Textos más populares esta semana de Fernán Caballero publicados por Edu Robsy | pág. 3

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autor: Fernán Caballero editor: Edu Robsy


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La Estrella de Vandalia

Fernán Caballero


Novela


Prólogo

Al comenzar estas pobres líneas, miserable fachada que pego con vergüenza a dos tan graciosos monumentos, y al escribir de novelas, según creo, por primera vez, después de tanto como he escrito en este mundo, juzgo que mis lectores no llevarán a mal el que principie confesándome con ellos sobre esta materia, a fin de que conozcan desde luego mis aficiones, mis hábitos, casi iba a decir mis doctrinas, algo de lo que siento y lo que pienso acerca de una lectura tan generalizada en nuestro siglo y en nuestro país.


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Dominio público
109 págs. / 3 horas, 12 minutos / 185 visitas.

Publicado el 1 de enero de 2019 por Edu Robsy.

La Hija del Sol

Fernán Caballero


Cuento


¿Est-ce vrai? —Oui: mais qu'importe?

Balzac.
 

Tocaban a ánimas las campanas de la ciudad de Sevilla, y muchos corazones religiosos se alzaban al cielo en aquella hora dedicada por la Iglesia a recordar a los muertos. Todo yacía frío, silencioso y triste en la invadiente oscuridad de una noche de Diciembre; una espesa cortina de nubes cubría las estrellas, que son, según dice un poeta, los ojos con que mira el cielo a la tierra.

En la sala de una de las hermosas casas de Sevilla, que los extranjeros llaman palacios, frente a una chimenea en que ardía y daba luz como una antorcha la alegre leña del olivo, estaba sentada una señora, sumida en los pensamientos graves y tristes que infundían la hora y lo lóbrego de la noche. No se oía sino el gemido del viento, que daba tormento a los naranjos del jardín, y que penetrando por el cañón de la chimenea, caía sobre la llama a la cual abatía temblorosa, esparciendo ráfagas de vacilante luz por la estancia. Parecía que la soledad la abrumase, y cual si un genio benéfico se ocupase en prevenir sus deseos, abriose la puerta, apareciendo en el umbral una persona cuya vista debió serle grata, puesto que al verla, hizo la señora un ademán y exclamación de alegría, y se levantó para ir a su encuentro.

La recién entrada era una señora de edad, bajita, trigueña, cuyos ademanes animados y cuyos ojos vivos y alegres denotaban que los años habían pasado por aquella naturaleza juvenil y activa sin doblegarla y sin que su dueña los notase.

—Vaya, marquesa —dijo la recién llegada—, que para venir desde donde yo vivo hasta tu casa se necesitan amor y coche.

—Te ha bastado el amor. ¡Y cuánto te lo agradezco! Ahora conozco la verdad que encierra este refrán: «Amor con amor se paga». ¡Salir en una noche como ésta!


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Dominio público
10 págs. / 18 minutos / 177 visitas.

Publicado el 28 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

¡Pobre Dolores!

Fernán Caballero


Novela corta


Capítulo I

Hay gentes en este mundo que no pueden contar con nada, ni con la casualidad, pues hay existencias sin casualidades.

— Balzac
 

Entre Sanlúcar de Barrameda, que despide al Betis, y la pulida Cádiz, que se abre paso entre las olas, como para ir al encuentro de sus escuadras, en una saliente elevación de terreno, se ha asentado Rota, pueblo que, aunque tranquilo y modesto, es de noble y antiguo origen, como lo atestiguan la historia y su magnífico castillo perteneciente a los duques de Arcos, tan bien conservado y tan cuidado... que han pintado sus rejas de verde: Los seculares cantos sillares que forman los robustos muros del castillo, y el fresco verde casino con que han cubierto sus sólidas rejas, forman no sólo un contraste, sino una disonancia que las personas entendidas y de buen gusto comprenderán mejor de lo que nosotros pudiéramos decir.


