado, ocultas?

D.ª Leon:
¿Yo?

D.ª Beat:
Sí.

D.ª Leon:
No entiendo lo que me quieres
Decir.

D.ª Beat:
Con vulgar disculpa
Me has obstinado dos veces.
Ese manchado papel
En quien cifró líneas breves
Cálamo ansarino, dando
Cornerino vaso débil
El etíope licor,
Ver tengo.

D.ª Leon:
En vano pretendes
Ver el papel, porque fuera
Tambien ser necia dos veces
No querer saber de mí,
Cuando de oirme te ofendes,
Lo que yo quiero decir,
Y querer saber aleve
Lo que pretendo callarte.

D.ª Beat:
Mi fraternidad no atiende
A tu lengua, sí á tu accion,
Porque aquella mentir puede,
Y esta ha de decir verdad:
Y así, en la ocasion urgente,
Si oir lo que quieres no quiero,
Saber sí lo que no quieres.

D.ª Leon:
¿De qué suerte, si no quiero,
Lo has de saber?

D.ª Beat:
Desta suerte.

(Ase del papel, y porfían las dos.)

Suelta la epístola.

Inés:
No es
Sino evangelio.

D.ª Leon:
Aunque intentes
Por fuerza verle, tirana,
Poco podré, ó no has de verle.

D.ª Beat:
Deja el papel.

(Sale Don Pedro á tiempo que rompen el papel, quedándose con la mitad cada una.)

Escena XII

DON PEDRO. — DOÑA BEATRIZ, DOÑA LEONOR, INÉS.

D. Ped:
¿Qué papel
Es? ¿Por qué reñís, aleves?

Inés:
(Ap.) Cayóse la casa, como
Dice el fullero que pierde.

D. Ped:
Suelta ese pedazo tú,
Y tú suelta esotro.

D.ª Leon:
(Ap.) Déme
Ingenio amor.

D.ª Beat:
El que abstraes
Fragmento á mi mano débil,
Te referirá baldones
Que tu pundonor padece.

D.ª Leon:
El papel, señor, que miras,
Yo no sé lo que contiene;
Y pues que Beatriz lo sabe,
¿Quién duda que suyo fuese?
Leyéndole estaba, cuando
Llegué...

D.ª Beat:
¿Yo?

D. Ped:
(A Doña Beatriz.)

Calla.

D.ª Leon:
Y al verme,
Le ocultó con tal cuidado,
Que me le puso de verle.
Quise quitársele, y ella
Me le defendió. No pienses
Que fué atrevimiento en mí,
Que despues que sé que tiene
Beatriz quien la escriba, y quien
La hable de noche por ese
Balcon, mi virtud me ha dado
Disculpa para atreverme,
Aunque soy menor hermana,
A tratarla desta suerte.

Inés:
(Ap.) De mano gana Leonor,
Cuando un mismo punto tienen.

D. Ped:
¡Por cierto, Beatriz!...

D.ª Beat:
Ignoro,
Atónita, responderte;
Que me construyó su acento
Estatua de fuego y nieve;
Porque cuanto me acumula
Delito es suyo in specie.

D.ª Leon:
¿Pues aquí no estaba Inés,
Que decir la verdad puede?

D.ª Beat:
¿Pues Inés no estaba aquí,
Que dirá lo que sucede?

Inés:
(Ap.) Yo soy, en fin, la presencia
De todo el hecho presente.

D. Ped:
(Ap.) (¡Ay de mí, que combatido
De uno y otro mal tan fuerte,
Ambos me están mal, pues ambos
Armados contra mí vienen!
Que al averiguar (¡ay triste!)
Cúya es la culpa evidente,
No es excusarme la pena;
Pues cuando á saberla llegue,
Tan sitiado mi dolor,
Tan acosado mi suerte,
Tan cercado mi desdicha
En este lance me tienen,
Que habiendo (¡ay de mí!), que habiendo
De morir precisamente,
Quien me dé muerte sabré,
Mas no excusaré la muerte.)
Véte tú, Beatriz, de aquí;
Y tú, Leonor, de aquí véte.

D.ª Beat:
Señor, yo...

D. Ped:
Nada digais.

D.ª Leon:
(Ap.) Quiera amor que no confiese
El papel lo que yo niego.

(Vase.)

D.ª Beat:
Tú, mentil hermana, tienes
La culpa de todo.

(Vase.)

Escena XIII

DON PEDRO, INÉS.

D. Ped:
Inés.

Inés:
(Ap.) Aquí entro ahora.

D. Ped:
Detente.

Inés:
(Ap.) Honor, con quien vengo, vengo.

D. Ped:
Pues sola el testigo eres,
¿Quién leia el papel?

Inés:
(Ap.) Yo
Ni quito ni pongo leyes;
Pero hago lo que debo...

D. Ped:
¿Qué es lo que dudas, qué temes?

Inés:
(Ap.) (Al oficio de criada
Es ayudar á quien miente.)
Señor, poco ántes que tú
Llegué yo, sin que pudiese
De la accion ni de las voces
Saber cúyo el papel fuese.
Esta es la verdad, so cargo
Del juramento que tiene
Fecho cualquiera criada
En el pleito que refiere.

D. Ped:
¡Aun este pequeño alivio
Del desengaño, no quiere
Darme el dolor!—Véte, Inés...

Inés:
(Ap.) Viva á toda ley quien vence.

(Vase.)

Escena XIV

DON PEDRO.

Que el papel confesará
Cuanto tú y ellas me nieguen.
Juntar quiero los pedazos
De esta víbora, esta sierpe,
Que dividido el veneno
En dos mitades contiene.
(Lee.) ¡Qué mal podré, hermoso dueño,
Decirte ni encarecerte
El cuidado con que estoy
De que anoche nos oyese
Tu hermana! Avísame, al punto
Que á tu padre se lo cuente,
Para que te ponga en salvo.
A entrambas á dos conviene
El papel, para que sea
Hoy mi desdicha más fuerte,
Pues si supiera de una
Que con liviandad procede,
Supiera tambien de otra
La virtud; y desta suerte,
Templado estuviera el daño.
Mas para que no se temple,
Quiere el cielo que á ninguna
Crea, y que en las dos sospeche.
Hallar un criado aquí,
Turbarse (¡ay de mí!) de verme,
Llegar Don Juan y dejarle,
Salir tras él y perderle,
Volver á casa y hallar
La confusion que me vence,
Cosas son que han menester
Atenciones más prudentes.
Y así, pues sé que el criado
Es, si su temor no miente,
De Don Alonso de Luna,
Saber quién es me conviene,
Y atender á sus acciones;
Y hasta que á mis manos llegue,
Ó desengaño ó venganza,
¡Valedme, cielos, valedme!

Jornada segunda

Escena I

Calle.

DON ALONSO, DON JUAN, MOSCATEL.

D. Alon:
De buena salimos.

Moscat:
Yo
Soy el que salí de buena
Y entré en mala, pues me ví
Ya de la muerte tan cerca.

D. Juan:
Determinarme yo á entrar
(Viendo la ocasion tan cerca)
Tras Don Pedro, fué tu dicha.

Moscat:
Y áun la tuya, pues si dejas
De entrar, confieso de plano.

D. Alon:
¿Eso dices?

Moscat:
Y áun lo hiciera
Mejor que lo digo.

D. Alon:
Mira,
Don Juan, si amando, hay quien tema.

D. Juan:
Pues ¿un amante es cobarde?

Moscat:
Mucho más, por ver que arriesga
Una vida que no es suya,
Sino de su hermosa prenda.
Y si es deuda de un amante
En su servicio perderla,
Ya es de amor estelionato
Hipotecarla á otra deuda.

Escena II

INÉS, tapada. — Dichos.

Inés:
Señor Don Juan.

D. Juan:
¿Quién me llama?

Inés:
Yo soy.

D. Juan:
Vengas norabuena,
Inés.

Inés:
Para haberte hallado
He dado á Madrid mil vueltas.

D. Juan:
¿Qué ha sucedido, que así
Vienes?

Moscat:
(Ap.) Inesilla es esta.
¡Quiera el cielo que mi amo
Ni la atisbe ni la vea!

Inés:
A darte aqueste papel
He venido. Adios.

D. Juan:
Espera,
Le lêré.

(Lee Don Juan, y entre tanto se pone Moscatel en medio de Don Alonso y de Inés.)

D. Alon:
No tiene, á fe,
Mala cara la mozuela.

Moscat:
(Ap.) Vióla: no daré un ochavo
Por mi honra toda entera.

D. Alon:
Oye, Moscatel. (Ap. á él.)

Moscat:
Señor.

D. Alon:
Si como esta moza, fuera
La tuya, te disculpara,
Si hay disculpa que amor tenga.

Moscat:
(Ap.) (Celos, vamos poco á poco,
No mateis con tal violencia.)
¿Esta te parece bien?

D. Alon:
Pues ¿no es bien hermosa esta
Para fregona?

Moscat:
No es
Sino muy mala y muy fea.
Si vieras, señor, la mia,
Pondré un brazo que dijeras
Que era pecado nefando
Si entraba en su competencia.

D. Alon:
Viven los cielos, que mientes.

D. Juan:
Ya he leido.

D. Alon:
¿Y qué hay?

D. Juan:
Mil quejas
De Leonor; y en fin, me avisa
Que bien puedo ir á verla,
Que no hay sospecha de mí,
Por una industria: cuál sea
No dice. Despues, de todo
Yo volveré á daros cuenta.—
Vamos, Inés.

(Vase.)

D. Alon:
Moscatel,
No la dejes ir, detenla.

Moscat:
(Ap.) ¡Esto más, celos!

D. Alon:
¡Ah, hermosa!

Inés:
¿Qué quereis?

D. Alon:
Veros quisiera
Esa buena cara.

Moscat:
(Ap.)¡Ay cielos!

Inés:
Hay mucho que ver en ella,
Y no vengo tan despacio.

D. Alon:
Yo la sabré ver apriesa.

Moscat:
(Ap.) Y áun dejar de verla y todo.

Escena III

DON LUIS, DON DIEGO. — DON ALONSO, INÉS, MOSCATEL.

D. Diego:
(Ap. á Don Luis.) La criada suya es esta.

D. Luis:
(Ap. á Don Diego.) Desde su casa la he visto
Salir, y vengo tras ella,
Por ver si para Beatriz
Darla un recado pudiera.

Inés:
(Ap.) No sé lo que Moscatel
Me quiere decir por señas.

D. Diego:
Con Don Alonso de Luna
Habla.

D. Luis:
Cierta es mi sospecha;
Que venir una criada
De Beatriz desta manera
A buscarle, estar él siempre
En su calle y á su reja
Con el otro amigo suyo,
Mirar que cuando se aleja
Se quedan los dos hablando,
No es posible que no sean
Lances de amor.

D. Diego:
¿Qué quereis
Hacer?

D. Luis:
Que aquí no me vea;
Que no tengo yo favores
Para que empeñarme pueda:
Y reñir un desvalido
Es valentía muy necia.

