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Educación holista en México

Fundación Ramón Gallegos


Ramón Gallegos, educación holista


Hablar de la obra editorial del Dr. Ramón Gallegos Nava representa una aventura altamente enriquecedora ya que implica explayarse en temas de irrefutable actualidad como son la espiritualidad, el amor universal y la educación holista.

El primer libro, Educación Holista, efectivamente trata de pedagogía, de holismo y de amor universal, fundidos para dar respuestas a los grandes problemas actuales de la humanidad a través de la educación.  La abundante producción que le sucede es una expansión de este germen que como célula madre  va generando células diferenciadas para la atención específica en ese amor universal que las genera. Así tenemos ”Diálogos Holistas”, “Sabiduría, Amor y Compasión”, “El Camino de la Filosofía Perenne”, “El Espíritu de la Educación”, “Una Visión Integral de la Educación”, “Pedagogía del Amor Universal”, “La Educación del Corazón”, “Aprender a Ser”, “Educación y Espiritualidad”, “Inteligencia Espiritual” y “Comunidades de Aprendizaje” La obra escrita del Dr. Ramón Gallegos Nava es sólo parte de su obra de amor universal, pues  no se reduce al discurso escrito y oral  sino que va acompañada de acciones.

En los libros mencionados es reiterativo en cuanto al valor que concede a la educación, pero entendida ésta  como el proceso del desarrollo integral del ser que incluye el desarrollo de la conciencia, de la espiritualidad, de las múltiples capacidades humanas, de la razón, de las percepciones sensoriales, de las emociones.


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8 págs. / 14 minutos / 38 visitas.

Publicado el 10 de diciembre de 2020 por Fundación Ramón Gallegos.

Educación holista de Guadalajara para el mundo

Fundación Ramón Gallegos


educación holista, Ramón Gallegos, inteligencia espiritual, maestría, meditación


Al repasar la bibliografía recopilada a lo largo de los tres semestres en el estudio que estoy realizando en la Maestría en Educación Holista, empiezo con las experiencias y conocimientos que en el camino adquirió el Dr. Ramón Gallegos Nava, mismos que nos comparte en su bibliografía. Al repasar, vuelvo a recordar los inicios del Dr. Gallegos, y es ameno e interesante cómo relata su vida a partir de los 17 años y quisiera incluir todas las experiencias; pero consciente de que tengo que abarcar todos los temas y cada uno es rico en aprendizaje, deberé ser breve.

Este estudio que estoy realizando, me ha hecho crecer como persona al ver el lado humano de la familia, los compañeros, los estudiantes y la comunidad:  los compañeros han preguntado…. ¿entonces antes cómo hemos tratado a los estudiantes; como qué?.......... bueno, creo que no es que los tratáramos como “marcianitos” o “animalitos”, pero sí como personas sin sentimientos, sin derecho a opinar, vacíos esperando a que los rellenáramos de conocimientos para poder plasmarlos en los exámenes y al otro día ni acordarse de lo que contestaron, sin tomar en cuenta precisamente el lado humano y sin la sensibilidad para poder percibir las necesidades de las personas a través de los sentidos.


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11 págs. / 19 minutos / 27 visitas.

Publicado el 10 de diciembre de 2020 por Fundación Ramón Gallegos.

Educación holista la pedagogía del amor universal

Fundación Ramón Gallegos


Ramón Gallegos, educación holista, inteligencia espiritual, meditación,


En este ensayo se comenta la obra  del Dr. Ramón Gallegos Nava en la que nos presenta una amplia visión  de lo que es la educación holista cuyo propósito final es el desarrollo de la conciencia. Además, da a conocer el objetivo de esta educación, las bases en las cuales se sustenta, su bifurcación con la escuela tradicionalista pero sobre todo lo que considera primordial­, la espiritualidad como un camino de luz para alcanzar el conocimiento de nuestra verdadera naturaleza como seres espirituales. Expone, así mismo, los principios más generales de la filosofía perenne y su relación con la educación holista a través de la evolución de la conciencia.