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Dominio público
79 págs. / 2 horas, 18 minutos / 176 visitas.

Publicado el 1 de enero de 2019 por Edu Robsy.

Promesa de un Soldado a la Virgen del Carmen

Fernán Caballero


Cuento


Frente al mar Océano
Un templo se alza que con santo celo
El religioso pueblo gaditano
Erigió a nuestra madre del Carmelo,
Do en culto fervoroso y esplendente
La adora y ruega su piadosa gente.

Francisco Flores Arenas


Españoles y españolas
Ya la guerra se acabó,
Demos por ello las gracias
Al divino Salvador.
¡Viva la Reina del cielo!
¡Viva la Reina Isabel!
¡Viva el ejército invicto
Y su caudillo O'Donnel!

Canto popular
 

Los sencillos moradores del pueblo de Dos—Hermanas, se quedaron sorprendidos cuando el camino de hierro que conduce de Sevilla a Cádiz vino a favorecerlos, y estáticos cuando con bronco mugir vieron venir por él el monstruo diforme sin cabeza que volaba sin alas, y arrastraba tras sí una cáfila de galeras.

Una nueva era se abría para esta tranquila y silenciosa aldea que se formó alrededor de una capilla labrada por dos hermanas.

Esta nueva era acabará con el silencio y soledad del lugar; sustituirá en muchas casas techumbres de tejas a las de aneas; pondrá todo bonito, simétrico, renovado pero el pueblo dejará de ser tan sencillo, campestre, y rústico como hoy le es, y por lo tanto no será ya tan poético para aquellas mentes que hallan la poesía y lo pintoresco campestre, en lo natural, sencillo, y rústico, y no en lo ataviado.

En una de las casas situadas al extremo opuesto del que ocupa la estación, sentadas en el patio-corral, se veían en una mañana del mes de junio sentadas varias mujeres ocupadas en faenas domésticas, cuando por la siempre abierta puerta de la calle entró una anciana diciendo:

—Dios guarde a Vds.

—Y a Vd.: por muchos años, contestaron.

—Bien decía yo, añadió una de las vecinas de la casa, que era joven y estaba cosiendo, bien decía yo que veía visita, porque rato ha que el gato se está lavando la cara. ¿Qué trae Vd. de bueno, tía Manuela?


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Dominio público
13 págs. / 23 minutos / 144 visitas.

Publicado el 30 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

Las Mujeres Cristianas

Fernán Caballero


Cuento


En el último extremo de la calle de un pueblecito cercano al mar, se veía, pocos años ha, una casa arruinada. La parte de la derecha, cuyo techo se había desplomado, servía de zahurda a un vecino del pueblo bien acomodado; se la había arrendado el alcalde, que disponía de aquellas ruinas, cuya posesión nadie reclamaba, por importar menos el valor de la vieja y mal situada finca que lo que devengaba al Erario por tributos y contribuciones. La parte derecha tenía aún un aposento cubierto con un techo que todavía se mantenía en su puesto gracias a unas estacas viejas y toscas que el arrendatario había puesto de cualquiera manera, para que sirviera el espacio que cobijaba de albergue al que guardaba su ganado de cerda, el menos bello e idílico de los que forman los rebaños que pueblan los campos, hermosean los paisajes y constituyen la riqueza del campesino.

La ruina del edificio era menos patente al exterior, cuya pared se mantenía aún derecha gracias a sus cimientos más sólidos, como se mantiene en pie el árbol muerto y sin savia gracias a sus raíces; pero en el interior de la casa todo yacía por tierra, sin que ni aun se hubiesen hacinado los escombros en montones para facilitar el paso o no chocar la vista.

Era triste y aun lúgubre aquel lugar, antes alegre domicilio de sus dueños, a quienes había albergado y guarecido del rigor de las estaciones sirviéndoles de nido, de fortaleza, de amparo, de descanso, y que ahora, abandonado, no hallaba lo que había prestado, y caía piedra a piedra solo y olvidado como un anciano sin hijos y sin nietos.


