Los Apóstoles
Ernest Renan
Historia, religión
Dominio público
239 págs. / 6 horas, 58 minutos / 418 visitas.
Publicado el 29 de mayo de 2021 por Edu Robsy.
Mostrando 21 a 29 de 29 textos encontrados.
editor: Edu Robsy etiqueta: Religión
Dominio público
239 págs. / 6 horas, 58 minutos / 418 visitas.
Publicado el 29 de mayo de 2021 por Edu Robsy.
A mi madre, que me ha contado muchas veces la Pasión del Señor.
«Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote, el que le había de entregar: "¿Por qué no se ha vendido este ungüento en trescientos denarios para socorrer pobres?"».
(S. Juan, XII, 4, 5)
Levantaron las mujeres sus ojos al azul de la tarde, y prorrumpieron en palabras de júbilo y bendiciones al Señor.
Muy alto, entre Cafarnaum y Bethsaïda, venía el gracioso triángulo de una bandada de grullas.
Doce aves vio María Salomé. Y las contaba con nombres: Mateo, Tomás, Felipe, Bartolomé, Simón el Zelota, Santiago el Menor y su hermano Judas, Simón Kefa y Andrés su hermano, y Santiago y Juan. ¡La de la punta, el Rábbi! ¡Sus hijos, sus hijos volaban al lado de la grulla cabecera!
La madre de la mujer de Kefa sonrió descreídamente, porque sabía que su Simón guardaba la promesa de las llaves del Reino de los Cielos. Pero pronto olvidaron sus querellas para recibir devotamente el anuncio de la llegada del Maestro y los suyos. El Señor les enviaba su mensaje con las aves de cielo, porque todas las criaturas le pertenecían.
Y cuando bajaron los ojos a la tierra se les apareció un caminante entre las barcas derribadas sobre la frescura del herbazal.
Era un hombre seco, de cabellos rojos, que le asomaban bajo el koufieh de sudario mugriento; su mirada, encendida; sus labios, tristes.
María Salomé le gritó con gozoso sobresalto:
—¿Vienes también tú de parte del Señor?
El hombre se detuvo.
—¡El Señor! ¿Quién es el Señor? ¿Es el solitario que come langostas crudas de los pedregales y miel de los troncos, y camina clamando por el desierto?
Las mujeres se miraron pasmadas de la ignorancia del forastero.
—¡Ese fue Juan! Y lo degolló el Tetrarca en Mackeronte.
Dominio público
279 págs. / 8 horas, 9 minutos / 199 visitas.
Publicado el 25 de julio de 2020 por Edu Robsy.
Al alma pura de mi hermana Enriqueta
Muerta en Biblos el 24 de setiembre de 1861
¿Te acuerdas, desde el seno de Dios, donde reposas, de aquellos
largos dias de Ghazir en que, solo contigo, escribia yo estas páginas,
inspiradas por los lugares que acabábamos de recorrer? Silenciosa á mi
lado, tú releias cada página y la copiabas apénas escrita, miéntras que á
nuestros piés se extendian el mar, las aldeas, los barrancos y las
montañas. Cuando á la sofocante luz de la tarde sucedia el innumerable
ejército de estrellas, tus preguntas finas y delicadas y tus discretas
dudas me hacian pensar en el objeto de nuestras comunes investigaciones.
Un dia me dijiste que tú amarias este libro, por haber sido escrito en
tu compañía, y porque te gustaba su espíritu. Y si algunas veces temias
que le fuese contrario el juicio del hombre frívolo, siempre estuviste
persuadida que al fin agradaria á las almas verdaderamente religiosas.
El ala de la muerte nos hirió á entrambos en medio de aquellas dulces
meditaciones; á la misma hora caimos en febril letargo... ¡Yo me
desperté solo!... Tú duermes ahora en la tierra de Adónis, cerca de la
santa Biblos y de las aguas sagradas, donde iban á mezclar sus lágrimas
las mujeres de los misterios antiguos. Revélame ¡oh buen genio! á mí, á
quien tanto amabas, esas verdades que dominan la muerte, que impiden
temerla y casi nos la hacen amar.
