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editor: Edu Robsy etiqueta: Religión


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Vida de Jesús

Ernest Renan


Historia, religión


Dedicatoria

Al alma pura de mi hermana Enriqueta
Muerta en Biblos el 24 de setiembre de 1861


¿Te acuerdas, desde el seno de Dios, donde reposas, de aquellos largos dias de Ghazir en que, solo contigo, escribia yo estas páginas, inspiradas por los lugares que acabábamos de recorrer? Silenciosa á mi lado, tú releias cada página y la copiabas apénas escrita, miéntras que á nuestros piés se extendian el mar, las aldeas, los barrancos y las montañas. Cuando á la sofocante luz de la tarde sucedia el innumerable ejército de estrellas, tus preguntas finas y delicadas y tus discretas dudas me hacian pensar en el objeto de nuestras comunes investigaciones. Un dia me dijiste que tú amarias este libro, por haber sido escrito en tu compañía, y porque te gustaba su espíritu. Y si algunas veces temias que le fuese contrario el juicio del hombre frívolo, siempre estuviste persuadida que al fin agradaria á las almas verdaderamente religiosas. El ala de la muerte nos hirió á entrambos en medio de aquellas dulces meditaciones; á la misma hora caimos en febril letargo... ¡Yo me desperté solo!... Tú duermes ahora en la tierra de Adónis, cerca de la santa Biblos y de las aguas sagradas, donde iban á mezclar sus lágrimas las mujeres de los misterios antiguos. Revélame ¡oh buen genio! á mí, á quien tanto amabas, esas verdades que dominan la muerte, que impiden temerla y casi nos la hacen amar.

Introducción

En donde principalmente se trata de las fuentes de esta historia


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Dominio público
290 págs. / 8 horas, 28 minutos / 591 visitas.

Publicado el 1 de mayo de 2021 por Edu Robsy.

La Fe

Miguel de Unamuno


Ensayo, religión


P. –¿Qué cosa es fe?

R. –Creer lo que no vimos.


¿Creer lo que no vimos? ¡Creer lo que no vimos, no!, sino crear lo que no vemos. Crear lo que no vemos, sí, crearlo, y vivirlo, y consumirlo, y volverlo a crear y consumirlo de nuevo viviéndolo otra vez, para otra vez crearlo… y así; en incesante tormento vital. Esto es fe viva, porque la vida es continua creación y consunción continua, y, por lo tanto, muerte incesante. ¿Crees acaso que vivirías si a cada momento no murieses?

La fe es la conciencia de la vida en nuestro espíritu, porque pocos vivos la tienen de que viven, si es que puede llamarse vida a esa suya.

La fe es confianza ante todo y sobre todo; fe en sí mismo tiene quien en sí mismo confía, en sí y no en sus ideas; quien siente que su vida le desborda y le empuja y le guía; que su vida le da ideas y se las quita.

No tiene fe el que quiere, sino el que puede; aquel a quien su vida se la da, porque es la fe don vital y gracia divina si queréis. Porque si tienes fe inquebrantable en que has de llevar algo a cabo, fe que trasporta montañas, no es en rigor la fe esa la que te da potencia para cumplir ese trasporte, sino que es la potencia que en ti latía la que se te revela como fe. No espolees, pues, a la fe, que así no te brotará nunca. No la hurgues. Deséala con todo tu corazón y todo tu ahínco, y espera, que la esperanza es ya fe. ¿Eres débil? Confía en tu debilidad, confía en ella, y ocúltate, bórrate, resígnate; que la resignación es también fe.

No busques, pues, derecha e inmediatamente, fe; busca tu vida, que si te empapas en tu vida, con ella te entrará la fe. Pon tu hombre exterior al unísono del interior, y espera. Espera, porque la fe consiste en esperar y querer.


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Dominio público
14 págs. / 24 minutos / 255 visitas.

Publicado el 16 de abril de 2020 por Edu Robsy.

El Comulgatorio

Baltasar Gracián


Tratado, Religión


Al lector

Entre varios libros que se me han prohijado, éste sólo reconozco por mío, digo legítimo, sirviendo esta vez al afecto más que al ingenio. Hice voto en un peligro de la vida de servir al Autor de ella con este átomo, y lo cumplo delante todo su pueblo, pues se estampa brindando a las devotas almas con el cáliz de la salud eterna. Llámole El Comulgatorio, empeñándole en que te acompañe siempre que vayas a comulgar, y tan manual, que le pueda llevar cualquiera o en el seno o en la manga. Van alternadas las consideraciones sacadas del Testamento Viejo con las del Nuevo, para la variedad y la autoridad; y en cada una el primer punto sirve a la preparación; el segundo, a la Comunión; el tercero, para sacar los frutos, y el cuarto, para dar gracias. El estilo es el que pide el tiempo. No cito los lugares de la Sagrada Escritura, porque para los doctos fuera superfluo y para los demás prolijo. Si este te acertare el gusto, te ofrezco otro de oro, pues de la preciosa muerte del justo, con afectuosos coloquios, provechosas consideraciones y devotas oraciones para aquel trance. Meditaciones varias para antes y después de la Sagrada Comunión

Meditación I

De la plenitud de gracia con que la Madre de Dios fue prevenida para hospedar al Verbo Eterno. Primer ejemplar de una perfecta Comunión

Punto 1.º

Para antes de comulgar


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Dominio público
133 págs. / 3 horas, 53 minutos / 701 visitas.

