Textos publicados por Edu Robsy etiquetados como Cuento no disponibles | pág. 31

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La Historia del Caballero

Elizabeth Gaskell


Cuento


En el año 1769, la noticia de que un caballero (y «todo un caballero», según el propietario del Hostal George) había ido a ver la vieja casa del señor Clavering sumió a la pequeña población de Barford en un estado de gran agitación. Esta casa no estaba ni en la población ni en el campo. Se alzaba en los arrabales de Barford, al borde del camino que lleva a Derby. El último ocupante había sido un tal señor Clavering, un caballero de buena familia de Northumberland que había ido a vivir a Barford mientras era sólo un segundón, pero que cuando murieron otras ramas de más edad de la familia tuvo que regresar para hacerse cargo de las propiedades. La casa de la que hablo se llamaba la Casa Blanca, por estar cubierta de una especie de estuco grisáceo. Tenía un buen jardín en la parte de atrás y el señor Clavering había construido unos espléndidos establos, con lo que entonces se consideraban los últimos adelantos. Esta cuestión de los buenos establos se esperaba que fuera un aliciente para alquilar la casa, pues aquel era un condado de cazadores; por lo demás, tenía poco a su favor. Había muchos dormitorios; para entrar en algunos de ellos había que atravesar otros, a veces hasta cinco, cada uno de los cuales daba al siguiente; varias salas de estar pequeñas y diminutas, con paneles de madera y pintadas luego de un color gris pizarra; un buen comedor y un salón arriba, ambos con galerías muy acogedoras que daban al jardín.


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21 págs. / 36 minutos / 115 visitas.

Publicado el 19 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

La Maldición de los Griffiths

Elizabeth Gaskell


Cuento


I

Siempre me han interesado mucho las tradiciones relacionadas con Owen Glendower (la grafía nacional del nombre es Owain Glendwr) dispersas a lo largo y ancho del norte de Gales, y comprendo muy bien el sentimiento de los campesinos galeses al considerarlo todavía el héroe de su patria. Muchos habitantes del principado se regocijaron hace unos quince o dieciséis años cuando se anunció que el tema del concurso de poesía galesa de Oxford sería «Owain Glendwr». Era el tema más patriótico que se proponía en muchos años.

Tal vez algunos no sepan que este respetado caudillo es tan célebre en nuestra época ilustrada entre sus compatriotas iletrados por sus poderes mágicos como por su patriotismo. Él mismo dice, o lo dice Shakespeare por él, que viene a ser lo mismo:


En mi nacimiento
el cielo estaba lleno de formas fieras,
de teas llameantes […]
[…] Puedo invocar espíritus del inmenso abismo.
 

Y a pocos habitantes de los estamentos inferiores del principado se les ocurriría dar como respuesta la pregunta irreverente de Hotspur.

Entre otras tradiciones vivas relacionadas con ese aspecto del héroe galés figura la antigua profecía de la familia que da título a este relato. Cuando sir David Gam, «un traidor tan negro como si hubiese nacido en Bluith», se propuso asesinar a Owen en Machynlleth, le acompañaba alguien a quien Glendwr no podía imaginar confabulado con sus enemigos. Rhys ap Gryfydd, «viejo amigo de la familia», pariente suyo, más que un hermano, había accedido a que se le diese muerte. Podría perdonar a sir David Gam, pero jamás perdonaría la traición de una persona a quien había querido. Glendwr conocía demasiado bien el corazón humano para matarle. Lo dejó con vida, odiado y despreciado por sus compatriotas y víctima de amargos remordimientos. Pesaba sobre él la marca de Caín.


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44 págs. / 1 hora, 17 minutos / 134 visitas.

Publicado el 19 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

La Mujer Gris

Elizabeth Gaskell


Cuento


I

Hay un molino en la orilla del Neckar al que va mucha gente a tomar café, según una costumbre alemana casi nacional. El emplazamiento no tiene ningún encanto particular. Está en el lado de Mannheim de Heidelberg, llano y poco romántico. El río mueve la rueda del molino con un sonido borboteante. Las dependencias y la vivienda del molinero forman un pulcro cuadrilátero grisáceo. Más apartado del río hay un jardín lleno de sauces, pérgolas y macizos de plantas no muy bien cuidados, pero con gran profusión de flores y exuberantes enredaderas que anudan y enlazan las pérgolas. En cada una de estas hay una mesa fija de madera pintada de blanco y sillas ligeras portátiles del mismo color y material.


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67 págs. / 1 hora, 58 minutos / 530 visitas.

