Textos más populares este mes publicados por Edu Robsy etiquetados como Ensayo disponibles | pág. 5

Mostrando 41 a 50 de 74 textos encontrados.


Buscador de títulos

editor: Edu Robsy etiqueta: Ensayo textos disponibles


34567

Tres Ensayos

Miguel de Unamuno


Ensayo


¡Adentro!

In interiore hominis habitat veritas.


La verdad, habríame descorazonado tu carta, haciéndome temer por tu porvenir, que es todo tu tesoro, si no creyese firmemente que esos arrechuchos de desaliento suelen ser pasaderos, y no más que síntoma de la conciencia que de la propia nada radical se tiene, conciencia de que se cobra nuevas fuerzas para aspirar a serlo todo. No llegará muy lejos, de seguro, quien nunca sienta cansancio.

De esa conciencia de tu poquedad recogerás arrestos para tender a serlo todo. Arranca como de principio de tu vida interior del reconocimiento, con pureza de intención, de tu pobreza cardinal de espíritu, de tu miseria, y aspira a lo absoluto si en el relativo quieres progresar.

No temo por ti. Sé que te volverán los generosos arranques y las altas ambiciones, y de ello me felicito y te felicito.

Me felicito y te felicito por ello, sí, porque una de las cosas que a peor traer nos traen —en España sobre todo— es la sobra de codicia unida a la falta de ambición. ¡Si pusiéramos en subir más alto el ahínco que en no caer ponemos, y en adquirir más tanto mayor cuidado que en conservar el peculio que heredamos! Por cavar en tierra y esconder en ella el solo talento que se nos dio, temerosos del Señor que donde no sembró siega y donde no esparció recoge, se nos quitará ese único nuestro talento, para dárselo al que recibió más y supo acrecentarlos, porque "«al que tuviere le será dado y tendrá aún más, y al que no tuviere, hasta lo que tiene le será quitado»" (Mat., XXV). No seas avaro, no dejes que la codicia ahogue a la ambición en ti; vale más que en tu ansia por perseguir a cien pájaros que vuelan te broten alas, que no el que estés en tierra con tu único pájaro en mano.


Leer / Descargar texto

Dominio público
36 págs. / 1 hora, 3 minutos / 266 visitas.

Publicado el 10 de mayo de 2020 por Edu Robsy.

Cuatro Conferencias sobre América del Sur

Clorinda Matto de Turner


Ensayo, conferencia


Dedicatoria

Al Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina doctor don Victoriano de la Plaza.

Señor Ministro:

Dos son las razones que me hacen exornar estas páginas con su nombre: primera, que soy nieta de un salteño, don Juan José Usandivaras, padre de mi madre; y segunda, que he nacido en el Cuzco, país de los cóndores y amo las alturas; desde donde se puede ver así los astros del firmamento como los paisajes a flor de tierra.


La autora

Buenos Aires, Junio 24 de 1909.

Juicio de la prensa de Madrid sobre las conferencias

El liberal (2 de Noviembre)

Una escritora americana

Fue muy interesante la conferencia sobre geografía, instituciones y costumbres del Perú que ayer tarde dio en el Ateneo la ilustre escritora sudamericana señora Matto de Turner.

El selecto auditorio colmó de aplausos a la simpática conferenciante, cuya sencilla y animada exposición terminó con algunos párrafos muy cálidos y elocuentes.

Merece la simpatía que todos le demostraron a la autora de Aves sin nido, novela que no sólo por su exotismo, sino por sus bellezas literarias, es desde hace años muy conocida y estimada en Europa.

El Heraldo (3 de Noviembre de 1908)

Femeninas. Hospitalidad

Una de las manifestaciones simpáticas del llamado feminismo es la solidaridad establecida entre las mujeres intelectuales de los diferentes países. Con el mayor desarrollo de su cultura han sentido las mujeres la necesidad de los viajes, del estudio, de borrar las fronteras de las naciones y los prejuicios de raza para hacer una sola y gran familia de la Humanidad toda.


Leer / Descargar texto

Dominio público
46 págs. / 1 hora, 21 minutos / 90 visitas.

Publicado el 11 de noviembre de 2022 por Edu Robsy.

