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El Desafío Español

Arturo Robsy


Ensayo, artículos, política


Una vez revisados los textos escritos en el 89, y tentado con la fecha inversa que vivimos, 98, se hace esta segunda edición de El desafío español y la Política de mercado. Lo peor y más descorazonador es que en diez años siguen siendo actuales estos textos, escritos en pleno apogeo del Psoe y reimpresos bajo el poder de la derecha.

Primera parte. El desafío español

1. Triste marco

La Constitución de 1812, entre afrancesada y masónica, fue el paso previo y necesario para la desintegración política del Imperio Español e inauguró estos últimos 175 años de miedo a España. No fue casual, sino revelador, que mientras el pueblo combatía por la independencia, sus políticos de río revuelto le sometieran a ideas y planes extranjeros.

Aquella Constitución, sin embargo, enumeraba los territorios sobre los que España ejercía soberanía. La del Setenta y Ocho, no. Y tampoco esto debe de ser casual dado que, tras ser promulgada, ha pasado a debatirse la integridad de nuestra última unidad política, seriamente amenazada por los separatistas catalanes y vascos y por el gobierno que, en contra de la constitución, no acierta a tomar medidas que dificulten el progreso de estos nacionalismos decimonónicos.

En ninguna parte de nuestra actual Constitución se afirma que Cataluña, Vascongadas o cualquier otro lugar -Baleares, Canarias...- sean España, de manera que un Tribunal Constitucional títere podría quizá legalizar cualquier independencia.


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Publicado el 10 de julio de 2022 por Edu Robsy.

Leyenda Marítima

Arturo Robsy


Cuento


Para Elisa Pons, en mutuo recuerdo de Neruda.
 

Al Juanón se le despertó el hambre de mar y cuando no pudo llevarla más bajo el pecho, se echó a los caminos. Los andaba con el corazón saltándole por las acequias y la cabeza imaginándole desconocidos espectáculos. Tenía hambre de mar: una enfermedad que los médicos no curan ni siquiera distinguen en sus laboriosos análisis, y que no acusan ni los leucocitos ni los eosinófilos.

Tenía hambre de mar: algo tan común que por ella vino al mundo América, o nacieron mitos tan enormes como el de la Atlántida. Juanón, claro, no sabía los antecedentes de su mal, y se limitaba a seguir el camino cantando poquito a poco las canciones de su repertorio para que, así, le durasen más y estar acompañado.

Antes, cuando estaban en su casa, fue un muchacho normal hasta que llegó un hombre al pueblo hablando del mar. Traía los ojos claros de tanto mirarlo, y las manos grises, con brillos, que es el efecto del agua salada; y el cabello lanzado hacia el cielo, espeso y profundo, que es como, según cuentan, se pone el cabello a las orillas. Decía que el mar era lo más grande y lo más azul de la creación. Decía que los peces curiosos se asomaban a la superficie para hablar con los pescadores y que era raro encontrar algunos que conocían tu idioma.


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Publicado el 15 de julio de 2019 por Edu Robsy.

Adán y Eva Bis

Arturo Robsy


Cuento


—Seguramente el fin del mundo nos aterroriza a causa de que supondría el final del hombre como especie. ¿Somos capaces de imaginar un universo sin el ser humano? No.

Esto,y lo de más allá, decía un conocido filósofo en un no menos conocido Congreso de Filosofía. A tenor de la verdad, estos caballeros se habían reunido más para charlar de sus cosas ("¿Cómo te va?", "¿Y María y los niños?", "Los míos ahora estudian piano", etc.) que para poner en orden los asuntos de sus correspondientes disciplinas.

Además, cuando esta historia tuvo lugar, la fiebre por esta clase de reuniones había estallado y hasta se construyó una ciudad exclusivamente para celebrar Congresos: una ciudad moderna y, de acuerdo con el progreso, monumental y rectilínea; es decir, fea. Y en ella no era extraño que se celebraran dos o más congresos a la vez. Como en nuestro caso.

Técnicos en balística y filósofos tenían su reunión anual y ambos, de común acuerdo, decidieron tratar el problema de la supervivencia humana. "El hombre —pensaban— es algo muy importante que no debe extinguirse". Pero al pensar en el hombre, lo hacían con los ojos vueltos hacia el Discóbolo de Mirón o el David de Miguel Ángel, que hacía el ciudadano medio, vestido de gris, con los ojos grises y el almita gris también a fuerza de monotonía, aburrimiento y miseria (que la miseria, por cierto, no es cuestión de dinero, sino de actitud ante el mundo).

