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Memorias de Ultratumba

François-René de Chateaubriand


Biografía


PREFACIO

París, 14 de abril de 1846

Revisado el 28 de julio de 1846

Sicut nubes… quasi naves… velut umbra.

JOB

Como me es imposible prever el momento de mi fin, y a mis años los días concedidos a un hombre no son sino días de gracia, o más bien de rigor, voy a explicarme.

El próximo 4 de septiembre, cumpliré setenta y ocho años: es hora ya de que abandone un mundo que me abandona a mí y que no echo de menos.

Las Memorias, al frente de las cuales se leerá este prefacio, siguen, en sus divisiones, las divisiones naturales de mis carreras.

La triste necesidad, que me ha tenido siempre con un pie sobre el cuello, me obliga a vender mis Memorias. Nadie puede hacerse una idea de cuánto he sufrido por tener que hipotecar mi tumba; pero me obligan a este postrer sacrificio mis juramentos y la coherencia de mi conducta. Por un apego acaso pusilánime, consideraba estas Memorias como confidentes de los que nunca hubiera querido separarme; mi intención era legárselas a madame de Chateaubriand; ella las daría a conocer según su voluntad, o las destruiría, lo que hoy desearía más que nunca.


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Publicado el 7 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Historia de Mi Vida

George Sand


Biografía, Autobiografía


Capítulo I

No pienso que haya orgullo e impertinencia en escribir la historia de la propia vida y aún menos en elegir, en los recuerdos que esa vida ha dejado en nosotros, los que merezcan la pena de ser conservados. Esto, para mí, resulta por otra parte, un penoso deber, ya que nada hay tan difícil como definirse a sí mismo.

El estudio del corazón humano es de tal naturaleza, que cuanto más se adelanta en él menos claro se ve; y para ciertos espíritus activos, conocerse resulta un estudio fastidioso y siempre incompleto. Sin embargo, cumpliré ese deber; lo he tenido siempre ante mis ojos; me he prometido no morir sin hacer lo que en toda ocasión aconsejé a los demás: un estudio sincero y un examen atento de la naturaleza y de la existencia propias.

Una invencible pereza, enfermedad de los espíritus muy ocupados y, por consiguiente, de la juventud, me ha hecho diferir hasta hoy el cumplimiento de esta tarea. Culpable conmigo misma he dejado publicar sobre mí un gran número de biografías llenas de errores, tanto en el elogio como en la censura. Hasta mi nombre es una fábula en algunas de estas biografías, publicadas primeramente en el extranjero y reproducidas en Francia con fantásticas modificaciones. Interrogada por los autores de esos relatos que solicitaron de mí datos que me agradaría recordar, llegué en mi apatía a rehusar hacerlo aun a personas bien intencionadas. Experimentaba, lo confieso, una mortal repugnancia a entretener al público en el conocimiento de mi personalidad, que nada tiene de sobresaliente, cuando sentía en mi corazón y en mi cabeza personalidades más fuertes, más lógicas, más complejas, más ideales; tipos superiores a mí misma; personajes de novela, en una palabra. Creo que no se debe hablar de sí mismo al público más que una sola vez en la vida, y no reincidir.


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Publicado el 10 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Libro del Desasosiego

Fernando Pessoa


Biografía


Prefacio del presentador del libro, Fernando Pessoa

Existen en Lisboa un reducido número de restaurantes o casas de comidas [en las] que, sobre un establecimiento con pinta de taberna decente, se sitúa una casa de almuerzos con el aspecto pesado y casero de un restaurante de ciudad sin estación. En esos negocios, salvo los domingos, en que son poco frecuentados, es habitual encontrarse con tipos curiosos, caras sin interés, una serie de marginados de la vida.

El deseo de tranquilidad y la conveniencia de los precios, me condujeron durante un periodo de mi vida a frecuentar una de estas casas de almuerzos. Sucedía que al acercarme a cenar a eso de las siete de la tarde, casi siempre me encontraba con un individuo cuya pinta no me interesó al principio, pero que muy poco a poco comenzó a llamarme la atención.

