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Los Náufragos del Oregón

Emilio Salgari


Novela


I. El abordaje

La oscuridad era total en el puente.

—¿Se ve ya?

—Aún no, patrón O’Paddy.

—¡Demonio! ¡Y el vendaval amenaza con echar a pique la corbeta! ¡Podía tener mejores barcos el señor Wan-Baer!…

—Cuidado con las olas…

—¿Es hábil el timonel, Aier-Rajá?

—Sí, patrón.

—Que tenga cuidado, porque un falso movimiento puede hacernos beber agua para siempre.

—No hay nada que temer; es un buen marinero.

—¿Se ve ya el «Oregón»?

—No, patrón.

—¡Caramba! ¡Tan a propósito como está la noche para abordarlo!

—¿Pero qué dice? ¿Vamos a abordarlo?

—Si, Aier-Rajá.

—Quizá nos vayamos a pique todos.

—La costa de Borneo no está a más que tres millas.

—Sí, pero seguro que el canal de Macasar está ahora hecho una furia.

—¡Bribonazo! ¿Crees tú que van a regalarnos un millón por un simple paseo por el mar?

—No pienso tal cosa.

—Pues yo, muy a pesar mío, así lo creo. ¡Eh…, timonel del infierno! ¡Fíjate!

Una ola como una montaña, negruzca y con la cresta erizada de nítida blancura por la espuma, se arrojó con violencia sobre el barco, haciéndolo inclinarse hacia estribor.

—¡Rayos y truenos! —exclamó el patrón—. Si nos viene otra como ésta pierde el «Wangenep» una rueda.

—Ya se ha llevado dos paletas del tambor de babor, patrón O’Paddy.

—¡Y el «Oregón» sin aparecer! ¿Habrá ido costeando? ¡De ser así, vaya una suerte para nosotros!

—Jamás habrá ganado nadie mejor un millón.

—Sí; pero me parece que, a pesar nuestro, no vamos a tener esa suerte. ¡Hemos nacido con mala estrella!

—De todas maneras, lo ganaremos.

—Depende de que el «Wangenep» choque bien; ¡pero está tan averiado!


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160 págs. / 4 horas, 40 minutos / 411 visitas.

Publicado el 24 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Los Muertos Mandan

Vicente Blasco Ibáñez


Novela


Al lector

En mis tiempos de agitador político, allá por el año 1902, los republicanos de Mallorca me invitaron a un mitin de propaganda de nuestras doctrinas que se celebró en la plaza de Toros de Palma.

Después de esta reunión popular, los otros diputados republicanos que habían hablado en ella se volvieron a la Península. Yo, una vez pronunciado mi discurso, di por terminada mi actuación política, para correr como simple viajero la hermosa isla que vio en la Edad Media los paseos meditativos del gran Raimundo Lulio—filósofo, hombre de acción, novelista—y en el primer tercio del siglo xix sirvió de escenario a los amores románticos y algo maduros de Jorge Sand y Chopin.

Más que las cavernas célebres, los olivos seculares y las costas eternamente azules de Mallorca, atrajeron mi atención las honradas gentes que la pueblan y sus divisiones en castas que aún perduran, a causa sin duda del aislamiento isleño, refractario a las tendencias igualitarias de los españoles de tierra firme. Vi en la existencia de los judíos convertidos de Mallorca, de los llamados chuetas, una novela futura.

Luego, al volver a la Península, me detuve en Ibiza, sintiéndome igualmente interesado por las costumbres tradicionales de este pueblo de marinos y agricultores, en lucha incesante durante mil quinientos años con todos los piratas del Mediterráneo. Y pensé unir las vidas de las dos islas, tan distintas y al mismo tiempo tan profundamente originales, en una sola novela.

Transcurrieron seis años sin que pudiese realizar mi deseo.


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311 págs. / 9 horas, 5 minutos / 256 visitas.

Publicado el 20 de abril de 2016 por Edu Robsy.

Las Aventuras del Barón de Münchhausen

Gottfried August Bürger


Novela


I. Viaje a Rusia y a San Petersburgo

Emprendí mi viaje a Rusia en medio del invierno, habiendo hecho el juicioso raciocinio de que los caminos del norte de Alemania, de Polonia, de Curlandia y de Livonia, que, según las descripciones de los viajeros, son más impracticables aún que el camino del templo de la virtud, se mejoran con el frío y la nieve, sin costar nada a la solicitud de los gobiernos.