En fin, que filósofos y pirotécnicos deseaban salvar a la especie humana, pero no a un hombre ne particular, no al técnico empresarial, ni al bandido adulterador de alimentos, ni al famoso futbolista. El hombre, en sus mentes privilegiadas, era un abstracto más, y nada tenía que ver con aquellos seres, a medias sórdidos, a medias heroicos, que se hacinaban en las superpobladas ciudades.


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5 págs. / 9 minutos / 217 visitas.

Publicado el 30 de marzo de 2019 por Edu Robsy.

Apuntes para un Verdadero Teatro Menorquín

Arturo Robsy


Teatro


«Nadie es libre, excepto Zeus». Esquilo


Acotación.— El escenario deberá tener fantásticas medidas para que en él puedan evolucionar los 50.000 actores que representarán el papel de menorquines. Los espectadores pueden ser menos numerosos; bastarán uno o dos, a ser posible estudiosos de los misterios humanos. Por eso, si se tiene que representar en un local convencional, se aconseja que los actores trabajen en el patio de butacas, en las plateas, en los palcos y en el gallinero, y que el público se siente en el escenario.

El decorado, si el futuro director lo cree preciso, puede imitar el campo o la ciudad, el mar o la montaña, el bosque o la llanura (Els Plans, por ejemplo), las taulas o el Seguro de Enfermedad... Bastará con que se manifieste claramente que la acción sucede en Menorca. Para ello será imprescindible que un cartel indique:


"EN VENTA. Al contado o a plazos. Facilidades".


Los espectadores comprenderán.

Título de la obra: ¡A ver qué porras pasa!

Dramatis personae: cuarenta y nueve mil ochocientas veinticuatro personas y pico.

Lugar: Menorca

Época: la actual y todas las demás.

Cuadro primero

Se levanta el telón. El Coro de Donas, en el mercado. El Coro de Comerciantes en el mismo lugar. El Coro de las Leyes Transgredidas, al fondo, escondido, para llorar en privado.

Dona 1.— No sé avont anirá a rebotir tot açó.

Dona 2.— Ho veus? Dicen que el pollo va a subir.

Dona 3.— Y la carne de ternera...

Descontento.— De ternero, señora. De ternero granadito que se llama vacuno menor. Las terneras no se matan.

Dona 4.— También subirán las patatas.

Dona 5.— Y las naranjas.

Dona 6.— Y los embutidos y el jamón.

Dona 7.— Y los huevos.


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6 págs. / 11 minutos / 67 visitas.

Publicado el 25 de septiembre de 2020 por Edu Robsy.

El Descubrimiento de Europa

Arturo Robsy


Ensayo, política


(«El poder reside en la fe del pueblo», en lo que cree)

Prólogo de un amigo

Un día me va a tener que explicar Arturo Robsy por qué hace lo que hace y dónde se aprovisiona de la energía para hacerlo. En ausencia de su explicación directa, me toca hoy dar al lector curioso mi versión.

El autor de El Descubrimiento de Europa se encuentra a caballo entre dos mundos: el que dejó de ser y al que guardaba un difícil entramado de fidelidades, y el que debe de empezar a ser, que le apasiona no sólo por las novedades que presiente en él, sino porque comprende — y hace comprender al lector — que puede ser un universo a la medida del hombre, un hallar por fin la unidad humana que se nos arrebató hace ya tiempo.

Quizá deba traicionar el misterio, la clave del presente libro: Robsy ve que el mundo actual se ha hecho pequeño y que es forzoso engrandecerlo, ya que no en territorios, al menos en horizontes humanos. Opina — y toda opinión es discutible, aunque la suya es muy atractiva — que España ha guardado silencio, no ha hecho historia durante la Edad Contemporánea. Ha sido sujeto pasivo de ella. Y concluye que lo que hoy se llama Occidente, y está en crisis si no en decadencia, está incompleto porque se hizo sin España y, muchas veces, contra ella. Como Occidente se siente tan distinto de nosotros como, al menos, nosotros de él, el Occidente en crisis ensaya una nueva colonización de España, tanto en lo político como en lo cultural y económico.

En "El Descubrimiento de Europa" mi amigo Arturo ensaya una nueva visión del problema y propone, frente a la invasión, la independencia, para recuperar, con la unidad, las dos constantes de lo español. Quiere — y conmigo lo ha conseguido — que reparemos a la vez en el pasado y en el futuro de España. Quiere, además, que se le discuta, empeñado en forzar la imaginación del lector por otros derroteros.


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64 págs. / 1 hora, 53 minutos / 155 visitas.

Publicado el 15 de julio de 2023 por Edu Robsy.