El Reo, el Pueblo y el Verdugo

Concepción Arenal


Ensayo


Dedicatoria

Al Excmo. E Ilmo. Señor Don Florencio Rodríguez Vaamonde

Recordará V. que siendo Ministro de la Gobernación, y queriendo tal vez reformar las prisiones de mujeres nombró V. para ellas una Visitadora, y el nombramiento recayó en mí. Al firmarle se apartó V. mucho de los caminos de la rutina española; si con razón o sin ella, no me toca decirlo; lo único que puedo afirmar es que me dispensó V. un alto honor, no solicitado por mí, ni por ninguno de mis amigos, y que no lo he olvidado. La plaza no tardó en suprimirse, y de aquella tentativa de reforma no ha quedado más que un libro que nadie lee, un manuscrito que nadie habrá leído y mi gratitud. Para manifestarla quisiera poner su nombre de V. al frente de un gran libro y no de un insignificante folleto; pero si hay quien, apreciándola con la vanidad, la mide por el volumen de la obra dedicada, yo creo que V. la juzgará con el corazón y por el sentimiento que dicta la dedicatoria.

Concepción Arenal

Madrid 15 de Junio de 1867.

Prólogo

Los argumentos que se hacen contra la pena de muerte son de dos clases: con unos se combate la necesidad, la utilidad, la justicia, el derecho, en fin, de imponerla; con otros se ponen de manifiesto los inconvenientes de su ejecución; estos últimos nos han parecido siempre de fácil remedio.


Leer / Descargar texto

Dominio público
23 págs. / 41 minutos / 391 visitas.

Publicado el 12 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

La Vida es Sueño

Miguel de Unamuno


Ensayo


Reflexiones sobre la regeneración de España

Es inútil callar la verdad. Todos estamos mintiendo al hablar de regeneración, puesto que nadie piensa en serio en regenerarse a sí mismo. No pasa de ser un tópico de retórica que no nos sale del corazón, sino de la cabeza. ¡Regenerarnos! ¿Y de qué, si aun de nada nos hemos arrepentido?

En rigor, no somos más que los llamados, con más o menos justicia, intelectuales y algunos hombres públicos los que hablamos ahora a cada paso de la regeneración de España. Es nuestra última postura, el tema de última hora, a que casi nadie, ¡débiles!, se sustrae.

El pueblo, por su parte, el que llamamos por antonomasia pueblo, el que no es más que pueblo, la masa de los hombres privados o idiotas que decían los griegos, los muchos de Platón, no responden. Oyen hablar de todo eso como quien oye llover, porque no entienden lo de la regeneración. Y el pueblo está aquí en lo firme; su aparente indiferencia arranca de su cristiana salud. Acúsanle de falta de pulso los que no saben llegarle al alma, donde palpita su fe secreta y recogida. Dicen que está muerto los que no le sienten cómo sueña su vida.

Mira con soberana indiferencia la pérdida de las colonias nacionales, cuya posesión no influía en lo más mínimo en la felicidad o en la desgracia de la vida de sus hijos, ni en las esperanzas de que éstos se sustentan y confortan. ¿Qué se le da de que recobre o no España su puesto entre las naciones? ¿Qué gana con eso? ¿Qué le importa la gloria nacional? Nuestra misión en la Historia. ¡Cosa de libros! Nuestra pobreza le basta; y aún más, es su riqueza.


Leer / Descargar texto


9 págs. / 17 minutos / 713 visitas.

Publicado el 13 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

Almas de Jóvenes

Miguel de Unamuno


Ensayo


En La Nación, acreditadísimo diario de Buenos Aires, y en el último número del Mercure de France —el de febrero—, ha publicado Gómez Carrillo unas notas que le di, acerca de nuestra juventud intelectual y del efecto que ella me produce. Y con ésta, son muchas ya las veces que he tratado de ese tema, quedándome muchas más por tratar de él. Y es que, si no nos preocupan los jóvenes, ¿qué nos va a preocupar?

Dice Carrillo que parece no estimo a los jóvenes. Todo lo contrario. Dudo que a nadie le interesen más; dudo que haya en España quien con más ahínco busque firmas nuevas y las siga; dudo que haya quien con más ardor desee verlos ir unidos al asalto del ideal. Lo que hay es que yo, como muchos otros, manifiesto con cierta dureza mis cariños y gusto de fustigar a los que quiero. Para los irredimibles, para los que no tienen sino arrastrar una oscura vida o una muerte más oscura aún, para éstos no cabe sino el apóstrofe del florentino: no hablemos de ellos, sino mira y pasa.

Permitidme que hable de mí mismo; permítame mi joven amigo J. O. G., de quien reproduciré luego dos cartas; permitídmelo: soy el hombre que tengo más a mano, como decía mi paisano Trueba.


Leer / Descargar texto

Dominio público
17 págs. / 31 minutos / 510 visitas.

