Textos más descargados publicados por Edu Robsy etiquetados como Poesía | pág. 8

Mostrando 71 a 80 de 93 textos encontrados.


Buscador de títulos

editor: Edu Robsy etiqueta: Poesía


678910

La Hechicera

Virgilio


Poesía


Poeta.

Quiero el alterno canto y los amores
Imitar de Damón y Alfesibeo,
A cuyo dulce són la becerrilla,
Olvidada del pasto, absorta estuvo,
Y atónitos los linces atendían,
Y el curso revolviendo de sus ondas
En silencio á escuchar llegóse el río.
Quiero el alterno canto y los amores
De Damón imitar y Alfesibeo.

Tú, ó ya las rocas del Timavo undoso,
Folión, superes, ó rayendo vayas
Del Ilírico golfo las riberas.
Oye mi voz. ¡Oh! ¿al fin vendrá aquel día
En que tus heclios diga, y por el orbe

Pueda tus cantos divulgar, que solos
El coturno de Sófocles merecen?
Tomó principio en ti la Musa mía,
Y en tu honor sonará su voz postrera.
Acoge en tanto los humildes versos
Que ensayo obedeciéndote, y permite
Que en torno se deslice de tu frente
Aquesta hiedra entre gloriosos lauros.

Habíanse del cielo las nocturnas
Frígidas sombras ahuyentado apenas,
Hora en que alegra fúlgido rocío
Sobre la fresca hierba á los ganados,
Cuando en polido báculo de oliva
Apoyado Damón, así cantaba:


Damón.

Sal tú, lucero, precursor del día,
Sal presuroso, y el lamento escúcha
De este amante infelice, hoy despreciado
Por Nisa, la que ayer llamaba esposa.
En mi hora postrimera, á las deidades
Testigos de mi amor y su perjurio,
Yo me lamento, y me lamento en vano.
Flauta, ensayemos pastorales tonos.

Tonos conmigo ensáya, flauta mía.
Como en Ménalo se oyen, donde suenan
Bosques silbosos y parleros pinos:
Allí zagales, que de amores cantan;

Allí el músico Pan, que dió el primero
A las cañas inertes ejercicio.
Flauta, ensayemos pastorales tonos.


Leer / Descargar texto

Dominio público
3 págs. / 5 minutos / 437 visitas.

Publicado el 3 de marzo de 2019 por Edu Robsy.

Canciones y Coplas

Antonio Machado


Poesía


I

Abril florecía
frente a mi ventana.
Entre los jazmines
y las rosas blancas
de un balcón florido,
vi las dos hermanas. La menor cosía,
la mayor hilaba...
Entre los jazmines
y las rosas blancas,
la más pequeñita,
risueña y rosada
—su aguja en el aire—
miró a mi ventana.

La mayor seguía,
silenciosa y pálida,
el huso en su rueca,
que el lino enroscaba,
abril florecía
frente a mi ventana.

Una clara tarde
la mayor lloraba,
entre los jazmines
y las rosas blancas,
y ante el blanco lino
que en su rueca hilaba.
—¿Qué tienes—le dije—
silenciosa, pálida?
Señaló el vestido
que empezó la hermana.
En la negra túnica
la aguja brillaba;
sobre el blanco velo,
el dedal de plata.
Señaló a la tarde
de abril que soñaba
mientras que se oía
tañer de campanas.
Y en la clara tarde
me enseñó sus lágrimas...
Abril florecía
frente a mi ventana.

Fué otro abril alegre
y otra tarde plácida.
El balcón florido
solitario estaba...
Ni la pequeñita
risueña y rosada,
ni la hermana triste
silenciosa y pálida,
ni la negra túnica,
ni la toca blanca...
Tan sólo en el huso
el lino giraba
por mano invisible,
y en la oscura sala
la luna del limpio espejo brillaba...
Entre los jazmines
y las rosas blancas
del balcón florido,
me miré en la clara
luna del espejo
que lejos soñaba...
Abril florecía
frente a mi ventana.

II. De la vida

(Coplas elegíacas)


¡Ay del que llega sediento
a ver el agua correr
y dice: la sed que siento
no me la calma el beber!

¡Ay de quien bebe y, saciada
la sed, desprecia la vida:
moneda al tahur prestada,
que sea al azar rendida!