D. Diego:
Decís bien... y quizá mienten
Los viles celos que os cercan.

D. Luis:
Nunca son viles los celos,
Don Diego.

D. Diego:
Opinion es nueva.

D. Luis:
¿Hay más nobleza que hablar
Verdad? Pues esta nobleza
Solos los celos la tienen,
Porque no hay celos que mientan.

(Vanse Don Luis y Don Diego.)

Escena IV

DON ALONSO, MOSCATEL, INÉS.

Inés:
Bien está. Adios, que es muy tarde.

D. Alon:
Dejad que vaya siquiera
Con vos aqueste criado:
No vais sola.

Inés:
Norabuena,
Venga el criado conmigo.

Moscat:
(Ap.) ¿Que esto escuche? ¿Que esto vea?

D. Alon:
Moscatel.

Moscat:
Señor.

D. Alon:
Escucha.
Inés me ha dado licencia
Para que en mi nombre vayas
Hasta su casa con ella:
Ve, y dirásla en el camino
Que como tal vez se venga
A casa, no faltará
Algun regalo que hacerla.

Moscat:
¿Es posible que tal dices?

D. Alon:
Sí, que si en su amor ya es fuerza
Acompañar á Don Juan,
No es muy mala conveniencia
Tener quien aquel instante
Tambien á mí me entretenga.

Moscat:
Yo se lo diré.

D. Alon:
En los trucos
Te aguardo con la respuesta.

(Vase.)

Moscat:
(Ap.) ¡Quedamos buenos, honor!

Inés:
Moscatel, vamos. ¿Qué esperas?

Moscat:
Vamos, Inés.

(Vanse.)

Escena V

Otra calle.

MOSCATEL, INÉS.

Inés:
Pues ¡tan triste
Conmigo vas, que áun apénas
Alzas á verme la cara!
¿Qué es aquesto?

Moscat:
¡Ay, Inés bella!
¡Ay dulce hechizo del alma,
Qué de cuidados me cuestas!

Inés:
¿Qué tienes?

Moscat:
Amor y honor.
Quiero y sirvo, y hoy es fuerza
Entre mi dama y mi amo,
Que no sirva ó que no quiera.

Inés:
No entiendo tus disparates.

Moscat:
Pues yo haré que los entiendas.
Don Alonso mi señor
Te vió Inés... y ¡á Dios pluguiera,
Que ántes cegase, aunque yo
El mozo del ciego fuera!
Vióte, Inés ¡ay Dios! y al verte,
Fué precisa consecuencia
Quererte; no tanto, Inés,
Por tu infinita belleza,
Como por su amor finito,
Que eres en fin cara nueva.
Conmigo á decir te envía...
—Aquí se turba mi lengua.—
Dice que si vas, Inés,
A verle, tendrás (¡qué pena!)
Si es por la mañana, almuerzo;
Si es por la tarde, merienda.

Inés:
Grosero, descortés, loco,
Suspende la aleve lengua;
Que no sé, no sé qué has visto
En mí para que te atrevas
A hablar con tal libertad
A una mujer de mis prendas.
Díle á tu amo, villano,
Que soy quien soy, y no tenga
Prevenciones para mí;
Que de cualquiera manera
Iré á servirle á su casa,
Porque yo no soy de aquellas
Mujercillas que se pagan
De almuerzos y de meriendas;
Que soy moza de capricho,
Y esto le doy por respuesta.

Moscat:
¿Eso dices?

Inés:
Esto digo,
Y presto de aquí te ausenta,
No te vean en mi casa:
Mira que ya estamos cerca.

Moscat:
En fin, ¿te vas enojada?

Inés:
No me sigas, no me veas.

Moscat:
Obedecerte es forzoso.
Pues tan triste Inés me deja,
Bien podeis, ojos, llorar,
No lo dejeis de vergüenza.

(Vase.)

Inés:
Aquesta es mi casa. El manto
Me he de quitar á la puerta;
Que para esto solamente
Creo que en las faldas nuestras
Usamos los guardainfantes.
Ahora, aunque mi ama la necia
Me haya echado un rato ménos,
No sabrá que he estado fuera.
Nadie de ustedes lo diga,
Que les cargo la conciencia.

(Vase.)

Escena VI

Sala en casa de Don Pedro.

DON JUAN, DOÑA LEONOR.

D.ª Leon:
Esta mentira ha sido
La que nuestro cuidado ha divertido.

D. Juan:
Fué del ingenio tuyo,
Que con eso que fué sutil arguyo.

D.ª Leon:
Ya del todo perdida
La vida, restauré en parte la vida;
Que lo que era evidencia,
Puse con el engaño en contingencia;
Que no es pequeño aviso
Saber hacer dudoso lo preciso.

D. Juan:
Tu padre en fin, ¿de entrambas sospechoso
Quedó?

D.ª Leon:
Tanto, que anda cuidadoso,
Yendo á casa y viniendo,
Escuchando á la una, á la otra oyendo;
Que hasta aquí no ha sabido
Cúyo el papel ni para quién ha sido:
Porque Inés, que tenía
Sola noticia de la culpa mia,
Sin que á decirlo acuda,
Dejó en su fuerza la primera duda.

Inés:
Yo no dije que era
El papel de Beatriz, porque pudiera
El papel desmentirme;
Y así en lo que dijiste estuve firme.

D. Juan:
Dicha fué que viniera
El papel de manera
Que á entrambas convenia;
Que bien se acuerda la memoria mia
De que no te nombraba
Y de que escrito de otra letra estaba.
Pero díme, ¿qué ha hecho
Beatriz al testimonio?

D.ª Leon:
Yo sospecho
Que, sujeta al indicio,
Si juicio tiene, ha de perder el juicio.
Pues, sobre su melindre y su locura,
Tan vana de su ingenio y hermosura,
Verse indiciada tanto
De una sospecha, la convierte en llanto.
Y estoy, Don Juan, gustosa de manera
De verla así, que diera
Porque fuera verdad y no fingido
El amor que en su culpa he introducido,
La vida.

Inés:
Piensa tú, señor, qué haremos
Por llevar adelante sus extremos.

D.ª Leon:
De nuestro amor industria lisonjera
El divertirla y el culparla fuera,
Pues con eso dejara
De perseguirme á mí, y ella callara.

D. Juan:
Ahora bien, pues yo quiero
Desta venganza tuya ser tercero,
Y trayendo conmigo
Para que la entretenga, un cierto amigo,
Haré... Pero ella viene.
Despues lo oirás, que aquí callar conviene.

D.ª Leon:
Pues véte, no te vea;
Que aunque aquesta sospecha en tí no sea
A toda ley, bien creo
Que es mejor desvelar nuestro deseo.

D. Juan:
Pues adios, Leonor bella.

Inés:
¡Santiago, cierra España! ¡A ella, á ella!

(Vanse Don Juan é Inés.)

Escena VII

DOÑA BEATRIZ. — DOÑA LEONOR.

D.ª Beat:
(Para sí.) Aquí, que fénix estoy
(Porque al fin la fantasía
Hace y no hace compañía),
Soliloquiar quiero hoy
Por qué tan infeliz soy,
Y en qué horóscopo nací;
Pues siendo mi honor en mí
Sol que el dia iluminó,
El eclipse padeció,
Y yo el efecto sentí.
Entre mi luz y mi ardor,
Con epiciclo confuso
El cuerpo opaco me puso
La mentira de Leonor.

D.ª Leon:
¿Qué me quieres?

D.ª Beat:
Es error,
Aunque á solas te he nombrado,
Fantasiar que te he llamado;
Que si el nombrar es llamar,
Hoy desvia con llamar,
Al contrario, mi cuidado.

D.ª Leon:
Pues ¿por qué, cruel conmigo,
Tu voz á solas se emplea?

D.ª Beat:
Pues que me interrogas, sea
Tu mendacio tu castigo.
¿Tú no fuiste, amor testigo,
La escrita?

D.ª Leon:
Sí.

D.ª Beat:
¿Tú no fuiste
La que, al paterno, dijiste,
Orden, que era para mí
El lineado papel?

D.ª Leon:
Sí.

D.ª Beat:
¿Tú no fuiste quien hiciste
Tan válida la mentira,
Que embelecó la verdad,
Acuada su puridad?

D.ª Leon:
Sí, Beatriz.

D.ª Beat:
Pues ¿qué te admira
Lamentar tu fraude?

D.ª Leon:
Mira
Lo que tu enfado causó;
Que no lo intentara, no,
Si tú ayudaras mi engaño;
Mas ya sucedido el daño,
Beatriz, primero era yo.
Negarte á solas no quiero
Que mia la culpa fué;
Pero tampoco querré
Confesársela á un tercero.—
Yo amo, yo adoro, yo muero
De amor...

(Sale Don Pedro al paño á espaldas de Doña Beatriz, y de cara á Doña Leonor: esta le ve y él se recata.)

Escena VIII

DON PEDRO. — Dichas.

D.ª Leon:
(Ap.) Mi padre. ¡Ay de mí!

D. Ped:
(Ap.) «Yo muero de amor» oí
A Leonor.

D.ª Leon:
(Ap.) (Cure mi error
Mi voz.) ¡Yo muero de amor,
Dices delante de mí!
¡Yo quiero!

D. Ped:
(Ap.) ¿Esto llego á ver?

D.ª Leon:
¡Yo amo!

D. Ped:
(Ap.) ¿Aquesto llego á oir?

D.ª Leon:
¡De amor muero, ha de decir
Una principal mujer!
Mi padre lo ha de saber;
Que aunque tú me has dicho aquí
Que á él no, pero á mí sí
Lo confiesas, brevemente
Lo sabrá.

D.ª Beat:
¿Qué dices?

D.ª Leon:
Tente,
No te apropincues á mí.

D.ª Beat:
El concepto dificulto
De tus extremos, Leonor.

D.ª Leon:
No me empañes el candor
De mi castísimo bulto.

D.ª Beat:
¿Qué mudanza?...

D.ª Leon:
¿Tal insulto
Pronunciar tu lengua osa?

D. Ped:
(Ap.) Leonor es la virtüosa.

D.ª Beat:
Oye, hermana.

D.ª Leon:
Aqueso no,
Que tener no puedo yo
Hermana libidinosa.

(Vase.)

Escena IX

DON PEDRO, DOÑA BEATRIZ.

D.ª Beat:
¿Quién tales extremos vió?
¿Quién vió tales sentimientos?
¿Quién vió tales fingimientos
De un instante á otro?

D. Ped:
Yo,
Yo los ví, Beatriz, y no
En vano el cuidado ha sido
Que con las dos he tenido.

D.ª Beat:
Señor, ¿tú estabas aquí?

D. Ped:
Sí, sí, Beatriz, aquí estaba.

D.ª Beat:
¿Oiste á Leonor lo que hablaba?

D. Ped:
Lo que habló Leonor oí.

D.ª Beat:
¿Luego ya estarás de mí
Desengañado?

