Textos más vistos de Ramón María del Valle-Inclán

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autor: Ramón María del Valle-Inclán


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Luces de Bohemia

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro, Esperpento


DRAMATIS PERSONAE

MAX ESTRELLA, SU MUJER MADAME COLLET Y SU HIJA CLAUDINITA.
DON LATINO DE HISPALIS.
ZARATUSTRA.
DON GAY. UN PELÓN.
LA CHICA DE LA PORTERA.
PICA LAGARTOS.
UN COIME DE TABERNA.
ENRIQUETA LA PISA BIEN.
EL REY DE PORTUGAL.
UN BORRACHO.
DORIO DE GADEX, RAFAEL DE LOS VÉLEZ, LUCIO VERO, MÍNGUEZ, GÁLVEZ, CLARINITO Y PÉREZ, JÓVENES MODERNISTAS.
PITITO, CAPITÁN DE LOS ÉQUITES MUNICIPALES.
UN SERENO.
LA VOZ DE UN VECINO.
DOS GUARDIAS DEL ORDEN.
SERAFÍN EL BONITO.
UN CELADOR.
UN PRESO.
EL PORTERO DE UNA REDACCIÓN.
DON FILIBERTO, REDACTOR EN JEFE.
EL MINISTRO DE LA GOBERNACIÓN.
DIEGUITO, SECRETARIO DE SU EXCELENCIA.
UN UJIER.
UNA VIEJA PINTADA Y LA LUNARES.
UN JOVEN DESCONOCIDO.
LA MADRE DEL NIÑO MUERTO.
EL EMPEÑISTA.
EL GUARDIA.
LA PORTERA.
UN ALBAÑIL.
UNA VIEJA.
LA TRAPERA.
EL RETIRADO, TODOS DEL BARRIO.
OTRA PORTERA.
UNA VECINA.
BASILIO SOULINAKE.
UN COCHERO DE LA FUNERARIA.
DOS SEPULTUREROS.
RUBÉN DARÍO.
EL MARQUÉS DE BRADOMÍN.
EL POLLO DEL PAY-PAY.
LA PERIODISTA.
TURBAS, GUARDIAS, PERROS, GATOS, UN LORO.

La acción en un Madrid absurdo, brillante y hambriento

ESCENA PRIMERA

Hora crepuscular. Un guardillón con ventano angosto, lleno de sol. Retratos, grabados, autógrafos repartidos por las paredes, sujetos con chinches de dibujante. Conversación lánguida de un hombre ciego y una mujer pelirrubia, triste y fatigada. El hombre ciego es un hiperbólico andaluz, poeta de odas y madrigales, MÁXIMO ESTRELLA. A la pelirrubia, por ser francesa, le dicen en la vecindad MADAMA COLLET.

MAX: Vuelve a leerme la carta del Buey Apis.

MADAMA COLLET: Ten paciencia, Max.

MAX: Pudo esperar a que me enterrasen.

MADAMA COLLET: Le toca ir delante.


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Dominio público
63 págs. / 1 hora, 51 minutos / 3.188 visitas.

Publicado el 19 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

A Medianoche

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


Corren jinete y espolique entre una nube de polvo. En la lejanía son apenas dos bultos que se destacan por oscuro sobre el fondo sangriento del ocaso. La hora, el sitio y lo solitario del camino, ayudan al misterio de aquellas sombras fugitivas. En una encrucijada el jinete tiró de las riendas al caballo y lo paró, dudando entre tomar el camino de ruedas o el de herradura. El espolique, que corría delante, parándose a su vez y mirando alternativamente a una y otra senda, interrogó:

—¿Por dónde echamos, mi amo?

El jinete dudó un instante antes de decidirse, y después contestó:

—Por donde sea más corto.

—Como más corto es por el monte. Pero por el camino real se evita pasar de noche la robleda del molino… ¡Tiene una fama!…

Volvió a sus dudas el de a caballo, y tras un momento de silencio a preguntar:

—¿Qué distancia hay por el monte?

—Habrá como cosa de unas tres leguas.

—¿Y por el camino real?