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Dominio público
13 págs. / 22 minutos / 133 visitas.

Publicado el 12 de mayo de 2019 por Edu Robsy.

La Maldición Materna

Fernán Caballero


Cuento


Vamos a referir un hecho cierto, sin nombrar el lugar en que sucedió ni las personas a quienes acaeció, trasladando el hecho a otro punto y dando otros nombres a las personas que en él actúan.

Lo que nos mueve a darle publicidad es el considerar el poco o ningún aprecio que se hace, y la solemnidad que ha perdido hoy día, tanto la bendición como la maldición paternas. Verdad es que no puede esto extrañarse, en vista de la influencia que necesariamente deben ejercer en el espíritu de un siglo en el que la indiferencia religiosa de los gobiernos y asambleas gubernativas (que son los tutores de los pueblos) han permitido a los hombres de talento predicar la abolición de la familia, negar la divinidad del Redentor y ensañarse descaradamente contra su Iglesia, de la que dice el sabio Augusto Nicolás «que es Dios reconocido y servido por la humanidad, siendo la revolución la humanidad emancipada de Dios, revolucionada contra Dios, atacando a Dios».

Y, no obstante, se ven y se tocan los efectos de la maldición paterna, y más generalmente en el pueblo; lo uno porque siendo éste más enérgico y menos contenido que las clases cultas, la lanza siempre que la cree merecida; lo otro porque el pueblo es franco, y cuenta y deja contar lo que le acontece, y con más razón si en los sucesos reconoce la inmediata intervención divina, para que sirvan de lección o de escarmiento.

La hermosa y robusta fe del pueblo español —y quien dice fe dice religiosidad, porque sin fe no puede haber ninguna clase de religiosidad ni tampoco sentido común— respeta y tiene en tanto el poder de una maldición o anatema dimanada de la autoridad espiritual, que unida a su sentido poético, lo extiende hasta sobre lo inanimado. De esto hemos traído una prueba en el prefacio de la colección de cuentos y poesías populares, en el siguiente relato:


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Dominio público
13 págs. / 24 minutos / 128 visitas.

Publicado el 12 de mayo de 2019 por Edu Robsy.

Los Dos Amigos

Fernán Caballero


Cuento


Lanzaba el sol sus ardientes rayos sobre una llanura de Andalucía, árida y estéril. No corrían por ella ríos ni arroyos, secas yacían las flores y tiernas plantas de la primavera; sólo verdegueaban allí algunos espinos, lentiscos y aloes, cuya dureza resiste el rigor de las estaciones. Un furioso levante formaba nubes de polvo, ardiente como lava de volcán. —El cielo puro y el día claro parecían sonreírse al dar tormentos a la tierra. —Sólo los ganados del país, con su dura piel, y el animoso e impasible español, que desprecia todo padecimiento físico, podían tolerar aquella encendida atmósfera; ellos, durmiendo, y él, cantando!

Veíanse sobre esta llanura el 20 de Agosto de 1782 las muestras de un reciente combate; caballos muertos, armas rotas, plantas pisadas y teñidas de sangre. —A lo lejos desfilaba en buen orden un destacamento inglés. — A otro lado, el comandante de un escuadrón español ocupábase en formar sus impacientes soldados y sus caballos fogosos, para perseguir a los ingleses, que, inferiores en número, se retiraban con la calma de vencedores.

En el que había sido campo de batalla, un joven, sentado en una piedra al pie de un acebuche, apoyaba en el tronco su pálido rostro; mientras que otro joven, en cuya fisonomía se manifestaba la más violenta desesperación, arrodillado a sus pies, procuraba detener con un pañuelo la sangre que le corría del pecho por una ancha herida.