Leer / Descargar texto

Dominio público
4 págs. / 7 minutos / 292 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2022 por Edu Robsy.

Por la Educación

José Rizal


Poesía


La sabia educación, vital aliento
Infunde una virtud encantadora;
Ella eleva la Patria al alto asiento
De la gloria inmortal, deslumbradora,
Y cual de fresca brisa al soplo lento
Reverdece el matiz de flor odcra:
Tal la educación al ser humano
Bienhechora engrandece con larga mano.

Por ella sacrifica su existencia
El mortal y el placido reposo;
Por ella nacer vence el arte y la ciencia
Que ciñen al humano lauro hermoso:
Y cual del alto monte en la eminencia
Brota el puro raudal de arroyo undoso;
Así la educación da sin mesura
A la patria do mora paz segura.

Do sabia educación trono levanta
Lozana juventud robusta crece
Que subyuga el error con firme planta
Y con nobles ideas se engrandece:
Del vicio la cerviz ella quebranta;
Negro crimen ante ella palidece:
Ella domina bárbaras naciones,
Y de salvajes hace campeones.

Y cual el manantial que alimentando
Las plantas, los arbustos de la vega,
Su plácido caudal va derramando,
Y con bondoso afan constante riega
Las riberas do vase deslizando,
Y a la bella natura nada niega:
Tal al que sabia educación procura
Del honor se levanta hasta la lectura.

De sus labios las aguas cristalinas
De célica virtud sin cesar brotan,
Y de su fe las providas doctrinas
Del mal las fuerzas débiles agotan,
Que se estrellan cual olas blanquecinas
Que la playas inmóviles azotan:
Y aprenden con su ejemplo loas mortales
A trepar por las sendas celestiales.

En el pecho de miserios humanos
Ella enciende del bien la viva llama;
Al fiero criminal ata las manos,
Y el consuelo en los pechos fiel derrama.
Que buscan sus beneficos arcanos;
Y en el amor de bien su pecho inflama:
Y es la educación noble y cumplida
El bálsamo seguro de la vida.


Leer / Descargar texto

Dominio público
1 pág. / 2 minutos / 64 visitas.

Publicado el 19 de junio de 2022 por Edu Robsy.

Hombre Sin Retorno

Arturo Robsy


Poesía


Principio

¿Quién no ha oído hablar de la poesía que promete? Más allá de lo que cada uno de los versos que siguen dice, más allá de las palabras que los componen, alienta una promesa general de renovación y éxito.

El presente libro es una corta antología de la obra del poeta del que nos preguntamos si es falangista porque es poeta o si es poeta porque primero fue falangista. Quiso el hombre salir del paso con diez romances nacidos en la noche mágica del último 18 de Julio, pero al fin este libro ha sido lo que tienes en las manos: una breve antología de urgencia de una obra amplia.

Hombre sin retorno plantea, desde su título, las tres angustias básicas del pensamiento de su autor: la de la Patria, en la que cree profundamente; la del Tiempo, en el que confía, y la de la Esperanza.

Es la suya una postura poética que, afortunadamente, excluye las dudas negras. El poeta cree en sólidas ideas y las explica a golpes de ilusión y hasta de ira. Se alista definitivamente en el futuro y quiere hacer de su palabra espuela, voz amiga que consuele y llamada que convoque a empresas vitales más amplias.

Con este primer libro de poemas, Hombre sin retorno, Editorial Ímpetu se suma también al ya extenso movimiento poético falangista y patriótico, llamado a ser la conciencia más limpia de las ambiciones de un pueblo que no se decide a olvidar ni a abandonar sus sueños. Arturo Robsy no necesita otra presentación: es de sobra conocido en la Menorca vital en la que ejerce de ilusionada conciencia.

El lector le encontrará en la mejor vena del romance, popular y sentidísimo, acusándonos a todos:


Nuestra vergüenza secreta
gritará durante siglos
en el corazón del tiempo.
Ojalá nos mates flechas
antes que soportar yugos,
y en el cielo los luceros,
y los hijos en el mundo,
tachen nuestro nombre negro.


Leer / Descargar texto

Licencia limitada
17 págs. / 30 minutos / 4 visitas.

Publicado el 8 de noviembre de 2025 por Edu Robsy.

