Textos más populares esta semana publicados por Edu Robsy disponibles publicados el 24 de octubre de 2021 | pág. 3

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editor: Edu Robsy textos disponibles fecha: 24-10-2021


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Perfiles de Maridos

José Pedro Bellán


Cuento


—¡Al diablo!,—dijo don Pablo Ramírez.

Me dejó Vd. turulato. Hace cosas de meses que no bebe alcohol, y ahora decide casarse, Es Vd. sorprenden te, querido amigo.

Adolfo Barrés, un poco avergonzado, respondió en voz baja.

—Advierta don Pablo, que estarnos en distintas circunstancias. A pesar de su edad, se mantiene joven y puede gozar a lo loco de esa libertad deliciosa. En cambio, yo, debo formalizar mi existencia cuanto antes. No ignorará Vd. que mis treinta y dos años, ya sólo me dan achaques y constipados. —Hizo una pausa y con ha voz abovedada agregó sentenciosamente: —Además, a Vd. le consta que no soy capaz de cometer una tonteria sino a causa de una razón muy poderosa.

Ramírez, lisonjeado, satisfecho por aquel reconocimiento hacia su constitución física, le sonrió paternalmente y llamó al mozo.

Estaban en la Giralda en redor de una de las mesas colocadas en la vereda por el lado de la Avenida.

Era sábado y acababa de ser las ocho de la noche. La multitud que llenaba las aceras iba invadiendo la plaza, desde donde, se dividía para atollar los teatros, los cafés y los arrabales.

El Giralda estaba inaccesible. Hasta en los rincones, la gente gesticulaba y bebía, ávida de noticias, de comentarios, de chismes. Las palabras se mezclaban, formando un vaivén sonoro, monótono y persistente que recorría el ámbito del salón.

—¡Cognac, dijo la voz de Ramírez al dependiente que se acercaba. Luego, con la mirada fija en los grupos de traseuntes, exclamó con entusiasmo:

—¡Mire Vd. que mujer, Barrés, mire Vd!

Y Barrés buscó.

Una mujer elegante, marchaba sola, con lentitud. Al pasar junto a ellos, Ramírez pronunció un beso lleno de sadismo. Ella ni se dignó sonreir ni se dignó fastidiarse. Pasó serenamente, derecho el talle, alto el busto y se alejó de igual modo.


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Dominio público
4 págs. / 7 minutos / 32 visitas.

Publicado el 24 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

La Imagen

José Pedro Bellán


Cuento


En una de las últimas casitas del barrio de los pescadores, casi junto al mar, el viejo Leopoldo, de setenta años, fuma en su pipa cargada de Virginia. Frente a él, su nuera, espoleada por un pensamiento tenaz, remienda que no surce, una media gris deshecha en el talón. Así permanecen largo rato: callados, sin mirarse, como si estuvieran solos. Sin embargo, quizá piensen lo mismo.

El temporal no cesa. Hace tres horas que conmueve al barrio y lo llena de pavor.

El mar es un turbión inmenso que ensordece. Sus promontorios de agua persisten un instante, convulsos, inquietos y se desploman en masa. Parecen que hierven.

Todas las barcas han vuelto menos una.

—María ya tarda demasiado, dijo Leopoldo, rompiendo el mutismo.

Se refería a su nietita de diez años, hermosa chiquilla de ojos azules, blanca y endeble. Habíanla mandado por tres veces en demanda de noticias y por tercera vez, buscaba a los amigos de su padre, a los pescadores salvos, y les imploraba datos, aun los más sencillos, los más insignificantes.

Al volver contestó de la misma manera que contestara antes.

—Nadie sabe nada... nadie lo ha visto. —Se sentó cerca de la mesa y recostóse sobre ella. Sus manecitas sin sangre se juntaron que pedían perdón.

La escena recalcitró. La frígida imagen de un reconcentramiento abrazado a las cosas, caló la habitación. Pasó un rato.

Leopoldo vuelve a hablar. Su voz inquietante atemoriza.