Publicado el 19 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

La Rama Torcida

Elizabeth Gaskell


Cuento


En los primeros años de este siglo, vivía en una pequeña granja de la División Norte del condado de York un matrimonio respetable que se llamaba Huntroyd. Se habían casado mayores, aunque habían «festejado» cuando eran muy jóvenes. Nathan Huntroyd había sido mozo de labranza del padre de Hester Rose y la había pretendido en una época en que los padres de ella creían que su hija podía aspirar a más; así que despidieron a Nathan sin contemplaciones, y sin preocuparse de los sentimientos de su hija. Él se había alejado mucho de sus relaciones anteriores y ya tenía más de cuarenta años cuando murió un tío suyo, dejándole dinero suficiente para aprovisionar una pequeña granja y guardar algo en el banco por si llegaban malos tiempos. Una de las consecuencias de la herencia fue que Nathan empezó a buscar esposa y ama de casa, de forma discreta y sin prisas; y un día se enteró de que su antiguo amor, Hester, no era una señora casada y próspera, como siempre había supuesto, sino una pobre criada para todo en la ciudad de Ripon. Pues su padre había sufrido una serie de desgracias que en la vejez habían dado con él en el asilo de pobres; su madre había muerto; su único hermano luchaba para sacar adelante a una familia numerosa; y la propia Hester era una sirvienta trabajadora y sencilla (de treinta y siete años). Nathan experimentó cierta satisfacción quisquillosa (sólo momentánea, sin embargo) al enterarse de estas vueltas de la rueda de la Fortuna. No hizo muchas observaciones inteligibles a su informador y no dijo una palabra a nadie más. Pero a los pocos días, se presentó en la puerta de atrás de la señora Thompson, de Ripon, con su traje de domingo.


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53 págs. / 1 hora, 34 minutos / 151 visitas.

Publicado el 19 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Historia del Pueblo de Goriújino

Aleksandr Pushkin


Cuento


Si Dios me mandara lectores tal vez tendrían curiosidad por saber cómo decidí escribir la historia del pueblo de Goriújino. Para explicarlo debería entrar en algunos pormenores previos.

Nací de padres nobles y honrados en el pueblo de Goriújino el 1 de abril del año 1801 y recibí la primera educación de nuestro diácono. A este honorable señor le debo mi afición por la lectura, que se desarrolló posteriormente, y por toda clase de ocupaciones literarias. Mis éxitos, aunque lentos, eran seguros, ya que a los diez años de edad conocía todo aquello que conservo hasta hoy en la memoria, débil por naturaleza, y que no me permitieron recargar a causa de mi salud, igualmente débil.


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18 págs. / 31 minutos / 114 visitas.

Publicado el 13 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Cuentos del Difunto Iván Petróvich Belkin

Aleksandr Pushkin


Cuento


Nota del editor

SEÑORA PROSTAKOVA: Desde que era pequeño le gustaban las historias, señor mío.

SKOTININ: Mitrofán sale a mí.

El menor
 

Al iniciar las gestiones para la edición de los Cuentos de I. P. Belkin, que hoy ofrecemos al público, quisimos acompañarlos de una descripción, aunque fuera breve, de la vida del difunto autor, y con ello satisfacer, en parte, la lógica curiosidad de los amantes de las letras rusas. Con este fin nos dirigimos a María Alexéevna Trafílina, pariente cercana y heredera de Iván Petróvich Belkin; pero desgraciadamente, le resultó imposible proporcionarnos información alguna, ya que ella no llegó a conocer al fallecido. Nos sugirió que refiriésemos el asunto a un respetable caballero que había sido amigo de Iván Petróvich. Seguimos su consejo y obtuvimos la deseada contestación a nuestra carta, que ofrecemos a continuación. La publicamos sin cambio o nota alguna, como un precioso homenaje a la nobleza de pensamiento y a la amistad entrañable a la vez que como noticia biográfica de considerable valor.


Muy señor mío:

El 25 del corriente tuve el honor de recibir su amable carta fechada el 15 del mismo, en la que me manifiesta su deseo de obtener una noticia detallada sobre el nacimiento, la muerte, las actividades, las circunstancias familiares, las ocupaciones y el carácter del difunto Iván Petróvich Belkin, que fuera buen amigo y vecino mío. Con sumo agrado cumplo su deseo y le hago llegar, estimado señor, todo aquello que he podido recordar de sus conversaciones, así como algunas de mis propias observaciones.


