Textos más vistos de José Tomás de Cuéllar | pág. 2

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autor: José Tomás de Cuéllar


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Artículos Ligeros sobre Asuntos Trascendentales

José Tomás de Cuéllar


Artículo, crónica


Los faroles

No es nuestro ánimo tratar aquí de los hombres vacíos á quienes el mundo llama faroles, ni de autoridades caricaturescas á quienes suele llamárseles farolones, ni tampoco de aquéllos á quienes por vanos, pretenciosos y farsantes se les dice faroleros. Lejos de nosotros tan mezquinas personalidades. Vamos á ocuparnos simplemente de la importancia social del farol; mueble cuya principal calidad es estar vacío, y que á nosotros se nos antoja que está lleno de muchas cosas importantes, curiosas y buenas de contarse, por ser un tanto cuanto trascendentales.

Los mexicanos de la presente y de las pasadas generaciones, á contar de algún tiempo después de la conquista, hemos nacido viendo faroles: solo que, desde el tiempo de los virreyes hasta la independencia y poco después, los faroles tenían para nosotros casi exclusivamente esta significación: la iglesia. El culto católico fué, mientras pudo, introductor, mantenedor y consumidor de los faroles.

Los faroleros (hablamos, se entiende, de los constructores de faroles, y no de las personas de quienes desde un principio dijimos que no queríamos hablar) los faroleros, pues, han debido ser dos veces afectos al culto; porque este culto con faroles, era además de su religión, su subsistencia.

Ya se recordará que esta dichosa capital, con sus doscientas iglesias, sus doscientas fiestas titulares, sus doscientos novenarios y octavarios, en todo lo que, lo primero indispensable eran los faroles, debió llegar á acopiarlos en cantidades fabulosas.


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Dominio público
230 págs. / 6 horas, 43 minutos / 59 visitas.

Publicado el 23 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

El Comerciante en Perlas

José Tomás de Cuéllar


Novela


Prólogo

En la época del descubrimiento de las minas de oro de California, uno de los buques de vela que hacían el servicio entre Panamá y San Francisco, se encontraba frente a las playas de Costa Rica siguiendo majestuosamente su ruta con un tiempo magnífico y una mar tranquila.

Los pasajeros estaban reunidos a la mesa; ya se habían vaciado algunos vasos de champaña y de jerez, y por consiguiente, la conversación era animadísima.

Un inglés, de unos cuarenta años que había hecho fortuna en California y que se dirigía hacia Centro América para establecer nuevas factorías y extender sus relaciones comerciales, hablaba con violencia y despecho de la influencia francesa, que tendía en aquella época a reemplazar la preponderancia exclusiva de Inglaterra, preponderancia que perdió un poco más tarde por faltas que no nos incumbe mencionar.

El negociante inglés, contrariamente a la calma y reserva habituales a sus compatriotas, se dejaba arrastrar, ayudado por el champaña y el jerez, a apreciaciones de tal modo injustas que ya varias veces habían llamado la atención de un joven francés de unos veintidós a veintitrés años, que estaba sentado a uno de los extremos de la mesa.

—Los franceses —respondió el inglés a un español que le hizo una objeción—, no nos perdonarán nunca Waterloo y Santa Elena.

—Señor mío —dijo el joven francés—, los franceses no tienen nada que perdonaros, si no es las faltas que cometisteis durante la batalla, pues todo el mundo sabe que el duque de Wellington cometió tales errores, que harían subir los colores a la cara de un simple subteniente. En cuanto a la catástrofe de Waterloo, tampoco fueron los ingleses, sino la Europa coaligada y sus ejércitos quienes triunfaron de la Francia. Por lo tanto, pueden ustedes guardar el orgullo para cuando sean capaces de sostener, con fuerzas iguales, dos horas de combate en campo raso.


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Dominio público
304 págs. / 8 horas, 52 minutos / 187 visitas.

Publicado el 25 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Ensalada de Pollos

José Tomás de Cuéllar


Novela


Los muchachos del ilustrado siglo XIX —dije para mí— llegan a viejos sin haber sido nunca jóvenes.

Fígaro

Primera parte

I. En el que el curioso lector se inicia en algunos misterios de la incubación de la raza

Don Jacobo Baca es un padre de familia, de esos que hay muchos, sobre los que pesa una grave responsabilidad que no conocen, y que están haciendo un perjuicio trascendental de que no se dan cuenta.

