«Ayer, á las cuatro de la madrugada, detuvo un vigilante de la Higiene, en la buñoleria de El Mangue, á una señora embriagada, al parecer.
«Conducida á la prevención resultó ser doña N. N., viuda de D. N. N., y casada actualmente con D. N. N.
»El vigilante fué reprendido severamente y la señora puesta en libertad.»
Bien hecho. Ya que las señoras no procuran diferenciarse de las prostitutas bueno será que los agentes las diferencien.
De todas maneras, ciertos son los toros.