Santa

Juan Valera


Cuento, poesía


El rey de Anga, Lomapad glorioso,
A un brahmán ofendió, no dando en premio
De un sacrificio lo que dar debiera.
Irritados entonces los brahmanes,
Salieron todos de su reino: el humo
Del holocausto al cielo no subía;
Indra negaba la fecunda lluvia,
Y la miseria al pueblo devoraba.
Lomapad, consternado, saber quiso
El parecer de los varones doctos,
Y los llamó a consejo, y preguntoles
Qué medio hallaban de aplacar la ira
Del Dios que lanza el rayo y amontona
En el cielo del agua los raudales.
Mil sentencias se dieron; mas al cabo
El más prudente de los sabios dijo:
—Escucha ¡oh rey! mientras brahman no haya
Que sacrificio en este suelo ofrezca,
Indra no saciará la sed abriendo
El líquido tesoro de las nubes.
Los brahmanes, movidos del enojo,
Al sacrificio no se prestan. Oye
Para cumplir el venerando rito
Cómo hallar sólo sacerdote puedes.
En la fértil orilla del Kausiki,
En lo esquivo y recóndito del bosque,
Del trato humano lejos, su vivienda
Vinfandák tiene, el hijo de Kasyapa,
Brahman austero y penitente. Vive
En el yermo con él su único hijo,
El piadoso mancebo Risyaringa.
No vio a más hombre que a su padre nunca;
Sólo frutos silvestres, hierbas sólo
Y licor sólo que entre rocas mana,
Alimento le dieron y bebida.
Tan inocente y puro es el mancebo,
Que de lo qué es mujer no tiene idea.
Manda, pues, rey, que una doncella hermosa
Vaya al bosque, le hable, y con hechizos
De amor, cautivo a la ciudad le traiga.
No bien sus pies en tus sedientos campos
La huella estampen, no lo dudes, Indra
Dará propicio el suspirado riego.
Así habló el sabio, y su atinado aviso
Agradó mucho al rey.


Leer / Descargar texto

Dominio público
3 págs. / 6 minutos / 63 visitas.

Publicado el 30 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

El Viaje del Parnaso

Miguel de Cervantes Saavedra


Poesía


Licencia

Por mandado y comisión de los señores del Consejo, he visto El viaje del Parnaso, de Miguel de Cervantes Saavedra; y, después de no tener cosa contra lo que tiene y enseña nuestra santa fee católica ni buenas costumbres, tiene muchas muy apacibles y entretenidas, y muy conformes a las que del mismo autor honran la nación y celebra el mundo. Este es mi parecer, salvo &c. En Madrid, a 20 de setiembre, 1614.

El maestro Joseph de Valdivielso.


Leer / Descargar texto


79 págs. / 2 horas, 19 minutos / 420 visitas.

Publicado el 22 de abril de 2016 por Edu Robsy.

Tu Nombre

Eduardo Robsy


Poesía


Ayer te vi venir, bajando la calle,
andando orgullosa, pies descalzos,
sonrisa triste y paso firme,
desnudo tu cuerpo, única verdad,
perseguida por una jauría de lobos,
los golpes y heridas recientes
sobre tu piel tan blanca, tan amada.

Me dijeron: no la mires, no es tuya,
y miré hacia otra parte, no quise ver.
No quise ver cómo te rodearon.
No miré cuando taparon tu cuerpo
con sucios trapos, para protegerte
decían ellos, de ti misma.
Ni cuando a golpes te dejaron tendida,
apenas sombra de ti misma, en el suelo,
y los más crueles de ellos, riendo,
te sujetaron con bozal y correa.

Los más atrevidos, cuerpos henchidos,
te humillaban, te mancillaban,
gritaban muy alto tu nombre,
diciéndose tus dueños, pero sin mirarte,
apartándose entre ellos a empellones,
reclamando tus despojos como botín.

Mis mayores recuerdan todavía un mundo
en el que tú no eras más que un sueño,
y cada día, para ellos, una pesadilla
de la que tardaron medio siglo en despertar.
Vertiendo su sangre conjuraron tu nombre,
y de su sacrificio naciste tú, pura luz.

Nosotros, hijos descastados, te repudiamos.
Tu desnudez desluce nuestros ricos ropajes,
culpamos a tu piel blanca de nuestras negras ideas
y cada palabra que proteges y nos ofende,
se convierte en un espinoso látigo
con el que golpearte hasta que callas.