Ramón Gallegos nació en baja california en los años sesentas en un ambiente propicio para el despertar de sus necesidades espirituales. Su infancia transcurría al tiempo que surgía una nueva visión del mundo, basándose en nuevos paradigmas del conocimiento y además de esto, el contaba con una literatura universal y política y poseía además conocimientos sobre filosofía oriental, con lo cual adquirió una enseñanza de filosofía perenne basada en las enseñanzas espirituales de las grandes religiones y también sobre el budismo. Un hecho muy importante fue conocer lideres como Cesar Chávez, Martin Luther King y Dalai Lama, entre otros.


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10 págs. / 17 minutos / 135 visitas.

Publicado el 10 de diciembre de 2020 por Fundación Ramón Gallegos.

Educación holista la pedagogía del amor universal

Fundación Ramón Gallegos -


Ramón Gallegos, educación holista, inteligencia espiritual, meditación


En este ensayo se comenta la obra  del Dr. Ramón Gallegos Nava en la que nos presenta una amplia visión  de lo que es la educación holista cuyo propósito final es el desarrollo de la conciencia. Además, da a conocer el objetivo de esta educación, las bases en las cuales se sustenta, su bifurcación con la escuela tradicionalista pero sobre todo lo que considera primordial­, la espiritualidad como un camino de luz para alcanzar el conocimiento de nuestra verdadera naturaleza como seres espirituales. Expone, así mismo, los principios más generales de la filosofía perenne y su relación con la educación holista a través de la evolución de la conciencia.En este ensayo se comenta la obra  del Dr. Ramón Gallegos Nava en la que nos presenta una amplia visión  de lo que es la educación holista cuyo propósito final es el desarrollo de la conciencia. Además, da a conocer el objetivo de esta educación, las bases en las cuales se sustenta, su bifurcación con la escuela tradicionalista pero sobre todo lo que considera primordial­, la espiritualidad como un camino de luz para alcanzar el conocimiento de nuestra verdadera naturaleza como seres espirituales. Expone, así mismo, los principios más generales de la filosofía perenne y su relación con la educación holista a través de la evolución de la conciencia.


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1 pág. / 1 minuto / 65 visitas.

Publicado el 10 de diciembre de 2020 por Fundación Ramón Gallegos.

Nochebuena

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


Era en la montaña gallega. Yo estudiaba entonces gramática latina con el señor Arcipreste de Céltigos, y vivía castigado en la rectoral. Aún me veo en el hueco de una ventana, lloroso y suspirante. Mis lágrimas caían silenciosas sobre la gramática de Nebrija, abierta encima del alféizar. Era el día de Nochebuena, y el Arcipreste habíame condenado a no cenar hasta que supiese aquella terrible conjugación: «Fero, fers, ferré, tuli, latum».

Yo, perdida toda esperanza de conseguirlo, y dispuesto al ayuno como un santo ermitaño, me distraía mirando al huerto, donde cantaba un mirlo que recorría a saltos las ramas de un nogal centenario. Las nubes, pesadas y plomizas, iban a congregarse sobre la Sierra de Céltigos en un horizonte de agua, y los pastores, dando voces a sus rebaños, bajaban presurosos por los caminos, encapuchados en sus capas de junco. El arco iris cubría el huerto, y los nogales oscuros y los mirtos verdes y húmedos parecían temblar en un rayo de anaranjada luz. Al caer la tarde, el señor Arcipreste atravesó el huerto. Andaba encorvado bajo un gran paraguas azul. Se volvió desde la cancela, y viéndome en la ventana me llamó con la mano. Yo bajé tembloroso. Él me dijo:

—¿Has aprendido eso?

—No, señor.

—¿Por qué?

—Porque es muy difícil.

El señor Arcipreste sonrió bondadoso.

—Está bien. Mañana lo aprenderás. Ahora acompáñame a la iglesia.


