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Lo dicho les parecerá á ustedes monótono, porque no logro hacerme atender; y á la verdad que la elocuencia del escrito es la más difícil. Pero pongan ustedes un poquito de su parte (esto se llama autosugestión) y sigan atendiéndome, que muy pronto llegaremos á una narración más amena.
Cuando la atención es grande, se origina la presunción, ó sea presumimos lo que aún no hemos oído: el final de un párrafo en un discurso, una contestación en un dialogo, ó la conclusión de una frase, ó la repetición del motivo ó del tema en una obra musical.
Muchas veces nos ocurre que nuestras presunciones son engañosas, y no acertamos al presumir; y si entonces, en vez de distraernos, aumentamos nuestra atención, y nos entregamos á la acción sugestiva, sentiremos como siente el orador ó como sintió el músico; tras la comunidad de sensaciones, vendrá la comunión de raciocinios y la comunión de deseos; y cuando esto ocurra, si el orador se interrumpe bruscamente, adivinaremos con exactitud lo que el orador iba á decir y no lo dijo. He aquí la transmisión del pensamiento á distancia, el telégrafo sin conductores; un insecto partido en dos pedazos, á un lado la cabeza, que no puede moverse porque le falta el motor dinámico; y, al otro lado, el cuerpo (donde está dicho motor), moviéndose según se lo ordena la cabeza.
3 págs. / 6 minutos.
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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.
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