En donde principalmente se trata de las fuentes de esta historia
Dominio público
290 págs. / 8 horas, 28 minutos / 681 visitas.
Publicado el 1 de mayo de 2021 por Edu Robsy.
JHS
1. Quisiera yo que, como me han mandado y dado larga licencia para que escriba el modo de oración y las mercedes que el Señor me ha hecho, me la dieran para que muy por menudo y con claridad dijera mis grandes pecados y ruin vida. Diérame gran consuelo. Mas no han querido, antes atádome mucho en este caso. Y por esto pido, por amor del Señor, tenga delante de los ojos quien este discurso de mi vida leyere, que ha sido tan ruin que no he hallado santo de los que se tornaron a Dios con quien me consolar. Porque considero que, después que el Señor los llamaba, no le tornaban a ofender. Yo no sólo tornaba a ser peor, sino que parece traía estudio a resistir las mercedes que Su Majestad me hacía, como quien se veía obligada a servir más y entendía de sí no podía pagar lo menos de lo que debía.
2. Sea bendito por siempre, que tanto me esperó, a quien con todo mi corazón suplico me dé gracia para que con toda claridad y verdad yo haga esta relación que mis confesores me mandan (y aun el Señor sé yo lo quiere muchos días ha, sino que yo no me he atrevido) y que sea para gloria y alabanza suya y para quede aquí adelante, conociéndome ellos mejor, ayuden a mi flaqueza para que pueda servir algo de lo que debo al Señor, a quien siempre alaben todas las cosas, amén.
Dominio público
351 págs. / 10 horas, 14 minutos / 1.022 visitas.
Publicado el 11 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
El capítulo de apertura del Sagrado Corán. Revelado antes de la Hégira.
Esta sura tiene 7 aleyas.
1. ¡En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso!
2. Alabado sea Dios, Señor del universo,
3. el Compasivo, el Misericordioso,
4. Dueño del día del Juicio,
5. A Ti solo servimos y a Ti solo imploramos ayuda.
6. Dirígenos por la vía recta,
7. la vía de los que Tú has agraciado, no de los que han incurrido en la ira, ni de los extraviados.
Revelado después de la Hégira. Esta sura tiene 286 aleyas.
¡En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso!
1. Alm.
2. Ésta es la Escritura, exenta de dudas, como dirección para los temerosos de Dios,
3. que creen en lo oculto, hacen la oración y dan limosna de lo que les hemos proveído.
4. creen en lo que se te ha revelado a ti y antes de ti, y están convencidos de la otra vida.
5. Ésos son los dirigidos por su Señor y ésos los que prosperarán.
6. Da lo mismo que adviertas o no a los infieles: no creen.
7. Dios ha sellado sus corazones y oídos; una venda cubre sus ojos y tendrán un castigo terrible.
8. Hay entre los hombres quienes dicen: «Creemos en Dios y en el último Día», pero no creen.
9. Tratan de engañar a Dios y a los que creen; pero, sin darse cuenta, sólo se engañan a sí mismos.
10. Sus corazones están enfermos y Dios les ha agravado su enfermedad. Tendrán un castigo doloroso por haber mentido.
11. Cuando se les dice: «¡No corrompáis en la tierra!», dicen: «Pero ¡si somos reformadores!»
12. ¡No son ellos, en realidad, los corruptores? Pero no se dan cuenta.
Protegido por copyright
440 págs. / 12 horas, 50 minutos / 313 visitas.
Publicado el 31 de octubre de 2017 por Edu Robsy.
Dominio público
473 págs. / 13 horas, 48 minutos / 914 visitas.
Publicado el 6 de octubre de 2016 por Edu Robsy.
De las calamidades de nuestros tiempos, que, como vemos, son muchas y muy graves, una es, y no la menor de todas, muy ilustre señor, el haber venido los hombres a disposición que les sea ponzoña lo que les solía ser medicina y remedio, que es también claro indicio de que se les acerca su fin, y de que el mundo está vecino a la muerte, pues la halla en la vida.