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Dominio público
2 págs. / 4 minutos / 154 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Un Ejemplo

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


Amaro era mi santo ermitaño que por aquel tiempo vivía en el monte vida penitente. Cierta tarde, hallándose en oración, vio pasar a lo lejos por el camino real a un hombre todo cubierto de polvo. El santo ermitaño, como era viejo, tenía la vista cansada y no pudo reconocerle, pero su corazón le advirtió quién era aquel caminante que iba por el mundo envuelto en los oros de la puesta solar, y alzándose de la tierra corrió hacia él implorando:

—¡Maestro, deja que llegue un triste pecador!

El caminante, aun cuando iba lejos, escuchó aquellas voces y se detuvo esperando. Amaro llegó falto de aliento, y llegando, arrodillóse y le besó la orla del manto, porque su corazón le había dicho que aquel caminante era Nuestro Señor Jesucristo.

—¡Maestro, déjame ir en tu compañía!

El Señor Jesucristo sonrió:

—Amaro, una vez has venido conmigo y me abandonaste.

El santo ermitaño, sintiéndose culpable, inclinó la frente:

—¡Maestro, perdóname!

El Señor Jesucristo alzó la diestra traspasada por el clavo de la cruz:

—Perdonado estás. Sígueme.

Y continuó su ruta por el camino que parecía alargarse hasta donde el sol se ponía, y en el mismo instante sintió desfallecer su ánimo aquel santo ermitaño:

—¿Está muy lejos el lugar adonde caminas, Maestro?

—El lugar adonde camino, tanto está cerca, tanto lejos…

—¡No comprendo, Maestro!

—¿Y cómo decirte que todas las cosas, o están allí donde nunca se llega o están en el corazón?


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Dominio público
4 págs. / 7 minutos / 96 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Milón de la Arnoya

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


Una tarde, en tiempo de vendimias, se presentó en el cercado de nuestra casa una moza alta, flaca, renegrida, con el pelo fosco y los ojos ardientes, cavados en el cerco de las ojeras. Venía clamorosa y anhelando:

—¡Dadme amparo contra un rey de moros que me tiene presa! ¡Soy cautiva de un Iscariote!

Sentóse a la sombra de un carro desuncido y comenzó a recogerse la greña. Después llegóse al dornajo donde abrevaban los ganados y se lavó una herida que tenía en la sien. Serenín de Bretal, un viejo que pisaba la uva en una tinaja, se detuvo limpiándose el sudor con la mano roja del mosto:

—¡Cativos de nos! Si has menester amparo clama a la justicia. ¿Qué amparo podemos darte acá? ¡Cativos de nos!

Suplicó la mujer:

—¡Vedme cercada de llamas! ¿No hay una boca cristiana que me diga las palabras benditas que me liberten del Enemigo?

Interrogó una vieja:

—¿Tú no eres de esta tierra?

Sollozó la renegrida:

—Soy cuatro leguas arriba de Santiago. Vine a esta tierra por me poner a servir, y cuando estaba buscando amo caí con el alma en el cautiverio de Satanás. Fue un embrujo que me hicieron en una manzana reineta. Vivo en pecado con un mozo que me arrastra por las trenzas. Cautiva me tiene, que yo nunca le quise, y sólo deseo verle muerto. ¡Cautiva me tiene con sabiduría de Satanás!

Las mujeres y los viejos se santiguaron con un murmullo piadoso, pero los mozos relincharon como chivos barbudos, saltando en las tinajas, sobre los carros de la vendimia, rojos, desnudos y fuertes. Gritó Pedro el Arnelo, de Lugar de Condes:

—¡Jujurujú! No te dejes apalpar y hacer las cosquillas, y verás como se te vuela el Enemigo.


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Dominio público
3 págs. / 6 minutos / 59 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Comedia de Ensueño

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro, Diálogo


Una cueva en el monte, sobre la encrucijada de dos caminos de herradura. Algunos hombres, a caballo, llegan en tropel, y una vieja asoma en la boca de la cueva. Su figura se destaca por oscuro sobre el fondo rojizo donde llamea el fuego del hogar. Es la hora del anochecer, y las águilas que tienen su nido en los peñascales, se ciernen con un vuelo pesado que deja oír el golpe de las alas.