D. Ped:
Sí estoy,
Pues he llegado á ver hoy
Que una hermana menor pueda
Reñirte.

D.ª Beat:
¡Que tal suceda!
Infausta y crinita soy.

D. Ped:
¿Qué crinita, ni qué infausta?

D.ª Beat:
Señor...

D. Ped:
Beatriz, bueno está;
Basta lo afectado ya,
Lo enfadoso basta, basta;
Que es lo que más te contrasta
Para que vencida quede
Tu opinion: bien verse puede,
Si á hablar así te acomodas,
Que quien no habla como todas,
No como todas procede.
Yo sé que el cuidado ha sido
Y el papel de un caballero,
Bachiller y chocarrero,
Libre y mal entretenido:
Y que le quieres he oido,
Cuando Leonor te reñia.
Culpa ha sido tuya y mia;
Mas remediarélo yo.
Aquí el estudio acabó,
Aquí dió fin la poesía.
Libro en casa no ha de haber
De latin, que yo le alcance.
Unas Horas en romance
Le bastan á una mujer.
Bordar, labrar y coser
Sepa sólo: deje al hombre
El estudio... Y no te asombre
Esto; que te he de matar,
Si algo te escucho nombrar
Que no sea por su nombre.

D.ª Beat:
Subordinaba al respeto,
Girasol de tu semblante,
En estilo relevante
No frasificar prometo.
Deja empero á tu conceto
Desvanecer la apariencia,
Que el engaño hizo evidencia,
Que hizo caso la malicia,
Queriendo con su injusticia
Captar tu benevolencia.

D. Ped:
¡Beatriz!

D.ª Beat:
Ausculta propicio...

D. Ped:
¡Bien enmendada te veo!

D.ª Beat:
Por tu anticipata...

D. Ped:
Creo
Que hoy me has de quitar el juicio.

(Vanse.)

Escena X

Sala en casa de Don Alonso.

DON ALONSO, MOSCATEL.

D. Alon:
¿Eso la pícara dijo?

Moscat:
De tu amor tan ofendida,
Como si fuera hija Inés
Del Preste Juan de las Indias:
«Decid, dijo, á vuestro dueño
Que mi valor no conquista,
Que soy grande para dama,
Y para esposa soy chica».

D. Alon:
Eso á reyes de comedia
No hay condesa que no diga
De Amalfi, Mantua ó Milan,
Mas no las de Picardía.
¡Válgate el diablo, picaña!
¿Cómo no tienes á dicha
Que te hable un hombre que al fin
Una camisa trae limpia?

Moscat:
Señor, cada ropa blanca
Su semejante codicia.

D. Alon:
¿Y qué te pasó con Celia?

Moscat:
Estaba á su celosía
Asomada, y áun borracha,
Pues dijo, ¿por qué no ibas
A verla? Y esto, señor,
En juicio no lo diria,
Porque ¿cómo has de ir á verla,
Si ya la viste ha tres dias?

D. Alon:
Mi firmeza me destruye;
Porque todas imaginan,
Siendo galan al quitar,
Que lo he de ser de por vida.
Pues ¡mejor es lo que á mi
Me ha pasado! Como iba
En un coche Doña Clara,
Llamóme, lleguéme á oirla,
Y díjome que á la tarde
(Ahí es una niñería)
La enviase veinte varas
De lana, porque queria
Hacer en mi nombre una
Pollera. Y á media risa
Pregunté de qué color:
Respondió que de la mia,
Y así al propósito hice
De repente esta quintilla:
«De mi color, bien mi amor
Dar la pollera quisiera;
Mas es tanto mi temor,
Que no me dejas color
De que hacerte la pollera.»
Con esto me descarté
De la lama.

Moscat:
Linda finca
Es un desenfado.

D. Alon:
¿Cómo?

Moscat:
Como paga á chanza vista.

D. Alon:
¿No sabes lo que en aquesto
Más me mata, más me admira?
Que usándose hombres que nieguen,
Se usen mujeres que pidan.

Moscat:
Piden por su devocion.
(Ap.) (¡Qué presto de Inés se olvida!
Celos, adios.)

D. Alon:
Moscatel.

Moscat:
Señor.

D. Alon:
¿Quieres que te diga
Una verdad?

Moscat:
Si contigo
Lo puedes acabar, díla.

D. Alon:
La Inesilla me ha picado.

Moscat:
¿Tan aguda es la Inesilla?

D. Alon:
Y por hacer burla della
Solamente, he de rendilla.
Allá has de volver.

Moscat:
¿Yo?

D. Alon:
Sí.

Moscat:
(Ap.) Celos, no adios tan aprisa.

D. Alon:
La dirás...

Escena XI

DON JUAN. — DON ALONSO, MOSCATEL.

D. Juan:
¡Gracias al cielo
Que os traigo nuevas un dia
De contento! porque amor
No siempre ha de ser desdichas.
Ya cesaron sus disgustos,
Sus pesares, sus rencillas;
Que como es niño, el semblante
Que ayer fué llanto, hoy es risa.
Ayer de vuestro valor
Me valí, cuando tenía
Empeños de honor; y ahora
Que han mejorado de dicha,
Me he de valer, Don Alonso,
De vuestra cortesanía,
Buen gusto y sutil ingenio,
Porque en dos iguales líneas
Los dos extremos toqueis
Del pesar y la alegría.

D. Alon:
Pues bien, ¿qué os ha sucedido?

D. Juan:
De cuanta culpa tenía
Leonor, hizo á Beatriz dueño,
Cautelosa y prevenida.
Dudó el padre entre las dos
Cúya fuese la malicia,
Y quedó por fe dudosa
La que era culpa precisa.
Para ayudar este engaño
Con Beatriz y divertirla
(Que si hay envidia entre hermanos
Es la más cruel envidia),
Me ha pedido que con ella
Algun nuevo amante finja,
Porque la importa en extremo,
O culparla ó divertirla.
Y aqueste habeis de ser vos,
Ayudandôs ella misma
A la entrada de su casa;
Y así, desde aqueste dia
La habeis de asistir, pasear,
Adorar su celosía.
Solicitar sus criadas.
Donde saliere seguirla,
Escribirla...

D. Alon:
Deteneos;
Que ni hablarla ni servirla,
Ni pasearla ni mirarla
Sabré yo hacer en mi vida.
¿Yo mirar á una ventana
Embobado todo el dia,
Haciendo el amor ardiente
A un cántaro de agua fria?
¿Yo sobornar á una moza,
Porque mis penas la diga?
¿Yo abrazar un escudero
Con la barba hasta la cinta?
¿Yo seguir á una mujer,
Ni saber dónde va á misa
Ni si la oye? (Que al fin yo,
Don Juan, en toda mi vida
He averiguado á mi dama
Si tiene ó no tiene crisma:
Y ellas se alegran, pues todas
Niegan donde se bautizan.)
¿Yo escribir papel tan cuerdo
Que mil locuras no diga,
Donde ande el razonamiento
Entre el afecto y la dicha?
¿Yo parlar á una ventana,
Dos horas de noche fria,
Para pedir una mano
A quien siempre que la pida
Me responda, «es de mi esposo»,
Y con aquesta porfía
Me ande con su doncellez
Dando en rostro cada dia?
Vive Dios, que ántes me deje
Morir, que á una mujer siga,
Ni solicite ni ronde,
Ni mire ni hable ni escriba.
Porque en no teniendo yo
Libre entrada á mis visitas,
Donde tome mi despejo
A la primera vez silla,
La segunda taburete,
Y la tercera tarima,
Siendo mi lecho el estrado,
Y mi almohada una rodilla,
Y haciendo así que me rasquen
La cabeza, si me pica;
No daré por cuanto amor
Hay en el mundo, dos higas.
Y ¡mirad, pues, qué mujer
Tan chistosa y entendida
Traeis! sino una mujer
Que habla siempre algarabía,
Y sin calepino no
Puede un hombre entrar á oirla.
Y así, mirad si teneis
Algun disgusto en que os sirva;
Que, vive Dios, que primero
Con diez hombres legos riña,
Que con una mujer culta;
Que ha de ser la dama mia,
Como fianza, abonada,
Sobre lega, llana y lisa.

D. Juan:
En la corte, D. Alonso,
¿Cada dia no se mira
Por hacer tercio á un amigo,
Enamorar á una amiga?

D. Alon:
Tambien se mira, Don Juan,
En la corte cada dia
Perder uno su dinero
Por hacer tercio á una rifa.

D. Juan:
Yo no quiero que tu amor
Sea, sino que lo finjas;
Que esto todo ha de ser burla.

D. Alon:
Mucho lo fingido obliga,
Y ¡hacer burla de una loca
Tan vana y tan presumida!...

Moscat:
(Ap.) ¡Qué presto hizo la razon
A la ocasion que le brinda!
Tan loco nos venga el año.

D. Alon:
Cuanto sea engaño y mentira,
Vaya; mas pensar que tengo
De obligarla ni sufrirla,
Es pensar un imposible.

D. Juan:
Ni nadie á aqueso os obliga.

D. Alon:
Desde aquí empezaré á hablarla.

D. Juan:
Vamos á su casa misma,
Y en el camino os diré
Destas cosas conocidas
Que importan, y haré que entreis
A hablarla.

D. Alon:
Vamos aprisa;
Que ya de pensar, Don Juan,
Lo que hoy á las burlas mias
Han de responder sus véras,
Me estoy muriendo de risa.

Moscat:
Quiera amor no pare en llanto.

D. Alon:
¿Qué llanto, necio, si miras
Que todo es burla? pues solo
Mi libertad solicita
Hacer buen tercio á Don Juan,
Vengar á Leonor divina,
Burlar á Beatriz hermosa,
Y retozar á Inesilla.

Moscat:
(Ap.) No será, no, sino echarse
Con la carga de mis dichas.

Escena XII

Cuarto de Beatriz con una alacena.

BEATRIZ, INÉS.

Inés:
Grande, señora, es tu melancolía.

D.ª Beat:
¿Cómo no ha de ser grande, siendo mia?
Y ¿harta razon no tengo?
Pues por Leonor, con mi ascendente vengo
A padecer calumnias de que amo,
Cuando la misma ingratitud me llamo.
¡Yo, pensar que he escuchado á un hombre amores,
Que un papel admití, que dí favores,
Que entró en mi cuarto abriendo una fenestra,
Que fué el tacto la nube de mi diestra!
Cosas son, que el escrúpulo más leve,
Dentro de mí ni áun á pensar se atreve.
Y así, aqueste retiro
Donde la luz del sol apénas miro,
Lúgubre será esfera,
Donde equívoca yo que vivo, muera:
Estancia será esquiva,
En que burlando lo que muero, viva.
El sol, Narciso de jazmin y grana,
Desde el primer fulgor de la mañana
Al parasismo de la noche fria
Adonde espera el parangon del dia,
No me ha de ver la cara;
Si ya con luz no penetrase avara
A esta mansion, en donde
Mi profanado pundonor se esconde.
Lloren aquí mis ojos
Sinónomos neutrales... digo, enojos
De torpes desvaríos,
Que son ajenos, y parecen mios.
—Inés, ¿no me he quejado
En bien humilde estilo, en bien templado?
Si mi padre me oyera,
¡Oh cuánta enmienda en mis discursos viera!

