Descargar Kindle «Justicia Salomónica», de Roberto Payró

Cuento


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  Cuento.
9 págs. / 16 minutos / 409 KB.
1 de enero de 2021.


Fragmento de Justicia Salomónica

—Pues yo, señor juez —principió a decir Fernández medio abatatao— lo único que tengo que reclarar es del tenor siguiente: en circunstancias de que cuando iba haciendo la ronda de reglamento, que es la consigna del señor comisario, a la hora de la siesta y con un sol rajante, y de que cuando di güelta a la esquina de la casa de don Bermúdez aquí presente, me pareció oír como unos chiquillos de mujer, y como ruido de garrotazos, y como gritos de hombres peliando, y entonces, ahí no más, corrí como pude, agarrando el machete que me golpiaba las corvas, y entonces, en circunstancias que me allegué, pude darme cuenta me cuenta que, efectivamente, dos se habían agarrao fierazo y se menudiaban de lo lindo... Y entonces corrí más ligero, y entonces vi que don Bermúdez se le había prendido a don Gancedo por el pescuezo, dándole con la zurda trompis y más trompis en la cara, de mientras que el otro le sacudía garrotazos en los lomos con toda su fuerza, y como podía, porque el otro lo tenía sujeto del cañote... Y entonces, yo señor juez, sin fijarme en que también me podía ligar a mí, los desaparté, gritándoles ¡desen presos! p'a que soltaran... Y entonces vide que don Gancedo tenía la cara toda rajuñada y estilando sangre, y don Bermúdez tenía la camisa hecha tiras, dejando ver el lomo zebruno de moretones... Y de mientras, todo el tiempo, una mujer chillaba como si la cuerearan viva, gritando al fin que le pegaran un balazo a don Gancedo... o a don Bermúdez... Eso no lo entendí muy bien, y no tengo pa qué mentir... Y entonces... yo los dejé que se jueran, porque es gente formal y amiga de don Barraba el comisario y de todas las autoridades... Y entonces... entonces ya no tengo más que reclarar, señor juez, si usté me dá su venia.


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