Libro gratis: Noche al Raso
de José María Roa Bárcena


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Noche al Raso

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Fragmento de «Noche al Raso»


¡Oh necesidad infame!
¡A cuántos honrados fuerzas
A que, por salir de ti,
Hagan mil cosas mal hechas!


Aunque la poesía y los versos me han apestado siempre más que la valeriana, quedóseme en la memoria la tal cuarteta y me gusta, por contener una verdad positiva y activa como una onza de purga de Jalapa (radix Jalapae). Y volviendo a don Roque, sucediole que honrado y favorecido de sus mismos acreedores, al principio de su pobreza, acabó por cansarlos a peticiones y banderillazos y llegó a palpar frío el fogón de su cocina y rajada y vacía la marmita del puchero; situación terrible para el jefe de una familia compuesta de mujer y tres o cuatro hijas pequeñas, que comen con el buen apetito de la miseria; que rompen zapatos y que no se pueden vestir de hojas de plátano, como Eva antes de la invención de los telares.

Diose don Roque a la correduría, aunque sin título y con la mala suerte que por lo regular acompaña a los buenos. Diariamente azotaba las calles de la ciudad y de sus cuatro barrios, sin hacer, sino rara vez, algún negocio pequeño, cuyo producto llevaba inmediatamente a su familia. De día en día fuéronsele escaseando más y más los medios de subsistencia y como había sido rico y se había sentado en su juventud al festín de la abundancia, hízose mucho más amargo el pan de la pobreza; o, para hablar con propiedad, se le agrió el carácter y se le endureció el corazón al verse sin pan bueno ni malo. Dio en tratar ásperamente a todo el mundo, cuando de todo el mundo necesitaba y hasta en contestar con grosería a las salutaciones de las gentes, lo cual empeoraba su situación. Por otra parte, ocurría a las casas de juego, a que sus antiguos amigos le corrieran algo en vaca, sin poner él un solo centavo, o a que los conocidos afortunados le dieran el barato y como la dignidad y la decencia casi siempre se pierden muy pronto en los garitos, este pobre viejo que había sido hombre leal y completo, acabó por vivir de una industria que es hoy la de muchos: jugando topillos con mayor o menor escala; pero con viveza y travesura, que le dieron celebridad y que muchas veces caían en gracia a las mismas víctimas.


64 págs. / 1 hora, 52 minutos.
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Publicado el 16 de diciembre de 2020 por Edu Robsy.


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