Inés:
Mucha, bien que del tema reformado
Algunas palabrillas te han sobrado.

D.ª Beat:
Díme, ¿cuáles han sido?

Inés:
Lúgubres y crepúsculos he oido,
Equívocos, sinónomos neutrales,
Fenestras, parasismos, y otras tales
De que yo no me acuerdo.

D.ª Beat:
Con la estulticia que hay, el juicio pierdo.
Pues esas ¿no son voces de cartilla,
Que un portero las sabe de la villa?
Mas desde aquí prometo
Que calce mi conceto,
A pesar de Saturno,
Vil zueco, en vez de trágico coturno.

Inés:
(Ap.) Enmendándose va.

D.ª Beat:
Y si tú me oyeres
Frase negada á bárbaras mujeres,
Por ver si en esto topa,
Tírame de la manga de la ropa.

Inés:
La concesion aceto,
Y ser fiscala de tu voz prometo.

Escena XIII

DOÑA LEONOR, DON ALONSO, MOSCATEL. — DOÑA BEATRIZ, INÉS.

D.ª Leon:
(Ap. á Don Alonso.)
Esta es Beatriz, y puesto que has venido
A divertirla, su galan fingido,
Hablarla aquí podrás seguramente:
Yo atenta á que no haya inconveniente,
Con Don Juan allí hablando,
Hoy las espaldas te estaré guardando.

(Vase.)

D. Alon:
(Ap.) ¿Quién crêrá que he tenido
Mudo el amor, áun siendo amor fingido?

Inés:
Moscatel, ¿qué es aquesto? (Ap. á él.)

Moscat:
La droga introducir, que se ha dispuesto.

Inés:
¿Por qué entras acá tú?

Moscat:
Porque te amo,
Y no has de estar á tiro de mi amo
Sin escucha.

D.ª Beat:
(Viendo á Don Alonso.)

¿Qué es esto?

Inés:
Un hombre osado,
Que hasta aquí se ha entrado.

D.ª Beat:
¡Un hombre en mi cubículo!...
...
... (Ap. á Inés.) ¿Qué haces?

Inés:
Tirarte de la manga.

D.ª Beat:
¡Necio intento!
Deten, que sólo digo en mi aposento.

D. Alon:
Hermosa Beatriz, la voz
No des al aire, no des
Al cielo quejas, huidas
De la prision de clavel.
Oye piadosa mi pena
Sin enojarte, porque
No siempre fué de lo hermoso
Patrimonio lo cruel.

D.ª Beat:
¡Andas por antonomasia!

Inés:
(Ap. á su ama.)
Dos veces tiro.

D.ª Beat:
Está bien.
Atrevido caballero,
(Que has sido osado á romper
La clausura, donde el sol,
Que fénix y hoguera es,
Si tal vez entra atrevido,
Sale cobarde tal vez;
Y á no traer por disculpa
Que me viene el dia á traer,
No osara donde yo estoy
A entrar en átomos él),
¿Qué atrevimiento, qué audacia
Rige tu alevoso pié?

Inés:
(Ap.) Aquí empiezan sus engaños.

Moscat:
(Ap.) Él mismo vaya con él.

D. Alon:
Peritísima Beatriz,
Beatriz, dulce enigma, en quien
Vive de más el hablar
Ó de más el parecer:
Yo soy aquel que dos años
Viviente girasol fué
De la luz de tu beldad,
Fragrante al llegarte á ver,
Cuanto mustio al ausentarte,
Que entre el morir y el nacer,
No hubo más distancia, que entre
Si se ve, ó si no se ve.

Inés:
(Ap.) Atencion, señoras mias;
Entre mentir ó querer,
¿Cuál será lo verdadero,
Si esto lo fingido es?

D. Alon:
La causa hoy de tanto absurdo
Es haber hallado ayer
Tu padre el criado mio,
Que te traia un papel;
Y viendo la obligacion
Que tengo á quien soy, osé,
Temeroso de tu riesgo,
Ahora que ocasion hallé,
Entrar hasta aquí.

D.ª Beat:
Detente,
Que ya me incumbe saber,
Aunque mi riesgo derogue
La más inviolable ley,
Qué papel, ó qué criado,
Aquese que dices fué.

D. Alon:
El criado, este criado;
El papel, aquel papel
Que abrió Leonor, siendo tuyo,
Porque á ella se le dió Inés.

Inés:
Yo no se le dí, que ella
Me le quitó sin querer.

D.ª Beat:
¿Tuyo era el criado?

D. Alon:
Sí.

D.ª Beat:
¿Y tuyo el papel?

D. Alon:
Tambien.

D.ª Beat:
¿Y para mí?

D. Alon:
Pues ¿qué dudas?

D.ª Beat:
Antes no dudo, pues sé
Que mi muerte y homicida
Fuiste de mi paz, cruel,
Tirano, que introdujiste
Escrúpulos en mi fe.
Vuelve, vuelve las espaldas
De piadoso y de cortés;
Que solicitas mi muerte
Si aquí mi hermana te ve,
Porque hará verdades hoy
Los fingimientos de ayer.

Inés:
(Ap.) ¡Qué fácilmente creyó
Lo que él contó y yo afirmé!

Moscat:
(Ap.) En fin, no hay cosa más fácil
Que engañar una mujer.

D.ª Beat:
Y no quieras más victoria
De mi vanidad, que ver
Que por tí lloran mis ojos;
Que puede en efecto hacer
Costar lágrimas un hombre,
Sin quererle una mujer;
Que no las lágrimas siempre
Señas son de querer bien.
Véte.

D. Alon:
(Ap.) Más lo deseo yo;
Que estoy ya para perder
El juicio, buscando modos
Para responder.

D.ª Beat:
No des
Más escándalo en mi casa;
Que basta el primero ser
Que concupiscible oí.—

(Tírale Inés de la manga.)

No tires más, déjame;
Que tienes traza, por Dios,
De dejarme manca.

D. Alon:
En fe
De amante humilde, será
Opuesto planeta quien
Ausentándose, sabrá
Obedeceros cortés;
Pero en sabiendo mi amor.

D.ª Beat:
Pues adios, que ya lo sé.

D. Alon:
(Ap. á Moscatel.)
No se ha empezado muy mal.

Moscat:
Ni se ha acabado muy bien,
Que viene gente.

Inés:
¡Ay, señora!
Ir no le dejes.

D.ª Beat:
¿Por qué?

Inés:
Porque al paso están hablando
Leonor, Don Juan, y tambien
Tu padre.

Moscat:
El padre es el diablo
Destos enemigos tres.

D.ª Beat:
Mi climatérico dia
Es hoy (¡ay de mí!) si os ven,
Porque contra mí los cielos
Han sabido disponer
Evidencias que acrediten
Culpas, que no imaginé.
Para el cuarto de mi padre
El paso esta cuadra es:
No podeis salir de aquí,
Ni allá dentro entrar podeis;
Y así, ántes que aquí entren,
Fuerza el esconderos es.

D. Alon:
¿Es comedia de Don Pedro
Calderon, donde ha de haber
Por fuerza amante escondido,
O rebozada mujer?

D.ª Beat:
Esto conviene á mi honor.

D. Alon:
¿Yo me tengo de esconder?

Moscat:
Inés, mala burla es esta. (Ap. á ella.)

Inés:
Y muy mala, Moscatel.

D.ª Beat:
Esto he de deberos.

D. Alon:
(Ap.) ¡Cielos!
Considerad que no es bien
Darme tan fino el pesar,
Siendo tan falso el placer.

D.ª Beat:
¿Qué esperais?

D. Alon:
¿Qué he de esperar?
Saber adónde ha de ser
Donde tengo de esconderme.

Inés:
Donde estar mejor podeis,
Es en aquella alacena
De vidrios.

D.ª Beat:
Has dicho bien.

D. Alon:
¡Lindo búcaro del Duque,
O de la Maya seré!
¿Yo en alacena de vidrios?
¡Vive Dios!...

D.ª Beat:
Preciso es.

Inés:
Entrad.

D. Alon:
Sin un calzador,
No es posible.

Inés:
Entra tambien.

Moscat:
¿Es alacena de dos,
Como mula de alquier?

(Al entrar en la alacena, quiébranse vidrios.)

Inés:
Mirad que quebrais los vidrios.

Escena XIV

DON PEDRO, DOÑA LEONOR, DON JUAN. — DOÑA BEATRIZ, INÉS.

D. Ped:
Hola, unas luces traed
A esta sala.

D. Juan:
(Ap.) ¡Vive Dios,
Que no sé lo que he de hacer,
Si halla á Don Alonso aquí
Don Pedro! que yo bien sé
Que no tiene el cuarto puerta
Por donde salir; y en fe
De haberle empeñado yo,
Y ser mi amigo tambien,
No sé, como llegue á verle,
Qué remedio puede haber.

D.ª Leon:
(Ap.) ¡Oh nunca hubiera inventado
La venganza que busqué,
Pues empezando de burlas,
Tan de véras viene á ser!

D. Ped:
Aquestas noches, Don Juan,
¿A qué hora os recogeis?

D. Juan:
Temprano. (Ap.) (Aquesto es decirme
Que me vaya, y fuerza es.
En grande peligro dejo
A Don Alonso, por ser
Mi amigo. El estarme aquí
No es posible. Lo que haré,
Será estar siempre á la mira
De lo que ha de suceder.)
Queda adios.

D. Ped:
Adios.—Alumbra
Al señor Don Juan, Inés.

D. Juan:
No habeis de salir de aquí.

D. Ped:
Yo sé bien lo que he de hacer.

(Va Inés alumbrando, y Don Pedro acompañando á Don Juan.)

D.ª Leon:
(Ap.) ¿Adónde Beatriz habrá,
Pues yo no lo puedo ver,
A Don Alonso escondido?

D.ª Beat:
(Ap.) ¡Que tantos sustos me dé
Un hombre que no conozco!

(Vuelve Don Pedro, y Inés con la luz.)

D. Ped:
Entra aquesa luz, Inés,
En mi cuarto.

D.ª Leon:
(Ap.) Ahora sin duda
Da en su aposento con él.

D. Ped:
Entrad conmigo las dos,
Que os tengo que hablar.

(Suenan en la alacena vidrios rotos; Inés, al oirlo, deja caer la luz.)

Mas ¿qué
Es aquello?

Inés:
El candelero
Se me cayó.

D. Ped:
¡Que no estés
Nunca, Inés, en lo que haces!

Inés:
Sí estoy, señor.

(Vanse Don Pedro y Doña Leonor.)

Escena XV

BEATRIZ, INÉS.

D.ª Beat:
Oye, Inés.
Pues mi padre se recoge
Tan presto, haz al punto que
Salgan de ahí aquesos hombres,
Sin que lo llegue á entender
Leonor.

