Décimo extracto del legado del fallecido Francis Purcell, párroco de Drumcoolagh
En la narración siguiente me he esforzado por transmitir lo más posible el «ipsissima verba»
de la querida amiga de quien lo recibí, consciente de que cualquier
alejamiento con respecto a su modo de contar el relato de su vida
dañaría inmediatamente la precisión y el efecto. Si además de sus
palabras pudiera traer también ante el lector su gesto animado, su
semblante expresivo, esa atmósfera y acento solemnes y emocionantes con
los que relataba los pasajes oscuros de su extraña historia, y si sobre
todo pudiera comunicar la conciencia impresionante que la narradora
había visto con sus propios ojos, actuando personalmente en las escenas
que describía, todo ello, unido a las circunstancias adicionales, como
el hecho de que quien contaba la historia estuvo profunda y tristemente
impresionada con los principios religiosos para malinterpretar o
fabricar lo que repetía como una verdad, darían al relato un interés
profundo que los acontecimientos simplemente registrados difícilmente
podrían producir por sí solos. Hace ya casi veinte años que conocí a la
dama de cuyos labios oí esta historia, y fue tanto lo que me interesó la
narración que la puse por escrito cuando todavía estaba fresca en mi
mente, y si su lectura le entretiene durante media hora, mi trabajo no
habrá sido inútil. He escrito la historia tal como debía, en primera
persona, pues así me la contó ella. La empezó del siguiente modo.
Información texto 'Un Capítulo en la Historia de una Familia de Tyrone'