—Pues habrá como cosa de cinco.

El jinete dejó de refrenar el caballo:

—¡Por el monte!

Y sin detenerse echó por el viejo camino que serpentea a través del descampado donde apenas crece una yerba desmedrada y amarillenta. A lo lejos, confusas bandadas de vencejos revoloteaban sobre la laguna pantanosa. El mozo, que se había quedado un tanto atrás observando el aspecto del cielo y el dilatado horizonte donde aparecían ya muy desvaídos los arreboles del ocaso, corrió a emparejarse con el jinete:

—¡Pique bien, mi amo! Si pica puede ser que aún tengamos luna para pasar la robleda.


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Dominio público
3 págs. / 6 minutos / 428 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Martes de Carnaval

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro, Esperpento


ESPERPENTO DE LAS GALAS DEL DIFUNTO

DRAMATIS PERSONAE

LA BRUJA DE LOS MANDADOS EN LA CASA LLANA
UNA DAIFA Y JUANITO VENTOLERA, PISTOLO REPATRIADO
UN GALOPIN MANCEBO DE BOTICA
EL BOTICARIO DON SÓCRATES GALINDO Y DOÑA TERITA LA BOTICARIA
TRES SOLDADOS DE RAYADILLO: PEDRO MASIDE, FRANCO RICOTE Y EL BIZCO MALUENDA
UN SACRISTAN Y UN RAPISTA
LA MADRE CELESTINA Y LAS NIÑAS DEL PECADO

ESCENA PRIMERA

(LA CASA DEL PECADO, EN UN ENREDO DE CALLEJONES, CERCA DEL MUELLE VIEJO PRIMA NOCHE. LUCES DE LA MARINA. CANTOS REMOTOS EN UN CAFETIN. Guiños de las estrellas. Pisadas de zuecos. Brilla la luna en las losas mojadas de la acera: Tapadillo de la Carmelitana: Sala baja con papel floreado: Dos puertas azules, entornadas sobre dos alcobas: En el fondo, las camas tendidas con majas colchas portuguesas: En el reflejo del quinqué, la daifa pelinegra, con un lazo detonante en el moño, cierra el sobre de una carta: Luce en la mejilla el rizo de un lunar. A la bruja que se recose el zancajo en el fondo mal alumbrado de una escalerilla, hizo seña mostrando la carta. La coima muerde la hebra, y se prende la aguja en el pecho)

LA BRUJA.— ¡Vamos a ese fin del mundo! ¡Si siquiera de tantas idas se sacase algún provecho!...

LA DAIFA.— La carta va puesta como para conmover una peña.

LA BRUJA.— ¡Ay, qué viejo renegado! ¡Cuándo se lo llevará Satanás!...

LA DAIFA.— Es muy contraria mi suerte.

LA BRUJA.— ¡Sí que lo es! ¡El padre acaudalado y la hija arrastrada!

LA DAIFA.— ¡Y tener que desearle la muerte para mejorar de conducta!

LA BRUJA.— ¡Si te vieras con capitales, era el ponerte de ama y dorarte de monedas, que el negocio lo puede! ¡Y no ser ingrata con una vida que te dió refugio en tu desgracia!


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Dominio público
110 págs. / 3 horas, 13 minutos / 2.817 visitas.

Publicado el 18 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Cuento de Abril

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


Queremos, lector, que sepas, que nos tienen hartos y aburridos los rígidos moralistas que pululan ahora por donde quiera.

Aunque no nos jactamos de virtuosos, respetamos la virtud; pero no la creemos tan vocinglera y tan espantadiza como la de estos censores de la India. Si hubiéramos de escribir a gusto de algunos; si hubiéramos de tomar su rigidez por valedera y no fingida, y si hubiéramos de ajustar a ella nuestros escritos, tal vez ni las Agonías del tránsito de la muerte de Venegas, ni Los gritos del infierno, del padre Boneta, serían edificantes modelos que imitar.

Por desgracia, esa rigidez es sólo aparente. Esa rigidez no tiene otro resultado que la de exaltar los ánimos, haciéndoles dudar y burlarse, aunque sólo sea en sueños, de la hipocresía farisaica que ahora se usa.