Inés:
No lo entenderá.
Mas díme, ¿cómo ha de ser?
Que mi señor no bajó
Con Don Juan por ser cortés,
Tanto como por cerrar
Las puertas.

D.ª Beat:
Procura hacer
Que salgan como pudieren.

(Vase.)

Inés:
Ya por donde salgan sé.

(Abre la alacena.)

Mis aprensados señores,
Bien desdoblaros podeis.

Escena XVI

DON ALONSO, MOSCATEL. — INÉS.

D. Alon:
¡Vive Dios, que si no fuera,
Pícaro, por no sé qué,
Que te matara!

Moscat:
No pude
Más, si los vidrios quebré,
Que eran vidrios en efecto.

Inés:
Venid conmigo.

D. Alon:
¡Ay, Inés!
Si fuera el susto por tí,
Fuera empleado más bien.

Moscat:
No fuera sino muy mal.
¿Que ahora de humor estés?

D. Alon:
No puedo conmigo más.
Vamos... Mas por no perder
Ocasion, toma un abrazo.

Moscat:
(Ap.) Cordero en brazos de Inés,
El hombre le vió mil veces;
Pero sola aquesta vez
Es el abrazado el hombre,
Y el cordero el que lo ve.

Inés:
Salgamos presto de aquí.

D. Alon:
¿Quién dice que no?

Inés:
Que aunque
Mi señor cerró las puertas,
Bien salir los dos podeis.
Arrojáos, sin que os sientan,
Por este balcon. Ea, pues.

D. Alon:
¿Eso tenemos ahora,
Inés? ¡Balconear, despues
De una alacena!

Inés:
Es forzoso.

Moscat:
Y diga la tal Inés,
¿Es muy alto?

Inés:
Del segundo
Cuarto no más. No aguardeis.

D. Alon:
¿Mas que me quiebro una pierna?
Hombres que enamorais, ved,
Si estos lances en quien ama
Se dejan aborrecer,
En quien no ama, ¿qué será?
¡Mal haya quien quiere bien!

Jornada tercera

Escena I

DOÑA BEATRIZ. — INÉS.

D.ª Beat:
¿Qué dices?

Inés:
Digo que habiendo...

D.ª Beat:
¡Ay Dios! ¿Cómo, Inés, ha sido?

Inés:
Los dos Luzbeles caido,
Llegaron con mucho estruendo
Unos hombres, pretendiendo
Conocerlos; y despues
Repararon (tanta es
De amo y mozo la destreza)
El uno con la cabeza
Lo que el otro con los piés.

D.ª Beat:
¿Quién, Inés, te lo contó?

Inés:
Relacion es de un criado
Del galan de pié quebrado
Cuanto he referido yo;
Que como cojo partió
Del salto del balcon, fuí
A verle á su casa.

D.ª Beat:
Y dí,
¿Quién le vulneró, ó le ha herido?

Inés:
Aqueso no se ha sabido.

D.ª Beat:
¿Doliente, en fin, yace?

Inés:
Sí.
Pierna y cabeza llevó
Quebradas; aunque ya está
Mucho mejor.

D.ª Beat:
¿Quedará
Claudicante?

Inés:
¿Qué sé yo
Que es claudicante? ¡Que no
Has de perder vicio tal!

D.ª Beat:
¿Hay demencia? ¿Hay tosca igual?
El claudicante no es
Hombre de alternados piés,
Sí el que ambula desigual.

Inés:
No sé lo que es, ni qué no;
Solo sé, de temor llena,
Que ha estado herido.

D.ª Beat:
Su pena,
¡Ay de mí! padezco yo.
Un hombre en mi cuarto entró,
De mis ánsias informado,
Resuelto y determinado:
Accion fué que me obligó
Al compas que me ofendió;
Pues si ofensa el amor piensa
Ser, la accion en mi defensa
La construye obligacion:
Luego compatibles son
La obligacion y la ofensa.
Vino mi padre; y aquí
Trágica mi historia fuera,
Si cortés no obedeciera
Los preceptos que le dí.
Por mí escondido, por mí
Precipitado y caido,
De otra mano quedó herido:
Pues si iguales llego á ver
Qué sentir y agradecer,
¿Cuál será lo preferido?

Inés:
Pues ¿qué pena es esta ahora?
¿Qué tienes, que triste estás?

D.ª Beat:
¿Qué quieres que tenga más?

Inés:
No le gastes á la aurora
Las blancas perlas ahora
Que ha de echar ménos despues.

D.ª Beat:
¡Ay, Inés mia! ¡Ay, Inés!
Si tú guardarme quisieras
Un secreto, tú supieras
Mi tormento.

Inés:
Díle pues,
Que aunque siempre en mi lugar
San Secreto esclarecido
Dia de trabajo ha sido,
Le quiero canonizar
Y hacer fiesta de guardar.

D.ª Beat:
Pues si eso ha de ser así,
Yo he de fiarme de tí.
A este galan caballero
Agradecer, Inés, quiero
Lo que ha pasado por mí;
Pero no quisiera que él
Sepa que lo siento yo,
Porque ser piadosa hoy, no
Es dejar de ser cruel.
A mi obligacion fïel
Y fiel á mi honor, que intente
Saber dél mi fe consiente,
No por él, sino por mí.

Inés:
Claro está que será así.
(Ap. ¡Ay, señores! que ya siente.)

D.ª Beat:
Quisiera que te llegaras,
Como que de tí salia,
A visitarle, Inés mia,
Y de su mal te informaras.

Inés:
¿Y qué más?

D.ª Beat:
Que le llevaras
Una banda, y le dijeras
Que tú la ladrona eras
Del favor.

Inés:
Está muy bien,
Y haré este papel tan bien,
Como tú misma le hicieras.
Dame la banda, y verás
Cuál mi chinelita anda.

D.ª Beat:
Yo voy, Inés, por la banda,
Pero mira que jamás
Nada á Leonor le dirás.

Inés:
Nada le diré á Leonor.

(Vase Beatriz.)

Escena II

DOÑA LEONOR. — INÉS.

Inés:
¡Victoria por el amor!

D.ª Leon:
¿De qué es el contento, Inés?

Inés:
Yo te lo diré despues...
Pero primero es mejor,
Que reviento (te prometo),
Porque en Dios y mi conciencia
Que hizo nuestra diligencia
En Beatriz un grande efeto.

D.ª Leon:
¿Qué fué?

Inés:
Encargóme un secreto,
Y fué haberme encomendado
Que le cuente de contado:
Claro es, pues cuando no fuera
Por decirlo, lo dijera
Por habérmelo encargado.
De Beatriz la fantasía
Ya Don Alonso rindió:
En tal lenguaje la habló,
Que á pesar de su porfía,
Conmigo una banda envía.
En fin, en fin ha de ser
Mujer cualquiera mujer.
Por la banda quiero ir...—
Y aunque te lo he de decir
Yo, tú no lo has de saber.

D.ª Leon:
Digo que no lo sabré.

(Vase Inés.)

Escena III

DON JUAN. — DOÑA LEONOR.

D. Juan:
Pues ya yo lo tengo oido:
Con esto quedo advertido
De cuán en vano esperé
La firmeza de tu fe.
Ahora veo que en amor
Número hay; pues en rigor,
Por no dejarte infeliz,
Crece un afecto en Beatriz,
Cuando ha faltado en Leonor.

D.ª Leon:
Pues ¿en mí ha faltado? dí.

D. Juan:
En tí, Leonor, ha faltado;
Que aunque he sufrido y callado
Mis desdichas hasta aquí,
Fué porque pensé hoy de tí
Que averiguarlas pudiera,
Sin que á tí te lo dijera;
Mas siendo fuerza sentirlas,
No muera yo sin decirlas,
Ya que sin vengarlas muera.
Don Alonso, por tu gusto,
A hablar á Beatriz entró.
Ni arguyo ni pruebo yo
Si fué justo ó no fué justo.
Por excusar su disgusto
A costa de su opinion,
Se arrojó por un balcon,
Cuando yo en la calle estaba
A esperar en qué paraba
Su empeño. Fué en ocasion
El bajar, que habian entrado
Dos hombres en ella; y yo
Me desvié, porque no
Les diese el verme cuidado.
Estando pues apartado,
Las cuchilladas oí,
Y á ellas al punto acudí;
Y por presto que llegué,
Ya los dos hombres no hallé,
Y herido á mi amigo ví.
Mira si de mis recelos
Puede haber causa mayor,
Pues en su fingido amor
Ví mis verdaderos celos.
Testigos hago á los cielos
Del dolor que sentí allí.
Quien acuchilla (¡ay de mí!)
A quien sale de tu casa,
Bien dice que en ella pasa
Mi agravio. Por tí y por mí
Disimular he querido,
Como he dicho, hasta llegar
(¡Ay Leonor!) á averiguar
Quién ese galan ha sido:
Y viendo que no he podido
Y que son intentos vanos,
Porque mis celos villanos
No murmuren en mi mengua
Quiero que diga la lengua
Lo que no han hecho las manos.
Quédate, ingrata, que no,
Pues que ya me he declarado,
Me has de ver desengañado.

D.ª Leon:
¿No tengo una hermana yo
Que pueda ser causa?...

D. Juan:
No,
Que si tú hermana tuvieras
De quien amores supieras,
No culparla procuraras,
Pues no era bien la acusaras
Ni de burlas ni de véras.
Y supuesto que has querido
Fingirla un galan, infiero
Que á tenerle verdadero,
No se le dieras fingido.

D.ª Leon:
Plegue al cielo...

D. Juan:
No te pido
Satisfacciones, Leonor.

D.ª Leon:
Ni estas lo son, que es error,
Cuando nunca te he ofendido.

D. Juan:
Pues que tú la causa has sido,
Deja que muera mi amor.

(Vanse.)

Escena IV

Sala en casa de Don Alonso.

DON ALONSO, MOSCATEL.

Moscat:
Señor, ¿qué tienes? ¿Qué es eso?
¿En qué piensas? ¿En qué tratas?
¿En qué discurres? ¿En qué
Imaginas? Dí, ¿en qué andas?
¡Tú melancólico! ¡Tú
Divertido! ¿Qué mudanza
Es aquesta? ¿Tan válida
Ha sido una cuchillada
Contigo, tanto consigue
Una herida, tanto alcanza
Un balcon, que han acabado
Contigo no hablar de chanza?

D. Alon:
¡Ay de mí! que no sé, no,
Qué es lo que siento en el alma,
Que es bien y parece mal,
Que es gusto y parece ánsia.

Moscat:
¿Tú, señor, no me dijiste
Que no era tan afectada,
Como Don Juan te habia dicho?

D. Alon:
Es verdad.

Moscat:
¿Tú no la alabas
De hermosa?

D. Alon:
Sí.

Moscat:
¿Tú no sientes
Que hombres en su calle haya
Que acuchillen?

D. Alon:
No lo niego;
Pero tal tengo la causa.

Moscat:
Luego son celos.

