Descargar Kindle «El Asombro de los Andaluces o Manolito Gázquez, el Sevillano», de Serafín Estébanez Calderón

Cuento


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13 págs. / 23 minutos / 451 KB.
20 de noviembre de 2020.


Fragmento de El Asombro de los Andaluces o Manolito Gázquez, el Sevillano

—¿Y qué sucedió? —le preguntaban los del asustado auditorio.

—Y addemete, y yo de meto da mano pod da boca, y de pronto de vuedvo como una cadceta, poniéndode da cabeza donde tenía ed dabo, y ed todo sadió más dispadado que antes y fue a dad ciego en ed buddadedo de enfrente, y se estrelló, y das muditas viniedon pod éd.

D. Manolito, como de generación algo trasañeja y muy lejos de los adelantos del siglo actual, era español castizo y antifrancés por todo extremo, y eso que no alcanzó en vida los desahogos de Murat en el Dos de Mayo, ni el saqueo de Córdoba, ni las lindezas de gabachos y afrancesados de 1808. Por lo mismo y tal antipatía, nada era de extrañar que a tiempo o a deshora se estremeciese, despeluznara y conturbase al oír por las esquinas y cantones del barrio el pito del castrador, o silbar por los zaguanes y antepatios la piedra aguzadera que a fuerza de rueda y agua mordía el acero de los cuchillos y tijeras, todo por obra y manufactura de los labios, patas y manos de algún auvernés o picardo. Al pasar tales estantiguas por jurisdicción de la casa de Manolito, según conforme más o menos avinagrado se hallaba de condición, así era el recibimiento que les hacía. Si el cielo de su frente, a dicha, se mostraba despejado y sereno, en cuanto escuchaba el chiflo o entendía el pregón del amolador, partía la telera de pan y escanciaba en el vaso media azumbre de vino, y saliendo al umbral de la puerta, calle de Gallegos, comenzaba a decir:


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