Viajaba a caballo, lo que seguramente es el mejor modo de transporte, siempre que el caballo y el caballero sean buenos: de este modo no se expone uno a tener cuestiones de honor con algún digno maestro de postas alemán, ni está obligado a detenerse en cada venta a voluntad de un postillón sediento. Iba ligeramente vestido, lo que sentía más y más a medida que adelantaba hacia el nordeste.

Figuraos ahora en medio de un tiempo crudo y bajo un duro clima, a un pobre anciano que yacía en la desolada orilla de un camino de Polonia, expuesto a un viento glacial y teniendo apenas con qué cubrir su desnudez.

El aspecto de aquel pobre hombre me afligió profundamente, y aunque hacía un frío para helarme el corazón en el pecho, le arrojé mi capa. Al mismo instante resonó en el cielo una voz, y alabando mi misericordia, me gritó: «Lléveme el diablo, hijo mío, si esta buena acción queda sin recompensa.»

Continué mi viaje hasta que la noche y las tinieblas me sorprendieron. Ninguna señal ni ruido me indicaban la presencia de un pueblo: todo el país estaba sepultado bajo la nieve, y yo no sabía el camino.


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Dominio público
80 págs. / 2 horas, 20 minutos / 589 visitas.

Publicado el 14 de mayo de 2023 por Edu Robsy.

La Malcasada

Carmen de Burgos


Novela


I. ¡Biznagas! ¡Biznagas!

Llegaban las alegres voces de la calle hasta el gabinete de Dolores, de un modo inusitado, en aquel ambiente de ordinario pesante y silencioso.

Los días de feria eran como un despertar, un estallido de vida, de la ciudad toda. Era la época de esplendor, en la que acudían los bañistas de todos los lugares del interior, de Guadix y de Granada, atraídos por el encanto del mar. Venían también los ricos cosecheros de uva de los pueblos del río; los prestamistas, que adelantaban dinero sobre las cosechas y recibían en esa fecha sus réditos; las gentes del campo y de la vega, con las bolsas recién llenas del producto de la venta de cereales y ganados: acudían todos a pertrecharse de los objetos necesarios para su año y especialmente con la esperanza de hallar alguna ganga en la feria de animales, donde gitanos y chalanes de toda la comarca conducían las bestias de labor para ponerlas en venta.

Se podía afirmar que el día 15 de Agosto era día de fin de año y comienzo de un año nuevo en la provincia. La Asunción de la Virgen marcaba una época decisiva, y la ciudad se engalanaba para celebrar la fiesta de la Patraña, bajo la advocación de la Virgen del Mar. Todos los contratos de ventas y compras al fiado se hacían siempre señalando para fecha de su vencimiento el día de la Virgen; pero cuando las cosechas no ayudaban, no podía cumplirse lo pactado y se necesitaba un aplazamiento. Debido a esto, la Virgen de Agosto, tenía el remoquete de la Virgen de los Embusteros.

Era el día de la procesión, y Dolores se vestía lentamente, perezosa, sin gana, el traje de crespón brochado que acababa de recibir de Madrid. Estaba obligada a no faltar a la fiesta y le molestaba ya despertar del amodorramiento que le producía la ciudad. Encontraba ridículo engalanarse para ir a los sitios de siempre, con las personas que se veían todos los días.


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Dominio público
186 págs. / 5 horas, 26 minutos / 917 visitas.

Publicado el 26 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

La Caída de un Imperio

Emilio Salgari


Novela


I. La traicion de los «Rajaputras»

En el Assam, como en tantas otras partes de la India, abundan entre las selvas pagodas que hace siglos abandonaron sus sacerdotes por causas desconocidas.

Y hay una, especialmente, que envuelven hoy los árboles por todas partes, que bien poco hubiera tenido que envidiar a la de Madura, una de las más magníficas que hay en la India y que dicen que ha costado veintidós años de trabajo. Es la de Kalikó, que por sus dimensiones enormes, por la magnificencia de sus esculturas, por la altura de sus techos hubiese podido eclipsar hasta a la famosa de Benarés.