D. Alon:
No son,
Que no se me diera nada
Que hubiera hombres, como dieran
Celos, y no cuchilladas.
Fuera de que si yo fuí
A verla, fué por burlarla,
De Don Juan apadrinado;
Y fuera historia muy mala
Haberme llevado á ser
El burlado yo.

Moscat:
En la plaza
Un toricantano un dia
Entró á dar una lanzada,
De un su amigo apadrinado.
Airoso terció la capa,
Galan requirió el sombrero,
Y osado tomó la lanza
Veinte pasos del toril.
Salió un toro, y cara á cara
Hácia el caballo se vino,
Aunque pareció anca á anca,
Porque el caballo y el toro,
Murmurando á las espaldas
Se echaron dos melecinas
Con el cuerpo y con el asta.
Cayó el caballero encima
Del toro, sacó la espada
El tal padrino, y por dar
Al toro una cuchillada,
A su ahijado se la dió;
Y siendo de buena marca,
Levantóse el caballero,
Preguntando en voces altas:
«¿Saben ustedes á quién
Este hidalgo apadrinaba?
¿A mí, ó al toro?» Y ninguno
Le supo decir palabra.
Aplica ahora: apadrinado
De Don Juan, fuiste á la casa
De Beatriz, la suerte erraste,
Y nadie á saber alcanza
Si era Don Juan tu padrino,
U de Beatriz.

D. Alon:
Calla, calla.
¡Qué mal aplicado cuento!

Moscat:
Bien ó mal, á Dios doy gracias
De que ya no reñirás
Mi amor; pues que ya en la danza
Entras tambien.

D. Alon:
Si es así,
Díme, ya que desta dama
Esté un hombre enamorado,
¿De qué servicio es guardarla?

Moscat:
Eso no, que no se pierde
Tan presto una mala maña.

(Llaman dentro.)

D. Alon:
Mira quién llama á esa puerta.

Moscat:
¿Quién es?

Escena V

INÉS. — DON ALONSO, MOSCATEL.

Inés:
¿Está tu amo en casa,
Moscatel?

Moscat:
(Ap.) ¡Cielos! ¿qué miro?
Inés es ésta.) ¡Ay ingrata!

(Hablan los dos junto á la puerta.)

¡Viven los cielos, que vienes
A verle!

Inés:
Pues ¿qué pensabas?
(Ap.) Quiero decir que es verdad,
Porque lo que más me agrada
Es dar celos de poquito.)
Sí, que le importa á mi fama
Que Don Alonso conozca
Que sé cumplir mi palabra.

Moscat:
¡Bien honrado pundonor!

Inés:
Quita.

Moscat:
No has de entrar.

Inés:
Aparta.

D. Alon:
¿Quién habla contigo?

Moscat:
Nadie.

Inés:
Mientes, que álguien es quien habla.

D. Alon:
Y muy álguien. ¡Inés mia!
Una y mil veces me abraza.

Inés:
Mil veces te abrazo y una,
Por pagarte en otras tantas.

(Pellízcala Moscatel.)

¡Ay!

D. Alon:
¿Qué es eso?

Inés:
Dióme un golpe
La guarnicion de tu daga.

D. Alon:
No dudo que tu venida
Sea á darme vida y alma;
Que aunque tú con Moscatel
Me respondiste enojada,
En fin, sabes que te quiero,
Y no has de ser siempre ingrata.

Inés:
Nunca lo fuí yo contigo;
Que á la primera palabra
Dije que á verte vendria.

D. Alon:
¡Pícaro! ¿Pues tú me engañas?

Moscat:
¿Yo, señor?

D. Alon:
¡Viven los cielos,
Que he de matarte á patadas!

Moscat:
(Ap.) Cumplióse el refran; mas no,
Que mandarme bailar falta.

Inés:
(Ap.) En sabiendo á lo que vengo,
Moscatel se desengaña.
Duren los celos un poco.

Moscat:
¡Vive Dios! ¿De una picaña?...

Inés:
Pícaro, hablad con respeto:
Mirad que soy vuestra ama.—
A solas quisiera hablarte. (A Don Alonso.)

Moscat:
(Ap.) ¡A solas!

D. Alon:
Salte allá, y guarda
Esa puerta.

Moscat:
(Ap.) ¡Yo la puerta!
¡Viven los cielos!

D. Alon:
¿Qué hablas?

Moscat:
Que soy leal, y no tengo
De consentir tal infamia,
Que por una picarona
Exceso ninguno hagas,
Y se aventure tu vida.

D. Alon:
¿De cuándo acá tanto guardas
Mi salud? Salte allá fuera.

Moscat:
No me saldré, si me matas;
Que esto conviene á tu vida.

D. Alon:
Nunca te he visto con tanta
Lealtad.

Moscat:
Guardéla otras veces
Para esta ocasion.

D. Alon:
Ya basta.

(Échale á empellones.)

Escena VI

DON ALONSO. — INÉS.

D. Alon:
Ya estás sola: vuelve, Inés,
A abrazarme.

Inés:
Aunque culpada
Me has hecho en venir á verte,
Por la opinion de mi ama
Ha sido, no porque vengo,
Como dije, por tu causa.

D. Alon:
No sé qué quieras decirme.

Inés:
Dirélo en breves palabras.
Beatriz, habiendo sabido
Como hubo unas cuchilladas,
De donde herido saliste,
A la puerta de su casa;
De tu herida condolida,
De tu término obligada,
Y de tu salud dudosa,
Te envía toda esa banda.
Favor es suyo, aunque ella
Me mandó que no llegaras
A saber que te la envía.
Con esto, adios.

D. Alon:
Oye, aguarda.
¿Beatriz se acuerda de mí?
¿Beatriz siente mis desgracias?
¿Beatriz me envía favores?
Novedad se me hace extraña.

Inés:
A mí no, porque en sabiendo
Que era tu voluntad falsa,
Supe que sería dichosa;
Que por no acertar en nada,
Más con nosotras merece
Quien finge, que no quien ama.

Escena VII

MOSCATEL. — Dichos.

Moscat:
(Ap. al paño.) ¡Qué mal descansa un celoso!
¡Qué mal un triste descansa!
Mis penas veré; que ménos
Es verlas, que imaginarlas.

D. Alon:
Inés bella, pues Beatriz
Hoy de extremo á extremo pasa,
Pase yo de extremo á extremo;
Que aunque fineza no haga
De enamorado, de noble
La he de hacer. Aquí te aguarda
A que la escriba un papel.

(Vase.)

Moscat:
(Ap.) Él se entra en esotra cuadra:
Descanse mi corazon.)
Tigre fregatriz de Hircania,
Vil cocodrilo de Egipto,
Sierpe vil, leon de Albania,
¿Tendrá mi lengua razones,
Tendrán mis labios palabras
Para quejarse de tí?

Inés:
No.

Moscat:
Pues si voces me faltan,
Tenga mi mano licencia
De darte de bofetadas
Siquiera.

Inés:
No quiera hacer
Tu mano tal; que ya bastan
Las burlas, que todo ha sido
Por sólo tomar venganza.
Picon fué.

Moscat:
Pues los picones
Si juegan, muden baraja
O truequen la suerte. Dame
Los brazos.

Inés:
De buena gana.

(Sale Don Alonso.)

D. Alon:
¿Qué es esto?

Inés:
Esto es abrazar
En mi tierra.

Moscat:
Ha sido tanta
La alegría de haber visto
Que ya esa fiera se ablanda
(La curiosidad perdona,
Si he escuchado cuanto hablas),
Que le dí á Inés este abrazo,
En albricias de la banda.

D. Alon:
Toma, Inés, este papel
Que le has de dar á tu ama,
Y para tí este diamante.

Inés:
Vivas edades más largas
Que claro está que es el fénix
Suegra mentira de Arabia.

(Vase.)

Moscat:
Ea, hagamos, señor, cuentas,
Que no he de quedar en casa.

D. Alon:
¿Por qué, Moscatel?

Moscat:
Porque
Amo no quiero que ama,
Y que no me acude á mí
Por acudir á su dama.

D. Alon:
¡Bien el haberte sufrido
Tantas locuras, me pagas!

Moscat:
Esto ha de ser.

Escena VIII

DON JUAN. — DON ALONSO, MOSCATEL.

D. Juan:
¿Qué ha de ser?

D. Alon:
Irse quiere de mi casa.

D. Juan:
¿Por qué, Moscatel?

Moscat:
Porque
Ha hecho la mayor infamia,
La mayor ruindad, mayor
Bajeza, mayor...

D. Juan:
Acaba,
¿Qué ha sido?

Moscat:
Hase enamorado.
Mira si tengo harta causa.

D. Alon:
En esta locura ha dado,
Por haber visto con cuánta
Fineza sirvo á Beatriz
Por vos.

D. Juan:
Al amor doy gracias
Que ese cuidado dió fin,
Y han cesado ya mis ánsias.

D. Alon:
Pues ¿cómo de aquese empeño
Libre estais?

D. Juan:
Como se acaba
Hoy mi amor.

D. Alon:
Pues ¿y Leonor?

D. Juan:
Leonor de mi pecho falta;
Que como amor es fortuna,
Sujeto vive á mudanzas.

D. Alon:
Habeis de ir allá conmigo.

D. Juan:
Yo no he verla ni hablarla
En mi vida.

D. Alon:
Por Beatriz
He de volver á su casa,
Y á su calle á hablarla y verla
Por la tarde y la mañana,
Siendo yo el descalabrado,
Y vos la cabeza sana;
¿Y no ireis?

D. Juan:
No, porque herida
Más penetrante y tirana
Son mis celos, porque son
Mortal herida del alma.

D. Alon:
Pues troquemos las heridas;
Que yo primero tomara
Sea mortal ó venial,
Tener hoy descalabrada
El alma, que la cabeza.
Y esto bien claro se saca
Del efecto, pues si curan
En falso una herida, mata;
Y á los celosos da vida
Cualquier cura, aunque sea falsa.

D. Juan:
En fin, Don Alfonso, sea
Con poca ó con mucha causa,
No he de volver á poneros
En la confusion pasada.

D. Alon:
Ni por mí habeis de dejarlo,
Que á mí no se me da nada.

D. Juan:
Por mí lo dejo y por vos,
Porque vuestra herida basta.

D. Alon:
De una herida no escarmientan
Caballos de buena casta.

D. Juan:
Yo no he de volver allá,
Ni á su calle, ni á su casa.

D. Alon:
Pues cuando por vos no sea,
Por ver si á saber se alcanza
Quién me ha herido, he de volver.

D. Juan:
Cuando importe á vuestra fama,
Desde acá fuera podremos
Hacer diligencias várias.

D. Alon:
Yo más pretendo, Don Juan,
Buena opinion con las damas
Que con los hombres; y no
Es bien que mujer tan vana
Como Beatriz, de mí piense...

D. Juan:
Yo sabré desengañarla
De todo.

D. Alon:
Don Juan, Don Juan,
Hablemos verdades claras.
Yo he de ir á ver á Beatriz.

Moscat:
(Ap.) ¡Hablara para mañana!
Y dirá que miento yo.