Véase, si no, el sueño que ha tenido un amigo nuestro, y que trasladamos aquí íntegro, cuando no para recreo, para instrucción de los lectores.

Nuestro amigo soñó lo que sigue:


«Más de 2600 años ha que era yo en Susa un sátrapa muy querido del gran rey Arteo, y el más rígido, grave y moral de todos los sátrapas. El santo varón Parsondes había sido mi maestro, y me había comunicado todo lo comunicable de la ciencia y de la virtud del primer Zoroastro.


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Dominio público
6 págs. / 11 minutos / 115 visitas.

Publicado el 23 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

Retablo de la Avaricia, la Lujuria y la Muerte

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


LIGAZÓN

AUTO PARA SILUETAS

DRAMATIS PERSONAE

LA VENTERA
LA RAPOSA
LA MOZUELA
EL AFILADOR
UN BULTO DE MANTA Y RETACO

ACTO ÚNICO

(CLARO de luna. El ventorrillo calca el recuadro luminoso de su puerta, en la tiniebla de un emparrado. A la vera del tapial la luna se espeja en las aguas del dornil donde abrevan las yuntas. Sobre la puerta iluminada se perfila la sombra de una mozuela. Mira al campillo de céspedes, radiados con una estrella de senderos. Pegada al tapiado, por el hilo que proyectan las tejas, una sombra -báculo y manto- discierne con trencos compases, su tenue relieve. La sombra raposa conquiere a la mozuela:)

LA RAPOSA.— ¡Para todos derramas tu sal! Tú me dirás que para todos tienes.

LA MOZUELA.— ¡Qué ventolera!

LA RAPOSA.— Si por miramiento te lo callas, yo me asigno el texto, que con la verdad no condeno mi alma.

LA MOZUELA.— ¡Tía, deje esos belenes!

LA RAPOSA.— Podías ser más orgullosa. ¿Tú no te miras al espejo?

LA MOZUELA.— Cuando voy a la fuente.

LA RAPOSA.— ¿Y el espejillo de tu alcoba, nada te dice cuando de noche te acuestas?

LA MOZUELA.— No me veo con el sueño.

LA RAPOSA.— ¡Qué pico tienes! Mira, sácame una copa de resolio.

LA MOZUELA.— ¿Grande o pequeña?

LA RAPOSA.— Si me la mides a conciencia, dámela mediana. ¿Por dónde pára tu madre?

LA MOZUELA.— Dentro se halla.


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Dominio público
90 págs. / 2 horas, 39 minutos / 1.328 visitas.

Publicado el 18 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Comedias Bárbaras

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


Cara de Plata

Dramatis personae

EL CABALLERO DON JUAN MANUEL MONTENEGRO
SUS HIJOS CARA DE PLATA, DON PEDRITO, DON ROSENDO, DON MAURO, DON GONZALITO Y DON FARRUQUIÑO
SABELITA, AHIJADA DEL CABALLERO
EL ABAD DE LANTAÑÓN Y SU HERMANA DOÑA JEROMITA
EL SACRISTAN
LA SACRISTANA
LA HIJA BIGARDONA Y EL CORO DE CRIANZAS
FUSO NEGRO, LOCO
DON GALAN, CRIADO DEL CABALLERO
UNA TROPA DE CINCO CHALANES: PEDRO ABUIN, RAMIRO DE BEALO, MANUEL TOVIO, MANUEL FONSECA Y SEBASTIAN DE XOGAS
EL VIEJO DE CURES Y UN PASTOR
PICHONA LA BISBISERA
LUDOVINA LA BENTORRILLERA Y LA COIMA DE OTRO MESÓN
UN MARAGATO
UN PENITENTE
EL CIEGO DE GONDAR
UN INDIANO
EL DIACONO DE LESÓN
UNA VIEJA COTILLONA
VOZ EN UNA CHIMENEA
OTRAS VIEJAS
GRITOS Y DENUESTOS
PREGONES
CLAMOR DE MUJERUCAS
SALMODIA DE BEATAS
RENIEGOS Y ESPANTOS
LAS LUCES DEL SANTO VIATICO