Publicado el 13 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

La Vida Sin Fundamentos

Henry David Thoreau


Ensayo


No hace mucho, en una conferencia, sentí que el expositor había escogido conceptos demasiado ajenos para él, y por eso no logró interesarme en el tema tanto como habría podido. Las cosas que describía no eran cercanas a su esencia, sino alejadas y superficiales. No había, por lo tanto, un planteamiento central en su exposición; hubiera sido mejor que él hablara desde sus propias experiencias, como lo hacen los poetas. El favor más grande que me han hecho es cuando me han preguntado lo que "yo pienso", y han escuchado mi respuesta. Me sorprende y me agrada cuando esto pasa ya que es un uso poco corriente de uno mismo, como si estuvieran familiarizados con el "instrumento". En general cuando alguien esta interesado en mí es sólo para saber cuantos acres he medido de su tierra — soy un topógrafo — o a lo sumo se interesan en las noticias triviales que cargo. No buscan el alimento; se conforman con la cáscara. Una vez me pidieron una conferencia sobre la esclavitud, pero en realidad me di cuenta de que querían intervenir mi conferencia con sus propios postulados, dejándome una mínima parte a mí, así es que no acepté. Tengo como premisa, cuando me invitan a una conferencia en otro lado, que exista el deseo de oír lo que "yo pienso" sobre alguna materia, aunque pase por ignorante; pero nunca diré cosas "agradables" o complacientes con la audiencia. Tengo resuelto que les daré una fuerte dosis de mi mismo. Me han enviado llamar y se han comprometido a pagarme, yo iré aunque los aburra sin precedentes.

Lo mismo les diría a ustedes, mis lectores; ustedes me están leyendo, y no he viajado mucho así es que no les hablaré de personas a miles de kilómetros, al contrario me acercaré al hogar tanto como pueda. Como el tiempo es corto dejaré de lado toda lisonja y me reservaré las críticas.

A continuación analizaremos el modo en que empleamos nuestras vidas.


Leer / Descargar texto

Dominio público
23 págs. / 40 minutos / 386 visitas.

Publicado el 3 de marzo de 2019 por Edu Robsy.

Ciudad y Campo

Miguel de Unamuno


Ensayo


Cada una de mis estancias —nunca largas— en Madrid, restaura y como que alimenta mis reservas de tristeza y melancolía. Me evoca la impresión que me causó mi primera entrada en la corte, el año 80, teniendo yo dieciséis; una impresión deprimente y tristísima, bien lo recuerdo. Al subir, en las primeras horas de la mañana, por la cuesta de San Vicente, parecíame trascender todo a despojos y barreduras; fue la impresión penosa que produce un salón en que ha habido baile público, cuando por la mañana siguiente se abren las ventanas para que se oree, y se empieza a barrerlo. A primeras horas de la mañana apenas se topa en Madrid más que con rostros macilentos, espejos de miseria, ojos de cansancio y esclavos de espórtula. Parece aquello un enorme búho que se prepara a dormir; aquellas auroras parecen crepúsculos vespertinos. Fui a parar a la casa de Astrarena, donde viví el primer curso, allá, en sus alturas, y recuerdo el desánimo que me invadió al asomarme a uno de los menguados balconcillos, contiguos al tejado, que dan a la calle de Hortaleza y contemplar desde allí arriba el hormigueo de los transeúntes por la Red de San Luis, calle de la Montera y de Hortaleza. Estas emociones reviven en mí cada vez que entro en Madrid.


Leer / Descargar texto

Dominio público
16 págs. / 29 minutos / 269 visitas.

Publicado el 30 de septiembre de 2019 por Edu Robsy.

La Cuestión Palpitante

Emilia Pardo Bazán


Ensayo, Literatura


Prólogo de la cuarta edición

Debe de ser muy parecida la impresión que produce el reeditar un libro hace tiempo agotado—sobre todo un libro como éste, de tan viva polémica—al sentimiento que se despierta en el alma cuando abrimos un cajón atestado de correspondencia antigua, donde yacen apagados y mudos los viejos afectos, los viejos intereses y las viejas tribulaciones. Con melancólica sorpresa escarbamos en las cenizas, releemos carillas y más carillas, y el pasado renace una hora. ¡Cuán bien discernimos entonces los yerros ajenos y propios! ¡Cuán disculpable engreimiento nos domina al advertir quizás que no en todo errábamos, que por ventura la experiencia de hoy corrobora las previsiones de ayer!