Se trataba de un hombre de unos treinta años, delgado, más bien alto que bajo, encorvado exageradamente mientras permanecía sentado, pero no tanto cuando se hallaba de pie, vestido con un cierto desaliño no del todo desaliñado. En su rostro, macilento y de facciones carentes de interés, se percibía un aire de pesadumbre que no le añadía mayor enjundia, y era difícil precisar a qué podría deberse tal desconsuelo, aunque no resultaba complicado indicar varios: privaciones, angustias, o aquel sufrimiento que nace de la indiferencia que nutre al que ha sufrido en demasía.

Cenaba siempre poco, y al acabar fumaba tabaco de hebra. Reparaba extraordinariamente en quienes allí se hallaban, pero no de manera indiscreta, sino con un especial interés; no observaba a las personas tratando de sondearlas, sino más bien interesándose por ellas sin profundizar en sus facciones o sin entrar en los pormenores de su carácter. Fue ese curioso rasgo lo que hizo que, finalmente, me interesara por él.


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Publicado el 13 de octubre de 2018 por Edu Robsy.

Vida de Castruccio Castracani de Lucca

Nicolás Maquiavelo


Biografía


VIDA DE CASTRUCCIO CASTRACANI DE LUCCA DEDICADA POR EL AUTOR A SUS ÍNTIMOS AMIGOS ZANOBI BUONDELMONTI Y LUIS ALAMANNI

Parece, queridísimos Zanobi y Luis, a quien bien lo considera, cosa maravillosa que casi todos o la mayoría de los que en este mundo han realizado grandes empresas, sobresaliendo entre sus contemporáneos, tengan nacimiento y origen bajo y oscuro, procurándose con toda clase de trabajos lo que les negó la fortuna; porque casi todos, o fueron expuestos a las fieras, o tuvieron padres tan humildes que, por avergonzarse de ellos, presumieron ser hijos de Júpiter o de cualquier otro dios. Todos conocen de esto numerosos ejemplos, y no cansaré al lector citándolos, por ser innecesario. Presumo que la fortuna desea mostrar así al mundo ser ella y no la prudencia la que hace los grandes hombres, empezando a probar su poder cuando la prudencia nada influye, y es por tanto preciso reconocer que de aquélla depende todo.

Fue Castruccio Castracani de Lucca uno de los que, conforme al tiempo en que vivió y a la ciudad donde vio la luz, realizó más grandes cosas, sin ser de más notorio e ilustre nacimiento que los demás, como diremos al referir su vida, que juzgo debe quedar grabada en la memoria de los hombres, por encontrar en ella actos de valor y fortuna de grandísimo ejemplo; y la dedico a vosotros por ser, de cuantos conozco, los que mejor estimáis las grandes acciones.

La familia de Castracani, extinguida hoy por la inestabilidad de las cosas humanas, figuraba entre las nobles de la ciudad de Lucca. A ella perteneció un tal Antonio, de estado eclesiástico, que llegó a ser canónigo de San Miguel, en Lucca, y a quien, en prueba de consideración, llamaban maese Antonio. Tuvo éste una hermana que casó con Buonaccorso Cenami, y que, al morir su marido, fue a vivir con su hermano, decidida a no contraer nuevo matrimonio.


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Publicado el 20 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Vidas Imaginarias

Marcel Schwob


Biografía, Cuento


La ciencia de la historia nos sume en la incertidumbre acerca de los individuos. No nos los muestra sino en los momentos que empalmaron con las acciones generales. Nos dice que Napoleón estaba enfermo el día de Waterloo, que hay que atribuir la excesiva actividad intelectual de Newton a la absoluta continencia propia de su temperamento, que Alejandro estaba ebrio cuando mató a Klitos y que la fístula de Luis XIV pudo ser la causa de algunas de sus resoluciones. Pascal especula con la nariz de Cleopatra —si hubiese sido más corta— o con una arenilla en la uretra de Cromwell. Todos esos hechos individuales no tienen valor sino porque modificaron los acontecimientos o porque hubieran podido cambiar su ilación.

Son causas reales o posibles. Hay que dejarlas para los científicos.