D. Juan:
Si eso os importa, ¿qué os falta?
Id vos muy en hora buena.

D. Alon:
¿Cómo, sin que las espaldas
Me guardeis vos y Leonor?

D. Juan:
Yo no he de volver á hablarla.

D. Alon:
Esto habeis de hacer por mí;
Que no es cosa tan extraña,
Por hacer tercio á un amigo,
Volver á hablar una dama.

D. Juan:
Por vos, Don Alonso, haré
Lo que en mi vida pensaba.
Ahora bien, por vos iré,
Mas mirad ántes que vaya,
Que hay alacena.

D. Alon:
¿Qué importa?

Moscat:
Que hay balconazo.

D. Alon:
Que haya.

Moscat:
Que hay cuchillada.

D. Alon:
Eso no:
Fuera de que si amor traza
Que por sola una mentira
Me sucedan cosas tantas,
Vengan ya, por ser verdades,
Alacena y cuchilladas.

(Vanse.)

Escena IX

Calle.

DON DIEGO, DON LUIS.

D. Diego:
Ya sabeis la voluntad
Con que siempre os he servido.

D. Luis:
Conozco vuestra amistad
Y sé, Don Diego, que ha sido
Con fineza y con verdad.

D. Diego:
Pues no me tengais á exceso
Una reprension.

D. Luis:
No haré.

D. Diego:
Aquel pasado suceso...

D. Luis:
¿Quereisme decir que fué
Locura? Yo lo confieso;
Porque haber á un hombre herido,
Que conmigo no ha tenido
Lances de competidor,
No trae disculpa mejor.
Fuerza es remediarlo, pues
Quien lleva ya en sus recelos
Perdido el miedo á los celos,
No se le tendrá despues.

D. Diego:
Y ahora ¿qué habeis de hacer
De lo que ya se trató?
Pues es cierto que á saber
Vuestros intentos llegó
Don Pedro.

D. Luis:
¿Qué hay que temer?
Deshácese un casamiento,
Siendo santo sacramento,
Despues que se efectuó,
¿Y no le desharé yo,
Sin efectuarle?

Escena X

DON PEDRO. — DON DIEGO, DON LUIS.

D. Ped:
(Ap.) Atento
A este hielo que me abrasa,
A este, que me hiela, ardor,
A lo que en mi agravio pasa
Y al respeto de mi honor,
Tan tarde salgo de casa.
A Don Luis pretendo hablar;
Que mejor es acabar
De una vez con mi recelo,
Que no esperar que un mozuelo,
Que es fábula del lugar,
Se me atreva. Él viene aquí.
¡Cuánto de verle me alegro
Galan y noble! Este sí.

D. Diego:
Vuestro suegro viene allí.

D. Luis:
Pues huyamos de mi suegro.

D. Ped:
Señor Don Luis, informado
De vuestros deudos he estado
De que honrar habeis querido
Mi casa; y agradecido,
Como es justo, os he buscado
Para mostrar cuánto estoy
Ufano de merecer...

D. Luis:
Señor Don Pedro, yo soy
El que las dichas de ayer
Tiene por disculpas hoy.
Confieso que me atreví
A tanto empeño, y que fuí
Venturoso en tanto empeño,
Pues ser destas honras dueño
Por lo ménos merecí.
Pero fuí tan desdichado
En estas dichas, señor,
Que para tomar estado,
Un nuevo empeño de honor
Lo ha deshecho y lo ha estorbado.

D. Ped:
¿De honor empeño (Ap.) (¡Ay de mí!)
Os retira desto?

D. Luis:
Sí.

D. Ped:
Pues ¿cómo? ¿En qué (Ap.) (Estoy mortal.)
Puede á Beatriz estar mal?

D. Luis:
Que no lo entendeis así;
Que de vuestro enojo, no
De mis disculpas ha sido
El honor bien entendido.

D. Ped:
¿De qué suerte?

D. Luis:
Porque yo,
Señor, habiendo sabido
Que su Majestad (que el cielo
Guarde por sol desta esfera,
Por planeta deste suelo)
Con su católico celo
Sale aquesta primavera;
Y sabiendo como hacía
Gente un señor, de quien fuí
Deudo por ventura mia;
Que me honrase le pedí
Con alguna compañía.
Hámela dado: este ha sido
El empeño que he tenido
Para no tomar estado;
Que el que es marido y soldado,
No es soldado ó no es marido.
Si yo volviere, señor,
Entónces con más valor
Me podeis hacer feliz;
Porque hoy casar con Beatriz
No le está bien á mi honor.

(Vanse Don Luis y Don Diego.)

Escena XI

DON PEDRO.

«¡Porque hoy casar con Beatriz
No le está bien á mi honor!»
¡Válgame el cielo! ¿Qué ha sido
Lo que he visto y lo que he oido?
Poco siento (¡ay infeliz!)...
—Pero afligirme es error:
Si en aquel caso consiste
Su honor, miente mi temor.
¿Que en fin, cuanto piense un triste,
Siempre ha de ser lo peor?

(Vase.)

Escena XII

BEATRIZ, INÉS.

D.ª Beat:
Inés, ¿cómo el papel tomaste?

Inés:
Como
Todo cuanto me dan, señora, tomo.

D.ª Beat:
¡Sin duda le dirias
Que de mi parte ibas!

Inés:
Desconfías
De mí sin causa, porque yo he callado
Que era tuya la banda, y el recado
Callé por tu respeto,
Como suelo callar cualquier secreto.

D.ª Beat:
Pues Inés, ¿á qué efeto,
Si es así, me has traido
Papel?

Inés:
(Ap.) (¡Vive el Señor, que me ha cogido!
Mas yo me soltaré.) Que le trajera,
Me dijo, y que si acaso hallar pudiera
Ocasion, te le diese.
Yo le tomé, porque de mí creyese
Cuán de su parte estaba;
Que puesto que una banda le llevaba
Hurtada, que era tuya, bien crêria
Que un papel, que es más fácil, te traeria.

D.ª Beat:
Esa satisfaccion algo me agrada.

Inés:
Aquesto es dar satisfaccion honrada.
Leonor, señora, viene.

D.ª Beat:
Pues que el papel me vea no conviene.

Escena XIII

DOÑA LEONOR. — DOÑA BEATRIZ, INÉS.

D.ª Leon:
Bien pudiera yo ahora
Decir con mayor causa (¿quién lo ignora?)
«¿Qué idioma fué misivo el que en lineado
Papel ocultas en tu manga ajado?»

D.ª Beat:
Y yo tambien pudiera
Decir que en vano preguntarlo fuera:
Pues quien saber no quiere
Lo que quiero decir, saber no espere
Lo que callarle quiero.

(Retírase, quedándose oculta detras de una puerta.)

D.ª Leon:
Inés, ¿qué es esto?

Inés:
Por hablarte muero.

D.ª Leon:
Díme presto, ¿qué ha sido
Este papel?

Inés:
¡Qué poco te he debido!
¿No aguardaras siquiera
A que sin preguntar te lo dijera?
Que se me hace conciencia, te prometo,
La pregunta llevar por un secreto.

(Entreabre la puerta Doña Beatriz.)

D.ª Beat:
(Ap.) Mal segura, escuchar desde aquí quiero
Qué hablan las dos.

Inés:
Fuí á verle, y lo primero
Le dije que Beatriz me lo mandaba.

D.ª Leon:
Bien hiciste.

D.ª Beat:
(Ap.) Y yo mal, pues me fiaba
De quien con Leonor en chismes anda.

Inés:
Lo segundo, en su nombre dí la banda.

D.ª Beat:
(Ap.) ¡Ay infeliz! ¡Qué he oido!

D.ª Leon:
En esa cuadra hay ruido.

Inés:
Don Juan es el que ha entrado.

D.ª Leon:
Pues ¿cómo, si de aquí se fué enojado,
Diciendo que en su vida no me habia
De ver?

Inés:
¿Que estés tan nueva todavía,
Que no sepas que cuando está un amante
Diciendo, más furioso y arrogante:
«No he de volver á verte, ingrata bella»,
Es cuando muere por volver á vella?

D.ª Beat:
(Ap.)
Ya que á escuchar mis penas he empezado,
Acabe de escucharlas mi cuidado.

Escena XIV

DON JUAN, DON ALONSO, MOSCATEL. — DOÑA LEONOR, INÉS; DOÑA BEATRIZ, oculta.

D. Juan:
Pensarás que me han traido
A verte, Leonor, y hablarte
Mis celos, porque los celos
(Perdona el civil lenguaje)
Son ordinarios de amor,
Que así llevan como traen.
Pues no, Leonor, no he venido
Para que me desengañes;
Porque el desaire de amor
Es hablar en el desaire.
Con otra ocasion he vuelto
A pisar estos umbrales,
Porque nunca les faltó
Ocasion á los pesares.
Don Alonso, á quien tú hiciste
De Beatriz fingido amante,
Sucediéndole en tu casa
Con desaire el primer lance;
Pero atento á que no piensen
De Beatriz las vanidades
Que el no volver aquí es
De escarmentado y cobarde,
Me ha pedido que le traiga
A verla. ¿Cómo negarle
Puedo yo lo mismo á él,
Que él no me negó á mí ántes?

D.ª Leon:
En notable obligacion
Le estais: forzoso es pagarle.

D. Juan:
Él viene, Leonor, á esto;
Y porque en aquesta parte
Nunca piensen mis desdichas,
Nunca sospechen mis males,
Nunca imaginen mis penas
Que fué gana de buscarte,
En la calle me estaré
En tanto que á Beatriz hable,
Y deste escrúpulo leve,
Y desta materia fácil
Desempeñe su opinion,
Su crédito desengañe.—
Don Alonso, entrad; y pues
Ya el sol, helado cadáver,
Agonizando entre sombras,
De la noche en brazos yace,
Hablad á Beatriz, y ved
Que aquí Don Pedro no os halle.

D.ª Leon:
Aguarda, Don Juan, espera.

D. Juan:
¿Qué quieres, Leonor, que aguarde?

D.ª Leon:
Disculpas.

D. Juan:
Serán en vano.

D.ª Leon:
Desengaños.

D. Juan:
Son en balde.

(Vase.)

D.ª Leon:
Tras él iré.—Don Alonso,
Luégo vuelvo. Perdonadme,
Que Don Juan está celoso,
Y es fuerza desengañarle.

(Vase.)

D. Alon:
¿Mas que me voy sin hablar
A Beatriz?

Moscat:
No dirás ántes:
¿Mas que entramos en aprieto
Al pasado semejante?

D. Alon:
Inés, díme, ¿donde está,
Para que en tanto la hable,
Beatriz?

Escena XV

DOÑA BEATRIZ. — DON ALONSO, MOSCATEL, INÉS.