Publicado el 18 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Figuras de la Pasión del Señor

Gabriel Miró


Cuento, religión


A mi madre, que me ha contado muchas veces la Pasión del Señor.

Judas

«Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote, el que le había de entregar: "¿Por qué no se ha vendido este ungüento en trescientos denarios para socorrer pobres?"».

(S. Juan, XII, 4, 5)

Levantaron las mujeres sus ojos al azul de la tarde, y prorrumpieron en palabras de júbilo y bendiciones al Señor.

Muy alto, entre Cafarnaum y Bethsaïda, venía el gracioso triángulo de una bandada de grullas.

Doce aves vio María Salomé. Y las contaba con nombres: Mateo, Tomás, Felipe, Bartolomé, Simón el Zelota, Santiago el Menor y su hermano Judas, Simón Kefa y Andrés su hermano, y Santiago y Juan. ¡La de la punta, el Rábbi! ¡Sus hijos, sus hijos volaban al lado de la grulla cabecera!

La madre de la mujer de Kefa sonrió descreídamente, porque sabía que su Simón guardaba la promesa de las llaves del Reino de los Cielos. Pero pronto olvidaron sus querellas para recibir devotamente el anuncio de la llegada del Maestro y los suyos. El Señor les enviaba su mensaje con las aves de cielo, porque todas las criaturas le pertenecían.

Y cuando bajaron los ojos a la tierra se les apareció un caminante entre las barcas derribadas sobre la frescura del herbazal.

Era un hombre seco, de cabellos rojos, que le asomaban bajo el koufieh de sudario mugriento; su mirada, encendida; sus labios, tristes.

María Salomé le gritó con gozoso sobresalto:

—¿Vienes también tú de parte del Señor?

El hombre se detuvo.

—¡El Señor! ¿Quién es el Señor? ¿Es el solitario que come langostas crudas de los pedregales y miel de los troncos, y camina clamando por el desierto?

Las mujeres se miraron pasmadas de la ignorancia del forastero.

—¡Ese fue Juan! Y lo degolló el Tetrarca en Mackeronte.


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Dominio público
279 págs. / 8 horas, 9 minutos / 186 visitas.

Publicado el 25 de julio de 2020 por Edu Robsy.

De los Nombres de Cristo

Fray Luis de León


Religión, Diálogo


Parte 1 — Tomo primero

Capítulo 1. A Don Pedro Portocarrero, del Consejo de S. M. y de la Santa y general Inquisición

De las calamidades de nuestros tiempos, que, como vemos, son muchas y muy graves, una es, y no la menor de todas, muy ilustre señor, el haber venido los hombres a disposición que les sea ponzoña lo que les solía ser medicina y remedio, que es también claro indicio de que se les acerca su fin, y de que el mundo está vecino a la muerte, pues la halla en la vida.

Notoria cosa es que las Escrituras que llamamos sagradas las inspiró Dios a los profetas, que las escribieron para que nos fuesen, en los trabajos de esta vida, consuelo, y en las tinieblas y errores de ella, clara y fiel luz; y para que en las llagas que hacen en nuestras almas la pasión y el pecado, allí, como en oficina general, tuviésemos para cada una propio y saludable remedio. Y porque las escribió para este fin, que es universal, también es manifiesto que pretendió que el uso de ellas fuese común a todos, y así, cuanto es de su parte, lo hizo; porque las compuso con palabras llanísimas y en lengua que era vulgar a aquellos a quienes las dio primero.


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515 págs. / 15 horas, 2 minutos / 683 visitas.

Publicado el 27 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Corbacho

Alfonso Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera


Tratado, Religión, Ética


Prólogo

Jesús

Libro compuesto por Alfonso Martínez de Toledo Arcipreste de Talavera en edad suya de cuarenta años, acabado a quince de marzo, año del nacimiento del Nuestro Salvador Jesucristo de mil cuatrocientos treinta y ocho años. Sin bautismo sea por nombre llamado Arcipreste de Talavera dondequiera que fuere llevado.