Jornada primera

Escena primera

(Alegres albores, luengas brañas comunales, en los montes de Lantaño. Sobre el roquedo la ruina de un castillo, y en el verde regazo, las Arcas de Bradomín. Acampa una tropa de chalanes, al abrigo de aquellas piedras insignes —Manuel Tovio, Manuel Fonseca, Pedro Abuin, Ramiro de Bealo y Sebastián de Xogas—. A la redonda, los caballos se esparcen mordiendo la yerba sagrada de las célticas mámoas. En la altura una vaca montesa embravecida, muge por el vítelo que se lleva a la feria un rabadán.)

PEDRO ABUIN.— Ganados de Lantaño, siempre tuvieron paso por Lantañón.

RAMIRO DE BEALO.— Hoy se lo niegan. Perdieron el pleito los alcaldes y no vale contraponerse.

PEDRO ABUIN.— Eso aún hemos de ventilarlo.

RAMIRO DE BEALO.— No te metas a pleito, con hombre de almenas.


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Dominio público
236 págs. / 6 horas, 53 minutos / 1.069 visitas.

Publicado el 18 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

Santa Baya de Cristamilde

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


I

Doña Micaela de Ponte y Andrade, hermana de mi abuelo, tenía los demonios en el cuerpo, y como los exorcismos no bastaban a curarla, decidiose en consejo de familia, que presidió el abad de Brandeso, llevarla a la romería de Santa Baya de Cristamilde. Fuimos dándole escolta yo y un criado viejo. Salimos a la media tarde para llegar a la media noche, que es cuando se celebra la misa de las endemoniadas.

II

Santa Baya de Cristamilde está al otro lado del monte, allá en los arenales donde el mar brama. Todos los años acuden a su fiesta muchos devotos. Por veces a lo largo de la vereda, hállase un mendigo que camina arrastrándose, con las canillas echadas a la espalda. Se ha puesto el sol, y dos bueyes cobrizos beben al borde de una charca. En la lejanía se levanta el ladrido de los perros vigilantes en los pajares. Sale la luna y el mochuelo canta escondido en un castañar. Cuando comenzamos a subir el monte es noche cerrada, y el criado, para arredrar a los lobos, enciende un farol. Delante va una caravana de mendigos: se oyen sus voces burlonas y descreídas: como cordón de orugas se arrastran a lo largo del camino. Unos son ciegos, otros tullidos, otros lazarados. Todos ellos comen del pan ajeno. Van por el mundo sacudiendo vengativos su miseria y rascando su podre a la puerta del rico avariento: una mujer da el pecho a su niño, cubierto de lepra, otra empuja el carro de un paralítico: en las alforjas de un asno viejo y lleno de mataduras van dos monstruos: las cabezas son deformes, las manos palmípedas.


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Dominio público
2 págs. / 4 minutos / 273 visitas.

Publicado el 31 de octubre de 2018 por Edu Robsy.

Sonata de Primavera

Ramón María del Valle-Inclán


Novela


MEMORIAS DEL MARQUES DE BRADOMIN LAS PUBLICA DON RAMON DEL VALLE-INCLAN

Dedicatoria

No hace todavía tres años vivía yo escribiendo novelas por entregas, que firmaba orgulloso, no sé si por desdén si por despecho. Me complacía dolorosamente la oscuridad de mi nombre y el olvido en que todos me tenían. Hubiera querido entonces que los libros estuviesen escritos en letra lombarda, como las antiguas ejecutorias, y que sólo algunos" title="NO hace todavía tres años vivía yo escribiendo novelas por entregas, que firmaba orgulloso, no sé si por desdén si por despecho. Me complacía dolorosamente la oscuridad de mi nombre y el olvido en que todos me tenían. Hubiera querido entonces que los libros estuviesen escritos en letra lombarda, como las antiguas ejecutorias, y que sólo algunos iniciados pudiesen leerlas. Esta quimera ha sido para mí como un talismán. Ella me ha guardado de las competencias mezquinas, y por ella no he sentido las crueldades de una vida toda de dolor. Solo, altivo y pobre he llegado á la literatura sin enviar mis libros á esos que llaman críticos, y sin sentarme una sola vez en el corro donde á diario alientan sus vanidades las hembras y los eunucos del Arte. De alguien, sin embargo, he recibido protección tan generosa y noble, que sin ella nunca hubiera escrito las Memorias del Marqués de Bradomín. Tal protección, única en mi vida, fué de un gran literato y de un gran corazón: He nombrado á Don José Ortega Munilla.