D.ª Beat:
Aquí está Beatriz,
Escuchando los ultrajes
De una vil hermana, de un
Falso amigo, de un infame
Criado, una criada aleve,
Y de un cauteloso amante.
¡Que entre Leonor y Don Juan,
Inés y Moscatel, no halle,
Si no consuelo á mis penas,
Disculpa á mis disparates!
Sólo en esta parte intento,
Sólo quiero en esta parte,
Como quejosa ofenderme,
Como ofendida quejarme
Del mayor de mis agravios,
Y no el menor de mis males.
¿Tan pocas las partes son
De mi hacienda y de mi sangre,
Tan pocas de mi persona
(Decirlo tengo) las partes
Que hay, que si un hombre hubiera
Que atrevido me mirase,
Fuese, con fingido amor,
Quererme á mí por burlarme?
¡A mí por...!

D. Alon:
Beatriz hermosa,
Si de tus pesares sales
Tan airosa como ahora,
Con pagar finezas tales,
Fácil es el desengaño.

D.ª Beat:
¿Cómo el desengaño es fácil,
Cuando el quererme es por burla?

D. Alon:
Si atiendes, con escucharme.
Tal vez por burla se atreve
Uno al mar, sin que presuma
(Viéndole jardin de espuma,
Viéndole selva de nieve)
Que hay peligro en él; y en breve
Selva y jardin con horror
Le anegan; y así es amor:
Luego en placer y pesar,
Si no hay burlas con el mar,
No hay burlas con el amor.
Tal vez por burla ó ensayo
Polvorista artificial
Hace un rayo material,
Y forja contra sí el rayo,
Cuando con mortal desmayo
Muere á su violento ardor.
Rayo es amor en rigor
Contra su artífice: luego,
Si no hay burlas con el fuego,
No hay burlas con el amor.
Tal vez desnuda un amigo
La espada para esgrimir
Con otro, y le viene á herir
Como si fuera enemigo.
Su destreza es su castigo;
Y así, usar della es error.
Espada amor en rigor
Es: luego desenvainada,
Si no hay burlas con la espada,
No hay burlas con el amor.
Tal vez por burla, mirando
Doméstica y mansa ya
Una fiera, un hombre está
Con ella, Beatriz, jugando.
Cuando más la halaga blando,
Volver suele á su furor.
Fiera es amor en rigor:
Luego si, ya lisonjera,
No hay burlas con una fiera,
No hay burlas con el amor.
Por burla al mar me entregué,
Por burla el rayo encendí,
Con blanca espada esgrimí,
Con brava fiera jugué;
Y así, en el mar me anegué,
Del rayo sentí el ardor,
De acero y fiera el furor:
Luego si saben matar
Fiera, acero, rayo y mar,
No hay burlas con el amor.

D.ª Beat:
A ese argumento...

Escena XVI

DOÑA LEONOR, alborotada. — DOÑA BEATRIZ, INÉS, MOSCATEL.

D.ª Leon:
¡Ay de mí!
Huyendo salió á la calle
Don Juan: y miéntras le daba
Voces, ví entrar á mi padre.
Esconder importa ahora...

D.ª Beat:
No, Leonor, porque ya es tarde...

D.ª Leon:
A Don Alonso...

D.ª Beat:
Que hoy
Ha de saber cuanto pase,
Mi padre, aquí, y tus engaños
Se han de saber.

D.ª Leon:
Cuando trates
Tú decirlo, yo sabré
Culparte á tí y disculparme.
Y así, puesto que las dos
Corremos el riesgo iguales,
Iguales, Beatriz, busquemos
El remedio.

D.ª Beat:
Por mostrarte
A proceder bien, lo haré;
Que es fuerza estar de tu parte.

Moscat:
Alacena como iglesia
Pido.

D. Alon:
Eso no haré yo, que ántes...

Inés:
Él entra ya.

D.ª Beat:
Este aposento
Hoy de su vista te guarde.

Moscat:
Y á mí me guarde tambien.

D. Alon:
(Ap.) ¡Qué pesados son los lances
De amor hijo de familias!

Moscat:
Inés, avisa en la calle
Que ya estamos escondidos:
Que haya quien nos descalabre.

(Escóndense los dos.)

Escena XVII

DON PEDRO. — DOÑA BEATRIZ, DOÑA LEONOR, INÉS; DON ALONSO y MOSCATEL, ocultos.

D. Ped:
¡Tan tarde, y no han encendido!
Haz tú que unas luces saquen.

Inés:
Ya las tengo prevenidas.

D. Ped:
(Ap.) ¡En mi cara tal desaire!
¡A mis ojos tal afrenta!
Cielos piadosos, ó dadme
Paciencia, ó dadme la muerte.

D.ª Beat:
Señor, ¿qué tienes?

D.ª Leon:
¿Qué traes?

D. Ped:
Tengo honor, y traigo agravios...
Aunque miento en esta parte;
Que yo no soy quien los traigo:
Ellos vienen á buscarme
Dentro de mi casa misma.

D.ª Leon:
(Ap.) ¡Ay de mí! todo se sabe.

D.ª Beat:
Pues ¿no me dirás, señor,
De qué esos extremos nacen?

D. Ped:
De tus locuras, Beatriz;
Que ya es fuerza declararme,
Viendo que por tí se atreve
Hoy un mozuelo arrogante
Al honor de aquesta casa.

D.ª Leon:
(Ap.) Ya no hay cosa que no alcance.

D.ª Beat:
¿Yo, señor?

Moscat:
(Ap. al paño.) Malo va esto.

D. Ped:
Sí, pues por tí Don Luis hace
Desprecios della y de mí.

D.ª Beat:
(Ap.) Convaleciendo va el lance.

D.ª Leon:
(Ap.) Eso sí, cobre mi aliento.

Escena XVIII

DON JUAN. — DON PEDRO, DOÑA BEATRIZ, DOÑA LEONOR, INÉS; DON ALONSO y MOSCATEL, ocultos.

D. Juan:
(Ap.) (Un caso bien puede errarse
De una vez; pero de dos
La una, no le yerra nadie.
No he de esperar á que cierren
Las puertas, y despues baje
Por el balcon Don Alonso:
Remediarlo pienso ántes.)
Señor Don Pedro, si en vos
Hoy la amistad de mis padres
Hereda la obligacion
De mi casa y de mi sangre...

D.ª Leon:
(Ap.) ¿Qué es lo que intenta Don Juan?

D.ª Beat:
(Ap.) Muerta estoy hasta escucharle.

D. Juan:
Os obliga en un aprieto
A valerme y ampararme.
De vuestra casa á las puertas
Me ha sucedido un desaire
Con tres hombres, y me importa
No volver solo á buscarles.
Muy bien sé que puedo á vos
Atreverme y declararme,
Porque sé que es vuestro pecho
El Etna, que dentro arde,
Aunque cubierto de nieve.

D. Ped:
No paseis más adelante;
Que ya sé que es ley precisa
De mi honor y de mi sangre
En esta edad, no dejar
A hombre que de mí se vale.
Vamos.

D. Juan:
En fin, sois quien sois.—
En llevando yo á tu padre,
Leonor, echa á Don Alonso. (Ap. á ella.)

D. Alon:
(Ap. asomándose á la puerta del cuarto donde entró.)
Estos son los que matarme
Quisieron. No me está bien
Ir con ellos ni quedarme.

D. Ped:
Esperad, pues ya es de noche,
Que de aquesta sala saque
Un broquel, prenda olvidada
De mi mocedad.

D. Juan:
Sacadle
Presto.

(Don Pedro entra en el cuarto donde está Don Alonso.)

D.ª Beat:
Él se ha empeñado más,
Por donde pensó librarse.

D. Ped:
(Dentro.) ¿Quién está aquí dentro?

D. Alon:
(Dentro.) Un hombre.

(Salen del cuarto Don Pedro, Don Alonso y Moscatel.)

Moscat:
Dice bien, porque no es nadie
El otro que está con él.

D. Ped:
Don Juan, pues que yo á ayudarte
Iba contra tu enemigo,
Obligacion es más grande
El ayudarme tú á mí,
Cuando la causa es más grave.
Este hombre ofende mi honor,
Y á mí me importa matarle.

D. Alon:
Don Juan, en tan grande empeño
La obligacion tuya sabes.
Mi vida y la destas damas
Es preciso que yo ampare.

D.ª Leon:
¡Ay de mí!

D.ª Beat:
¡Infelice soy!

D. Juan:
(Ap.) ¿Quién vió empeño semejante?

D. Ped:
(A Don Juan.) ¿Te suspendes?

D. Alon:
(A Don Juan.) ¿Ahora dudas?

D. Ped:
Mas soy bastante á vengarme
Sin tí.

(Riñen, y Don Juan se pone en medio.)

D. Juan:
Tente, Don Alonso.—
Tente, señor.

D. Ped:
Pues ¿tú paces
Pones?

D. Alon:
Pues ¿tú contra mí
Tan viles extremos haces?

Escena XIX

DON LUIS, DON DIEGO. — Dichos:
D. Luis.

(Dentro.) Cuchilladas hay en casa
De Don Pedro.

D. Diego:
(Dentro.) Más no aguardes.
Entremos, Don Luis.

D. Luis:
(Dentro.) Tenéos.

D. Ped:
Gente viene.

D. Alon:
¡Duro trance!

(Salen Don Luis y Don Diego.)

D. Luis:
¿Qué es esto?

D. Ped:
Esto es, Don Luis,
Satisfacer el ultraje
Que te oí; pues si no está
Bien á tu honor el casarte
Con Beatriz, al mio está bien
Satisfacer y vengarme.

D. Luis:
Ahí verás que no sin causa
Traté yo de disculparme,
Quizá por haber tenido
Algun empeño en la calle.

D. Alon:
Sin duda, que tú me heriste.

D. Luis:
Es verdad.

D. Alon:
Yo he de vengarme.

D. Juan:
Pues quiere el cielo que así
Hoy mis celos desengañe,
Viva Leonor en mi pecho:
Ya es forzoso que la guarde
Contra tí.

D. Ped:
Don Juan, Don Juan,
En aquesta casa nadie
Ha de defender mis hijas,
Sino quien con ellas case.

D. Alon:
Esa palabra te tomo.

D. Juan:
Pues el remedio es tan fácil,
Yo soy de Leonor.

D. Alon:
Y yo
De Beatriz.

D. Ped:
Fuerza es que calle;
Que ya sucedido el daño,
Nada puede remediarse.

Moscat:
En fin, el hombre más libre,
De las burlas de amor sale
Herido, cojo, y casado,
Que es el mayor de sus males.

Inés:
En fin, la mujer más loca,
Más vana y más arrogante,
De las burlas del amor,
Contra gusto suyo sale
Enamorada, y rendida,
Que es lo peor.

Moscat:
Inés, dame
Esa mano: si ha de ser,
No lo pensemos, y acaben
Burlas de amor, que son véras.

D. Alon:
No se burle con él nadie,
Sino escarmentad en mí.
Todos del amor se guarden,
Y perdonad al poeta,
Que humilde á esas plantas yace.


Publicado el 20 de enero de 2019 por Edu Robsy.
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