—¡Ah, Félix, Félix! —exclamaba con la mayor angustia—. ¡Vas a morir, y por mi causa! Has recibido en tu fiel pecho el golpe que me estaba destinado. ¿Por qué, generoso amigo, me libraste de una gloriosa muerte, para entregarme a una vida de desesperación y de dolor?


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9 págs. / 16 minutos / 114 visitas.

Publicado el 28 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

Más Largo es el Tiempo que la Fortuna

Fernán Caballero


Cuento


Preséntase el tiempo al hombre de tres maneras; llega lentamente el futuro, pasa rápidamente el presente, y párase inmóvil el pasado

No hay ruego ni ansia que hagan acelerar su marcha al primero; no hay instancia ni fuerza que detengan al segundo; no hay arrepentimiento ni hechizo que muevan al tercero.

¿Quieres concluir felizmente el viaje de la vida? Toma por consejero al futuro, no escojas por amigo al presente, ni te hagas enemigo al pasado.

(Sentencia de Confucio, traducida libremente de una versión alemana)


El ladrón que no se deja coger, pasa por hombre honrado.

(Refrán turco)


A dos leguas de la orilla del mar, sobre la plataforma de una colina, se asienta Jerez, rico, robusto y predilecto hijo de Baco y de Ceres. Rodéanle como un soberbio cinturón sus famosas viñas, cuidadas como princesas, y sus campos de trigo, cuyas cañas inclinan sus doradas cabezas. Extiende sus inmensos Propios por las comarcas cercanas, que murmuran de esta invasión del coloso rural, y pierde la cuenta de sus montes, como un potentado.

Jerez, noble como el que más, lleva al frente el precioso y bien conservado castillo moruno, perteneciente a la ilustre familia de los Villavicencios, y que ha sido testigo de tantas hazañas; conserva anales que forman páginas de oro en la historia de España; ostenta suntuosos templos, obras magnas de la fe, obras maestras del arte, y ve con dolor a su lado desmoronarse su magnífica Cartuja, admiración de cuantos la vieron viva, dolor y escándalo de cuantos la ven cadáver!


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42 págs. / 1 hora, 15 minutos / 105 visitas.

Publicado el 28 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

No Transige la Conciencia

Fernán Caballero


Cuento


¿Por qué, pues, el mortal ciego se lanza
tras mentida ilusión que poco dura?
Sólo asegurará su bienandanza
la paz del alma y la conciencia pura.

Francisco Javier de Burgos.


Un seul printemps suffit a la nature,
a reproduire ses fleurs et sa verdure;
hélas! jamais la vie ne reproduit
la paix de cour qu'un seul instant détruit.

Bástale a la naturaleza una primavera para recobrar sus flores y su lozanía; pero ¡ay! que no alcanza la vida del hombre para devolver al corazón la paz que puede destruir un solo instante.

Capítulo I

Así como en las desiertas costas del mar se ve blanquear un nido de gaviotas en la concavidad de una peña, así aparece Cádiz en la concavidad de sus murallas. Hanla labrado tan denodadamente entre las olas, que la tierra alarga un brazo para asirla. Lleva este angosto brazo de piedra y arena, como un brazalete, la Cortadura, esto es, una fortaleza construida en tiempo de la gloriosa guerra de la Independencia; separa las violentas olas del Océano de las tranquilas aguas de la bahía, y conduce a la ciudad de San Fernando, que en el fondo de la ensenada abre sus arsenales de la Carraca, como hospitales, a los barcos que, heridos y maltratados en sus azarosas carreras, regresan a sus lares. ¡Pobres barcos, a los que los huracanes dicen: ¡Marcha! ¡marcha!, como los acontecimientos se lo gritan a los hombres, y que al llegar a su patria se asen a ella con sus áncoras, como niños con sus manos al cuello de su madre!


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Dominio público
35 págs. / 1 hora, 2 minutos / 74 visitas.

Publicado el 28 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

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