El arte es lo contrario de las ideas generales, describe sólo lo individual, no desea sino lo único. No clasifica, desclasifica.


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Publicado el 28 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Confesiones de un Inglés Comedor de Opio

Thomas De Quincey


Biografía


Parte I

Al lector

Te ofrezco, amable lector, el relato de una época notable de mi vida; confío en que, vista la aplicación que le doy, será no sólo un relato interesante sino también útil e instructivo en grado considerable. Con esa esperanza lo he redactado y esa será mi disculpa por romper la reserva delicada y honorable que, por lo general, nos impide mostrar en público los propios errores y debilidades. Nada en verdad más repugnante a los sentimientos ingleses que el espectáculo de un ser humano que impone a nuestra atención sus úlceras o llagas morales y arranca el «decoroso manto» con que las han cubierto el tiempo o la indulgencia ante las flaquezas humanas; a ello se debe que la mayoría de nuestras confesiones (me refiero a las confesiones espontáneas y extrajudiciales) procedan de gentes de dudosa reputación, picaros o aventureros, y que para encontrar tales actos de gratuita humillación de sí mismo en quienes cabría suponer de acuerdo con el sector decente y respetable de la sociedad tengamos que acudir a la literatura francesa o a esa parte de la alemana contaminada por la sensibilidad espúrea y deficiente de los franceses. Tan firmemente lo creo, tanto me inquieta la posibilidad de que se me reprochen esas tendencias, que durante varios meses he dudado si convenía que ésta o cualquier otra parte de mi narración llegase a ojos del público antes de mi muerte (después de la cual, por muchas razones, se publicará en su integridad), y, si en última instancia he acabado por tomar una decisión, no fue sin antes sopesar ansiosamente los argumentos en pro y en contra de ella.


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Publicado el 20 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Autobiografía

Gilbert Keith Chesterton


Biografía


I. Testimonio de oídas

Doblegado ante la autoridad y la tradición de mis mayores por una ciega credulidad habitual en mí y aceptando supersticiosamente una historia que no pude verificar en su momento mediante experimento ni juicio personal, estoy firmemente convencido de que nací el 29 de mayo de 1874, en Campden Hill, Kensington, y de que me bautizaron según el rito de la Iglesia anglicana en la pequeña iglesia de St. George, situada frente a la gran Torre de las Aguas que dominaba aquella colina. No pretendo que exista ninguna relación significativa entre ambos edificios y niego rotundamente que se eligiera aquella iglesia porque yo necesitara para convertirme en cristiano toda la energía hidráulica del oeste de Londres.


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Publicado el 14 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Vida Coetánea

Ramón Llull


Biografía


AQUÍ DICE DE LA VIDA Y ACTOS DEL REVERENDO MAESTRO RAMON LLULL

1. A honor, gloria, loor y magnificencia de nuestro Señor Dios Jesucristo, el reverendo y digno de gran memoria maestro Ramon Llull, del reino de Mallorca, instado y solicitado una y muchas veces por algunos devotos suyos, refirió y contó las cosas abajo escritas, donde se contienen su vida, conversión y penitencia muy alta y maravillosa, según especificadamente abajo se verá.

2. Contó primeramente y antes de todo que, siendo él senescal y mayordomo del superilustre señor rey de Mallorca, como quiera que se hallase en la plenitud de su juventud y se hubiese dado al arte de trovar y componer canciones y dictados de las locuras de este mundo, estando una noche en su cámara sobre el bancal de su lecho, imaginando y pensando una vana canción, y escribiéndola en vulgar, para una enamorada suya, a la cual entonces con amor vil y fatuo amaba; como, pues, tuviese todo su entendimiento encendido y ocupado en dictar aquella vana canción, mirando a la derecha vio a nuestro Señor Dios Jesucristo en la cruz, muy dolorido y apasionado. Y habiéndole visto, tuvo gran temor en sí mismo, y dejando todas aquellas cosas que tenía entre las manos, fue a meterse en la cama, y se acostó.