En otro tiempo debieron de concurrir a ella numerosas peregrinaciones; después, tal vez por la guerra, los bandidos estranguladores, los que no guardaban consideración ni siquiera a los sacerdotes, suprimieron sus fiestas sagradas y la invadieron las plantas parásitas, que son los peores enemigos de los monumentos indios. Las rótenas, los bejucos, interminables, treparon enroscándose por sus majestuosas columnas, se apretaron alrededor de las enormes figuras de animales, las más veces elefantes de piedra de tamaño gigantesco, intercalados con las más extrañas representaciones de Visnú, y surgieron luego pujantes, creciendo con ímpetu hasta llegar a los altísimos piramidales, envolviéndolo, cubriéndolo, arrollándolo todo.

La vegetación exuberante de la India destruye de un modo espantoso e indescriptible.

Si se abandona por una causa cualquiera un terreno bien cultivado, al cabo de un mes no hay ya casi ni rastro de él: lo ha invadido la maleza y lo ha hecho desaparecer.

¿Abandonan una ciudad sus habitantes después de sufrir un asalto? Al punto aparecen las malas hierbas para atacarla a su vez y cubren y agrietan lentamente casas, templos, plazas, monumentos, baluartes y fortalezas.


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185 págs. / 5 horas, 24 minutos / 878 visitas.

Publicado el 26 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

La Alegría del Capitán Ribot

Armando Palacio Valdés


Novela


I

En Málaga no los guisan mal; en Vigo, todavia mejor; en Bilbao los he comido en más de una ocasión primorosamente aliñados. Pero nada tienen que ver estos ni otros que me han servido en los diferentes puntos donde suelo hacer escala con los que guisa una señora Ramona en cierta tienda de vinos y comidas llamada El Cometa, situada en el muelle de Gijón. Por eso cuando esta inteligentísima mujer averigua que el Urano ha entrado en el puerto, ya está preparando sus cacerolas para recibirme. Suelo ir solo por la noche, como un ser egoísta y voluptuoso que soy; me ponen la mesa en un rincón de la trastienda, y allí, a mis anchas, gozo placeres inefables y he pillado más de una indigestión.

Arribé el 9 de febrero, a las once de la mañana, y, como siempre, comí poco, preparándome con saludable abstinencia para la solemnidad de la noche. Dios no lo quiso. Poco antes de sonar la hora, un bárbaro marinero, al trasladar un farol, lo rompió, cayó la mecha encendida sobre una pipa de petróleo, se prendió fuego, acudimos a atajarlo, y con no poco trabajo, arrojando al agua esa y otras pipas, lo conseguimos. Se quemó la caseta del piloto, mucha jarcia y una parte de la obra muerta. En fin, la avería nos tuvo afanosos y en pie casi toda la noche. Y este fué el motivo de que no fuese a comer el plato de callos de la señora Ramona, como tuve a bien comunicárselo por medio del grumete, advirtiéndole al mismo tiempo que me aguardara sin falta aquella misma noche.


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Dominio público
184 págs. / 5 horas, 22 minutos / 311 visitas.

Publicado el 11 de agosto de 2017 por Edu Robsy.

Juan Martín el Empecinado

Benito Pérez Galdós


Novela


I

Anteriormente he contado a ustedes las hazañas de los ejércitos, las luchas de los políticos, la heroica conducta del pueblo dentro de las ciudades; pero esto, con ser tanto, tan vario y no poco interesante, aunque referido por mí, no basta al conocimiento de la gran guerra.

Ahora voy a hablar de las guerrillas, que son la verdadera guerra nacional; del levantamiento del pueblo en los campos, de aquellos ejércitos espontáneos, nacidos en la tierra como la hierba nativa, cuya misteriosa simiente no arrojaron las manos del hombre; voy a hablar de aquella organización militar hecha por milagroso instinto a espaldas del Estado, de aquella anarquía reglamentada, que reproducía los tiempos primitivos.


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205 págs. / 5 horas, 59 minutos / 686 visitas.

Publicado el 5 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

Germinal

Émile Zola


Novela


Parte 1

Capítulo 1

Por en medio del llano, en la oscuridad profundísima de una noche sin estrellas, un hombre completamente solo seguía a pie la carretera de Marchiennes a Montsou; un trayecto de diez kilómetros, a través de los campos de remolachas en que abundan aquellas regiones. Tan densa era la oscuridad, que no podía ver el suelo que pisaba, y no sentía, por lo tanto, la sensación del inmenso horizonte sino por los silbidos del viento de marzo, ráfagas inmensas que llegaban, como si cruzaran el mar, heladas de haber barrido leguas y leguas de tierra desprovistas de toda vegetación.