—¡Este viento! —Elena escucha con ansiedad. Después, obligada por su pensamiento pregunta:

—¿Cuántos fueron en la barca?

—Los de siempre. El y los dos muchachos.

Hace una pausa. Luego dice con atropello:

—Yo, una vez, estuve a punto de ahogarme.

Elena pregunta con viveza:

—¿Y cómo se salvó?...


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Dominio público
4 págs. / 8 minutos / 31 visitas.

Publicado el 24 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

El Violín de Cremona

E.T.A. Hoffmann


Cuento


I

El consejero Crespel era el tipo más original que pueda darse, hasta tal punto, que cuando llegué á H... con el intento de pasar algunos días allí, todo el vecindario hablaba de él, habiendo llegado entonces al apogeo de sus extravagancias.

Como sabio jurisconsulto y experto diplomático, había adquirido Crespel notable consideración, de tal modo que el príncipe reinante de un pequeño Estado de Alemania, bastante poderoso, valióse de él para redactar una memoria que debía dirigirse á la corte imperial, respecto á cierto territorio sobre el cual creía tener legítimas pretensiones; y tan propicio fué el resultado, que un día que Crespel se lamentaba de no encontrar una habitación á su gusto, el príncipe, deseoso de recompensarle, se encargó de costearle una casa, cuya construcción dirigiría el consejero por sí solo; y como además el príncipe le ofreciese comprarle el terreno que mejor le pluguiera, Crespel le dispensó de lo último, indicando que en ningún sitio mejor que en un delicioso jardín que poseía junto á las puertas de la ciudad, podría levantarse el edificio.

Empezó, pues, comprando todos los materiales necesarios, los hizo trasportar allí, y desde entonces era de verle á todas horas con un vestido especial, construído también según sus principios particulares, apagar la cal, pasar la arena por la criba, y arreglar los ladrillos en simétricos montones, para lo cual no había consultado con ningún arquitecto, ni había trazado plan alguno.


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Dominio público
25 págs. / 44 minutos / 108 visitas.

Publicado el 24 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

El Maestro Martín y sus Mancebos

E.T.A. Hoffmann


Cuento


Sin duda has experimentado alguna vez, lector querido, una indefinible melancolía, al recorrer una ciudad, cubierta de monumentos del antiguo arte alemán, los cuales atestiguan con muda y elocuente voz los esplendores, la heroica perseverancia y toda la historia de unos tiempos que ya no existen. Una ciudad de esas no te ha producido el mismo efecto que una casa abandonada? Encima de la mesa se ostenta todavía el libro de rezo que abrió el jefe de la familia: cuelga de las paredes la preciosa tapicería elaborada por la dueña de la casa, y están llenos los armarios de ricos utensilios, que fueron el regalo de la familia en las más solemnes festividades. Parece que uno de los habitantes de esta morada va á recibirte y á ofrecerte cordial hospitalidad; paro en vano esperas á aquellos á quienes el tiempo ha arrastrado consigo en sus rápidos ó incesantes embates. Ya no te queda más que dejarte mecer por los dulces ensueños que brotan de tantos recuerdos de los antiguos huéspedes, los cuales te hablan con un lenguaje tan puro y sensible, que te conmueve hasta en lo más hondo del espíritu. Entonces comprendes el sentido íntimo de sus obras, pues vives en su tiempo, y contemplas la fuente de sus inspiraciones.

Pero, ay! suele ocurrir que en el momento en que crees abarcar tan risueñas imágenes, éstas desaparecen perseguidas por los rumores del día que despierta, elevándose entre la tenue bruma de la mañana, y dejándote arrasados los ojos en lágrimas, sus primeros y pálidos reflejos. Entonces el rudo contacto de la vida real te arrebata la visión que te halagaba, dejándote sólo las huellas de un vehemente deseo que agita toda tu naturaleza.


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Dominio público
60 págs. / 1 hora, 45 minutos / 92 visitas.

Publicado el 24 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

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