No pretenderé, naturalmente, opinar que no exista motivo alguno para
asombrarse de que el caso extraordinario del señor Valdemar haya
promovido una discusión. Sería un milagro que no hubiera sucedido así,
especialmente en tales circunstancias. El deseo de todas las partes
interesadas en mantener el asunto oculto al público, al menos hasta el
presente o hasta que haya alguna oportunidad ulterior para otra
investigación, y nuestros esfuerzos a ese efecto han dado lugar a un
relato mutilado o exagerado que se ha abierto camino entre la gente, y
que llegará a ser el origen de muchas falsedades desagradables, y, como
es natural, de un gran descrédito.
Se ha hecho hoy necesario que exponga los hechos, hasta donde los comprendo yo mismo. Helos sucintamente aquí:
Durante estos tres últimos años ha sido repetidamente atraída mi
atención por el tema del mesmerismo o hipnotismo animal, y hace nueve
meses, aproximadamente, se me ocurrió de pronto que en la serie de
experimentos efectuados hasta ahora existía una muy notable y muy
inexplicable omisión: nadie había sido aún hipnotizado in articulo
mortis. Quedaba por ver, primero, si en semejante estado existía en el
paciente alguna sensibilidad a la influencia magnética; en segundo
lugar, si, en caso afirmativo, estaba atenuada o aumentada por ese
estado; en tercer lugar, cuál es la extensión y por qué período de
tiempo pueden ser detenidas las intrusiones de la muerte con ese
procedimiento. Había otros puntos que determinar; pero eran éstos los
que mas excitaban mi curiosidad, el último en particular, dado el
carácter enormemente importante de sus consecuencias.
Información texto 'La Verdad sobre el Caso del Sr. Valdemar'