El Séptimo Día

Arturo Robsy


Cuento


No sé muy bien qué puede suceder en las próximas horas, pero algo terrible y cruel está por sobrevenirnos a todos. Cuando en el boletín informativo de la mañana de ayer aparecieron los primeros síntomas, la humanidad, que tiene más de gallinero que de Universidad, empezó a sonreir y a suspirar llena de júbilo. Hoy, naturalmente, la misma humanidad ha empezado a recapacitar; al menos esa parte de ella que dice ser civilizada.

Ayer empezaron a llegar noticias confusas de que todas las guerras conocidas habían cesado. Al menos no se disparaba en ninguno de los frentes ni en ninguna de las selvas, desiertos y ciudades donde se acostumbra a disparar. Ni en Afganistán, ni en ningún lugar de Indochina, ni en Irán, Irak, Líbano, Camerún, Sahara, Vascongadas, Irlanda, Angola, Sudáfrica, Mozambique, Eritrea, El Salvador, Nicaragua...

Un alto el fuego, decían los corresponsales de todas las guerras, los testigos de todas las habituales matanzas. La tranquilidad reina en tal sitio. Un tenso silencio planea sobre los ejércitos. Los enemigos se vigilan pero parecen haberse tomado un descano. ¿Será — se preguntaban todos por separado — que están preparando la ofensiva definitiva?

Los corresponsales, claro, fueron los últimos en comprender la realidad. Los que lo vieron claro desde el principio fueron los jefes de redacción de prensa, radio y televisión: aquí, nada; allí, tampoco. ¿Qué sucede? ¿Ha empezado alguien a razonar? ¿Han servido de algo las oraciones del Papa? ¿Se nos ha escapado algún acuerdo secreto?

Las mismas naciones contendientes y los grupos terroristas participaban del asombro general. Lejos de ellos el funesto hábito de la paz, habían, sin embargo, hecho enmudecer sus armas. Sabían, por supuesto, algo más, el truco, la clave de aquel día sin sangre, de aquel día blanco entre tantos rojos y crueles, pero callaban obstinadamente y hacían trabajar a sus Servicios de Información.


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6 págs. / 11 minutos / 161 visitas.

Publicado el 14 de abril de 2017 por Edu Robsy.

Hablar de España

Arturo Robsy


Ensayo, Política


DELANTAL QUE SE PONE AL LIBRO.

Panorama

El hombre es un ser sometido a instintos, como el de conservación o el gregario, y a reflejos como el de la búsqueda (qué difícil es dejar de buscar algo extraviado). Sometido. No hay libertad frente a ellos ni frente al tiempo que toca vivir. Llegar a percibir que hoy no es ayer, que se han modificado los principios activos de nuestro mundo, es difícil. Más si se trata con demagogia.

Hay que contar siempre con que la metafísica no pesa en los postulados que rigen el rumbo de la sociedad. Hay que atenerse, críticamente, a lo que hay, sabiendo que no se busca lo permanente y que se silencia la trascendencia de lo que realmente trasciende.

El mundo del hombre, el único verdaderamente accesible, es la sociedad y, en específico, la propia, en la que se ha formado y cuyo paso debe seguir, a gusto o a disgusto, o aceptar el riesgo de quedarse fuera. La sociedad es un sino, algo a lo que estamos condenados, un principio automático de sometimiento que, si falla, es restaurado por la coacción o la coerción: Policías y jueces cuidan de ello. Y quienes legislan.


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55 págs. / 1 hora, 37 minutos / 151 visitas.

Publicado el 14 de julio de 2016 por Edu Robsy.

Aventura

Arturo Robsy


Cuento


Cuando Apolo era joven y andaba por las ciudades de Grecia estudiando medicina, su carácter admiraba a todos sus condiscípulos: reidor y alegre, no desdeñaba la última copa nocturna en la taberna oscura y pobre, ni el beso comprado a la puerta del burdel, ni la chirigota truhanesca en la persona de algún profesor despistado (por ejemplo, el de historia que, desde la última Olimpiada, tras la gripe asiática, tenía puesto un pie en la barca de Caronte).

Sin embargo Apolo también sabía ser serio cuando la ocasión lo requería y pasaba por el más correcto de los muchachos de su cuadrilla. Pasable atleta y mejor orador, acudía todos los días al ágora para instruirse con los discursos de los ciudadanos y, también, componer hermosos versos en honor de tal o cual muchacha que, por entonces, llenaba sus pensamientos.

Huelga decir que Apolo era un mozo bello y bien planteado, y que las niñas gozaban con su compañía por más que nunca dejaban de mirarle como a un juguete encantador, un lindo muñeco parlante lleno de sonrisas, pero frío. Y Apolo lo sabía y se entristecía en su corazón, porque él hubiera querido tener una novia como los demás, una mujercita cándida (o no) a la que contar sus pequeños desengaños de adolescente en estudios, sus enormes ideas de poeta joven y sus blancas ilusiones de dios en sazón.