Me cuentan que en otros barrios,
en otras calles no tan lejanas,
nunca han sabido de ti, o peor aún,
conociéndote, han fingido olvidarte.
A quien, en tu ausencia, menciona tu nombre,
le insultan, le golpean y le silencian.
Y quién así reprime, dice hacerlo en tu nombre.


Leer / Descargar texto

Creative Commons
1 pág. / 2 minutos / 266 visitas.

Publicado el 15 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Sueño

José Francisco de Isla


Poesía


Dedicatoria

Escrito por el Padre
Josef Francisco de la Isla,
en la exaltación
del Señor D. Carlos III
(que Dios Guarde)
al Trono de España.

Octavas


I

No pasa el mar, quien nunca se aventura,
dicen las Mozorruelas redomadas,
y como este refrán las asegura,
por eso hay tantas bien-aventuradas.
Esta desatinada conjetura
alentó mis tibiezas desmayadas
para que la aprehension se encaracole,
temple la gayta, y apareje el fole.


II

¿Ello ha de ser? Pues manos á la obra,
pongo papel en mesa, y pluma en ristre:
todo à la vela está, todo de sobra,
no hay quien me turbe, enfade, ni registre.
Ahora bien, con quietud y sin zozobra,
expresiones al cálamo ministre
la chola con alguna extravagancia,
fresca del tiempo, y al asunto rancia.


III

Córto la pluma: doy una palmada
en mi rugosa dilatada frente:
atusome la greña mal peinada:
nada discurro: déjolo impaciente:
vuelvo segunda vez á la estacada,
tomo un polvo, y me asaltan de repente
entusiasmos de un Sueño, en cuyo empeño
dejando de dormir, me rindo al Sueño.


IV

¡Bravamente ha salido el conceptillo!
Lo pudiera lucir en un Poema;
y luego me dirán, que es blanco el Grillo;
pues vamos adelante, y valga flema.
Ya he cebado el fogón, y alcé el gatillo,
polvora es el capricho, blanco el tema,
y dispuesta la idea en el encaro,
ninguno se me oponga, que disparo.


V

Yo no he de andar en el comun debate
de invocar à las Musas, ni lo esperen,
que tienen un capricho botarate,
son feminas, y quieren quando quieren.
Para decir mal dicho un disparate
me sobran las especies que sugieren
quantos (gongoricemos) à montones
esquinas entapizan papelones.


VI


Leer / Descargar texto

Dominio público
8 págs. / 14 minutos / 111 visitas.

Publicado el 20 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Expedición a la Llama

Arturo Robsy


poesía


El aprendiz de poeta

Anti-prólogo


Esta vez el autor se prologa a sí mismo, porque le es imprescindible decir lo que nunca se dice en el prólogo que nos hace el amigo. El autor no es un buen poeta, sino un poeta aproximado, y este libro no es un buen libro de versos, aunque sí intenta ser un acto de fe.

No muchos lectores saldrán de él deleitados, y sí, en cambio, heridos casi todos, quizá angustiados, porque, aún en verso romance, los problemas de España siguen siendo los dolores de todos.

No es un libro para el entretenimiento ni está hecho para el comentario favorable. Se compuso con la premeditación de un puñetazo, con la osadía que da la pasión y con la esperanza de hacer daño en alguna conciencia.

Va siendo hora de hablar de España, en prosa o en romance, con la firme voluntad de no ocultarla, de decirla como es: angustiosa, quemante, dura a veces y, a veces, necia. Tampoco el mérito de la ira es del aprendiz de poeta: otros se la han dado hecha y, con ella, él ha partido en esta Expedición a la Llama, de la que no tiene intención de volver: allí seguirá quemándose hasta que el mundo resuelva.

Da el autor las gracias al auténtico prólogo, el poema esperanzado de José Luis Vargas que abre los versos, y también a la mujer anónima a la que va dedicado el último. Entre ambos, lector, las llamadas para todos.


Arturo Robsy
Veinte de Noviembre de 1985


Leer / Descargar texto

Licencia limitada
15 págs. / 26 minutos / 24 visitas.

Publicado el 15 de julio de 2025 por Edu Robsy.

678910