Don Jacobo ha sido alternativamente impresor, varillero, ayudante del alcaide de la cárcel, por «cierto mal negocio»; después jicarero, encargado de pulquería, y últimamente ha sentado plaza de arbitrista, que es como se la va pasando.

Don Jacobo cree que sabe leer y escribir, pero buen chasco se lleva; pues en materias gramaticales confiesa él mismo, con admirable ingenuidad, que nunca se ha metido en camisa de once varas.

En otra de las cosas en que se lleva chasco don Jacobo, es en creer que sabe hacer algo, pues nosotros, que bien le conocemos, estamos seguros de que, a pesar de sus letras, no sabe hacer nada.

Su inutilidad lo condujo, aunque paulatinamente, a la situación lamentable en que el lector lo encuentra.

Aburrido don Jacobo de buscar destino, y más aburrido de no hallarlo, pensó en una cosa. Esta cosa la han pensado las nueve décimas partes de los hombres útiles que hay en el país: lanzarse a la revolución.

Esta idea, acariciada en medio de la ociosidad y de los vicios, es el calor con que la madre discordia empolla a sus hijuelos; esta idea ha sido el prólogo de muchas epopeyas, así como el primer paso en la senda del crimen; esta idea entra en el número de las resoluciones desesperadas, y se equipara con la de suicidarse.

Respetamos, aunque no aludiendo a don Jacobo, esta misma idea de lanzarse a la revolución, cuando es engendrada por el noble arranque del patriotismo.


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Dominio público
159 págs. / 4 horas, 38 minutos / 1.229 visitas.

Publicado el 24 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Estampas del Siglo XIX

José Tomás de Cuéllar


Cuento


La Linterna Mágica

—¿Qué linterna es ésa? —me preguntó el cajista al recibir el original para las primeras páginas de esta obra—. ¿Qué va a alumbrar esa linterna; a quién y para qué?

Este título, que bien puede servirle a una tienda mestiza, ¿es una palabra de programa altisonante y llamativa para anunciar el parto de los montes, o encierra algo provechoso para el lector?

—Confieso a usted, estimable cajista —le dije—, que en cuanto al título de LINTERNA MÁGICA lo he visto antes en la pulquería de un pueblo; pero que con respecto al fondo de mi obra, debo decirle que hace mucho tiempo ando por el mundo con mi linterna, buscando no un hombre como Diógenes, sino alumbrando el suelo como los guardas nocturnos, para ver lo que me encuentro; y en el círculo luminoso que describe el pequeño vidrio de mi lámpara, he visto multitud de figuritas que me han sugerido la idea de retratarlas a la pluma.

Creyendo encontrarme algo bueno, no he dado por mi desgracia sino con que mi aparato hace más perceptibles los vicios y los defectos de mis figuritas, quienes por un efecto óptico se achican aunque sean tan grandes como un grande hombre, y puedo abarcarlas juntas, en grupos, en familia, constituidas en público, en congreso, en ejército y en población. La reverberación concentra en ellas los rayos luminosos, y sin necesidad del procedimiento médico que ha logrado iluminar el interior del cuerpo humano, puedo ver por dentro a mis personajes.

Como éstos viven en movimiento continuo como las hormigas, he necesitado ser taquígrafo y armarme de un carnet y una pluma, no diré bien tajada, porque eso lo hacen en Londres, pero sí mojada en tinta simpática, y en poco tiempo me he encontrado con un volumen.

—¿Y este volumen es la linterna mágica?


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Dominio público
88 págs. / 2 horas, 35 minutos / 104 visitas.

Publicado el 18 de septiembre de 2020 por Edu Robsy.

Isolina la Ex-Figurante

José Tomás de Cuéllar


Novela


Tomo I

Dedicatoria

Al distinguido actor Eduardo González, hoy sin habla.


Mi querido Eduardo:

El pasado, que nuestra amistad recuerda en la historia del teatro, me ha sugerido la idea de escribir una historia de teatro. Á hora que está V. solo y triste, se la envío como un cariñoso recuerdo por si pudiere endulzar algunas de sus horas, desviando su imaginación de este presente amargo.

Que se cierre pronto este paréntesis funesto, que recobre V. el habla, para que vuelva á sonreírle el porvenir.


Facundo.

I. Una compañía dramática en faz de viaje

Entre la villa de Reyes y el pintoresco pueblo de Santa María del Río, y después de ascender por algunos recodos montañosos, se camina por un terreno elevado, que es una mesa de más de seis leguas.