Al repasar las hojas de LA CUESTIÓN PALPITANTE, antes de resolverme á reimprimirla al frente de mis Obras completas, noto más deficiencias en la composición del libro que diferencia entre mis ideas estéticas de entonces y las de ahora.—Si intentase corregir ó refundir, tendría que añadir mucho, sin variar esencialmente nada. Como que en realidad, la discutida, combatida, asendereada y—perdóneseme la afirmación— leidísima CUESTIÓN PALPITANTE, no fué catecismo de una escuela, según erradamente creyeron los que la vieron con ojos maliciosos ó descuidados, sino exposición de teorías que aquí se habían entendido al revés, con saña y reprobación tan antiliterarias como ciegas, y ensayo de crítica de esas mismas teorías, sin pasión ni dogmatismo. Hoy, que se ha serenado el cielo, cualquiera que se tome el trabajo de repasar las hojas de mi libro verá que no es tal Biblia del naturalismo, (así le llamaba, en chanza probablemente, cierto sapientísimo historiador), sino una tentativa de sincretismo, tan batalladora en la forma como serena y tolerante en el fondo.


Leer / Descargar texto

Dominio público
160 págs. / 4 horas, 40 minutos / 176 visitas.

Publicado el 15 de mayo de 2021 por Edu Robsy.

Algo de Todo

Juan Valera


Artículo, Ensayo, Crítica


LA PRIMAVERA

Nada hay en el hombre tan grato a Dios como el arrepentimiento; pero en ciertas cosas, tal vez en las más, nada hay tampoco humana y terrenamente tan inútil. Lo que al hombre le importa es no hacer nada de que después haya de arrepentirse. Y yo, lo confieso, hice algo en este género al prometer que escribiría un artículo sobre la Primavera.

Y no porque yo me crea incapaz de percibir, sentir y estimar en todos sus quilates el valor y la belleza de la estación florida. Nada menos que eso. Yo presumo de muy sensible a los encantos naturales. Me apuesto con el más pintado a sentir honda y poéticamente la gala de las fértiles praderas, la lozanía de los verjeles, el apartamiento silencioso de los sotos umbríos, el aire embalsamado por el aroma de las violetas, la sierra pedregosa cubierta de tomillo y romero, el blando murmullo de los arroyos, los amorosos gorjeos del ruiseñor, el lánguido arrullo de la tórtola y los trinos alegres con que las aves saludan a la blanca aurora cuando abre con dedos de rosa las puertas del Oriente.

Por desgracia, una cosa es sentir y otra expresar bien lo sentido. De este segundo don es del que carezco.

El asunto es de sobrado empeño para mí. ¿He de salir del paso repitiendo en mala prosa lo que ya dijeron en todas las lenguas vivas y muertas, con número y melodía, los poetas buenos y medianos, desde Hesiodo hasta Gracian y desde Virgilio a D. Gregorio de Salas? Yo no quiero hacer un centón tan deplorable. Yo quiero coger vivas las aves, las flores, cuanto tiene ser en la estación vernal, y trasladarlo a este papel, y de este papel a la imprenta: operación más difícil de lo que se imagina.


Leer / Descargar texto


175 págs. / 5 horas, 7 minutos / 282 visitas.

Publicado el 29 de abril de 2016 por Edu Robsy.

A Vuela Pluma

Juan Valera


Ensayo, Artículo, Crítica


PRÓLOGO

IMPRESO ya este libro y reunidos en él no pocos artículos, se me ofrecen dificultades que conviene allanar antes de que el libro salga á luz pública. Ponerle título es la menor de todas y ya la considero allanada. A vuela pluma es título tan significativo como propio. Ora excitado yo á dar mi parecer sobre flamantes producciones literarias, ora movido é inspirado por los tristes acontecimientos políticos de nuestros días, he escrito y esparcido, por revistas y periódicos diarios, lo que aquí va reunido. No porque soy escéptico, sino porque soy modesto, aunque me contradiga atribuyéndome tan buena cualidad, nada pretendí enseñar al escribirlos en cada uno de los siguientes artículos, ni nada pretendo ahora enseñar al reunirlos en un volumen. Y no porque yo crea que no haya verdades que enseñar, sino porque carezco de fe bastante en mi propio saber y en mi autoridad y competencia para empuñar la férula y revestirme de la toga y demás insignias del magisterio. No es, pues, para enseñanza de mis lectores, para lo que publico este libro.

Si he de confesar la verdad tampoco han acudido mis amigos, admiradores y parciales, aconsejándome y casi impulsándome con la violencia de sus ruegos para que le publique, según ocurre con frecuencia á otros autores más que yo dichosos. Este libro, inútil para la enseñanza, para la cual candorosamente le desautorizo, se publica sin que nadie me lo pida ni se empeñe en ello, por mi espontánea y libérrima voluntad y por mi iniciativa. ¿Qué fin me llevo al publicarle? Alguna explicación acerca de esto me considero obligado á dar á los lectores.


Leer / Descargar texto


257 págs. / 7 horas, 30 minutos / 308 visitas.

Publicado el 30 de abril de 2016 por Edu Robsy.

34567