LA VIEJA.—¡Con cuánto afán os esperaba, hijos míos! Desde ayer tengo encendido un buen fuego para que podáis calentaros. ¿Vendréis desfallecidos?

La vieja éntrase en la cueva, y los hombres descabalgan. Tienen los rostros cetrinos, y sus pupilas destellan en el blanco de los ojos con extraña ferocidad. Uno de ellos queda al cuidado de los caballos, y los otros, con las alforjas al hombro, penetran en la cueva y se sientan al amor del fuego. Son doce ladrones y el Capitán.

LA VIEJA.—¿Habéis tenido suerte, mis hijos?

EL CAPITÁN.—¡Ahora lo veréis, Madre Silvia! Muchachos, juntad el botín para que puedan hacerse las particiones.

LA VIEJA.—Nunca habéis hecho tan larga ausencia.

EL CAPITÁN.—No requería menos el lance, Madre Silvia.

La Madre Silvia tiende un paño sobre el hogar, y sus ojos acechan avarientos cómo las manos de aquellos doce hombres desaparecen en lo hondo de las alforjas y sacan enredadas las joyas de oro, que destellan al temblor de las llamas.

LA VIEJA.—¡Jamás he visto tan rica pedrería!

EL CAPITÁN.—¿No queda nada en tus alforjas, Ferragut?

FERRAGUT.—¡Nada, Capitán!

EL CAPITÁN.—¿Y en las tuyas, Galaor?

GALAOR.—¡Nada, Capitán!

EL CAPITÁN.—¿Y en las tuyas, Fierabrás?

FIERABRÁS.—¡Nada!…

EL CAPITÁN.—Está bien. Tened por cierto, hijos míos, que pagaréis con la vida cualquier engaño. Alumbrad aquí, Madre Silvia.


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Dominio público
5 págs. / 9 minutos / 165 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Mi Bisabuelo

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


Don Manuel Bermúdez y Bolaño, mi bisabuelo, fue un caballero alto, seco, con los ojos verdes y el perfil purísimo. Hablaba poco, paseaba solo, era orgulloso, violento y muy justiciero. Recuerdo que algunos días en la mejilla derecha tenía una roseola, casi una llaga. De aquella roseola la gente del pueblo murmuraba que era un beso de las brujas, y a medias palabras venían a decir lo mismo mis tías las Pedrayes. La imagen que conservo de mi bisabuelo es la de un viejo caduco y temblón, que paseaba al abrigo de la iglesia en las tardes largas y doradas. ¡Qué amorosa evocación tiene para mí aquel tiempo! ¡Dorado es tu nombre, Santa María de Louro! ¡Dorada tu iglesia con nidos de golondrinas! ¡Doradas tus piedras! ¡Toda tú dorada, villa de Señorío!

De la casa que tuvo allí mi bisabuelo sólo queda una parra vieja que no da uvas, y de aquella familia tan antigua un eco en los libros parroquiales; pero en torno de la sombra de mi bisabuelo flota todavía una leyenda. Recuerdo que toda la parentela le tenía por un loco atrabiliario. Yo era un niño y se recataban de hablar en mi presencia; sin embargo, por palabras vagas llegué a descubrir que mi bisabuelo había estado preso en la cárcel de Santiago. En medio de una gran angustia presentía que era culpado de algún crimen lejano, y que había salido libre por dinero. Muchas noches no podía dormir, cavilando en aquel misterio, y se me oprimía el corazón si en las altas horas oía la voz embarullada del viejo caballero que soñaba a gritos. Dormía mi bisabuelo en una gran sala de la torre, con un criado a la puerta, y yo le suponía lleno de remordimientos, turbado su sueño por fantasmas y aparecidos. Aquel viejo tan adusto me quería mucho, y correspondíale mi candor de niño rezando para que le fuese perdonado su crimen. Ya estaban frías las manos de mi bisabuelo cuando supe cómo se habían cubierto de sangre.


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Dominio público
5 págs. / 9 minutos / 112 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

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