Notoria cosa es que las Escrituras que llamamos sagradas las inspiró Dios a los profetas, que las escribieron para que nos fuesen, en los trabajos de esta vida, consuelo, y en las tinieblas y errores de ella, clara y fiel luz; y para que en las llagas que hacen en nuestras almas la pasión y el pecado, allí, como en oficina general, tuviésemos para cada una propio y saludable remedio. Y porque las escribió para este fin, que es universal, también es manifiesto que pretendió que el uso de ellas fuese común a todos, y así, cuanto es de su parte, lo hizo; porque las compuso con palabras llanísimas y en lengua que era vulgar a aquellos a quienes las dio primero.
515 págs. / 15 horas, 2 minutos / 717 visitas.
Publicado el 27 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.
Dios, con virtud de toda bondad, grandeza, eternidad,
poder, sabiduría y voluntad, comienza este
Libro de maravillas
En tristeza y pesadumbre se hallaba un hombre en extraña tierra. Mucho se maravillaba de las gentes de este mundo, de cuán poco conocían y amaban a Dios, que ha creado este mundo y lo ha dado a los hombres con gran nobleza y bondad, para ser de ellos muy amado y conocido. Lloraba y se lamentaba este hombre de que Dios tenga en este mundo tan pocos amadores, servidores y loadores. Y para que Dios sea conocido, amado y servido, hace este Libro de maravillas, el cual divide en diez partes, a saber: Dios, Ángeles, Cielo, Elementos, Plantas, Metales, Animales, Hombre, Paraíso, Infierno.
Aquel hombre tenía un hijo a quien mucho amaba, llamado Félix, y le habló de esta suerte:
—Hijo amado, casi muertas están sabiduría, caridad y devoción; apenas hay hombre alguno que haga aquello para lo que ha sido creado. No existe hoy el fervor y la devoción que haber solía en tiempos de los apóstoles y de los mártires, que para conocer y amar a Dios pasaban trabajos y morían. Maravilla ha de serte la ausencia de caridad y devoción. Ve por el mundo, y maravíllate de los hombres, porque cesan de amar y conocer a Dios. Que el conocimiento y amor de Dios sean tu vida toda; llora la flaqueza de los hombres que a Dios ignoran y desaman.
Obediente fue Félix a su padre, de quien se despidió con su licencia y la bendición de Dios. Y, con la doctrina adquirida de su padre, recorría bosques, montes y llanos, desiertos y poblados, veía a príncipes y caballeros, iba por castillos y ciudades; y maravillábase de las maravillas que hay en el mundo; y preguntaba lo que no entendía, y enseñaba lo que sabía; y en trabajo y peligros se ponía para que a Dios se hiciera reverencia y honor.
Protegido por copyright
521 págs. / 15 horas, 12 minutos / 588 visitas.
Publicado el 8 de marzo de 2017 por Edu Robsy.
[1] En el principio creó Dios los cielos y la tierra. [2] La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. [3] Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. [4] Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; [5] y llamó Dios a la luz día, y a la oscuridad la llamó noche. Y atardeció y amaneció: día primero.
[6] Dijo Dios: «Haya un firmamento por en medio de las aguas que las aparte unas de otras.» [7] E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue. [8] Y llamó Dios al firmamento cielos. Y atardeció y amaneció: día segundo. [9] Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, déjese ver lo seco»; y así fue. [10] Y llamó Dios a lo seco tierra, y al conjunto de las aguas lo llamó mares; y vio Dios que estaba bien.
[11] Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas, árboles frutales que den fruto de su especie con su semilla dentro sobre la tierra.» Y así fue. [12] La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien. [13] Y atardeció y amaneció: día tercero. [14] Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste para apartar el día de la noche, valgan de señales para solemnidades días, años; [15] y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y así fue.
Dominio público
2.443 págs. / 3 días, -1 horas, 15 minutos / 7.525 visitas.
Publicado el 31 de octubre de 2017 por Edu Robsy.