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76 págs. / 2 horas, 14 minutos / 236 visitas.

Publicado el 13 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

El Negro de Pedro el Grande

Aleksandr Pushkin


Cuento


I


Estoy en París,
he comenzado a vivir, no sólo a respirar.

DMÍTRIYEV, Diario de un viajero
 

Entre los jóvenes enviados por Pedro el Grande a países extraños con el fin de adquirir conocimientos, imprescindibles para un estado modernizado, figuraba su ahijado, el negro Ibrahim. Estudió en una escuela militar de París, se licenció como capitán de artillería distinguiéndose en la guerra de España y regresó gravemente herido a París. El emperador, aun en medio de su vasta tarea, no dejaba de interesarse por su favorito. Siempre eran halagüeños los informes que recibía sobre su conducta y sus éxitos. Tan complacido estaba Pedro, que más de una vez lo llamó para que regresara a Rusia, pero Ibrahim no tenía prisa. Se excusaba poniendo diversos pretextos, la herida unas veces, el deseo de perfeccionar sus conocimientos o la falta de dinero, otras; y Pedro, indulgente con sus demandas, le pedía que cuidara la salud, le agradecía su celo por los estudios y, aunque extremadamente cuidadoso con sus propios gastos, no escatimaba para él su tesoro, añadiendo a las monedas de oro consejos paternales y exhortaciones a la prudencia.


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38 págs. / 1 hora, 7 minutos / 311 visitas.

Publicado el 12 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Ruslan y Liudmila

Aleksandr Pushkin


Cuento


Prólogo

En una playa próxima a cierto golfo crece un robusto y verde roble. Un gato sabio, sujeto al tronco por una cadena de oro, da vueltas sin cesar en torno a él.

Cuando corre a la derecha, entona una canción, y cuando corre a la izquierda se pone a contar un cuento.

Por todas partes se producen allí milagros; anda vagando el demonio, una ondina se balancea en las ramas… Y en los senderos ocultos se ven huellas de animales nunca vistos…

También hay una casita con patas de gallina, y que no tiene puertas ni ventanas. Allí cada bosque y cada valle albergan innúmeros fantasmas…

Allí, al rayar el alba, cuando las olas empiezan a rodar por las riberas arenosas, surgen de las límpidas aguas treinta y tres hermosos héroes, capitaneados por el viejo Tío del Mar…

Allí un joven príncipe vence y hace prisionero a un zar temible…

Allí, a la vista de todos, rapta un brujo a un héroe esforzado y, subiendo con él a las nubes, vuela sobre bosques y mares…

Allí, encerrada en una celda, llora una zarina, a la que sirve con fidelidad un oso pardo…

Allí camina por sí solo un mortero junto a la bruja Yaga.

Allí el zar de los brujos, el Brujo-Inmortal, tiembla por su oro…

Allí reina el espíritu ruso… Todo sabe a Rusia allí.

Y allí estuve yo… Bebí dulcísimo hidromiel, vi aquel roble verde, y también, a su sombra, al gato sabio, que me contó buenos cuentos de los suyos. Y uno de ellos lo recuerdo, y voy a contarlo ahora al mundo entero…

Canto primero

Es ésta una historia de tiempos lejanos, una leyenda de la antigüedad más remota.

Rodeado de sus hijos poderosos y de sus amigos, el príncipe Vladimir el Sol daba un festín en la sala más espaciosa de su palacio; celebraba los esponsales de su hija menor con el valiente Ruslán, y levantaba a su salud una pesada copa de hidromiel.


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46 págs. / 1 hora, 21 minutos / 991 visitas.

Publicado el 12 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

El Velo Descubierto

George Eliot


Cuento


I

La hora de mi fin se acerca. Últimamente he sufrido ataques de angina pectoris. Si todo sigue su curso normal el doctor dice que apenas puedo esperar que mi vida se prolongue durante varios meses. A no ser que tenga la desgracia de tener una constitución física poco corriente, como la tengo al poseer un carácter mental excepcional, no gemiré mucho más tiempo bajo el peso agotador de esta existencia terrenal. Si las cosas fueran de otra manera si llegara a vivir hasta la edad que la mayoría de los hombres estipulan y desean habría sabido, de una vez, si los sufrimientos en torno a la ilusoria esperanza pueden pesar más que los sufrimientos de la previsión verdadera, ya que puedo prever cuándo moriré y saber todo lo que ocurrirá en mis últimos momentos.


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56 págs. / 1 hora, 38 minutos / 218 visitas.

Publicado el 11 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

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