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  La hora de mi fin se acerca. Últimamente he sufrido ataques de angina pectoris.
 Si todo sigue su curso normal el doctor dice que apenas puedo esperar 
que mi vida se prolongue durante varios meses. A no ser que tenga la 
desgracia de tener una constitución física poco corriente, como la tengo
 al poseer un carácter mental excepcional, no gemiré mucho más tiempo 
bajo el peso agotador de esta existencia terrenal. Si las cosas fueran 
de otra manera si llegara a vivir hasta la edad que la mayoría de los 
hombres estipulan y desean habría sabido, de una vez, si los 
sufrimientos en torno a la ilusoria esperanza pueden pesar más que los 
sufrimientos de la previsión verdadera, ya que puedo prever cuándo 
moriré y saber todo lo que ocurrirá en mis últimos momentos.
Información texto 'El Velo Descubierto'