En el nombre de la santa trinidad, padre, hijo y espíritu santo, tres personas y un solo Dios verdadero, hacedor, ordenador y componedor de todas las cosas, sin el cual cosa ni puede ser bien hecha, ni bien dicha, comenzada, mediada ni finalizada, habiendo por medianera, intercesora y abogada a la humilde sin mancilla virgen Santa María. Por ende, yo, Martín Alfonso de Toledo, bachiller en decretos, arcipreste de Talavera, capellán de nuestro señor el rey de Castilla don Juan —que Dios mantenga por luengos tiempos y buenos— aunque indigno propuse de hacer un compendio breve en romance para información algún tanto de aquellos que les pluguiere leerlo, y leído retenerlo, y retenido, por obra ponerlo; especialmente para algunos que no han hollado el mundo ni han bebido de sus amargos brebajes ni han gustado de sus viandas amargas, que para los que saben y han visto, sentido y oído no lo escribo ni digo, que su saber les basta para defenderse de las cosas contrarias. Y va en cuatro principales partes dividido: en la primera hablaré de reprobación de loco amor. Y en la segunda diré de las condiciones algún tanto de las viciosas mujeres. Y en la tercera proseguiré las complexiones de los hombres (cuáles son o qué virtud tienen para amar o ser amados). En la cuarta concluiré reprobando la común manera de hablar de los hados, venturas, fortunas, signos y planetas, reprobada por la santa madre iglesia y por aquellos en que Dios dio sentido, seso y juicio natural, y entendimiento racional. Esto por cuanto algunos quieren decir que si amando pecan que su hado o ventura se lo procuraron.


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Dominio público
233 págs. / 6 horas, 48 minutos / 166 visitas.

Publicado el 19 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.

Wen-Tzu

Lao-Tse


Filosofía, Religión


1

Lao Tse dijo:

Existe algo, un todo indiferenciado, que antes de los cielos y la tierra. Sólo tiene imágenes abstractas, ninguna forma concreta. Es profundo, oscuro, silencioso, indefinido; no oímos su voz. Asignándole un nombre, lo llamo el Camino.

El Camino es infinitamente elevado, insondablemente profundo. Abarcando el cielo y la tierra, recibiendo de lo que no tiene forma, produce una corriente que fluye intensa y ampliamente sin desbordarse. Opaco, se sirve de una clarificación gradual mediante la calma. Cuando se aplica, es infinito y no tiene día ni noche; pero cuando es representado, ni siquiera llena la mano.

Es reducido, pero puede expandirse; es oscuro, pero puede iluminar; es flexible, pero puede ser firme. Absorbe lo negativo y emite lo positivo, manifestando así las luces del sol, la luna y las estrellas.

Gracias a él son altas las montañas, son profundos los océanos, corren los animales, vuelan los pájaros. Gracias a él vagan los unicornios, remontan el vuelo los fénix, siguen su curso las estrellas. Garantiza la supervivencia mediante la destrucción, la nobleza mediante la bajeza, y el avance mediante la retirada. En la antigüedad, los Tres Augustos alcanzaron el orden unificador del Camino y permanecieron en el centro; sus espíritus vagaron con la Creación, y así reconfortaban a todo el mundo en los cuatro cuadrantes.

De esta manera, el Camino produce el movimiento de los cielos y la estabilidad de la tierra, girando incesantemente como una rueda, fluyendo sin cesar como el agua. El Camino se encuentra en el principio y en el fin de las cosas: cuando se levanta el viento, se condensan las nubes, ruge el trueno y cae la lluvia, responde como un concierto sin fin.


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171 págs. / 5 horas / 330 visitas.

Publicado el 16 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Teogonía

Hesíodo


Mitología, religión


Musas Heliconíadas

Comencemos nuestro canto por las Musas Heliconíadas, que habitan la montaña grande y divina del Helicón. Con sus pies delicados danzan en torno a una fuente de violáceos reflejos y al altar del muy poderoso Cronión. Después de lavar su piel suave en las aguas del Permeso, en la Fuente del Caballo o en el divino Olmeo, forman bellos y deliciosos coros en la cumbre del Helicón y se cimbrean vivamente sobre sus pies. Partiendo de allí, envueltas en densa niebla marchan al abrigo de la noche, lanzando al viento su maravillosa voz, con himnos a Zeus portador de la égida, a la augusta Hera argiva calzada con doradas sandalias, a la hija de Zeus portador de la égida, Atenea de ojos glaucos, a Febo Apolo y a la asaeteadora Ártemis, a Poseidón que abarca y sacude la tierra, a la venerable Temis, a Afrodita de ojos vivos, a Hebe de áurea corona, a la bella Dione a Eos al alto Helios y a la brillante Selene, a Leto, a Jápeto, a Cronos de retorcida mente, a Gea, al espacioso Océano, a la negra Noche y a la restante estirpe sagrada de sempiternos Inmortales. Ellas precisamente enseñaron una vez a Hesíodo un bello canto mientras apacentaba sus ovejas al pie del divino Helicón. Este mensaje a mí en primer lugar me dirigieron las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de Zeus portador de la égida: «¡Pastores del campo, triste oprobio, vientres tan solo! Sabemos decir muchas mentiras con apariencia de verdades; y sabemos, cuando queremos, proclamar la verdad.» Así dijeron las hijas bien habladas del poderoso Zeus. Y me dieron un cetro después de cortar una admirable rama de florido laurel. Me infundieron voz divina para celebrar el futuro y el pasado y me encargaron alabar con himnos la estirpe de los felices Sempiternos y cantarles siempre a ellas mismas al principio y al final. Mas, ¿a qué me detengo con esto en torno a la encina o la roca?


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Protegido por copyright
30 págs. / 52 minutos / 712 visitas.

Publicado el 29 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

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