3. Y al levantarse la mañana siguiente, sin cuidarse de la visión que la noche pasada había tenido, volvió a dictar aquella vana y loca canción que había empezado, y, cuando otra vez a aquella hora y en aquel mismo lugar volvía a escribir y a dictar aquella misma canción, otra vez nuestro Señor se le apareció en la cruz en aquella misma forma, de cuya visión más espantado él que de la primera, dejó todo y fuese al lecho. Mas no por eso aquella loca voluntad abandonó, sino que, a los pocos días, volvió a acabar aquella canción y no cuidó de aquellas visiones maravillosas, hasta que por tercera, cuarta y quinta vez se le apareció.


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Publicado el 8 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Edgar Poe y sus Obras

Julio Verne


Crítica, Biografía


I

Escuela de lo extraño - Edgard Poe y el señor Baudelaire - La existencia miserable del novelista - Su muerte - Anne Radcliff, Hoffmann y Poe - Historias extraordinarias - Doble asesinato en la calle Morgue - Curiosa asociación de ideas - Interrogatorio de testigos - El autor del crimen - El marinero maltés

He aquí, mis estimados lectores, un novelista americano de alta reputación; ustedes conocen su nombre, muchos probablemente, pero pocos su obra. Permítanme por consiguiente contarles sobre el hombre y su obra; ambos ocupan un importante lugar en la historia de la imaginación, porque Poe ha creado un género aparte, que solo procede de él mismo, y del cual me parece que se ha llevado el secreto; se le pudiera identificar como el fundador de la escuela de lo extraño; ha hecho retroceder los límites de lo imposible; él tendrá imitadores. Éstos intentarán ir más allá, de exagerar su estilo; más de uno creerá que le sobrepasará, pero no logrará ni siquiera igualarlo.

Les diré en primer lugar que un crítico francés, el señor Charles Baudelaire, ha escrito, delante de su traducción de las obras de Edgard Poe un prólogo no menos extraño que la propia obra. Quizás este prólogo requeriría a su vez algunos comentarios aclaratorios. Sea como sea, se ha hablado de él en el mundo de las letras; se han fijado en él, y con razón: el señor Charles Baudelaire era digno de explicar al autor americano a su manera y yo no le desearía al autor francés otro comentarista de sus obras presentes y futuras que un nuevo Edgard Poe. Ambos fueron hechos para comprenderse. Además, la traducción del señor Baudelaire es excelente y le tomaré prestado los pasajes citados en el presente artículo.


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Publicado el 19 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Los Últimos Días de Immanuel Kant

Thomas De Quincey


Biografía


Considero que toda persona instruida sentirá interés por la historia personal de Immanuel Kant, si bien no haya tenido afición u ocasiones para conocer sus opiniones filosóficas. Todo hombre grande, aun cuando aborde caminos poco asequibles, siempre deberá ser objeto de la curiosidad general. Suponer que un lector sea del todo indiferente a Kant, significa negarle cualquier identidad intelectual; por lo cual aunque realmente no estuviera interesado en Kant, sería una forma de cortesía decir que sí le interesa. De modo que no ofrezco disculpas a ningún lector, ya sea filósofo o no, godo o vándalo, huno o sarraceno, por entretenerlo con un breve bosquejo de la vida y costumbres domésticas de Kant, extraído de informes auténticos de sus amigos y discípulos. No obstante es cierto que en este país —sin que haya un rechazo particular por parte del público— la obra de Kant no despierta el mismo interés que su nombre, lo cual es atribuible a tres causas: en primer lugar, a la lengua en que se escribieron dichas obras; en segundo lugar, a la temida oscuridad de la filosofía que enuncian, ya sea ésta inalienable de la obra o debido al particular modo que Kant tiene para expresarse; en tercer lugar, a lo poco atractiva que resulta la filosofía especulativa, cualquiera que sea el modo en que se enuncie, en un país en que la estructura y la tendencia de la sociedad imponen a todas las actividades de la nación una orientación casi exclusivamente práctica. Pero cualquiera que sea la fortuna que tengan sus escritos, ninguna persona que posea cierta curiosidad podrá no atribuirle al autor una gran simpatía.


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Publicado el 20 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

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