Hoy quiero ofrecerle este libro con aquel ingenuo y amoroso respeto que, cuando yo era niño, ofrecían los pastores de los casales amigos el más blanco de sus corderos en la casa de mi padre.

V.-I.

Real Sitio de Aranjuez.—Mayo de 1904.

Soneto

SONETO AUTUMNAL PARA EL SEÑOR MARQUÉS DE BRADOMÍN

MARQUÉS (COMO EL DIVINO LO ERES) TE SALUDO!


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Dominio público
62 págs. / 1 hora, 48 minutos / 1.637 visitas.

Publicado el 22 de abril de 2016 por Edu Robsy.

¡Malpocado!

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


La vieja más vieja de la aldea camina con su nieto de la mano, por un sendero de verdes orillas triste y desierto, que parece aterido bajo la luz del alba. Camina encorvada y suspirante, dando consejos al niño, que llora en silencio.

—Ahora que comienzas a ganarlo, has de ser humildoso, que es ley de Dios.

—Sí, señora, sí…

—Has de rezar por quien te hiciere bien y por el alma de sus difuntos.

—Sí, señora, sí…

—En la feria de San Gundián, si logras reunir para ello, has de comprarte una capa de juncos, que las lluvias son muchas.

—Sí, señora, sí…

Y la abuela y el niño van anda, anda, anda…

La soledad del camino hace más triste aquella salmodia infantil, que parece un voto de humildad, de resignación y de pobreza, hecho al comenzar la vida. La vieja arrastra penosamente las madreñas, que choclean en las piedras del camino, y suspira bajo el mantelo que lleva echado por la cabeza. El nieto llora y tiembla de frío; va vestido de harapos. Es un zagal albino, con las mejillas asoleadas y pecosas: lleva trasquilada sobre la frente, como un siervo de otra edad, la guedeja lacia y pálida, que recuerda las barbas del maíz.


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3 págs. / 5 minutos / 515 visitas.

Publicado el 22 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

Viva mi Dueño

Ramón María del Valle-Inclán


Novela


Libro primero. Almanaque revolucionario

I

Chismosos anuncios difundían el mensaje revolucionario por la redondez del Ruedo Ibérico. Y en las ciudades viejas, bajo los porches de la plaza y en los atrios solaneros de los villorrios, y en el colmado andaluz, y en la tasca madrileña, y en el chigre y en el frontón, entre grises mares y prados verdes, el periquito gacetillero abre los días con el anuncio de que viene la Niña. ¡Y la Niña, todas las noches quedándose a dormir por las afueras!…

II

¡Alea jacta est!

Así terminaba su homilía beatona en un Consejo de Ministros el Ministro de Gracia y Justicia, Señor Coronado. Echada la suerte, sobrevino, como en tiempo de romanos, juramentarse para la guerra sin cuartel a las huestes púnicas de los revolucionarios. Don Carlos Marfori, Ministro de Ultramar, para celebrarlo encendió un veguero de la Vuelta de Abajo: Su jácara matona propuso que saliesen en cuerda aquella noche los conspicuos de la conjura progresista que aún andaban emigrados. La cuadrilla ministerial, con elocuentes murmullos, loaba el cante del Señor Marfori:

—¡A Chafarinas con todos y un barreno en el barco que los lleve!


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Dominio público
291 págs. / 8 horas, 30 minutos / 546 visitas.

Publicado el 30 de abril de 2017 por Edu Robsy.

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