Vivía de pensión con su hermana Diana, con la que compartía habitación, secretos y yantar, y, con ella también, salía de caza todos los festivos en busca del corzo descuidado o del jabalí poderoso; pero estas ocupaciones no bastaban a apagar los fuegos de su alma saltarina y si su hermana --irreductible virgen-- se conformaba con ligeros escarceos, él andaba necesitado de un amor profundo y verdadero que viniese a completar la paz de espíritu que sus versos le anticipaban.


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5 págs. / 9 minutos / 58 visitas.

Publicado el 11 de julio de 2021 por Edu Robsy.

Cómo Liarse con un Ordenador

Arturo Robsy


Manual, Cuento, Ensayo


La vida sencilla y aventurera de los informáticos antes de enfangarse en Internet. Entregas de Arqueología Informática

Nota Inicial

Este libro estuvo, ya aceptado y con buena prensa, a punto de publicarse por una gran editorial. Esto que tiene aquí es el original que llegó a ella. Con otras formas se ha visto en muchas páginas, y hasta se ha llamado “El Romualdo” porque se usó el nombre mi amigo en su transmisión por varias redes.

Trata de los tiempos heroicos de las o los BBS, lo que hoy le añade un toque de nostalgia que, desde luego, no empequeñece su estricto sentido del humor. Tampoco empequeñece su valor histórico. Todos los personajes son ficticios y posiblemente el autor, que ruega que este libro no sea impreso con fines comerciales, pero que nada tiene que decir a que, quien lo desee, lo incluya en sus páginas.

Primer aviso. Las leyes que gobiernan la informática

Las siguientes y sabias sentencias no son atribuibles a la pluma del autor: han dado ya varias veces la vuelta al mundo, demostrando, en todos los casos, su incuestionable veracidad.

Leyes de Murphy

1. Si algo puede fallar, fallará.
2. Si hay la posibilidad de que algunas cosas fallen, la que causará más daño será la primera.
3. Si algo no puede fallar, lo hará a pesar de todo.
4. Si se aprecia que existen cuatro posibles maneras de que algo pueda fallar, y se soslayan, en seguida se desarrollará una quinta para la que no se está preparado.
5. Por sí mismas, las cosas tienden a ir de mal en peor.
6. Si algo parece que va bien, es obvio que se ha pasado algo por alto.
7. La Naturaleza siempre esta del lado del fallo oculto.
8. La Naturaleza es perra.
77. Los únicos productos que no funcionarán en tu ordenador son los únicos que verdaderamente necesitas.

Comentario de O'Toole a las leyes de Murphy

Murphy era un optimista.


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196 págs. / 5 horas, 43 minutos / 272 visitas.

Publicado el 28 de marzo de 2019 por Edu Robsy.

Dos Consejos

Arturo Robsy


Cuento


Cuando el director de mi periódico envió a buscarme, estaba yo poniendo en limpio un natalicio. Siempre —aunque no se lo crean— hay alguien que escribe eso de que "el hogar de la familia Rodríguez—López se ha visto alegrado con el feliz nacimiento de un hermoso varón que, en la pila bautismal..." etcétera. También comprenderán que quien hace estos trabajos no es precisamente el que firma los artículos de opinión, donde se pone el mundo patas arriba, se le despieza y se le reconstruye al gusto del consejo de administración.

Mi periódico es muy bueno. Hay gente que no vota sin leerlo antes y gente que antes de leerlo no entiende ni lo que le acaba de suceder. Lanzamos modas, verbos y expresiones de éxito como "hegemonizar una región", "apretada agenda altamente importante" y "obsolescencia institucional". Se dice, con razón, que ayudamos a gobernar y, en ocasiones, que el gobierno nos paga el favor.

Cuento esto por dos motivos: el primero es resaltar que pertenezco a una buena y famosa escudería, y el segundo es advertir que, a pesar de ello, no soy en absoluto responsable, porque para ser periodista de Opinión lo primero que se necesita es no ser periodista, vivir lejos de los teletipos y de la redacción, lo que equivale a ignorar la realidad. Ahí tienen, bien clara, la razón por la que no firmo estas cuartillas: cuando escribo pagado puedo ser una cosa u otra, o ambas si se tercia, pero cuando escribo gratis puedo permitirme el lujo de ser yo mientras prescinda de poner mi nombre debajo.


Decía al principio que el director me mandó aviso:

—Un pez gordo necesita un "negro". —me dijo.


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7 págs. / 12 minutos / 86 visitas.

Publicado el 8 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

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