Partiendo de la villa es preciso dejar siempre á la derecha una cerca de piedra de más de tres leguas, que es casi el único accidente que interrumpe la monotonía de la planicie.

Diseminadas, como los numerosos individuos de una tribu nómada, han crecido allí esas palmas de gruesos troncos y mezquinos penachos que semejan á lo lejos figuras humanas, y que conoce todo el que ha viajado por el Interior.

Algunos garambullos se mezclan de vez en cuando entre las palmas, levantando perezosamente sus pencas en forma de dedos colosales; y granulan el terreno por todas partes tardas y ásperas biznagas, ofreciendo una gran alfombra de espinas; el mezquite de menudas hojas se hinca entre todos los cactus, como el lujo de vegetación de aquellos áridos terrenos.

Ningún riachuelo, ni una fuente, ni una cavidad húmeda ó sombría apaga la ardiente sed de aquella comarca, en donde el sol reverberante obliga al extraviado buey á buscar la mezquina sombra del tronco de una palma.


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Dominio público
223 págs. / 6 horas, 30 minutos / 86 visitas.

Publicado el 18 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

Las Gentes que Son Así

José Tomás de Cuéllar


Novela


Dedicatoria

Al distinguido literato

Ignacio M. Altamirano


Mi afición á las letras ha dado á Vd. motivos mas de una vez, para alentarme á seguir en tan difícil senda.

Agradecido á su cariño, le ofrezco hoy este pobre libro en prenda de nuestra buena amistad.


José T. de Cuellar.

Primera parte

Capítulo I

Preámbulo


La humanidad no ha podido todavía ponerse de acuerdo ni aún en el sentido de lo que más le conviene. A pesar de todos los dogmas, de todos los sistemas filosóficos y de todas las leyes, el mundo está plagado de individuos excepcionales, de seres refractarios á todo sistema, de hombres, en fin, en cuyo cerebro entra la verdad disfrazada, maltrecha é insuficiente.

Sobre esos cerebros se ha quemado el suyo la frenología, esforzándose en encontrar en la forma la causa eficiente de las excentricidades y de las extravagancias; y después de un maduro examen ha exclamado satisfecha: «hay gentes que son así».

El desacuerdo de la raza data de la antigua memorable fecha de la manzana; y cuando ni los dos primeros hermanos pudieron entenderse, ¿qué mucho que no nos entendamos nosotros todavía?

Las grandes conquistas de unidad y acuerdo han logrado cuando más poner un millón de hombres frente á otro millón para probar su fuerza física: los tiempos primitivos nos presentan un vasto cuadro en el que los hombres se destruían á millares, movidos sólo por el espíritu de conquista; y tal manía se ha perpetuado por desgracia, entre otras causas por la muy poderosa de que hay «gentes que son así.»

Pero ninguna época es tan fecunda en ejemplos de esta especie como la presente, al menos para nuestro propósito.


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Dominio público
418 págs. / 12 horas, 12 minutos / 94 visitas.

Publicado el 21 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

Vistazos

José Tomás de Cuéllar


Artículo, crónica


Educación social y política en las escuelas

No nos cansaremos de encarecer en nuestra tarea incesante de abogar por el bien del pueblo, la importancia de la educación moral y social, como el único medio posible de corregir costumbres inveteradas que han de ejercer todavía influencia muy decisiva y tal vez funesta en nuestro modo de ser político.

Uno de los males que más salta á la vista en la presente situación de México es el indiferentismo político; y por más que militen causas poderosas para determinarlo, como consecuencia precisa de los acontecimientos, hay que reconocer que este mal tiene por origen moral una deficiencia en la educación.

Viene en corroboración de este aserto la especie de reacción que empieza á operarse, en la juventud respecto á nuestra historia política. Hace sólo un año la juventud de los colegios tomó una parte activa en la celebración de las fiestas de nuestra independencia; y esta idea ha partido naturalmente de los grupos de alumnos mas recientemente impresionados con el aprendizaje de la historia de México; y el haberlos alentado y protegido en su loable pensamiento de conmemorar los hechos gloriosos de nuestra historia, no ha sido otra cosa que darles una lección práctica de buena educación civil...


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Dominio público
90 págs. / 2 horas, 39 minutos / 54 visitas.

Publicado el 23 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

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