Nuestro hombre había salido de Marchiennes a eso de las dos de la tarde. Caminaba a paso ligero, dando diente con diente, mal abrigado por el raído algodón de su chaqueta y la pana vieja de sus pantalones. Un paquetito, envuelto en un pañuelo a cuadros, le molestaba mucho; y el infeliz lo apretaba contra las caderas, ya con un brazo, ya con otro, para meterse en los bolsillos las dos manos a la vez, manos grandes y bastas, de las que en aquel momento casi brotaba la sangre, a causa del frío. Una sola idea bullía en su cerebro vacío, de obrero sin trabajo y sin albergue; una sola: la esperanza de que haría menos frío cuando amaneciese. Hora y media hacía ya que caminaba, cuando allá a la izquierda, a dos kilómetros de Montsou, advirtió unas hogueras vivísimas que parecían suspendidas en el aire, y no pudo resistir a la dolorosa necesidad de calentarse un poco las manos.


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Dominio público
563 págs. / 16 horas, 26 minutos / 1.286 visitas.

Publicado el 8 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

España Sin Rey

Benito Pérez Galdós


Novela


I

Faltome tiempo y espacio para referiros un suceso doloroso acaecido en la familia de Santiago Ibero. Si me dais licencia, emplearé mis ocios en adobar esta y otras historias particulares anotadas en la cuenta de los años 1869 y siguientes, las cuales a mi entender no deben perderse en el sumidero del olvido, a donde paran muchas historias públicas pregonadas y trompeteadas por esa gran voceadora que llamamos la Gaceta. Los íntimos enredos y lances entre personas, que no aspiraron al juicio de la posteridad, son ramas del mismo árbol que da la madera histórica con que armamos el aparato de la vida externa de los pueblos, de sus príncipes, alteraciones, estatutos, guerras y paces. Con una y otra madera, acopladas lo mejor que se pueda, levantamos el alto andamiaje desde donde vemos en luminosa perspectiva el alma, cuerpo y humores de una nación... Por lo expuesto, y algo más que callo, pedida la licencia, o tomada si no me la dieren, voy a referir hechos particulares o comunes que llevaron en sus entrañas el mismo embrión de los hechos colectivos. El caso es este:


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Dominio público
248 págs. / 7 horas, 15 minutos / 494 visitas.

Publicado el 16 de febrero de 2018 por Edu Robsy.

El Filibusterismo

José Rizal


Novela


(Continuacion del Noli me tángere)

Novela Filipina.

Facilmente se puede suponer que un filibustero ha hechizado en secreto á la liga de los fraileros y retrógrados para que, siguiendo inconscientes sus inspiraciones, favorezcan y fomenten aquella política que solo ambiciona un fin: estender las ideas del filibusterismo por todo el país y convencer al último filipino de que no existe otra salvacion fuera de la separacion de la Madre-Patria.

Ferdinand Blumentritt.

GENT, Boekdrukkerij F. MEYER-VAN LOO, Vlaanderenstraat, 66.
1891.

A la memoria

de los Presbíteros, don Mariano GOMEZ (85 años),
don José BURGOS (30 años)
y don Jacinto ZAMORA (35 años).

ejecutados en el patíbulo de Bagumbayan,

el 28 de Febrero de 1872.

La Religion, al negarse á degradaros, ha puesto en duda el crímen que se os ha imputado; el Gobierno, al rodear vuestra causa de misterio y sombras, hace creer en algun error, cometido en momentos fatales, y Filipinas entera, al venerar vuestra memoria y llamaros mártires, no reconoce de ninguna manera vuestra culpabilidad.

En tanto, pues, no se demuestre claramente vuestra participacion en la algarada caviteña, hayais sido ó no patriotas, hayais ó no abrigado sentimientos por la justicia, sentimientos por la libertad, tengo derecho á dedicaros mi trabajo como á víctimas del mal que trato de combatir. Y mientras esperamos que España os rehabilite un día y no se haga solidaria de vuestra muerte, sirvan estas páginas como tardía corona de hojas secas sobre vuestras ignoradas tumbas, y todo aquel que sin pruebas evidentes ataque vuestra memoria, ¡que en vuestra sangre se manche las manos!

J. Rizal.

I. Sobre-cubierta

Sic itur ad astra.


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Dominio público
327 págs. / 9 horas, 32 minutos / 208 visitas.

Publicado el 13 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

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