Libro gratis: Bromita
de Emilia Pardo Bazán


    Sin votos


Cuento


0


Bromita

No hay más información sobre el texto «Bromita».


Leer en línea

Descargar PDF

Descargar ePub

Descargar Kindle

Edición dislexia

Enviar a Kindle

Enviar a Pocketbook

Regalar ebook

Edición física

Denunciar libro


Fragmento de «Bromita»

—¡Ahora! ¡Ahora! ¡El pavo!

No obstante, a la larga nos pareció que a Picardo se le embotaba la sensibilidad. Ya oía tranquilo, o poco menos, nuestras herejías contra oradores y cantantes. Habíamos gastado aquel resorte. Entonces acordamos buscar otros.

Sabíamos algo de su historia; no ignorábamos que Picardo había sufrido infortunios conyugales, y hasta que había estado loco, o punto menos, una temporada. También decían que por poco se mete trapense, y que su esposa residía en Barcelona gastando boato. Nos propusimos que nos contase estas aventuras; pero no hubo forma. Lo único que logramos fue hacer reaparecer el consabido rubor de toda su cara y seguramente de toda su piel.

Como no dio más juego el asunto, emprendimos la tarea de herir los sentimientos de Picardo; porque ha de saberse que Picardo era una mina de sentimientos, y que si la noble indignación se vendiese al peso, Picardo se hace poderoso. Anís le banderilleó atacando a ministros y grandes hombres, autoridades y celebridades, y no dejando a ninguno hueso sano. La verdad es que no entiendo por qué esto le arrebolaba tanto a Picardo el cuero cabelludo. Agotado el filón, Anís arremetió con la Iglesia y, hecho un Renan, destrozó el dogma. Después le tocó el turno a las instituciones, pero aquí le atajamos, no fuese que un portero oyese la retahíla, la tomase por donde quema y se armase un caramillo. En pos de la fe y los poderes constituidos, acometió Anís a la moral, y expuso doctrinas de un inmoralismo crudo y canibalesco. Los argumentos que desenterró para convencer a Picardo de que debemos comernos los unos a los otros eran de lo más salado y bufo. Picardo gruñía; pero lo que le sacó de sus casillas, lo que le puso no rojo, sino violeta, fueron los insultos de Anís a las mujeres. Aquel día, al final, se abalanzó contra el deslenguado —fue el nombre que le dio—, y creíamos que en un rapto de furor le sacaba los ojos. Anís se echó atrás tartamudeando:


3 págs. / 6 minutos.
67 visitas.
Publicado el 12 de febrero de 2021 por Edu Robsy.


Valoraciones


Este texto no ha recibido aún ninguna valoración.


Para valorar «Bromita» es necesario identificarse en textos.info.


Libros más populares de Emilia Pardo Bazán

607 libros publicados.


Ver todos los libros